miércoles, 21 de diciembre de 2011

DOS NIÑOS BELGAS

Hay quien considera que la suerte y la casualidad están mucho más cerca del destino de lo que parece. Ahora que termina el año, a uno le da por pensar que curiosa y extraña es la vida, benevolente y agradecida en ocasiones, cruel y tremendamente injusta otras. Tiene tantas variantes que puede ser hasta juguetona y caprichosa cuando se lo propone. No se si fruto del azar o del marketing, un niño ha sido protagonista casi absoluto del último y más reciente panorama cinematográfico. Por supuesto ha habido más a lo largo del año, pero particularmente, otro niño del que me ocuparé más adelante, no ha tenido la misma suerte. Es hora de hacer justicia. Vamos por tanto a hablar hoy de dos niños a los cuales la diosa fortuna ha tratado de forma muy desigual. El primero casi no necesita presentación. Aunque llega desde Bélgica tiene un padre adorado en los cinco continentes, y viene apadrinado por dos tipos de lujo, Spielberg y Jackson.
A este muchacho las cosas siempre le han ido bien. Ha corrido aventuras por todo el mundo que han entusiasmado a generaciones. Este periodista metido a detective,  con su perro y su espíritu aventurero, inquieto y perspicaz, soluciona enigmas y hace frente a los malvados con absoluta solvencia. Que yo sepa, pese a que se enfrenta a innumerables peligros, el chico del tupé siempre sale airoso. Y sus andanzas gustan tanto que las salas se llenan para ver como triunfa.Como tan solo he leído un solo tebeo del personaje Tintin, no voy a entrar en si la adaptación es más o menos fiel o si el cromatismo cuadra o no. No puedo realizar ese tipo de ejercicio que dejo para los auténticos conocedores de los tebeos. Lo que si puedo hacer es valorar el film por si mismo y sobre todo encuadrarlo dentro de la carrera de su director. La culpa no es mía. Son muchos los que han escrito y dicho que estamos ante una posible traslación del mundo de Hergé al de Spielberg, de modo que este último habría llevado la historia a su terreno, concretamente a los territorios propios del profesor Jones, más conocido por Indiana.
En cuanto al film en si mismo, he de decir que me produce una sensación de extrañeza. Nunca termino de saber si estoy ante un film animado para niños o ante una historia adulta. Tanto la intriga como el comienzo me parecen propios de un film standard para todos los públicos, incluso con cierto rigor y seriedad en la trama. Pero ello se ve desmentido cada dos por tres con apariciones de sujetos que me descolocan y chistes visuales propios de un slapstick puramente infantil. Para dejarlo claro con un ejemplo, Tintin es tomado en serio a si mismo como personaje, es frio, calculador y presume de inteligencia detectivesca. Pero otros personajes parecen más propios de una parodia, como la pareja de policías de nombre castellano o el capitán de barco. Supongo que en los tebeos será así, pero el resultado cinematográfico es un híbrido que en mi opinión no empieza mal, pero que poco a poco va perdiendo el rumbo, pese a aciertos parciales.

















Curiosamente, contra todo pronóstico, uno de los mayores defectos de esta cinta se encuentra precisamente en uno de los aspectos más alabados: su inmaculada y precisa pericia técnica. Su perfección resulta tan apabullante, tan impecable que termina no solo restando frescura al conjunto, sino convirtiendo en rutinarias las persecuciones y peleas varias que se suceden a lo largo de todo el metraje. Hasta tal punto es así, que uno pierde esa sensación inequívoca de vivir junto al personaje el peligro inminente que sería necesario para acompañarle en la aventura, pues las perfectas imágenes no respiran y al final se ven ahogadas en el marasmo de un conjunto con una pulcritud formal intachable, pero carente de vida.
Resulta increíble, pero la verdad es que me he aburrido, y mucho, en un film de Spielberg. Y nunca pensé que sucediera tal cosa y que encima tuviera la oportunidad de escribirlo. Y ahora llega lo verdaderamente curioso si no fuese triste, el archiconocido argumento esgrimido por los más puristas de que parece un film al estilo Spielberg, y más concretamente una copia de Indiana Jones. Lo leí y escuché en muchas partes, pero curiosamente nunca nadie explicó con claridad a que Indiana Jones se referían, pues no son todos iguales.
Vayamos por partes. Yo aquí del Spielberg primigenio veo muy poco, por no decir nada, salvo su firma. No veo nada del implacable pulso narrativo de “El diablo sobre ruedas”. No veo nada que se asemeje a esa obra maestra de la aventura y el terror titulada “Tiburón”. Y por supuesto, no veo absolutamente nada que me recuerde la vibración aventurera que uno siente cuando se sienta a contemplar por ejemplo, el fascinante prólogo de “En busca del arca perdida”. Igual es que se confunde la mecánica narrativa vía ordenador con el hecho de que cada plano, no solo sea un formidable ejercicio de virtuosismo, sino que tenga verdadera alma y conduzca necesariamente al siguiente. Aquí hay precisión mecánica, pero cargada de rutina y carente de vida propia. Y el modelo no es para nada Indiana Jones. No se a quien o quienes se les ha ocurrido tal cosa. Tintín, tan bien vestido, tan pulcro y matemático, carece de la sorna y sentido del humor de Indiana, que en el fondo, sobre todo en la primera entrega, nos conquista por que es irónico, amante del peligro, un tanto jeta, vividor y mujeriego. A Tintin, con pinta de ser el sabelotodo de la clase, le faltan todavía varios cocidos y mucha vida. El hecho de que se vivan aventuras exóticas y existan persecuciones varias no significa que ambas propuestas se asemejen.


