sábado, 15 de febrero de 2014

NEORREALISMO, INGRID Y TECHNICOLOR


Rebobinando. Veamos si merece la pena desfacer un entuerto. Para ello hay que viajar al pasado, aplicar la termo mix a aquellos tiempos en los que cada experiencia suponía un continuo descubrimiento del placer de lo inverosímil. En la que el goce inexplicable se mezclaba con la extrañeza ante lo indescifrable. García Márquez decide esperar a que su protagonista cumpla noventa años en aquella asombrosa y singular “Memoria de mis putas tristes” no sólo para hacer repaso. Hay más. En ese instante le concede el capricho vital de lanzarse a la aventura de disfrutar el amor de una adolescente virgen. Todo ello después de confesar que antes de cumplir los cincuenta ya había estado al menos una vez con más de, si no recuerdo mal, 500 mujeres.
Mejor dejemos esto último. Saldría perdiendo por goleada aunque tuviese la posibilidad altamente improbable (perdón imposible) de estar con dos o tres diarias hasta cumplir cifra y fecha. Pero podemos sustituir mujeres por películas. En ese caso, cabría decir que se sigue intentando lo de la virgen adolescente. Y puestos a realizar unas hipotéticas memorias de mis películas tristes o no, en un ejercicio de vuelta al pasado, hay una estación inevitable. Las añejas y entrañables tardes de afición en los cine forum.



Tal vez la frase debiera ir en singular, ya que en realidad el cine forum era casi siempre el mismo. Escaso de medios pero pleno de entusiasmo. Aprovecho la ocasión para agradecer a sus artífices sesiones impagables. Aquello tenía un aroma que mezclaba el aparente debate abierto, la disección de laboratorio, con una mística en la que uno creía tener la oportunidad de acceder sigilosamente a los misterios del arte y su verdad absoluta. Al desvelo de todas las trampas. Al alumbramiento de la verdad artística oficiada en un templo pagano en el que a uno se le abrían (presuntamente) las luces del conocimiento.
Cabe decir que el gozoso aquelarre tenía dos apartados. Música y cine. Tres personas se encargaban de ello. Y a título de ejemplo, en el apartado musical y tras escuchar un disco completo, te explicaban las trascendentales razones que hacían de King Crimson una banda más allá del bien y del mal. O se razonaba sobre el hecho de que el disco “Black & Blue” de los Rolling Stones suponía un punto y aparte respecto de toda la música que el grupo había realizado hasta entonces.


Para el apartado cine tal vez sea mejor presentar a los actores. Por un lado estaba la tríada de organizadores, encendidos amantes de todas las vanguardias posibles, te desvelaban los misterios del free cinema inglés, la nouvelle vague o el expresionismo alemán con absoluta pasión cargada de razones.
En segundo lugar….sí. Las cosas como son. En segundo lugar estaban una pelirroja y una rubia natural guapísimas con unas melenas larguísimas. Siempre se sentaban juntas y por supuesto, decían cosas interesantísimas. Luego estaba el señor de los datos. Un auténtico cifras y letras humano con una enciclopedia cinematográfica instalada en su cerebro. A continuación había un grupo de gente muy diversa opinando a la que en su mayor parte no he vuelto a ver. A los organizadores tampoco.
Eso sí, ya puestos, hay que decirlo todo: aunque no teníamos a Edwige Fenech de profesora no faltaba el que cumplía el papel de Alvaro Vitali-Jaimito al estilo “la profesora y el último de la clase” reventando el incienso del karma con algún chiste malo. Por último, siempre había un tímido con gafas de pasta sentado en la última fila. Solía pasarse toda la sesión callado para al final del debate no estar de acuerdo con casi nada. El típico y molesto tocapelotas con sus rarezas. O sea yo.



Y es entonces cuando volvemos al inicio. Desfacer el entuerto tantos años después. Vamos a ello. El motivo del embrollo fue Ingrid Bergman. Aunque mejor sería comenzar por el principio. Se proyectaba “Stromboli” y por supuesto había lección magistral y debate posterior. La cinta servía como ejemplo y expresión del neorrealismo italiano de posguerra. Y allí se nos habló de lo que supusieron “Roma città aperta” y “La terra trema” como puntos de partida a la hora de formalizar un lenguaje cinematográfico diferente.
Aun recuerdo aquello de que el neorrealismo aunaba bajo un mismo techo arte, naturaleza y visión social renunciando a artificios y a trucos. Y también lo de la búsqueda de un cine que describiendo la realidad de forma cruda alcanzaba el más alto grado de poesía. El retrato definitivo del mundo oprimido.
“Stromboli” al respecto, era como un retrato de la propia Italia, que cobraba forma en la figura de Karin (Ingrid Bergman) ejemplo de un destino negrísimo de un país sin escapatoria. Atrapado entre el rencor de su propia estulticia hostil disfrazada de costumbre y el temor a la ira divina en una historia con cierta simbología cristiana y que apelaba a la naturaleza.
Ingrid Bergman se convertía en una moderna María Magdalena. Siguiendo ese patrón, y todo ello según la tesis oficial de la sesión, Karin era la representación de la nueva mujer independiente, feminista y con derechos que no consiente verse reprimida por un entorno que la devuelve a la Edad Media. Un reflejo de la sojuzgada mujer italiana de postguerra, que se niega a vivir y a ser un escombro.



