Seducción fatal. Mirada gélida. Fetichismo. Al hablar de Stephane Audran y Claude Chabrol se comentó que el director francés tuvo otra musa, Isabelle Huppert. Ambos admiten esa condición. Se abordarán aquí tres cuestiones. El referido a la propia actriz. A su específica colaboración con Chabrol, y para terminar nos centraremos, por su interés, en su último trabajo juntos “Borrachera de Poder” (l’ivresse du pouvoir). Ante todo señalar que Chabrol apostó fuerte. Se permitió el lujo de hacer coincidir en un mismo film a ambos anhelos femeninos, lo que imagino que debe suponer la máxima expresión del morbo para un cineasta de sus características. Es como si Hitchcock hubiese tenido en un mismo reparto a Kim Novak y Grace Kelly. El riesgo de cortocircuito o infarto se multiplica. Chabrol se atreve y en “Violette Nozière” que en España se tituló “Prostituta de día, señorita de noche”, mete en la coctelera a sus dos musas. Stephane Audran es nada menos que la madre de la protagonista, Isabelle Huppert. Aunque la tremebunda historia está sacada de las páginas de sucesos, lo curioso del caso es que en un nuevo ejercicio metalingüístico que no parece casual, la nueva musa envenena sin escrúpulos a la antigua, como si el director, haciendo las veces de demiurgo que maneja los hilos, decidiese en pantalla que el momento del cambio ha llegado.
Ello no significa que Chabrol no volviese a trabajar nunca más con Audran, pero a partir de entonces sus apariciones serán muy esporádicas. Había un nuevo fetiche femenino en el que indagar con posibilidades infinitas.
Por cierto, eso no significa tampoco que Isabelle Huppert, de carrera muy prolífica, se consagrase en cuerpo y alma a Claude Chabrol. Como todo el mundo sabe, esta actriz todo terreno ha trabajado con infinidad de directores y a lo largo de las tres últimas décadas ha probado de todo. Nos centraremos en su relación con el cineasta francés y la exploración del mundo femenino que realiza con ella.
Curiosamente ello nos lleva a tres modelos femeninos. El primero es la criminal de extracción muy baja y humilde. Mujeres pobres de escasa educación que no dudan en usar el crimen. El hecho de utilizar casos extraídos de la prensa le aporta verosimilitud. E Isabelle Huppert le sirve como anillo al dedo. En “Violette Noziére” para mantener a un amante, roba y envenena a sus progenitores y es enjuiciada por ello. En la vista alegará abusos paternos que por cierto no quedan claros. En “Asunto de mujeres” y en “la Ceremonia ” Chabrol abandona su tradicional diagnóstico crítico de las clases medias burguesas para dar su visión de la lucha de clases. El proletariado queda personificado en Isabelle Huppert y Sandrinne Bonnaire. Una chica de la limpieza y una cartera de pueblo, ambas resentidas y semianalfabetas proyectan asesinar a una familia de clase alta. O bien criminales que practican abortos ilegales en el caso de “Une affaire de femmes”. Todas estas mujeres autodestructivas viven en continua claustrofobia emocional y psicológica. La consecuencia de todo ello no podía ser otra que la adaptación de “Madame Bovary” donde pese a la excelente interpretación de la Huppert , se nota el enorme respeto que Chabrol siente por la obra de Flauvert ofreciendo una película muy correcta y académica, pero tal vez sin el desgarro necesario.
Tras esta etapa de mujer proletaria y criminal, el tandem Chabrol-Huppert va a la búsqueda de un nivel de mayor sofisticación femenina. Tanto en “No va más” (Rien ne va plus) como en “Gracias por el chocolate” (merci pour le chocolate), convive el amago de thriller con la ironía, el drama soterrado con el sentido del humor y la ambición con cierto estilo.
El sorprendente paso definitivo hacia lo que Chabrol entiende por la mujer del siglo XXI se encuentra en “Borrachera de Poder” en la que Isabelle Huppert da una soberana lección en la composición de una superjueza de fuerte personalidad, esquivo atractivo y particular encanto para enfrentarse a la bazofia financiera de alto standing que nos ha tocado en suerte. Su nombre es toda una declaración de principios: Jeanne Charmant Killman. La combinación de los dos apellidos la convierten en un auténtico misil. Un escorpión con guantes de seda. Una mantis religiosa de la nueva era, ataviada a lo matrix con largo abrigo de cuero negro, pero con llamativos guantes y bolso rojos. Con una socarrona sonrisa en los labios y a punto de encender un cigarrillo llama a la puerta de una lujosa gran mansión apenas ha amanecido. Cuando sale una señora en bata pidiendo explicaciones por lo intempestivo no tiene dudas: “Señora, abra paso. Son las nueve de la mañana y esto es un registro”.