Curiosamente, a mi me hizo recordar otro paralelismo, pues los papeles Tintin y Hadocck no son muy distintos en su tratamiento de los trazados por Luke (Skywalker) y Han Solo en otra saga que nadie ha citado. El final de esta película me resulta francamente agotador, sobre todo en ese tramo de pelea de gruas (¿a lo transformers?) que tal vez aparezcan en el tebeo, no lo se, pero que acaban con la paciencia de cualquiera. Por cierto, el perrito Milú está desaprovechado, aparece y desaparece en escena sin rigor alguno. ¿Valoración final?. Pues muy sencilla. Salgo de la sala con la sensación de haber visto la segunda parte de “El secreto de la pirámide”. No creo necesario añadir más, ya que como no he leido los tebeos, la aparición del dibujante Hergé como homenaje, pues ni fu ni fa.
















Vamos con el segundo niño. Es el de la foto con camiseta roja. Justo en este momento está hablando por el movil, que encima no es suyo. Voy a hacer los honores y me encargo de la presentación. Y oh Sorpresa, también es belga, también es medio rubio, y también porta un mechón de pelo un tanto rebelde que se le pina hacia arriba. Y miren por donde también tiene dos padrinos cinematográficos. Pero cuidado,aparentemente este chico tiene poco de modélico. Es muy pero que muy rebelde, orgulloso, temerario y pertinaz, como la sequía pero al revés, aunque no le veremos soltar lágrima alguna y eso que razones no le faltan para ello. Y eso si, va como el otro muy deprisa a todas partes. Vamos, que no para quieto un segundo. Dicho esto, afirmo ya sin más dilación que no me parece ni mucho menos una casualidad que los hermanos belgas Jean Pierre y Jean Luc Dardenne hayan realizado “el niño de la bicicleta” (le gamin au velo) justo este año, lo cual parece un homenaje muy particular y un tanto a la contra no de Tintin, sino de un niño belga cualquiera de hoy en día, lo que resulta francamente atractivo.















Para este muchacho que proviene de una familia desestructurada las cosas no son tan fáciles. Más que perseguir unicornios perdidos, lo que hace durante media película es huir y buscar otro tesoro para él mucho más importante: Su relación truncada con su padre, y por extensión una relación familiar. No hace falta recordar con que mimo ha tratado el padre de Tintin a su criatura. Este muchacho en principio no tendrá tanta suerte. El suyo lo ha dejado en una residencia de acogida y pasa olímpicamente de él. Y los hermanos Dardenne nos dan una auténtica lección de cine sobre hasta donde puede llegar la obstinación infantil a la hora de perseguir lo que se desea. Lo que en principio es una agria crónica social, dura y realista, va tornándose poco a poco hacia los márgenes de un cuento delicioso, sin dejar en ningún momento de ser veraz. Aunque pueda parecerlo, y aunque su héroe en principio esté un tanto desamparado, los Dardenne le buscan refugio emocional y nunca llegan a los duros extremos de “Rossetta” o “El silencio de Lorna”.
