Recuerdo la aportación del señor que reforzó la idea de que ello era así, por cuanto la película estaba en principio prevista para Anna Magnani, pero que la famosa carta de Ingrid Bergman precipitó las cosas. Y que incluso a Rossellini le parecía extraordinario que fuese una actriz extranjera quien incorporase el papel, pues eso reforzaba su sensación de aislamiento ante una sociedad que no comprende. Incluidos sus ritos más cotidianos como el de la pesca.
Si algunas ideas resultaban cuando menos discutibles, la primera daga llegó cuando se ensalzó el novedoso trabajo de experimentación de Ingrid Bergman que nada tenía que ver con todo lo que había hecho hasta el momento bajo los estudios. Al parecer, como si fuese una actriz del método, en “Stromboli” Ingrid y Rosellini habían “trabajado e interiorizado” el personaje y sus simbolismos como nunca. Incluso habían vivido en la isla para entender mejor la experiencia de la mujer libre que se resiste a ser encerrada en una isla convertida en una jaula.
Y la puñalada final llegó cuando se consideró lamentable la vuelta atrás en cuanto a expresión cinematográfica el hecho de que la misma actriz años después vulgarizase una historia a años luz de “Stromboli” en una lamentable película comercial sobre la que mejor no convenía ni perder el tiempo.



Es entonces cuando el de la última fila pide la palabra. Había muchas objeciones. Pero por abreviar decidí ir de lo menos gravoso a lo más irritante. Ante todo, no consideraba esa película el mejor ejemplo del neorrealismo, aunque ese fuese un tema menor. Tampoco consideraba que el personaje de Karin representase a la nueva mujer independiente. Su caso no es fruto de la reflexión como sucede en “Al filo de la navaja” sino de la necesidad.
Sigo viéndola más como una superviviente nata con muchas luces y sombras. No duda en casarse por conveniencia y cuando no le gusta lo que ve, en su desesperado intento por huir usará todas las armas posibles, incluso intentando seducir al cura. Me recordaba al papel de Sarah Miles en “La hija de Ryan” de David Lean. Y como aquella, inspira tanta compasión y atracción como rechazo en algunas de sus actitudes. Cabría preguntarse ante una situación similar, quién demuestra mayor egoísmo y quién más independencia como mujer. Karin o Eleanor Parker en “Cuando ruge la marabunta”. Lo dejo ahí…



No obstante, esos eran temas discutibles pero menores. Al menos para mí. La cuestión central estaba en Ingrid y su interpretación. Y sobre todo en esa película (no hace falta calculadora para adivinarlo) que hizo después y que al parecer no merecía la pena ni ser nombrada. Que no es otra que “El albergue de la sexta felicidad” dirigida por Mark Robson.
Es curioso que una película parezca el reverso de la otra. Y que ambas comiencen igual, con la idea de que los papeles, pasaportes, certificados y cartas de recomendación no sirven ni a Karin para abandonar el país ni a Gladys para irse de misionera a China. “El albergue de la sexta felicidad” narra (con ciertas licencias típicas de Hollywood que no terminaron de gustar a la afectada) las peripecias de Gladys Aylward como misionera en China.
Es esta una gran producción en cinemascope y technicolor, cierto. Pero eso no resta a su acabado formal ni a su eficacia narrativa. Estamos ante una cinta sólida, en la que vivimos una experiencia sólo aparentemente inversa a la italiana. Ingrid Bergman es ahora la tenaz misionera que, sorteando todas las dificultades llega a regentar un albergue en China con el espíritu utópico de quien acaba de leerse “la nueva Atlántida” de Francis Bacon.
Y como la otra, llega a un territorio mísero y violento. Y si Karin se asusta viendo cómo un hurón caza a un conejo, la misionera Gladys tiene que contemplar su primer día cómo a un ladrón le cortan la cabeza  cumpliendo una sentencia del mandarín local.



