No puedo asegurarlo. Pero apostaría algo a que el ex agente de la CIA , asesino profesional, cazador de recompensas y lo que se tercie John Creasy (Denzel Washington) no ha visto “Sin Perdón”. Si lo hubiera hecho, tal vez hubiera tomado nota de la receta del asesino William Munny: para reconducir una vida plagada de excesos, matanzas y remordimientos sin que a uno le abrasen las llamas del mismísimo infierno cada día, hay que establecerse y mejor no beber ni gota. Ni probarlo.
Sin embargo, Creasy en “El fuego de la venganza”, lo primero que hace al cruzar El Paso en dirección a México es sacar la petaca. Bebe mucho y reza mucho. Hay quien sostiene que o bien se reza por devoción y fe o bien debido a que uno tiene muchos motivos por los que rezar, como diría Sidney Lumet, antes que el diablo sepa que hayas muerto.
Sin embargo, en esta ocasión parece ser el propio diablo quien cruza la frontera. Con barba de tres días y cegado por el sol. Abatido, en el pozo del cielo, respirando un constante sentimiento de ausencia. En un continuo exilio interior, perdido por los derroteros de lo inadecuado. Se podría decir que este tipo se encuentra en el auténtico corazón de las tinieblas. No se nos explica de momento en que turbios, amorales y delictivos asuntos ha estado metido. Al encontrarse con un viejo amigo de fechorías le pregunta “¿Crees que Dios nos perdonará lo que hemos hecho?. Los dos tienen muy claro que no.
John Creasy atraviesa una situación límite, difuminado, noqueado, a un paso del hombre desesperado de Gustave Courbet. Conviviendo con un sufrimiento continuo, un sentimiento inapelable de desajuste y torpeza. Como solución temporal ante tantas fugas morales el amigo le recomienda que se tome un respiro y acepte un trabajo fácil. De guardaespaldas. Un problema para esta especie de enchilada de samurai, loser errático y solitario lobo estepario, con códigos tan firmes como herméticos. “Tendré que hablar. Y ya sabes que eso no se me da nada bien”.
Como los caminos del señor y los otros son inescrutables nunca sabe uno dónde va a encontrar la redención. Al igual que uno no sabe en que esquina aparece una soberbia película para hablarnos de la culpa, el pecado, de la amargura del alma negra y del perdón. Eso sólo en su primera mitad.
Martin Sheen en “Apocalypse now” comenzaba la película diciendo aquello de yo deseaba una misión, y por mis muchos pecados me la dieron. Y Dante caminaba por el purgatorio sorprendido ante cada nueva estación. A Denzel Washington le encargan custodiar y hacer de guardaespaldas de una niña en Distrito Federal, dónde los secuestros están a la orden del día y la violencia campa a sus anchas. Le cuesta comenzar su trabajo tanto como a William Munny subir al caballo. Y para colmo, por si acaso fuese poco el no encontrar respuestas a su infinito dolor ni en las escrituras ni en la petaca, lo que le faltaba es que una monja capte al instante su agonía vital.
En su primer viaje para entregar a la niña en el colegio se encuentra con la Hermana Ana , religiosa del centro: “Hijo, ¿alguna vez ve la mano de Dios en lo que hace?” “no hermana, desde hace mucho tiempo”. Y en ese momento de gran lirismo la monja le intenta explicar que la Biblia dice que uno no se debe dejar vencer por el mal, sino que hay que vencer al mal con el bien. Pero en un prodigioso alarde de gran inspiración dramática, con una infinita tristeza en la mirada, Denzel Washington se adelanta y antes de que la monja termine el salmo le dice: “Lo sé, lo sé. Romanos capítulo 12, versículo 21. Yo soy el cordero que se perdió madre”.
