sábado, 21 de diciembre de 2013

EL DUKE, EL NIÑO Y LA MADRE




Si en alguna ocasión me viera arrastrado por algún sueño a alguna ficción en el salvaje e inexplorado territorio del medio oeste, no lo dudaría. Haría lo que hizo la joven Mattie Ross en “Valor de ley”. Buscaría su ayuda. Ahí está una vez más. Oteando el horizonte, curtido en cientos de misiones audaces. Al otro lado, en el contraplano, en off visual, hay dos cosas. Por una parte el inmenso paisaje agreste y arenoso. Ese que tan bien conoce y domina ya que lo ha cabalgado mil veces. Pero no sólo eso. Justo enfrente, a unos tres metros, hay un tipo irlandés con una cámara filmando que se llama John Ford. Que o bien está de buenas apurando un trago y contando una anécdota mientras rueda…o bien le hemos pillado con un humor de mil demonios. En ese caso, no lo duden, absolutamente todo estará mal y habrá que repetirlo entre maldiciones varias.
Tratándose de John Ford, siempre me ha llamado la atención que en cierta ocasión leí que en una entrevista, Peter Bogdanovich le expuso minuciosamente sus teorías sobre los múltiples significados de la puerta que se abría y se cerraba al comienzo y al final de “Centauros del desierto”. Y que al parecer, el del parche en el ojo se arrulló en la silla, se arrascó no recuerdo dónde, hizo una mueca extraña y se limitó a decir “Mmmmm”. Y se acabó.



Es por eso que tal vez no me atreva demasiado con él por aquí. Los numerosos tópicos ligados al arquetipo parecen decirnos que en su universo (el famoso universo fordiano) todo está escrito bajo el sol,y por mejores plumas que la mía. Y además, no se debe olvidar su propia falta de adherencia a considerarse autor de nada “yo no suelo ver mis películas. Las haré buenas, malas y regulares, poco importa. Normalmente, cuando estoy terminado una ya estoy pensando en la siguiente”. Afortunadamente son ya muchas las generaciones que no le han prestado ningún caso y su cine se ha visto y se ha estudiado desde todas las formas y variantes posibles.
No obstante, a la hora de comentar un film de Ford, surge la tentación e incluso la necesidad de volver a desmenuzarlo, de someterlo al análisis crítico. Y si voy a hablar de “Tres padrinos”, podría ponerme a disertar sobre su mayor o menor madurez estilística, la focalización de los personajes, su sintaxis cinematográfica, la fidelidad mayor o menor al sustrato narrativo que compone su mundo, sus estrategias visuales, los referentes etc, etc, etc. No lo voy a hacer. Al menos hoy. Su cine se compone de una torrencial e inimitable capacidad para generar emociones de dimensiones tan auténticas y vivas que prenden en el espectador de forma tan instantánea como imperdurable. Ponerse a diseccionar tal o cual plano o panorámica se convierte por tanto en un ejercicio tan respetable y legítimo como inabarcable al hablar de un genio de semejante envergadura.



Es por eso, debido a que el cine de Ford traspasa al ser humano como lo hacían las vulvas en la invasión de los ladrones de cuerpos y se impregna en él para siempre, que se van a hacer otras preguntas. Por ejemplo, hasta que punto influye la visión de su cine en la imaginería de los juegos infantiles y adolescentes. Y quien dice Ford, podría decir Walsh, Tourneur, Thorpe o Hawks.
Con todos ellos, cuando reincidimos en su visionado, ignoramos con alevosía a Sabina cuando dice en una canción “En Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Comala es el pueblo de la novela de Juan Rulfo “Pedro Páramo”. Y vistos los acontecimientos de la misma se entiende el sentido poético de la frase. Pero cómo no volver sobre los grandes clásicos de Ford una y otra vez.  Máxime, ahora que no quedan demasiadas islas para naufragar, léase filmes que nos puedan llegar a impactar como aquellos. Es inevitable desear conectar emocionalmente una vez más con su mundo. Volver y conmovernos una y otra vez con su arte total, riendo, llorando y reflexionando a la vez. Por ejemplo, compartiendo con el Duke su alborotada llegada a la estación de Innisfree o viviendo la tragedia de verlo prender fuego a su rancho.