La diferencia está en la actitud de una y otra en su relación con un entorno hostil. La de Gladys es positiva ante cualquier adversidad. Su fe la acompaña. La de Karin está mucho más cercana al existencialismo, al del individuo a solas en su morada moral. Y curiosamente, en el tramo final, ambas recorrerán fatigadas el valle de las sombras para salvar niños. Que una lo haga presa de la desesperación y la otra también pero confiando en su fe para salvarse sólo dibuja dos formas de entender el mundo. Pero eso no quiere decir que una película suponga un avance revolucionario en la expresión fílmica y la otra sea un ínfimo producto comercial de usar y tirar.
No obstante, claro está, al abordar este tema con los prejuicios hemos topado. Los exégetas del padre del neorrealismo alabaran el blanco y negro reflejo de un alma torturada y la mirada social y simbólica de Rosselini.
Del mismo modo que siempre habrá quien rechazará “Stromboli” calificándola precisamente de cine de autor, de pedante experimento vanguardista de arte y ensayo con tesis discutible. Por otra parte pude comprobar como los analistas rechazaban hostilmente “El albergue de la sexta felicidad" por considerarla añejo cine mainstream, una cinta amparada por los nefastos estudios yankys (gran pecado) glosando la labor de una religiosa (mayor pecado si cabe). Temas que, para algunos aún hoy constituyen el rancio pasado, lo viejo en el peor sentido de la palabra. El reino de la convención. Ambas posturas terminan siendo reduccionistas.  


A día de hoy, pasado el tiempo, considero que la película de Rosellini contiene momentos de gran fuerza dramática junto con otros más deslavazados e incluso torpes. Por muy neorrealista que sea. Robson, es una opinión personal,  se muestra más cerca del artesanado eficiente que de la maestría. Lo que arroja una obra   nada desdeñable y mucho menos a ignorar o menospreciar. Cine de género realizado con solvencia.
Sobre en qué película Ingrid Bergman está mejor es cuestión que dejo a analistas más expertos. En mi opinión está muy bien en ambas. Soberbia. A Ingrid le sienta tan bien el neorrealismo como el technicolor. Conclusión, tal vez lo idóneo hubiese sido poner las dos películas. Y etiquetar menos. Antes y ahora.

36 comentarios:

  1. El paso del tiempo suele colocar cada cosa en su sitio, en cine y en cualquier cosa de la vida (eso sí, si mantenemos la mente abierta). Lo mejor es no etiquetar, pero eso no está en poder más que de mentes preclaras que no abundan y errar con las etiquetas lo hemos hecho todos, en cualquier caso me pongo yo en primera fila.

    No solo asistía, sino que formaba parte de los que ponían en marcha un cine-club sin medios pero con mucho debate. Rica experiencia y muy entretenida.

    ¿Un tocapelotas con rarezas y gafas? Imposible!! :))

    Hace mucho que vi a película de Rosellini y casi no la recuerdo. No he visto El albergue..., así que poco puedo decir salvo que lo que explicas parece, como siempre, muy razonable.

    Un abrazo!!

    Pdt: ¿sigues siendo tocapelotas?
    Pdt2: ¿y tienes rarezas?
    Pdt3: ¿gafas o lentillas?

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  2. Está bien en todas. Es una actriz magnífica.
    Entré por la mañana y no me fue posible encontrarte, a pesar del anuncio en el escrittorio.

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  3. Los cinefórums dabas mucho de sí, la gente veía la peli a la espera del fórum, lo más interesante, porque era una oportunidad para ligar y lucirse. Me he reído un rato con la tipología y la descripción.

    El albergue de la sexta felicidad me gustó tanto que pasé tiempo soñando con ir a China cuanto antes.
    La vi a los nueve años en un cine de barrio, en realidad una sociedad en la que los domingos los padres nos dejaban a las cuatro y nos recogían a las nueve. Dos películas largas, y descanso de casi una hora. Se les colaban películas muy poco infantiles, por ejemplo, Cuando sopla la Marabunta. No he disfrutado tanto las películas como en aquella época.
    Ingrid Bergman era una actriz que irradiaba magnetismo, no tanto por su belleza, otras había más guapas pero que no tenían ese je ne sais quoi de la Bergman.

    Un abrazo.

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  4. Ole, ole y ole...

    ¡Menudo viaje por el túnel del tiempo para recordar esos cine fórum!... que por suerte en algunos sitios o en pequeños ciclos siguen vivos. Siguen esas salas oscuras y esa pasión por hablar de lo que se ve.

    En cierto sentido los blogs también son cine fórums...