Sin embargo, aquí también hay que hacer frente a muchos y variados peligros (auténticos), aventuras con riesgo (muy real), un bosque prohibido y sobre todo la aparición de un hada madrina que lleva el rostro de una Cecile de France absolutamente maravillosa. Su matizada y profunda interpretación guarda múltiples capas sobre los deseos y la personalidad de una mujer generosa y solidaria que se refugia en una peluquería y que nos da a todos una auténtica lección no solo de cine, sino de vida. Su modelo de enseñanza es el ejemplo y la palabra, como Atticus Finch. Si señores, estamos ante una película mucho más grande de lo que aparenta. Y no son necesarios alardes circenses ni persecuciones estrambóticas. Basta con una cámara que sabe captar multitud de matices reconocibles. Que sabe escrutar el rostro humano y llegar a lo más hondo. El camino que se recorre no va a ser fácil y habrá obstáculos, los propios que nos pone la vida. Pero al final flota un manto de optimismo.
Tampoco es necesario usar complejísimos sistemas de captura en movimiento. Este es un film que mira cara a cara a la pupila de los actores, a su sonrisa y a su dolor. Cada mirada de los dos protagonistas penetra de forma fulminante mostrándonos verdades como puños. Y de ahí se extraen auténticas pepitas de oro sobre el mundo de la infancia, los lazos afectivos, la dificultad de crecer, el necesario y reconfortante apoyo en los demás y el sano espíritu de camaradería compartida que puede llegar a alcanzarse con quien menos se espera. Una auténtica lección de tolerancia. Y de cine. Y es que a la chita callando y sin hacer ruido coviene decir que estamos ante una de las peículas del año. 















 
Tintín va a ser objeto de otros dos films. Al parecer tendrá una trilogía para él solo. Son las cosas de ser un chaval famoso, aunque sea belga. Su perro fiel le acompañará en todas ellas. El chico de los Dardenne, el niño de la bicicleta, no necesita tanto alarde, se basta y se sobra con una sola película, espléndida por cierto. No tiene perro que le ría las gracias, pero se agarra a su bici como si fuese su particular amuleto, y por cierto, tiene amigos de verdad. Sin salir de su barrio belga ha aprendido en poco más de hora y media ciertas lecciones sobre la vida de esas que se guardan para siempre. El espectador también.  

11 comentarios:

  1. No fui a ver Tintín a pesar de que mi pareja fue a verla... nunca me ha dicho nada ese niño y la indiferencia es mala consejera para invertir dos horas en una sala oscura.

    Tampoco he ido a ver al niño de la bicicleta, aunque simpatizo con ese niño..... yo misma fui una niña de barrio (aunque de familia muy normal), veo tantos casos en el Instituto de adolescentes (no niños) que pasan el día en la calle del barrio con su bici o su patinete, que llevan colgada la llave de su casa porque no suele haber nadie, que se tienen que buscar los amigos como pueden (no siempre con tanta fortuna como al parecer el niño de la película)... que decidí no ir a verla tampoco.

    Sin embargo, como valoro mucho tu opinión quizás reconsidere la mía y vaya a verla... pero no es seguro.

    Excelente entrada.

    Un abrazo!!

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  2. ¡Hola amigo de debates! ;-D
    Perdona mi atrevemiento en el saludo, ya sabes que va con toda la simpatia del mundo.
    De tu primer niño reseñado..el inefable Tintín creo haber dicho ya un montón de veces por ahí que me parece bien hecha..¡ excesivamente bien hecha y fria para mi gusto!. Se deja ver( entretenida) hasta los últimos cuartos de hora que a mi se me hicieron larguiiiisimos. No soy tintinófila como observarás y eso no ayuda o sí..
    Por tanto estoy bastante de acuerdo contigo ( y sin que sirva de "precedente" ):-)
    El 2º niño con el que simpatizas no tengo el gusto de conocerle pero parece que su humanidad me llegaria más al alma o ¿ me equivoco ?
    Como es habitual en tí una entrada escrita con brillantez y personalisima..¿de qué otra forma ibas a escribir ?