El insólito retrato femenino resulta especialmente reconfortante para el espectador. Este tendrá ocasión de ver desfilar y desinflarse ante la suspicacia de la juez a importantes financieros y empresarios de mucho caché. Vamos, esos reptiles que guardan sus dineros en las islas Caimán. Algún político chapucero con las manos manchadas y los bolsillos llenos tampoco se escapa. En la mirilla del retrovisor y como referencia, Chabrol sigue acudiendo a las páginas de sucesos. Pero como ahora los escándalos son financieros se fijó en el caso Elf.
Los chacales al principio creen tener controlada la situación y se extrañan muy ofendidos al ser detenidos. Ella se lo explica de forma expeditiva “Mire, le voy a enviar a la cárcel. Ahora mismo. Ha malversado fondos públicos y privados, ha falseado asientos contables, ha cobrado comisiones ilegales, ha beneficiado a amigos en los contratos de forma fraudulenta, le ha puesto un piso de más de 500 metros cuadrados a su amante en Manhattan, y fíjese, creo que me dejo algunas cosas”.
Chabrol siempre atento, es especialmente cruel con toda esa vomitiva casta de financieros que mueven cuentas, estafan al Estado y se manejan como pez en el agua en el mundo de los paraísos fiscales y el desvío de capitales. Incluso llega a ser hasta caricaturesco en algunos momentos, mostrando su patética e insolente chulería.
Sin embargo, estos tiburones de las finanzas no contaron con la particular voracidad depredadora de Charmant Killman, que actúa como un terminator de labios rojos, como un Van Helsing a la caza y captura de la guarida de los vampiros. Para neutralizarla intentan cuatro cosas. La primera es liquidarla dejando su coche sin frenos. Mala suerte, sobrevive. La segunda consiste en ascenderla, asignarle guardaespaldas y un nuevo edificio con un enorme y lujoso despacho, lejos de las estrecheces de la pequeña oficina funcional en la que trabajaba. Tampoco sirve. Al contrario, como le gusta el “charme” se crece. Y tener a dos tíos cachas a su servicio 24 horas es hasta un placer. La tercera es asignarle una colaboradora. Los depredadores con contactos la menosprecian y piensan que a las mujeres les encanta mucho más la rivalidad femenina que la caza del elefante blanco. Vuelven a equivocarse. La estupenda Marilyn Cantó está deseando también sacar a los peces gordos donde no puedan respirar “Creo que nos han puesto a trabajar juntas para que nos hagamos la vida imposible. Pero hierran el tiro. Entre las dos les agarraremos bien por los huevos”. Por tanto, tal y como sucedía en “la ceremonia” y “asunto de mujeres” dos féminas trabajarán codo con codo como amigas y sin descanso. Como si fuesen Woodward y Bernstein en “Todos los hombres del presidente”. Solo que ya no son dos criminales proletarias reprimidas y sin recursos. Ahora ostentan el poder y lo ejercen pisando fuerte.
El único problema es que tanto poder pueda llevar a la embriaguez. A esa “ivresse” del título. Inconscientemente o fruto de su carácter gélido, Charmant Killman es juez a la caza full time. El aparato familiar y su pareja están en off para ella. Si en su día Marco Ferreri dijo “Adiós al macho” aquí no andamos lejos. El marido no pinta absolutamente nada y es un mero objeto decorativo para esta mujer todoterreno. Y claro, su vida privada se resiente. Esta faceta personal le interesa a Chabrol tanto o más que los escándalos financieros que destapa. Configurar a la juez como una nueva Juana de Arco, como una mantis con sonrisa pero de corazón helado tiene sus efectos. Y ahí es dónde Isabelle Huppert demuestra su valía como actriz gélida, capaz de abandonar su cama y su casa a las cuatro de la mañana para ir ¿a dónde? “A mi despacho, por supuesto”. Se dijo que los tiburones intentaron cuatro cosas con ella y solo se han mencionado tres. La cuarta es ofrecerla unas vacaciones pagadas y un aumento de sueldo a la vuelta. Se lo comunica su jefe. Pero para eso también tiene respuesta “No gracias. Con el dinero del aumento y el que te hayan ofrecido a ti cómprate un par de cojones”.