    Me ha encantado esa pincelada del último de la fila... que recuerda con cariño y nostalgia pero que también en su momento cuestionaba... porque tenía un modo personal de mirar... y después compartirlo. Ahí está la riqueza del cinefórum, las distintas miradas y ser capaz de plasmarlas, debatirlas, combatirlas... con pasión y respeto.

    Y después para volcarlo todo en la señora Ingrid Bergman. Creo que la clave está en la siguiente frase: "A Ingrid le sienta tan bien el neorrealismo como el technicolor".

    Y es que rara es la vez, por lo menos para servidora, que Ingrid no esté 'mágica' (en algún papel se la siente incómoda). Así estas interpretaciones paralelas que diseccionas (más reciente Stromboli que el albergue que apenas recuerdo) muestran que la Bergman tenía esa cualidad de creertela...

    Ahora no me preguntes por qué me vienen a la cabeza las pocas veces que se prodigó en comedia. Y me parece deliciosa en Flor de cactus, Indiscreta o Elena y los hombres (algunas muy cercanas en el tiempo a El Albergue).

    Besos

    PD: La visita a la biblioteca ha sido victoriosa, je, je, je. He conseguido una de las dos películas que le comenté el otro día que estaba buscando gracias a usted. Un paso está dado. Tengo que conseguir también LA CIUDADELA. Y ahora El Albergue... le visito y hace crecer mi baul de películas pendientes...

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  5. Perdón, perdón... se me escapó la firma.
    Tecleé veloz y el nombre se agazapó...
    Soy Hildy.

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  6. Recuerdo "Stromboli", y eso que la vi hace muchísimos años. A mí me gustó. Al margen de etiquetas, se me quedó prendida una atmósfera opresiva, la de la isla y sus habitantes, la de una moral estricta, obsoleta. También recuerdo que enseguida me identifiqué con aquella Ingrid extrañada ante unas costumbres que la encorsetaban.
    La actriz, la maravillosa Ingrid Bergman, está bien en esta como en todas las películas que yo le recuerdo. Aparte de ser una mujer preciosa, dotaba de fuerza sus papeles, así como de algo inefable, misterioso y lleno de gracia, un "ángel" muy propio suyo.

    Me encantó recordar la peli de esta semana, además de leerte, siempre una actividad amena en la que me recreo. Para ejemplo, un botón:
    "...aquellos tiempos en los que cada experiencia suponía un continuo descubrimiento del placer de lo inverosímil. En la que el goce inexplicable se mezclaba con la extrañeza ante lo indescifrable".
    Si esto no es literatura...

    Un abrazo, Víctor.

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  7. Un repaso de quitarse el sombrero. Ingrid Bergman era una actriz fantástica hiciera lo que hiciera y esto dicho desde mi más completa ignorancia. Y es que a veces los tan expertos en cine se olvidan de disfrutar las películas. En esos cine-fórum que mencionas se aprende mucho pero, a veces, uno se llega a aburrir un montón. Cuando la intelectualidad es excesiva...

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  8. mmm. no he leído ese libro de García Márquez, pero anda que cómo suena lo de la virgen adolescente (jaja)...pero mira, el enlace con lo del cine me ha gustado.
    Vi Stromboli hace mucho (en el programa de Garci, si no recuerdo mal y Antonio Giménez Rico dijo en la charla posterior algo como "Esto es cine con mayúsculas y todo lo demás" que a mí me pareció una chorrada entonces y me lo sigue pareciendo ahora...)...no la he revisitado, pero caerá algún día. La que no quiero revisitar es Juana la rojo, también de Rosellini con Ingrid. Qué rollo, señor. . Espera, creo que vi la de Stromboli también antes en cine-club (la 2).. Bueno, lo que más recuerdo es a Ingrid. Jo! En esa peli está guapísima-guapísima. La otra también la vi, pero hace muchos años (creo que era un crío) y apenas la recuerdo. Lo que más recuerdo es a Ingrid.. Ingrid era buena actriz (aparte de que me parece la mujer o una de las mujeres más hermosas que he visto en pantalla).
    ¿y no volviste a ver ni a la pelirroja ni a la rubia natural? Ay! Cuando pasan los años te das cuenta de que el cine es lo de menos al final (jaja; estoy siendo maaaalo).
    Me ha gustado la entrada y entrar en tus recuerdos de cineclub.
    Un saludito.