    Un abrazo afectuoso y festivo :-)

    P.D. He disfrutado mucho con el debate 'peli buena-peli mala' :-DDD

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  3. Tin tin me pasaba desapercibida al igual que Hugo y the help pero en los últimos días parece que a todo mundo gusta y mi curiosidad me vuelve a jalar la oreja y he decidido ver las tres, cine comercial del bueno dicen y soy optimista, no descarto nada (aunque tu crítica me prevee de alguna decepción), ya que fui a ver el gato con botas que pensaba terrible y fue al menos decente, en cambio los muppets pensaba que era genial y me resultó mucho menos de ello, ir a ver estrenos es como se ve más plano que nada o es que nuestra cartelera es triste, opto por ésta última(una ironía porque supuestamente debería ser lo contrario por las propuestas alegres). Y no he leído a Herge pero tengo muchas ganas de hacerlo. Mi infancia fue bastante callejera pero también era muchas veces por gusto personal de los que vivía en la fantasía de la soledad (se entiende que me guste escribir creo o es que nos sentimos mejor creyendo que un defecto es todo lo contrario). En la calle: bicicleta, trompo, mucho juego improvisado más que de manufactura, historias de terror, fogatas, fútbol, beisbol... nada de que quejarse. Pero me encanta las historias como la de los Dardenne, yo me identifico más con ese niño y sus carencias existenciales -mi lado humano que no trágico- que con Tin tin, me gustan los intelectuales y lo clásico pero a éste lo tengo por algo ñoño, le falta como dices bien la experiencia de Indiana Jones que aunque había que aconsejarle mejor aseo personal la aventura parece más propia de él que del pequeño belga y su perrito. No discuto mucho del tema en el sentido de la imagen ya que tampoco creo en estereotipos -por ese lado la vida es menos película de lo que creemos- y se me puede hacer bastante fidedigno ver a éste muchachito de copete rebelde siendo tan audaz como el mismo Indiana Jones, y por ello igual le tengo parte de fe al personaje de Herge, y es que Spielberg me parece que tiene harta magia para vendernos la última novedad cinematográfica que ya no lastimosamente obras maestras, decente sí digo porque incluso la guerra de los mundos fue un placer culposo. Y te leo con entusiasmo, es un deleite, ya apareceran mis impresiones de el niño de la bicleta, la tengo pero para todo con mucha calma. Abrazos.

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  4. Laura,me pasa un poco como a ti. Al no ser seguidor ni lector de Tintin,pues como que solopuedo hablar delapelícula, que me parece que no está mal para pasar el rato,pero sin más. Creo que influye la escasa devoción por el personaje y la ignorancia general sobre todo el tema.
    Fuí a verla película de los Dardenne sin referencia alguna y me sorprendió muy gratamente. La radiografía social adolescente que haces es magnífica y muy certera. Y eso la película lo capta perfectamente. Mi criterio es un tanto errático,yo no me fiaría mucho,aun así gracias.Por cierto, que hay una peli con tu admirado Hugh Jackman en cartel.Supongo que estarás ya haciendo cola. Es broma.Saludos

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  5. Abril, te voy a confesar que precisamente ese cruce dialéctico ha influido mucho en esta entrada. De hecho no pensaba comentar Tintin,pero luego,decidí cambiar de criterio y hacer este mini pack,por que además sigo pensando que la csualidad de que estos dos crios hayan aparecido casi a la vez nome loparece tanto.
    Estas dos películas ilustran perfectamente lo comentado estos días. Una es un simple divertimento sin más,la otra,mucho más modesta en apariencia,va mucho más allá hasta el punto de resultar emotiva.Y Cecile está genial.
    Por cierto,y sin acritud, que conste en acta que yo no soy amigo de los debates, en realidad yo lo que soy es un poco como las folclóricas y los famosos. Osea, que cuando comparezco es para decir MI VERDÁ! sin d por supuesto.Un abrazo.

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  6. Mario. Me llama mucho la atención esa consideración tuya de la guerra de los mundos como placerculposo. Tengo que volver a verla,pues yo también tengo mis dudas sobre ella,aunque la disfruté en su momento. En el caso de Tintin, creo que estamos ante un asunto hipertrofiado por la carga supone adaptar un personaje míticopara millones de lectores. Y lo curioso es que la película me parece larga, aunque tenga momentosmuy brillantes.Pero solo en el apartado técnico.Nunca me emociona.Espero que a ti si,no deseo estropearte la fiesta.
    El caso del otro film es diferente,cala y mucho. Y curiosamente ambas tratan de dos niños de un mismo pais,auque noloparezca.Siempre muy amables tus palabras Mario.Un saludo.