Cualquier obra suya vale. En este caso “Tres padrinos”. Sobre la cual podríamos entrar en el famoso debate sobre su más que evidente (y sin embargo discutible) simbolismo religioso. El caso es que ahí los tienen. Tres camaradas con Wayne al frente del comando. Tres vaqueros que no traen ningún presente a ningún portal. Al contrario, su intención es llevarse cosas, les da igual oro que incienso. Su única intención es robar el banco de un pueblo que para colmo se llama Wellcome. Tras un delicioso aperitivo costumbrista, Ford mete el acelerador y el robo sale digamos que regular. Mejor para el espectador, ya que así tenemos la oportunidad de ver una larga persecución a caballo espectacular.
Y luego, entre sus fotogramas, uno descubre las muchas razones de que uno pidiera tantas veces un traje de vaquero a los Reyes Magos con el sombrero correspondiente. Las raíces de la emoción por ese tipo de aventura, poco tienen que ver con lo militar ni con lo bélico. En este aspecto, el feminismo más recalcitrante en mi opinión (y sea dicho con todo respeto) se equivoca. Un film de Ford como este, hace volar la imaginación por razones tan rotundas y tan sencillas como esta:



Si un niño desea jugar a indios y vaqueros tras ver esto es debido a que le transporta a un deleite, a un disfrute esencialmente ligado a la aventura en su sentido más lúdico. Muchas son las escenas memorables en el cine de Ford, pero la que va de regalo, en apariencia de transición, resume la esencia de la aventura del western como pocas. Es más, ejemplifica la aventura con mayúsculas en toda su dimensión. Esa que lleva a desear vivir al galope inesperados peligros enfundados en un traje de vaquero. Y eso lo rueda el maestro con esa aparente sencillez en la que sin embargo, absolutamente nada es dejado al azar.


La decisión de bordear los poblados indios y tomar el camino del desierto traerá como mínimo tres consecuencias. Ante todo, imágenes bellísimas, algunas líricas y surreales, otras duras y muy emotivas. Además nos conecta con la actualidad más inmediata. Con los muchísimos tipos y formas de penurias, hambre y sed que atravesamos bajo un sol de (in)justicia.
La travesía de ese desierto sin fin adquiere el valor de la elegía, la épica paso a paso al compás de la sal de la tierra, la entrega y el sacrificio. Un sendero interminable que no es ni mucho menos fácil. Y Ford no es ningún pusilánime: no todos terminan el viaje. A Todos no alcanza la ansiada tierra prometida. Y eso se dice alto y claro.
La tercera pata del banco argumental encierra un simbolismo, que se comparta o no, no impide a la película alzarse y volar muy alto. Nada menos que un niño en mitad del desierto. Y además, le permite a este humilde comentarista regalar de la mano de John Ford y John Wayne una estampa que me sirve como pocas para desear a todo el mundo salud y Feliz Navidad. Con el cowboy por excelencia saludando con el sombrero criatura en mano.  El análisis de los planos y la fotografía lo dejamos para otro día.
 