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  9. Utopia. Es verdad, pero yo mismo caigo en ese error de etiquetar y despachar. Sea un libro, una pelicula o cualquier otra cosa. Se intenta evitar...pero bueno...que muchas veces yo tb largo....
    Pues mira la peliculera....si al final has contribuido mas que yo. Muy bien....
    Vamos con tus posdatas. gafas y lentillas...las dos cosas.
    Tocapelotas....intencionadamente no. Que en mas de una ocasion salia y llevaba la contraria pues si. pero no era el unico. Aquello estaba muy vivo. Se exponia mucho y en muchos sentidos....y todo el mundo creia tener razon. Habia una inquietud muy sanas.
    rarezas a patadas...desde luego. Un abrazo.

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  10. Paradela. Creo que me falta alguna suya x ver...pero la verdad no me sale nada suyo donde no este a un nivel altisimo. gran actriz. un abrazo

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  11. Amaltea. La verdad es que tenian su encanto. Y ganaban cuando el debate se encendia. Aunque en ocasiones se terminaba dando demasiadas vueltas a cosas nimias.
    ahora bien...yo no ligué jamás. Ni estuve cerca de ello.
    El albergue me parece que esta muy bien. tiene un as en la manga en Ingrid tremendo. Y gran empaque. Ya les gustaria a muchos narrar hoy con ese clasicismo. El aporte personal dice mucho de lo que te llegó. Un abrazo

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  12. Hildy. Sabia que eras tu...eres inconfundible en el buen sentido. Gracias.
    Aquellos viejos cineforums tenian un sabor especial. habia una curiosidad x todo innata. Tambien habia cervezas y bastante humo...los canutos no faltaban.
    Mejor no hablar x no llorar de lo que padezco hoy con las charlitas politicamente correctas . Al menos donde vivo te sueltan dos topicos. te ponen siempre lo mismo y encima con dinero publico. Ya ni voy. Hace ya años que tire la toalla. La ultima vez que fui a una charla coloquio me largue a mitad. Supongo que x ahi sera distinto. Habra variedad y mayor oferta. Aqui esto es un paramo...mejor no sigo.
    Ya se que tu has organizado alguna cosa. Y conociendote un poco seguro ha merecido la pena.
    Y si, en eso se resume...es dificil que algo no le siente bien a Ingrid. Gracias y un abrazo

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  13. Isabel. Muchas gracias pero todos sabemos quien hace literatura y quien emborrona cuartillas jaja
    A mi no me disgusta Stromboli. Al contrario. Y comparto en gran parte lo que dices. La cuestionse produce cuando se la intenta elevar a los altares pisoteando una pelicula mas que correcta.
    A mi no me deslumbra el neorrealismo hasta esos extremos. Y estoy convencido de que Ingrid Bergman abordó los dos personajes con igual entusiasmo. El hecho de que una pelicula pertenezca tangencialmente a un movimiento de vanguardia y la otra parta de los estudios no puede servir para anular a una de ellas. Ese fue el tema. El debate mereció la pena. Pero estaba en franca minoria. Lo triste hoy es que ese debate y otros ya ni siquiera existen. espero equivocarme. Bueno x aqui a veces....un abrazo

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  14. Nury. Muchas gracias. Estamos de acuerdo. grandisima actriz. Entiendo lo que quieres decir. Disfrutar es verdad. Aunque yo no creo que la intelectualidad sea excesiva. la mia sin ir mas lejos es bastante limitada. Y nunca esta de más. Un abrazo

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  15. David. Gracias. Bien pensado no estas siendo malo. En realidad lo que resulta surrealista y no neorrealista es que con aquellas dos alli el personal se dedicase a discutir sobre si el blanco y negro refleja tal cosa o no..jaja
    Bromas aparte. Ellas tb participaban y muy activamente. La pelirroja tenia autenticas tesis. Era tremendo. Y hace años que no se nada de ellas.
    Estoy de acuerdo. En aquella sesion se alabo la pelicula en similares terminos los de Gimenez Rico. Programa que no vi.
    Para mi lo molesto es que incluso la interpretacion de Ingrid era mejor que otras suyas anteriores ya que claro...como que se habia impregnado de neorrealismo. y luego vino la comparacion. En ocasiones existia como un plus a favor de ciertas peliculas x pertenecer a tal cual movimiento.
    Ingrid....esta muy bien en las dos. Es muy grande esta mujer. De todas formas....lo pasaba bien en aquellas historias. Tenian su punto. Y en lo musical era tremendo tb. un abrazo

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  16. Ay ay los cine-forum y el gafapastismo querido Victor. Etiquetas las mínimas, imprescindibles para distinguir un "producto de otro" no sea que te lleves a casa algo que no quieres.
    Yo de todo ésto que nos cuentas me quedo con tus impresiones sobre un recuerdo y por supuesto con Ingrid que tambien (como al de los gorritos) me parece una de las más bellas que ha pasado por pantalla y buena actriz, muy buena. Me gusta en drama y en comedia, en B/N o en colorines, con los ojos brillando por las lágrimas y temblando por esconder una llave. De monja o de protituta (Yve Peterson). Y en situaciones mucho más divertidas que en Stromboli (la tengo muy olvidada) en Rolls-Royce o en lujosos apartamentos en Indiscreta, repitiendo con el galán que la salva de los nazis.
    ¿Hay alguna duda..?