Si largo es el camino que conduce de las tinieblas a la luz, en el caso de este pecador atormentado por mil llagas la procesión y el vía crucis tomaran un giro inesperado al entrar en contacto con la niña de nueve años a la que debe custodiar (adorable Dakota Fanning). Un ser inteligente y despierto que pronto se da cuenta que en realidad el guardaespaldas es un ser mucho más desvalido que ella y que es un osito grande al que hay que cuidar. Y John Creasy emprende un inesperado viaje hacia lo nuevo, una fuga hacia lo olvidado.
La infancia como catalizador remueve todos los resortes. Estamos ante una niña que para calibrar el talante y valía de su nuevo guardaespaldas le pone rápidamente a prueba con contundencia “Señor Creasy. Ha habido 24 secuestros en Distrito Federal en los últimos seis días. Son 4 al día ¿Qué opina?”. La primera toma de contacto es ruda, pero la determinación de la niña no se queda en preguntarle de dónde es, de qué estado, si tiene novia, por qué no está casado, etc etc. Va mucho más allá. Con preguntas con una carga de profundidad de este calibre: “¿Ser negro es positivo o negativo para ser un guardaespaldas en México?”. Lo extraordinario surge al contemplar el contraplano alucinado de Denzel Washington, que comprende que en una sola frase, la niña ha dado con muchas de las claves que han marcado su existencia.
Paso a paso se irá fragüando una confianza marcada a fuego. Un muestrario plagado de miradas cómplices y silencios que culminan rompiendo la gélida indiferencia inicial con la primera victoria de Dakota Faning, cuando consigue que ambos sonrían por primera vez juntos y acompasados. En armonía. Es una auténtica delicia ver como se desarrolla un invisible vínculo entre ambos que tiene dos momentos culminantes.
El primero es aquel en el que en una magnífica idea de guión el guardaespaldas logra mejorar los resultados de natación de la niña con sus peculiares y nada ortodoxos métodos educativos. Ahí averiguamos mucho sobre quien es Creasy y por lo que ha pasado. Enseñar a una niña a deleitarse con el sonido de un disparo es una lección de dudosa ética. Cuanto menos discutible. Y verla gritar una y otra vez “el disparo no me asusta” resulta un adiestramiento educativo tan ambiguo como efectivo. Tan subversivo como eficaz.
El segundo momento se produce cuando, en comunión total con la niña, el tormento y el éxtasis se aparten a un lado y se acaricie por unos instantes la paz. Siguiendo con los simbolismos religiosos que acompañan todo el metraje de “El fuego de la venganza” la niña le regala una medalla de San Judas, patrón de las causas perdidas. La va a necesitar. Estamos ante un momento de felicidad mágico y efímero antes de que suceda justo lo que las estadísticas marcaban.
Es entonces cuando nos damos cuenta de que esta película va a dar un paso más allá. Ya no se trata solo del vía crucis moral, de la agonía, la culpa y la redención. Es que ahora, desaparecida la niña, vamos a asistir a la resurrección del diablo. Aquel que no teme cruzar todas las fronteras y adentrarse como Dante, en el infierno. No hay límites a la hora de tratar y reencontrarse con esa gran conocida, la muerte.
El estallido de violencia que surge es el fuego purificador de la venganza, el sonido de las siete trompetas manejadas por un ángel exterminador que acaba de recuperar su frase totem de antaño. Y esa no está en la Biblia. Su nuevo catecismo lleva como firma un solo lema “las balas siempre cuentan la verdad”. Y por fin, aunque esta vez con una causa, Denzel Washington desatará toda la furia contenida haciendo lo que mejor sabe hacer, remover cielo y tierra en una catarsis desenfrenada para encontrar a la niña.
Toda esa segunda parte se convierte en un ejercicio visceral, fascinante y ciertamente violento. Sin cortapisas ni aditivos a la hora de desplegar sin compasión la ira de los dioses con la ayuda de una periodista (Rachel Ticotin) que le facilita los datos necesarios. Todos los fantasmas soterrados del pasado salen a la luz para desafiar un presente en el que la noción de sacrificio va tomando forma hasta adquirir solidez.