Y la cuestión del guión (nada simple) y su posible trasfondo simbólico queda a juicio de cada espectador. Habrá quien lo obvie y se quede con un estupendo y vibrante western. Y habrá quien se agarre a ese clavo como argumento para sublimar una película que se defiende por si misma.
Cuestión diferente es la iconografía que acompaña al héroe. Su tipología labrada a lo largo de décadas. Ahí si se va a hacer una precisión. Este hombre que viajó en la diligencia, que comandó la legión invencible, que surcó los mares en la flota silenciosa, que viajó tranquilo a Innisfree, que cruzó varios ríos (rojo, lobo, grande, bravo), que le dijo a Liberty Valance aquello de “ese es mi filete”, que enamoró a a Maureen O’Hara varias veces, y que peleó innumerables veces contra indios y no indios, tuvo un excepcional y emotivo momento de pudor ante su madre muerta.
John Elder, el temido pistolero, vuelve a casa y contempla la mecedora de la pionera Katie Elder. Una madre bien mirado no tan lejana de la de Gorki. Y en una señal de profundo respeto por la figura materna a la que nunca escuchó, por fin, conociendo los deseos de la difunta, decide quitarse la cartuchera y guardar las pistolas. Al menos mientras esté bajo su techo. John Wayne desarmado por voluntad propia. Es la cadena de la vida. Protegiendo al niño. Recordando a la madre. Principio y fin. Y ahora sí, tras el centauro del desierto podríamos cerrar la puerta. Tampoco lo haré. Es una puerta que, no lo duden, se volverá a abrir innumerables veces. Tal vez es que para él siempre esté abierta.

42 comentarios:

  1. Yo lo que sé, es que las pelis de Ford, son de las que se ven 'del tirón'. Algo que es de agradecer y que demuestra que detrás de la cámara, acostumbra a haber sólidas y vistosas (cuando no épicas...) historias. Sin importar en que género estén ambientadas. Fue, es y será... un referente,

    En cuanto a Wayne, uno de sus actores 'fetiche', parecía que se daba entre ellos como una simbiosis afortunada, que dio escenas legendarias y arquetipos que aún son válidos después de 'años y paños'.

    Muy buena, como era de esperar, tu revisión de este par de cracks.

    Felices días! Víctor

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  2. Feliz Navidad, querido Victor. Tu felicitación con tus reflexiones sobre el cine de Ford y John Wayne un placer.
    ¡Brindamos en Innisfree! Y también te espero para estas Navidades en los últimos fotogramas de LA TABERNA DEL IRLANDÉS celebrando las fiestas con John Wayne, Lee Marvin y compañía... en una isla perdida al sur del Pacífico. Todo un paraíso.

    Un beso
    Hildy

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  3. Feliz Navidad, pues.
    mmm..
    Acabo de ver hace nada Tres Padrinos (pero de Tokio). Es un anime de Satoshi Kon, y en esa son tres vagabundos de Tokio los que cuidan de un recién nacido que se encuentran entre las basuras.
    La peli está bien y me gustó. Pero no tanto como esta. Que me gustó cuando la vi de niño (y sí, también quería ser vaquero), cuando la revisé de adolescente y cuando la he vuelto a ver de mayor en otro par de ocasiones (una en cine, si no recuerdo mal).
    Tenía pensado hacer una entrada sobre esta peli (y otras de carácter navideño), pero me da que mejor te enlazo aquí si lo hago y ya está.
    Sobre la simbología. Pues es clara, creo yo. Pero bueno, de la misma manera que acepto encantado las monarquías en la ficción cinematográfica, comulgo también con los mensajes religiosos...y más cuando son como los de esta peli, que más que de religiosos (por mucha Biblia que indique el camino, o burro que aparezca)...tienen de solidaridad, sacrificio y compasión humana (algo que no es exclusivo de la religión, por supuesto). Peliculón, claro.
    Y sobre el Duke. Pueeeeeeeeesss... no es mi actor favorito (que esos serían James Stewart, Douglas y en un puesto aparte Chaplin)...pero sí estaría entre mis cinco favoritos sin dudarlo (tal vez el tercero)... Y a mí me parece un actorazo con una filmografía con unas cuantas obras maestras y muy buenas películas.
    Un abrazo.

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  4. Estas fechas siempre nos llevan a "ayer": aquel tiempo sin obligaciones y lleno de cine.