    Un abrazo

    P.d. ¡Qué fotos tan bonitas!:-)

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  17. Abril. bueno, tecnicamente hablando y si lo pienso bien y hago repaso creo que el único autentico gafapasta era yo. Podria haber otros...pero sin gafas. De modo que...
    Hombre...no se...es verdad lo que dices pero siguiendo tu razonamiento que comparto clausuramos la sesion en dos minutos jaja.
    Sobre si hay alguna duda....en principio no. Aunque tendria que volver a ver "la exotica" y "atormentada". Aunque me da que es el look y el vestuario lo que me chirria un poco.
    Las fotos las he intercalado a proposito. Pero para todos aquellos queelogiron el sufrimiento interiorizado de Stromboli decir que la tercera foto es del albergue.
    Por lo demas como decis David y tu misma entre otros...es que no solo era su belleza...era una grandisima actriz. Un abrazo

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  18. Bergman y cine son palabras indisolubles que los que amamos la gran pantalla llevamos impresas en la memoria. De Rosellini y de otros, en cambio, se ha escrito mucho, quizás demasiado. Su cine es un objeto de estudio más que de emociones. Pero la Bergman... ay la Bergman. Abrazos

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  19. Jose Luis. Completamente indisolubles, ya que elrostro debergman resume por si solo la mítica del cine cuando pide que toque la canción una vez más. Es verdad que sobre todos los movimientos se ha teorizado mucho. Pero no me parece mal. Yo me quedo con las dos cosas, o con las dos películas. Y si no has tenido oportunidad, me permito recomendarte de Rosellini x ejemplo "te querré siempre", tb con Ingrid. Muy emotiva. Un abrazo

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  20. Esa Ingrid es mucha Ingrid. Un semblante hermoso con una expresión diría casi indefinible. La ví en Stromboli hace tanto! Y recuerdo ir a alguna sesión de cine forum en la Uni, laque más recuerdo fue con El Ángel azul, que entendí poco, pero me dejó una huella inmensa. Yo no dije nada, "doctores tenía la iglesia".
    De la Bergman, ya ves, sí que recuerdo otras: Anastasia (creo), Luz de gas, Juana de arco y, por supuesto, la siempre lacrimógena y adorable Casablanca.
    Un beso y otro y otro.

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  21. Pues va a ser que sí V, va a ser que uno de los males endémicos que tenemos es esa manía por clasificar, etiquetar y posicionarlo todo, mejor que... bueno o malo ¿qué sabe nadie en realidad? Todo, hasta la peor película del mundo tiene su punto. Me enferman estos eruditos que sentencian y con sus opiniones magistrales mirando con desprecio las del resto. Todo es tan subjetivo y personal que nadie debría hablar de bueno o malo, si acaso solo de me gusta o no. Es verdad que algunas obras del tipo que sean requieren explicación y un conocimiento técnico sin el cual es imposible llegarles, pero más allá de todo está lo que cada uno siente viendo lo mismo. Para mi eso es lo único que me importa en cine o en cualquier rama o espectro artístico y eso no solo depende de lo que vemos ni no de nuestra predisposición, nuestro momento y ahí, ningún experto sabe nada.

    Lo siento, no he visto ninguna de las dos películas de las que hablas, pero sí que he ido a algunas de estas sesiones de cine forum jaja así que tú eras el de las gafas de pasta, lo sabía. Yo.. la que se escurría en la butaca y no paraba de llorar...¿sabes la que me pase llorando como una enferma hasta el punto de decirme mi hermana que es con la que iba, que jamás en la vida volvería conmigo? Por quien doblan las campanas, de Hemingway. No creo que tuviera más de 15 años, para todos fue una antigualla insufrible y yo me metí tanto en el papel de Ingrid, con su pelo cortito a lo pollito desplumado, que encima se llamaba cómo yo, enamorada de un Gary Cooper aviador inglés que moría en una guerra en la que estaba de visita, que buuuff...no recuerdo haber llorado tanto en ninguna otra película y ya ves sino las habrá mil veces mejores, pero para ni Casablanca se le acerca de lejos. Pura subjetividad, nada más que eso es el cine, más allá de los encuadres, juegos de cámara, luces y ritmo. Aquella me tocó en lo más profundo y otras joyas, ni siquiera me rozaron. Te hubieras partido de risa de mi si me pillas entonces, daba pena verme, por eso dejé de ir.. mejor pasar desapercibida en cines más grandes:))

    Perdón, me fui totalmente del hilo de tu entrada, pero me ha gustado, como siempre.