No obstante pese a todo lo dicho “El fuego de la venganza” alcanza su auténtica fuerza telúrica e inusual debido a su potente virtuosismo formal. A una forma de narrar sincopada y cuasi epiléptica que por una vez cobra todo su sentido y que se amolda perfectamente a un relato arrebatado y en crisis.
En este sentido, todos los vicios formales que se suelen atribuir a Tony Scott, a quien un amigo define en su forma de filmar como propia de Kiko Rivera DJ, se vuelven en su favor. Scott narra y monta su película a diferentes velocidades en un ejercicio de estilo agresivo y sensual a la vez.
Así pues, cada plano ayuda a mostrar el desequilibrio alucinado de la trama y su personaje central y dibuja el espejo de una urbe espontánea, contradictoria y tensa a un tiempo. Su fórmula de narración, inquieta e inquisitiva, busca captar múltiples impresiones como un fotógrafo que dispara su cámara sin descanso. Perfecto para retratar el caos moral y urbano. Lo acertado está en que Tony Scott usa su particular estilismo al servicio de la historia, sabiendo cuando cerrar el grifo del frenesí visual e incluso no mover la cámara si la ocasión lo requiere.
La experiencia se convierte, por tanto, en una narración visual vibrante, inestable, exuberante y elegante a un tiempo, aunque pueda parecer contradictorio. Muy lejos del clásico polar. Combinando ritmos acelerados y potentes con envolventes pausas alargadas de gran suavidad estilística. Una apuesta formal impresionista muy estudiada, acorde con cada estado de ánimo del protagonista y ambiental. Y si en algunos momentos fuertes el montaje parece rozar lo caótico, en otros depura la elegancia en las formas, alternando fogonazos visuales de pura adrenalina con indagaciones internas, travellings muy suaves y precisos que buscan indagar en el entorno psíquico y anímico de una realidad de múltiples caras (tan amable como desquiciada) que el individuo a duras penas puede controlar.
El resultado es una película notable. Tan poética como violenta. Tan lírica como vitriólica. Que afronta el tema de la última oportunidad agarrándose a la belleza como Baudelaire cuando se preguntaba “¿Qué hombre no querría, incluso a cambio de la mitad de sus días, ver su verdadero sueño posar sin velo alguno ante él?”.
A esa pregunta deberán dar una respuesta ética el guardaespaldas y la madre de la niña. Pero cuando hierve la sangre, no hay polar que valga. Su ética es tan contundente como visceral: “mátelos a todos. A cualquiera que haya tenido algo que ver”. Y es que para algunos, encontrar razones para vivir no es una ecuación complicada. Es tan sencillo como mirar y ver sonreir al ocupante del asiento trasero del conductor. O el delantero. O ambos.
A esa pregunta deberán dar una respuesta ética el guardaespaldas y la madre de la niña. Pero cuando hierve la sangre, no hay polar que valga. Su ética es tan contundente como visceral: “mátelos a todos. A cualquiera que haya tenido algo que ver”. Y es que para algunos, encontrar razones para vivir no es una ecuación complicada. Es tan sencillo como mirar y ver sonreir al ocupante del asiento trasero del conductor. O el delantero. O ambos.
Y en esa última foto, adivino un final
ResponderEliminarParadela.Pues esa foto se corresponde con un momento hacia mitad de pelicula. Que esté colocada la ultima no significa que se refiera al final. Sin embargo,aunque el final es otro que no voy a desvelar...tus dotes adivinatorias no van del todo desencaminadas. Un abrazo
ResponderEliminarDe un tirón V, me he leído esta increíble entrada tuya sin pestañear. Como si estuvieras narrando una de esas jugadas súper emocionantes en las que el balón recorre el campo de bota en bota hasta explosionar en un gol. No he visto la película pero ha sido tan apasionante tu relato sobre ella que con que sea la mitad, merecerá la pena. El sábado pasado me decepcionó muchísimo una, seguro que con esta tuya la compenso... los malosbuenos, son mi debilidad:))
ResponderEliminarUn verdadero placer leerte, muchos besos y feliz finde.