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  5. cristalook. Gracias. Tienes razon. Aunque no me gusta ver peliculas a medias...mas de una vez haciendo zapping me he encontrado con una de Ford y me he dicho asi no la veo...yal final la he visto sin darme cuenta hasta el final. De un trago. Felices fiestas y un abrazo

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  6. Hildy. En realidad que sepas q te felicitamos la navidad dos. El duke y yo. Y que te felicite John Wayne no sucede todos los dias. En esa taberna...no se si dejarlo para fin de año...ya que si empiezo ahora con tragos y peleas jaja. Pero bueno, no lo descarto. Ford siempre es garantia. Feliz Navidad y un abrazo.

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  7. David. Pues esa si que no la he visto yo. Ni laque hizo Ford de los tres hombres malos tampoco.
    Cuando se hacen las tipicas listas de las mejores de Ford esta nunca sale. Y en parte lo entiendo. Pero estoy contigo. Es muy buena.
    El simbolismo parece claro. Pero es que Ford da la vuelta a muchas cosas. Y aunque el final es digamos redentor...el desarrollo tiene muchas cosas que como tu dices no son patrimonio de la religion.
    Muy dificil lo pones con lo del actor favorito. Igual depende de que pelicula estes viendo. Igual si estoy viendo el bazar de las sorpresas digo jo mi favorito es Jimmy. Si estoy viendo la pradera sin ley pienso que va mi favorito es Kirk. Y asi sucesivamente...el problema es cuando salen dos en la misma. Por ejemplo historias de filadelfia. Entonces me cambio de bando y me quedo con Kate...es broma. Me quedo con todos. Un abrazo y Feliz Navidad.

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  8. Paradela. Aquel irrepetible tiempo sin obligaciones...cuando se soñaba 24 horas al dia. Cuanta razon tienes. Felices fiestas y un fuerte abrazo

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  9. Ya con esa imagen de Wayne con la que abres la entrada me tienes en el bote, saber, sabes de mi debilidad por el de Cleveland pero es que por Marion Robert Morrison..alias John Wayne, no es menos, está ahí ahí..cuestión sentimental y de padre pero es que además era un actor tan grande como su fisico imponente..¿recuerdas aquel anuncio de Malboro..? pues eso.., claro que mejor que el anuncio, sus películas, las fordianas y las otras.
    He leido en la biografia de Ford que en sus mejores trabajos las cualidades espirituales se expresan a través del mundo físico y no mediente un simbolismo abstracto, asique todas esas penurias y la travesía, la belleza del desierto, el hambre, la sed y el viento mantienen las corrientes espirituales ocultas.
    Todo el universo del western y más con individuos como Wayne dirigidos por monstruos como los que citas es tan viril y al mismo tiempo tan profundamente tierno que hace que siga disfrutando al revisar éstas películas como si las hubieran estrenado ayer.
    ¡Gracias por la felicitación Victor! Muy en tu linea, nos engañas un poco y luego vas por derroteros más emotivos.

    Un abrazo y un brindis ( tú verás con qué..)

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  10. Pocas películas de Ford he visto, sin embargo he de reconocer que algunos diálogos son de frontispicio: "sabes que te pareces al que buscan y por quien ofrecen 2000 dólares, y el otro le contesta: sí, pero tu no parece que tengas la cara del que va a cobrarla..."

    No recordaba la letra e Sabina, en referencia a Pedro Páramo. Sí, sí, de acuerdo, jamás hay que volver donde un día fuímos felices, porque son ganas de pifiarla. La felicidad es un pájaro esquivo que no vuela dos veces por la misma nube.
    Que pases unas estupendas fiestas y puedas decir que el 2014 fue un buen año para ti.