    Muchos besos V.


    Del neorrealismo me quedo con Roma ciudad abierta, de Rossellini ( intentaré ver Strombili, aunque tengo tantas y tantas por ver...) el ladrón de bicicletas y por su puesto el Gatopardo... gracias.

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  22. Virgi. Pues sí, es mucha actriz...Y a la hora de opinar valen igual todo el equipo médico. Los doctores, enfermeras, auxiliares, celadores. Todos tienen su iopinión y todas valen...Vaya el angel azul...cuanto tiempo sin verla...Muchísimo. Un abrazo.

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  23. María. Pues sí…parece ser que era yo. Allí medio recostado de mala manera buscando postura.
    Ami que cada cual decida elucubrar o no me parece bien. Sin embargo observo que de un tiempo a esta parte el propio término gafapasta se usa de modo peyorativo. Como el del pesado cultureta y sus rollos pseudo intelectuales dando la chapa. Bueno…yo hasta lo reivindico ya que considero que ahora mismo vamos por el camino contrario. Incluso un amigo me decía que los cines que cierran es x que ponen películas “para pensar” y que así no se va a ninguna parte.
    Es su opinión, pero opino de diferente manera. Lo que me hizo saltar aquel día fue que se pontificara un poco usando como argumento machacar otra estupenda película de Ingrid por el mero hecho de ser un aparente producto de Hollywood. Esas etiquetas sí que no las comparto. Pero en fin…
    Por supuesto que se puede y se debe llorar en el cine….faltaría más. Y no te preocupes…a mi me faltan tantas o más que a ti. Un fuerte abrazo

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  24. A mí, también me gustan las dos y no tengo problema alguno en disfrutar de cualquier tipo de cine o de historia, si está bien contada e interpretada, como es el caso de estas dos.

    Los estilos, dan cuenta de una época, pero al final siempre resultan pasajeros. Cosas del efímero y eterno a la vez tiempo. Supongo.

    Me alucinan tus reseñas, y me encantan, claro.

    Saludos!

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  25. Me encuentro en la tesitura de que conozco y aprecio todas las películas de las que hablas, excepto precisamente aquella alrededor de la cual gira toda tu reseña –magnífica como siempre, por lo demás-: Me fascinan la fotografía, la banda sonora y los labios de la protagonista femenina de “El filo de la navaja”, el ritmo cinematográfico y la interpretación de Mitchum en “La hija de Ryan”, la perturbadora huella que me dejó de niño “Cuando ruge la marabunta”, la fuerza de voluntad que sabe transmitir como nadie la grandísima Ingrid Bergman en “El albergue…” (aunque en ésta última detesto la ridícula caracterización de los actores occidentales haciendo de chinos). De “Stromboli” apenas recuerdo que un volcán juega su papel en la trama, y que sólo Bergman, como bien dices, tiene la capacidad de estar igual de creíble en el neorrealismo y en la superproducción en tecnicolor. En tiempos en que el recuerdo de esta impagable actriz parece retirarse en beneficio de estrellas clásicas más propicias al merchandising, es necesario traerla al presente, y en nombre de todos los que tanto la amamos yo te lo agradezco. Un abrazo

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  26. Ah, los cine-fórum, qué tiempos, lo describes muy bien con un par de frases. Yo también pasé por alli, hasta que descubrí que los cine-fórum de mi época estaban copados por progres y que, por alguna razón, las ideologías de izquierdas constituían un atractor para las chicas más feas de la galaxia. Sí, sí, ya se que es politicamente incorrecto decirlo, pero yo soy un científico y me limitaba a observar y levantar acta. Que analicen otros. Así que me pasé a sesiones de jazz y rock progresivo (King Crimson incluído), donde concurrían americanas del norte y del sur a las que se lo debo todo.

    Ingrid Bergman, siempre sólida en todo lo que hizo pero, inadecuada, miscast, en las dos películas que mencionas. Para hacer de inmigrante en Stromboli o de misionera en China, resulta demasiado…sueca. Mucho mejor Anastasia, ese sí que era su papel. Y también Casablanca, minusvalorada en los últimos tiempos, quizá como reacción a su excesiva mitificación; o quizá porque sale gente fumando. OMG.