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  7. Pues en realidad, se podría considerar "El niño de la bicicleta" una continuación de "El niñoo". No he oído a nadie decirlo, V, pero si viste esa peli de los Dardenne recordarás que el padre de aquel bebé que no quiere saber nada de su hijo lo interpreta el mismo actor que aquí hace de padre y su actitud es clavada. Así pues yo la entiendo como una continuación de la historia cambiando de personaje principal de los padres al hijo, cuando este es adolescente. Como digo, no lo he leído en ningún lado pero es muy claro. ¿Viste tu "El niño"? ¿Estás de acuerdo con lo que digo? En cuanto a las pelis a mi no me disgustó nada Tintín, de hecho me entretuvo bastante y los efectos, que en otras películas suelen echarme para atrás por su exceso y por ser la única razón de ser de muchas de ellas, aquí me motivaron. Tampoco creo, claro, que la película se encuentre entre los mejores Spielberg, pero quizás por el término medio, ya que también ha hecho películas malillas. Y de los Dardenne decirte que me encantan pero que estoy más entregado a sus películas más secas y más nerviosas como "El niño" o la citada "El hijo" que a su última película, más estilizada pero que me atrapa menos. Pese a ello me parece una muy buena pelícual y me encanta verte esta vez entregado a la causa. Un abrazo.

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  8. Me parece, Víctor, que arteramente y a conciencia mezclas churras con merinas, porque esas dos películas, de cuya coincidencia en cartelera entrevés una intención -o eso me parece- a lo que te leo son más que diferentes en pantalla: aún si haber visto la segunda, apostaría a que en modo alguno la intención de Spielberg y su coleguilla Jackson llega más allá de conseguir ¡por fin! una buena traslación del tebeo al cine, algo que, en el caso de Tintín, se ha intentado en diversas ocasiones y jamás con buen resultado.

    No puedo decir nada de El niño de la bicileta por no conocerla, pero a pesar que me consta que ya sabes mi opinión al respecto, no puedo menos que expresar, en tu casa, que esa película de Tintín está pensada por y para los que ya conocen las aventuras del joven reportero belga: aventuras con unas caracgerísticas formales concretas que han sido respetadas: simplemente, han rodado un tebeo.

    Sacar a colación a Indy cuando en su aparición se le comparó con tintín, como émulo de carne y hueso, queriendo ahora darle la vuelta, es un truco barato que únicamente puede funcionar con gente demasiado joven para conocer de primera mano los antecedentes...

    No objetaré que como película quizá Tintín no alcance un nivel óptimo, pero después de ver a Indy avejentado en la calavera de las narices y haciendo el payaso en el oeste con naves alienígenas, para Spielberg es una remontada....

    Un abrazo y Feliz Navidad.

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  9. David. Pues no puedo contestarte por cuanto no he visto "el niño",si "el hijo",lo que demuestra que el tema interesa y mucho a estos dos. Si es como dices cabe esa posibilidad, que vendría asersimilar alo que Triffaad hizo con Antoine Doinel. Yo creo que esta película también es seca y nerviosa , al menos en su primera media hora,aunque es cierto que no llega a los extremos de otras. A mi me ha encantado,y la verdad,no me parece un paso atrás en su evolución, sino un ligero cambio de rumbo.
    De Tinintin había oido y leido tanto y tan bueno que la verdad,me pareció muy rutinaria y con un tramo final preocupante.Un saludo.

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  10. Josep. Mira por donde resulta que apareces donde menos se te espera. Ante todo,no se quien le manda a usted ir a ver a Harrison vestido de vaquero luchando contra aliens. Pero en fin, como dice un amigo mío, cada uno es cada uno y hace sus cadaunadas.
    Igual me he explicado mal. Los que creo que han aprovechado la coyuntura son los hermanos belgas,para dar su propia versión de la infancia en su pais.
    Ya he dejado claro que al no ser conocedor de los comics no podía entrar en si la adaptación es fiel o no.Y respecto de Indiana,no soy yo quien saca el tema. Me he aburrido hasta el hartazgo de oir las posibles semejanzas con las andanzas arqueológicas. Simplemente recojo el testigo y digo que de eso nada.
    Y no veas maniobras arteras. Si en el fondo soy como el cándido de Voltaire. Un saludo e iguales deseos para ti.

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  11. Eso de que no se me espera no sé si tomármelo a bien o a mal... ;-)

    Lo de ver a Harrison de esa guisa es cosa de la dueña de "mi cine" que me hace a programación y yo resisto lo que puedo por pereza a conducir para más opciones.

    Lo de que no hay maniobras arteras lo dejaremos en "stand by" porque pasado mañana es Navidad, pero ya veremos qué pasa el año que viene.... :-)

    Un abrazo.

    p.d.: Estoy esperando una reseña que prometiste....

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