    Un abrazo

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  11. Abril. Me consta tu aprecio por este hombre, . Tenía que haberte dedicado la entrada...pero tu última frase... Bueno, ahora que lo pienso, a lado estaría este, al otro el de las salsas de mostaza...así cualquiera. Y como bien sabes ambos tuvieron una época en la que recibieron tortas por todos los lados. El tiempo les ha puesto en su sitio.
    No se a que biografía de Ford te refieres, ya que hay muchos libros sobre él. Pero aun estando muuuuy bien lo que dices (me encanta ese párrafo), las palabras de Ford hay que cogerlas siempre con alfileres.
    Hay un documental por ahí en el que le preguntan que si cree que el poco éxito comercial de "el último hurra" se debió a que está realizada en blanco y negro. Y él va y contesta que no, que se debe a que hay pocos azotes. que tenía que haber metido a alguna mujer recibiendo una buena tunda de azotes, pero que se le olvidó. Era muy ácido respondiendo.
    Nunca sabías por donde iba a salir
    Te felicita Wayne... Yo casi que, vale también.... aunque en fin. Brindar brindo, que no brando...con qué y con que no en tu casa te lo explico...Felices fiestas y un abrazo

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  12. Amaltea. Pues en ese caso no sabes el manjar o festín que te espera. Cuanto te envidio. No hay como la primera vez de una película. Y este tiene tantas geniales...
    La frase...ya digo que entiendo el sentido literario, pero me es imposible cumplirla con ciertas películas o libros. Y esta es una de ellas. son dos horas en las que repetir siempre es una gozada.
    Genial la frase que me dejas...felices fiestas y un abrazo

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  13. Es lo que me gusta del cine, entre otras cosas porque soy incapaz de hacer sesudos análisis de las películas (que por otro lado admiro cuando lo hacéis quienes sabéis de este arte), que me generen emociones de dimensiones auténticas y vivas.

    Por cierto, hoy los adolescentes no han visto pelis del Oeste y los niños no juegan a vaqueros (o muy pocos). Y fíjate que digo niños. No sé si soy o no feminista recalcitrante (soy reincidente e insistente en mi feminismo aunque procuro no hacer discursos) pero, pese a que era una consumidora nata de películas del Oeste, los "indios y vaqueros" eran hombres y las mujeres, salvo excepciones, personas zarandeadas por unos y otros: víctimas, secuestradas, violadas, mujeres hacendosas o chicas de saloon.

    Bueno, que me encantaban las pelis de Ford pero que es un "tostón" hacer de Penélope, prefiero a Circe o a Calamity Jane :))

    Mi felicitación que he dejado al fuego del hogar de mi casa:

    Que la buena suerte te persiga,
    y cada día y cada noche tengas
    muros contra el viento,
    y un techo para la lluvia,
    y bebidas junto a la fogata,
    risas para consolarte
    y aquellos que amas cerca de ti.


    Un abrazo!!

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  14. Laura. Es verdad. Hoy los chavales juegan con videojuegos a destruir planetas enteros...
    Yo también soy recalcitrante reincidente. Y comparto solo en parte lo que dices. Es verdad que en ocasiones los géneros se construyen sobre arquetipos. Pero no siempre es así. Y no siempre el tratamiento de la mujer en el western es ese de convidada de piedra, o chica de salon, ni mucho menos.
    La última foto de este mismo texto se refiere a una mujer excepcional, Katie Elder, en off visual durante toda la proyección de "los cuatro hijos de Katie Elder". Una mujer luchadora como pocas, ante la que Wayne se averguenza. En gran parte por no haber seguido sus consejos y haberse convertido en un pistolero. Por eso cuando pasa junto a la mecedora y esta se mueve...se quita las pistolas.
    Hay mujeres en el oeste tremendas, Joan Crawford en Johnny Guitar, por ejemplo.
    Hacer de Penelope, tejiendo y destejiendo supongo que te refieres a eso. Lo entiendo. Para eso mejor hacer de Penelope Glamour.
    Preciosas palabras.Salud y felices fiestas Laura. Un abrazo

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    1. Hay excepciones, cierto. Pero por serlo explica porque las niñas no jugamos a vaqueros ¿no?

      Abrazos y buen año!!