    Saludos. Un blog excelente.

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  27. Cristalook. Estoy de acuerdo.Una buena historia bien contada no suele fallar. Luego hay obras que perduran y otras que se las lleva e viento. O se olvidan ante una moda nueva. No es el caso de esta actriz.Un abrazo.

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  28. Juan. Espero y deseo que no...vamos que la mercadotecnia y el photoshop no acaben con esta bomba de actriz. Hay algunas actrices como esta que están más allá de modas y estilos.
    La triada de películas que sito son también extraordinarias, cada una en su estilo. Stromboli posee momentos de gran fuerza. Todo el comienzo me encanta.Y luego juega a ciertas ambivalencias que pueden gustar más o menos pero que están descritas con fuerza. Alguna cosa me chirría, como el tratamiento excesivamente cargado de las mujeres del pueblo, y más en un film tan social, pero en general no deja indiferente. Las gracias a ti por tu visita y tu comentario.

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  29. Entangled. Bienvenido. No creo que seas políticamente incorrecto si esa es tu visión. Pero sucede que tal vez hemos frecuentado sitios distintos. Al menos la experiencia que yo tengo muy poco o nada tenía que ver con ideología de ningún tipo. Se valoraba y se discutía, con mayor o menor acierto,sobre bases exclusivamente artísticas. O al menos esa era la intención de base. Aunque como la gente era muy variada, cada cual tendría sus razones.No puedo responder por todos.
    Y además ya he dicho que acudían chicas que, en primer lugar áportaban mucho, en segúndo lugar eran muy guapas y en tercero fumaban de maravilla.
    No siempre se coincide con lo que se expone. Y este caso que cuento es uno de ellos. Pero no reniego de ellos. Había mucho entusiasmo.
    Ingrid en Stromboli interpreta a una muchacha armenia o lituana, no recuerdo ahora. Y francamente, creo que está sensacional. TTal vez lo único discutible sea el arrebato final, pero vamos que creo que está magnífica. En la otra también. Y por supuesto en Anastasia, ahí coincidimos.
    Gracias y un abrazo

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  30. ¡Grande Ingrid Bergman!
    Me ha encantado ese viaje a través del tiempo de tu mano, recordando los viejos cineforums.
    He visto las dos películas y dejo para los eruditos en el tema el juicio sobre ellas. En todo caso me quedo con el análisis tan elaborado que tu haces y todos los magníficos aportes con los que nos deleitas día a día.
    ¡Muchas gracias!

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  31. Maripaz. Gracias a ti por la visita y la lectura. Desde luego era y es cada vez que la vemos una actriz enorme. Un abrazo

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  32. Leyéndote descubro cuanto desconozco... El único
    cinefórum que en ocasiones he visto es Versión española de Cayetana Guillén Cuervo y, realmente, resulta interesante y curiosa. De Ingrid Bergman no he visto ninguna película... ufff, pero sí he leído el escándalo que provocó en EEUU el hecho de que abandonara a su primer marido y a su hija para casarse y dar a luz al hijo de R. Rossellini. Supongo que sería una buena actriz porque Hitchcock la eligió para protagonizar varias de sus películas. Ha tenido muchas candidaturas al Óscar aunque se lo otorgaran en pocas ocasiones, otra prueba de que esta actriz era muy respetada y aclamada en sus interpretaciones.
    Sin duda, esta lectura me ha resultado muy interesante, bueno... como siempre jaja

    un fuerte abrazo

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  33. Esilleviana. Vaya...me dejas perplejo al afirmar que no has bisto nada de Ingrid Bergman. Ni siquiera Casablanca? bueno, en ese caso te diré que es una actriz extraordinaria a la que merece mucho la pena ver. El escandalo fue trememdo. Encpntraras autenticas joyas. un abrazo

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  34. A mí me gustaba mucho esta actriz y la he visto en esas películas que citas, tan estupenda como siempre, tal vez porque me gusta y no soy neutral, pero me parecía una mujer carismática en cada una de sus actuaciones, con la suficiente solidez y credibilidad.
    También he de decir que no me salva el hecho de que yo suelo tragarme cualquier película, que me gusta tanto el cine que hasta Buñuel con sus excesivas excentricidades me lo he digerido sin tan siquiera entender sus mensajes en más de una ocasión.
    Creo sinceramente que soy una mujer pegada a la pantalla,ja,ja,ja
    Besos.

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  35. Marinel y Jordim...veo ahora vuestros comentarios. Muchas gracias por la visita. Efectivamente, pegados a la pantalla nos quedamos con los ojos como platos admirando a Ingrid. Un abrazo

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