Maria. Muchas gracias. Se agradece. Si te gustan lo que tan bien has definido como malosbuenos te puede gustar. su handicap, el hecho de que no sea una pelicula muy reconocida creo que se debe a su frenesi visual. Pero creo que en este caso le va bien a la historia. Esas descargas de adrenalina visual algunos pueden considerarlas excesivas. En mi opinion esa forma define perfectamente al personaje y el ambiente. Espero la disfrutes. Un abrazo
ResponderEliminarMi querido Victor, me has abierto el apetito y las ganas muchísimo tanto de esta película de Scott como una que escribiste sobre Uma Thurman, La vida ante sus ojos.
ResponderEliminarTu mirada y tus textos me han creado la necesidad loca de verlas. Pero la de Uma todavía no la he encontrado. Normalmente voy a un local de alquiler de DVD y Blu Ray pero ahí no la he encontrado. Creo que ahora con esta de Scott y la de Uma voy a intentarlo en una biblioteca pública que tengo al lado de casa y que tiene un fondo de catálogo bastante bueno... a ver si tengo suerte.
Gracias por esa mirada especial y por descubrirme películas que se me escaparon...
Besos
Hildy
hildy. Vayaaa...a mi se me escapan muchas x que no las ponen y resulta que esta no has podido verla.
ResponderEliminarBueno, si no recuerdo mal la de Uma la compré baratisima en un kiosko...ya ves
Y esta otra algo parecido. No puedes imaginarte las joyas clasicas que he me he topado hasta en mercadillos a 3 euros.
Creo que las doss merecen la pena. Por eso las rescato un poco del olvido. Muchas gracias x tus palabras. Me doy x satisfecho. Suerte en la biblioteca. Seguro que las tienen. un abrazo
De nuevo me has abierto las ganas de ver una película. Creo que me va a gustar, estoy segura, sí.
ResponderEliminarGracias una vez más por marcar el camino de esta pobre analfabeta cinematográfica.
Un abrazo.
Sí señor: totalmente de acuerdo en todo lo que expresas, Víctor, de forma admirable una vez más, sin que sobre ni falte nada: posiblemente sea la mejor película de Tony Scott: coincido en que, por una vez, su especialidad sincopada (tu amigo tiene gracia, no hay duda. y mucha ironía, también) la despliega cuando toca y sabe dominarse en el resto.
ResponderEliminarAdemás, puede que sea una de las mejores películas de Denzel en lo que llevamos de siglo y, por no perder comba ni fuelle, diré que, seguramente, se debe al desafío de tratar de superar la estupenda labor de Dakota Fanning.
Un abrazo.
Soy una rendida admiradora de D.W. Creo, que sería capaz de volverse albino, si el papel lo requiere :) Dicho esto, creo que en la filmografía de T. Scott desde el Ansia a Man on fire, el tema del ´mal' y su justificación, es algo recurrente. De la peli, me gusta todo! hasta la música.
ResponderEliminarTe suscribo de pe a pa!
creasy dies
Isabel. Usted no es analfabeta en nada. Tu modestia choca contigo misma y con tus logros. Muchas gracias x tus palabras. Espero que si la ves la disfrutes y la digestion sea propicia. Merece la pena. Un abrazo.
ResponderEliminarJosep. No sabes cuanto alegra leerte. Y si es para coincidir mejor que mejor. Tienes mucha razon. El duelo interpretativo con Dakota Fanning es de gran altura. Ella esta soberbia. Es imposible no simpatizar con ella. Y las miradas entre ambos son...bueno...