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  15. Ya no hay niños que caminen de esa manera peculiar que da el imaginar que llevas una cartuchera; que haya vuelto el viejo Fuerte Comanchi, con sus indios y vaqueros, es para mí un misterio, porque la magia del western se ha convertido para las televisión en cine de arte y ensayo, una rareza que no reservan ya ni para la madrugada. Y ni sin embargo uno salía de estas películas con un sentimiento de invulnerabilidad, y si era de Wayne con sus andares, pesados y ágiles a un tiempo, y si además era de Ford con ese punto de integridad, sabiduría y belleza que sólo lograron transmitir los pioneros. Estos Tres padrinos que tan brillantemente diseccionas forman parte, junto con “El sargento negro”, por ejemplo, de lo que se conoce como pequeñas joyas menores de Ford. ¿Menores? Tratándose de un gigante, la sombra que proyectan cubre varias filmografías de otros directores. En fin. Mis mejores deseos para estos días.

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  16. Esto que voy a decir podría escandalizar a los acólitos de las buenas costumbres, pero considero que Ford ha educado a más generaciones de españoles que la mayoría de nuestras vetustas escuelas. Y todo ello considerándose a sí mismo solamente un artesano. Abrazos y feliz Navidad

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  17. Juan Herrezuelo. Desde luego las costumbresy los gustos de hoy son otros. La retina del niño esta saturada y ha visto de todo. O cree haberlo visto todo.
    Seguramente esta pelicula a un adolescente de hoy le hara mirar el reloj varias veces.
    Nosotros entrabamos y saliamos de esas peliculas con los ojos como platos. Y aun hoy siguen funcionando. Y claro que no son menores. Lo que ocurre es que la carrera de Ford...que te voy a contar.
    Ahora si ha vuelto el fuerte comansi amigo Juan nada esta perdido. Te deseo felices fiestas. Un abrazo.

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  18. Jose Luis. Ya sabes que segun el informe Pisa estamos mal educados. A estas alturas no me escandalizo pero creo que nuestra educacion se basa en Ford, el maestro que te recomendo un libro e incluso lo que vivimos y vemos en nuestro patio. Para bien y para mal. Y claro la uhf. Todo suma. O eso quiero creer. Te deseo unas felices fiestas amigo. Un abrazo.

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  19. No es para sentirse orgullosa, pero he visto muy pocas películas de John Ford. Pero sin duda me ha gustado la frase: "al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver", sobre todo porque se puede volver en tu contra. He leído sobre El hombre tranquilo, alguien que tiene que luchar contra las costumbres sociales de su entorno.

    feliz navidad rodeado de buena compañía.

    ps: te he dejado un comentario en el post anterior.

    un abrazo

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  20. Me alegra comprobar, Víctor, que en la inagotable fuente de sabiduría cinematográfica de Ford habrás hallado fuerzas para superar, una vez más, la batalla que se te aproxima... :-)
    Hace muchísimo que no veo esos tres padrinos y lo cierto es que hace ya demasiado tiempo que no me aprovisiono de Ford y ha sido craso error, porque echo muy de menos emocionarme ante una película: simplemente recordando en tus acotaciones la llegada a la estación vía Innisfree ya lo noto en el espinazo y las aletas de mis narices se abren como husmeando la pista del buen sabor, no por añejo menos apetecible: empiezo a estar harto de buscar y fallar, buscar y fallar.
    Pongamos a un Ford en nuestras pantallas estas fiestas...
    ¡Y Feliz Navidad!

    Un abrazo.