Este último trabajo entre el francés y su musa arroja una película interesante, aunque desigual e irregular, con indudable atractivo pero con algunas caídas de tono. Mucho mejor en la descripción del complejo plano íntimo y personal que en la más tópica visión de la carroña imperante. Sobra decir que un argumento que cuente verdades no implica necesariamente buen cine. Aquí el lenguaje cinematográfico suma aciertos y errores. Pero a su favor cuenta el tradicional escepticismo del director, que le impide finalizar con un triunfo por goleada de su heroína. Prefiere un final abierto. Los chacales siempre están al acecho, y no es tarea fácil acabar con ellos. Muchos terminan saliendo a flote. Para el espectador queda una reflexión ineludible: Lástima que esto sea una película y no un documental.
Eso mismo te iba a decir. Que todo ésto me parece más una historia escrita para un periodico de esos que profundizan en las noticias y contrastan datos. ¡Lástima que yo no haya tenido el gusto de verlas en acción a esas dos "tiburonas". Fallo mio y asignatura pendiente éste cine que tiene mucho más interés a medida que nos lo cuentas.
ResponderEliminarSe acerca tanto a la realidad que da miedo. No sé si en todos los casos ellas consiguen su presa pero al menos no dejan de ser moscas "cojoneras"..y si el resultado no es perfecto ( cinematográficamente hablando..ya sabes, la perfeccion no existe )El final abierto resulta más verosimil de todos modos.
un abrazo con la mayor de la subjetividades querido amigo.
¡Feliz verano !
Bueno, no he visto la última película de Chabrol pero pese a esa irregularidad que manifiestas me interesa mucho verla. En cuanto a Isabelle Huppert es una actriz muy fascinante, que me encanta. Parece que en persona es una engreída y estúpida de mucho cuidado pero sus actuaciones son brillantes. También ha sido bastante musa de Michael Haneke, ¡vaya otro tádem! Si no me equivoco la última vez que la he visto en cine es en "Una mujer en África" de Claire Denis, otra película muy compleja, algo irregular, pero con una actuación brillante. Un abrazo.
ResponderEliminarEl cine francés más moderno es para mí una asignatura pendiente, de hecho un hueso, porque en demasiadas ocasiones me queda la sensación que, conscientes de que hacen cine "francés" se dan un aire pseudo intelectual que acaba resultando cargante.
ResponderEliminarEllo comporta, naturalmente, que se me escapen buenas piezas y por suerte leo buenas recomendaciones que me ayudan a paliar mis carencias. Gracias.
Un abrazo.
Me parece que el gran Chabrol,supo ver el filón que mantenía escondido esta actriz en su interior.
ResponderEliminarUna mujer de mirada enigmática y delicada belleza sin aspavientos o exuberancias,pero ideal para esos papeles en los que se recreo el cineasta.
Mujeres insatisfechas cuya insatisfacción va derivando en una serie de secuencias a veces esperpénticas en mi opinión,malvadas o sencillamente odiosas.
Y como no, también admiradas por la consecución de sus ideales aún a costa de sacrificios y finales dolorosos, siempre rodeados de esa innegable atracción crítica de todas las películas de este hombre.
Las mujeres de sus películas tenían que tener ese poder de traspasar la pantalla sin ni siquiera hablar, solo con sus rostros y gestos, a pesar de que la palabra siempre es necesaria para esos sempiternos juicios verbales contra malversaciones, corrupciones, etc,etc,etc
Y creo que esta actriz, más que Estephane, supuso esa puerta abierta a la variedad más prolífica e intensa en sus películas.
Me gustó la enrevesada,controladora y malvada Mika en Merci pour le chocolat y en la Marie de Une affaire de femmes,toda una trama reivindicadora de trágico y lógico final en aquellos tiempos.
También la he visto en el clásico de Las hermanas Brontë haciendo el papel de Anne y me gustó.
En fin, que me estoy extendiendo excesivamente,ja,ja,ja
Mejor me marcho ya :)
Besos.