ResponderEliminarMi amigo es un irónico,es verdad, pero la definicion es buena. Hay quien piensa que a Scott se le va la mano...que se pasa otra vez de frenada.Estoy contigo. Esta historia se podia contar con planos frios. El opta por meter adrenalina y creo que acierta.
El momento en el que le dicen a Denzel en la piscina que hoy el padre es él...tremendo. Gracias y un abrazo
Cristalook. Ante todo muchas gracias x el enlace. No he hablado de la musica pero es verdad...esta francamente bien.
ResponderEliminarA mi tb me gusta Denzel...desde lps tiempos de historia de un soldado...y ya ha llovido.
Sobre Tony Scott...pues creo que tiene de todo...pero esa idea de ponerse en la piel del malvado...si es cierto que lo ha hecho a veces. Sin ir mas lejos en esa otra carga de profundidad tb muy criticada que hizo con Keira Knegtley sobre la caza recompensas.
Es un director que ha sodo muy criticado por su estilo visual. Aqui creo que le funciona. Esta mucho mas trabajado de lo que pudiera parecer. Un abrazo
Magistral como siempre, Victor. Cuando me acerco a leerte, lo hago siempre con emoción. Tienes la capacidad de mostrar el alma de las películas, las vas desgranando minuto a minuto, mostrando infinidad de detalles que si fuera por tu mirada, me los perdería seguro...
ResponderEliminarTe has convertido para mi en un referente a la hora de ver buen cine.
Suelo compartir tus entradas en mi perfil de Facebook para que los amante del buen cine disfruten tanto como lo hago yo.
¡GRACIAS!
Perdona, quería decir "si no fuera por tu mirada"
ResponderEliminarMaripaz. La verdad es que solo puedo agradecerte tanta amabilidad. Muchisimas gracias x tu confianza. Me pongo un poco colorado, que lo sepas. Un abrazoy saludos a Guardo
ResponderEliminarNo tengo el gusto..vaya parece q de me escapan muchas últimamente al menos d las q comentas y bien con nota
ResponderEliminarMe las apunto; como hice con la Ciudadela; vista y desgustada :-)
D.W. me gusta mucho también desde hace uffff que se arreglará su magnífica dentadura y sé q borda los buenos y los malos excesivos. La niña es un prodigio y un desafío; no me extraña pues el duelo.
Buena reseña ( parece q con el beneplácito de Mr. Parrot ),:
Jeje
Un abrazo
Uyyy ¡qué mal con el móvil.! quise decir " parece que se me escapan muchas.. de las que comentas y bien, con nota" y "vista y degustada" es decir que me interesó bastante.
ResponderEliminarY de Denzel W. queria decir que me gusta desde siempre, desde antes de que se "arreglara su magnífica dentadura"
Por si estaba algo confuso. Sorry
La película, que no he visto, me ha dejado sin aliento.
ResponderEliminarEl negocio de la muerte no prosperaría sin la participación de los corderos perdidos que cuelgan del cuellos amuletos de santos y vírgenes, porque el protagonista con causa, es también un hijo de Dios que combate el infierno desde el infierno. Y se sabe la Bíblia, no sé si en verso.
Cómo no admirar a esa niña, tan lista y resuelta, en realidad un ángel que le pone en bandeja de plata su descenso al horror (humano).
No voy a bajar la película, leeré otra vez la entrada. Estoy segura de que la peli me gustaría menos, bastante menos.
Un abrazo
Abril. Se te entiende a la primera, no hay confusión. Me alegro que te gustase la Ciudadela. Sobre esta...bueno siempre agrada tener el placet de Josep...aunque a veces pueda venir un buen picotazo. Nunca se sabe...