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  21. Maaaaadre mía V!! ya que acabo de subir de las presunciones de abajo, presumiblemente intuyo que tu adoración por este Duke tuyo el mío es ESTE, te tiene tan fasheado que decir en bajito, si quiera musitar que pocas veces he conectado con los westers sería poco menos que sacrílego para ti... ya te lo dije abajo, jamás miento y esa comunión espiritual que se mastica en tus letras no estos monstruos del cine del oeste yo no la he probado... a mi Wayne en bonachón me parece el anverso de la moneda de los entrenadores cerveceros, frustrados y acabados de los que hablabas en la otra entrada... centauros de otros tiempo, quizá sí... hoy a mi me cuesta mucho verlos con tus ojos... pero sí te diré algo tus letras conmueven.... con ese detalle de dejar las armas por respeto a su madre... si, esto sin duda es de lo más navideño... navideño de la navidad de verdad, de la de volver a casa.

    Que tu Navidad sea tan entrañable como tu amor por el cine y todo lo que nos regalas aquí, de verdad mil gracias.


    Un beso grande y ¡¡muy muy feliz Navidad!!


    ... Hasta la vuelta, cuídate mucho pistolero:-)

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  22. Josep. Con Ford a mano se afrontan con mayor seguridad tantas cosas...tantos tropiezos y sinsabores...y por supuesto sirve de balsamo ante la noche del sofa jaja es verdad.
    Me sorprende que haga tiempo que no lo revises teniendo en cuenta lo que anda suelto hoy por ahí. Pero nunca es tarde y cualquier momento es bueno para beber de esa sabiduria. Un fuerte abrazo

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  23. Esivelliana. Para nada. Yo no he visto cientos de peliculas y libros ni te cuento.
    La frase no es mia pero venia bien. Me alegro de leerte. Mucho. Y tu comentario en la anteroor entrada me parece muy muy interesante. Un lujo. Te deseo felices fiestas. Un abrazo

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  24. Maria. Ese que te gusta a ti...resultara dificil ya que hay tantos y tantas a la fila que les encanta jaja
    No es que le adore. Pero le han dado tanta caña a veces...y son tantos años.
    Desde luego es el anverso de esos otros que comentaba en la entrada anterior.
    Es un cine el de Ford en mi opinion perenne y maravilloso. Un poeta lirico como pocos. Un conocedor de la naturaleza humana impresionante. Mejor no sigo.
    Precioso el detalle de la mecedora y la madre. De los que demuestran que el western es mucho mas que cuatro topptopicos. Felices fiestas. Un abrazo

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  25. Qué joven John Wayne en estas fotos!

    Confieso que no soy mucho de western y que me falta rodaje para apreciar a Jonh Ford, pero tus análisis siempre son tan bellos, tan encaje de bolillos, que una sale de aquí creyendo que ya sabe algo más de cine. De hecho, veo muchas pelis de las que escribes, sobre todo anteriores a los años 60, clásicas (gracias a mi padre que tiene una buena colección) y estoy descubriendo grandezas que no conocía.

    Estoy de acuerdo con Sabina, pero creo que él no se refería a volver sobre una peli o un libro que te haya gustado, sino a algo más efímero y prosaico: a una situación. Volviendo al lugar creemos que volvemos a una situación ya vivida que nos hizo felices, pero eso no es posible. Lo posible es que se de otra diferente que también nos llene de alegría, o que nos hundamos en la melancolía. Procuro quedarme con la opción primera y sigo leyéndote Víctor, y volviendo aquí, porque esto sí que me llena de muchas cosas.

    Un abrazo.

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  26. Sue. Gracias. Ya me gustaria a mi tener la coleccion de pelis de tu padre. Ahí tienes las autenticas joyas. Seguro.
    La frase tiene su sentido y es el que tu explicas de forma cristalina. Admito que yo la "utilizo" paraexpresar ese deso de volver a ciertas historias que nunca defraudan. Un abrazo.

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  27. Fiorella. Como tu dirias sos genial. Me encantas. Felices fiestas tb para ti. Un abrazo

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  28. Cuánto más veo a John Ford, más le admiro. Y como dices, las revisiones de sus películas son infinitas...
    Gran entrada.
    Un abrazo y que tengas un feliz año nuevo

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  29. Ford tenía una manera de hacer películas que todavía hoy no se explica.Creo que se llevó el secreto a la tumba.Posiblemente es el más grande de entre los grandes.Ford primero y Peckimpah el último y no Eastwood. Los héroes de Ford siempre estaban oteando el horizonte y los de Peckimpah lo traspasan y claro, mueren, el fin de la frontera.
    Estupendo recorrido,como siempre.