ResponderEliminar¡Que observadora! desconocía esos detalles de Denzel, que la verdad tiene que lidiar con una Dakota Fannig para la que uno se queda sin palabras para elogiarla...No se si recomendártela. Ya advierto que es violenta, pero bueno si no recuerdo mal a ti te gustó Drive,,,esta, transita temas similares...y sin embargo no tuvo tantos parabienes ni premios. Si te sirve de algo...no es cuestión de comparar, pero puesto que se puede...en fin lo dejo ahí...Un abrazo
Amaltea. Te entiendo y te comprendo perfectamente. Tal vez no sea esta tu película. Pero me vino a la memoria a raíz de la idea de las personas amorales sin ética alguna que se mueven en una línea que me interesa. La de aquellos violentos que sufren a medio plazo en su conciencia la amargura de la violencia que causaron, del mal que infligieron. Que lo padecen. No es el caso de Ripley ciertamente.
ResponderEliminarEste hombre que ha vivido una vida llena de actos crueles descubre que ni la biblia ni los rezos ni la bebida le salvan de vivir el infierno propio en la tierra. El contínuo remordimiento de conciencia, la ausencia de paz.
Y cuando ese angel en forma de niña le ayuda a salir a flote, resulta que ocurre lo inevitable y su respuesta saca lo único que sabe hacer. Y resucita el mal. Aunque sea esta vez por una buena causa (recuperar a la niña).
Por tanto, no es que porte un amuleto religioso para autojustificar sus actos. Es al revés. Primero comete los actos y luego comprueba que las escrituras y los amuletos no le sirven de consuelo. Por eso es magistral la escena con la monja. Conoce el salmo de memoria, pero le viene a decir a la religiosa que lo aprendió muy tarde y que para él no hay perdón poisible. Es muy consciente de ello. Solo lo vislumbra durante unos instantes cuando entra en contactro con la inocencia pura. Un abrazo
... qué hombre no querría... en fin, me encantó y la anoto, como siempre, dentro de mis faltas que habré de purgar. Abrazos
ResponderEliminarMaria. Vaaaya...muchas gracias x el enlace...No obstante ten en cuenta que yo la de Scorsese no la he visto. Por tanto lo que digo es pura especulación. Mira que si la veo y me parece un ptodigio jajaja. Pero vamos es lo que pienso.
ResponderEliminarSobre esta...si aguantas los dos primeros minutos podras con ella sin problema. Un abrazo
Jose Luis. Desde luego....lo has captado perfectamente. y no hay nada que purgar...eso se lo dejamos al protagonista de la pelicula. Un abrazo
ResponderEliminarTu referencia a Baudelaire, me ha recordado esta otra afirmación de Thomas Mann (al que estoy leyendo ahora): La belleza, como el dolor, hace sufrir. Me parece que puede encajar en ese tipo de belleza poco convencional a la que te refieres.
ResponderEliminarNo he visto la película y me han entrado muchas ganas de verla, por lo que te he leído me parece que me gustaría (y soltaría más de una lágrima).
Un abrazo!!
Utopia. Bueno lo que el protagonista hecha de menos es un concepto de belleza asociado a la inocencia. A la pureza que él ve en lo infantil. Lo que una vez fue y jamás volverá a ser.
ResponderEliminarBueno es lo de Thomas Mann también. No se si llegarías a la lagrima...a mi me parece muy conmovedora pese a su voilencia. Y si no recuerdo mal a ti te gustaba "drive". Esta no tuvo tanta repercusión y es una opinión particular claro está, pero me gusta mucho más. Eso sí, su opción estética está en las antípodas y la narración también. Si aquella era un polar aparentemente frio o lo intentaba, esta descarga adrenalina visual y romanticismo sin freno. Mas cercana a Peckimpah que al cine nórdico. En mi opinión gran película. Un abrazo
¿Sabes lo que me encantaría? poder ver las mismas películas que tú para hablar más sobre cada una. Pero no, no es el caso ni creo que lo pueda ser...en fin, que es un auténtico placer leerte.
ResponderEliminarY esa niña debe ser de las que dejan huella, mejor no la veo, seguro que me entra una llantina de las mías. Un angelito así se encuentra de muy poco en mucho menos, por lo que DW habrá visto el cielo a ratos.
Recuerdo criaturas de otras películas (no precisamente las de La cinta blanca, pobrecillos).
Escribo esto y la mirada se me pasó más arriba, de forma que veo nombras Drive, me chifló, creo que ya te lo había dicho.
Un beso y un aplauso de los largos.
Virgi. Bueno,no te preocupes, el día que menos te lo esperes saldrá alguna que has visto...gracias x la lectura de todos modos. Esta página esta planteada un poco así...no toco apenas los clásicos de toda la vida sino que se intenta escarbar un poco en películas que merecen la pena y pasaron más o menos desapercibidas.
ResponderEliminarLa niña realiza una interpretación colosal...y Drive no me parece del todo mal, pero creo que me gustó menos que a ti. Un abrazo
Bueno, tranki, no por esa diferencia nos vamos a pelear...pelillos a la mar...
ResponderEliminarY besos otra vez :)
Virgi. Por supuesto. Yo x una peli no me privo de ti. Me ha encantado tu comentario. Sobre todo x que es la mar la que x aqui esta metiendo los pelillos en tierra jaja. Si algunos no se hubiesen empeñado en urbanizar encima de la costa....En fin que ya sabes lo que se te aprecia. Un abrazo
ResponderEliminarTampoco he visto esta película. Después de leer tu post he buscado algo más sobre este largometraje y por ejemplo, encontré que el papel que interpreta D. Washington se lo ofrecieron antes a Robert de Niro. No sé si este actor se habrá especializado en papeles nocivos e infames pero la última película que recuerdo de este actor es El vuelo, tal vez haya hecho algo más en estos últimos años. Pero de esta película recuerdo una sensación angustiosa y amarga sobre las adicciones. Gracias por estas descripciones tan detalladas y bien expuestas.
ResponderEliminarun abrazo
Esilleviana. Me encanta tu curiosidad. Aunque no veas las peliculas te intrresas y buscas.Indagas y te informas. Me parece genial y poco usual.
ResponderEliminarEste actor como todos hace un poco de todo. Heroes y villanos. Un abrazo
Tengo abandonado los blogs, incluso mis preferidos, pero te diré que todo vuelve (incluso yo) y también te diré que adoro a Denzel. No todo lo que hace, pero casi todo. Además está cañón, aunque quede superficialoide. Y por lo que dices esta peli merece la pena, el gasto y el esfuerzo. Bien, me lo apunto pero la verdad es que nunca he entendido muy bien por qué Denzel siempre se ha negado a aparecer desnudo o hacer escenas de cama (leí que por motivos religiosos y de respeto a su mujer), y sin embargo ha hecho tantísima peli violenta. Que digo yo que es peor, pero en fin. A lo que voy. Mi anécdota (mientras me leo el resto de tus post que me llevará un tiempo).
ResponderEliminarQuinta Avenida de Nueva York. Voy en un coche con hermana, cuñado y pareja, nos cruzamos con el rodaje de una peli en un lado de la gran avenida y de espaldas me parece ver a Denzel Washington. ¡Denzel! Frenazo, susto, marcha atrás. A poco más una multa para que al final no fuera él.
Un abrazo.
Sue. Pues si, està cañòn....las cosas como son. Es tal y como lo cuentas...lo de los escrupulos religiosos y tal...pero ahora que lo pienso...a ver en "el vuelo" la peli comienza con un integral de una chica con la que ha pasado la noche y èl tb enseña creo recordar...
ResponderEliminarPero para verle en accion eroticofestiva busca una que hace con Eva Mendes de poli en Miami...o "el demonio vestido de azul"...tiene gracia la conversaciòn....
Mucha sana envidia me das en la quinta avenida...eso si que tiene atractivo....ya contaras algo. Yo no he pisado los usa en mi vida. Disfrutalo a tope joder... mira que si regresas con una foto con Denzel..... Tomate algo a mi salud, pagas tu...un abrazo