    Felices fiestas,amigo.

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  30. Leon. Efectivamente, es un material que no tiene fecha de caducidad. Gracias y felices fiestas

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  31. Francisco Machuca. Por eso me niego a analizarlo. Sería como intentar desentrañar las razones de un lienzo perfecto en cada pincelada. Es imposible.
    El debate sobre Peckimpàh o Eastwood...yo me quedo con los dos. Me da igual a que lado de la frontera. E incluso con algún otro francotirador amigo de las fronteras como Walter Hill, muy menospreciado. Un abrazo y a despedir bien el año..

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  32. Ford debía tener algo del paisaje y los vaqueros metido en su sangre. Así sería más fácil de explicar su genialidades sin esfuerzo (según dicen).
    Cuando ví La diligencia, aluciné. Años más tarde me atreví hasta a compararla con el Jan van Eyck del Prado (entre nosotros, espero que nadie me crucifique por la comparación), por esa forma inconcebible y genial de meter a varios personajes en un espacio pequeñísimo.
    Me conquistó ese traqueteo continuo, la carita angelical de Wayne, la chica sensual, el borracho..¡ah, qué gente entre cuatro trozos de madera!
    Los tres padrinos no la he visto, es verdad que ese trozo es minimalista al máximo.
    Una lección más de la tuyas, que más que parecerlo, funciona como un imán electromagnético que nos pone a funcionar.
    Eres un hacha, Víctor.
    Te deseo cosas lindas para este año que comienza. Un abrazo enorme y gracias por tus textos.

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  33. Solo vengo a felicitarte el año y a desear que tu lucidez mirando el cine se mantenga firme :))

    Un abrazo.

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  34. Virgi...lo mismo te deseo yo multiplicado. En tres padrinos hay otro viaje. Aquí, al contrario que la diligencia sobra espacio aunque las emociones son muy semejantes. Son auténti9cos incunables. Y no me parece ninguna desfachatez...esta gente tiene muchas influencias pictóricas. Un abrazo

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  35. Luna LLena. Gracias. Unos días estamos más lucidos que otros. Se hace lo que sepuede. Un fuerte abrazo

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  36. Sin duda y como siempre, supiste elegir la película y director adecuados para felicitar a tu manera las navidades, porque como bien dices, el trasfondo de esta película, el argumento tan genuino de Ford, es, con los sempiternos giros de este hombre tan singular; la humanidad en toda su rudeza y como representante de ella y sus desiertos, campos de dunas de altibajos y sufrimientos, un grandísimo Wayne.
    :)
    Besos.

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  37. Vengo un poco tarde a felicitarte la navidad y me encuentro con tu original felicitación, tan cinéfila como tu mismo. ¡Genial!
    Por otro lado, el descubrimiento que he hecho de John Ford leyendo tu magistral texto, me ha llevado a pensar que has empezado el nuevo año con fuerza. ¡Cuanta pasión!
    Has logrado emocionarme de manera muy particular mientras te leía porque soy amante del buen cine y tu lo describes como nadie.
    Gracias!

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  38. Marinel. Muchas gracias, aunque gran parte del mérito, como siempre, es de Ford que nos regaló una película maravillosa. Un abrazo

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  39. Maripaz. Nunca es tarde. Y además así aprovecho para desearte un feliz año. Un abrazo

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  40. He repasado los comentarios porque no estaba segura si se me habría pasado dejarte un comentario... ya me ha ocurrido varias veces :), te leo y al final pienso en un buen comentario, aplazando para mejor momento escribirte algo...

    Gracias por tus palabras, siempre agradables.

    un abrazo :))

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