Me gusta mucho Isabelle Huppert, me inquietó en la película "La pianista", de Michael Haneke, ese papel de mujer reprimida, fría... uff me da escalofríos. Todavía recuerdo la escena de la bañera, esa no se me olvida en la vida... Pero tengo que reconocer que no he visto las películas que comentas. Me atrae el argumento de la última película de Chabrol, a pesar de las irregularidades que comentas, porque está de rabiosa actualidad: el debate sobre los tiburones carroñeros que se llevan su dinero a paraísos fiscales para evadir impuestos está a la orden del día. O sea que, no sé cuándo ni en qué momento, pero la veré...
ResponderEliminarVolviendo a Isabel Huppert, también me gustan sus cambios de registro: del papel de fría inquietante a la más pura comedia. No sé si has visto "8 mujeres", de Franços Ozon, un homenaje a las actrices francesas más emblemáticas de diferentes generaciones, aunque para mí falta ahí Juliette Binoche. Ahí está casi irreconocible, pero a mi entender también interesante.
Un abrazo, V!
Un repaso magnífico para esta guapa y sensual actriz.Peligrosa para nuestra adolescencia tras salir de un cine.Y ese Chabrol comilón y gordinflón,cómo hacía el amor a todas sus actrices con la cámara,al igual que el otro gordo comilón de Hitchcock,que tanto le debe Chabrol.
ResponderEliminarUn abrazo
Abril. No siempre consiguen su presa y el resultado no es perfecto. Al tratar de mostyrar la conciliación de la vida laboral y familiar, tan de moda hoy, seproduce cierto desequilibrio. Se ve que a Chabrol le interesan más los efectos personales de un trabajo tan agotador, y la frialdad distante de la protagonista, que es igual de implacable y fría en su trabajo que en casa, aunque sonría.
ResponderEliminarNo es un fallo. Hay tantas cosas por ver que es imposible abarcarlo todo. El abrazo subjetivo sienta muy bien,toma otro y buen verano.
David Amorós. Curiosamente yo también pensaba que era elúltimo trabajo de Chabrol. Pero todavía tuvotiempo de hacer otra, titulada "Bellamy" con Depardieu y que no he visto.Isabelle Huppert he de reconocerte que me asusta un poco. Su frialdad gélida, su mirada, su impenetrabilidad no dejan indiferente, pero tampoco generan confianza. Ese tipo de papeles los borda. No estánadamal esta película, aunque uno a veces va al cine para olvidar completamente estas cosas. Un saludo
ResponderEliminarJosep. No me creo nada.Tu careces de carencias y de asignaturas pendientes. Simplemente no has visto esta película,nada más. El moderno cine francés es como los demás. Tiene su porción de morralla, sus cosas aceptables y alguna pieza que merece la pena. Es lo que hay, aquí, en Francia y en todas partes. Que te voy a contar...Un abrazo
ResponderEliminarMarinel. Pues tal vez tengas razón respecto de que Isabelle maneja con Chabrol una gama másamplia de registros y de distintos papeles que Stephane. Y eso que hizo menos películas con ella.
ResponderEliminarSu papel en "gracias por el chocolate" nada tiene que ver con el de "Mme Bovary" ni con el dela borrachera de poder. Es más ecléctica.
Desdeluego Chabrol supo elegirmuy bien para exprimir el zumo. Se podría seguir pero me he centrado en estas dos que fue con las que más trabajó.
También comparto que esta actriz a su manera traspasa la pantalla. Un abrazo.
Dona Invisible. La cuestión es que yo he enfocado mal estas dos últimas entradas que debieron haberse titulado Chabrol y sus dos muusas.Ya que aquí, como bien señalas sedejan sin mencionar muchos otros papeles extyraordinarios suyos al margen de Chabrol. Su colaboración con Haneke es soberbia, aligual que con Benoit Jackot(la escuela de la carne) Ozon que tu citas o por ejemplo su maravilloso papel con Cimino en "La puerta del cielo".
ResponderEliminarSu carrera es extensísima y como tu bien dices, con muchos cambios de registro.Tal vez debí advertir que aquí solo iba a hablar de sus papeles con Chabrol. Lo otro daría para un libro entero.
El tema de esta película, si, es tristemente de muy rabiosa actualidad. Chabrol da un paso más al llevar esa vorágine al plano personal. Un abrazo.
Francisco Machuca. Exactamente. Los dos a su manera hacían el amor y liberaban sus obsesiones con estas actrices con la cámara. Esta tiene un atractivo especial, dificil de definir, pero atrayente. Con un lado oscuro evidente. Y eso para un adolescente es fatal. Y para algunos adultos también. Un abrazo
ResponderEliminar“No gracias. Con el dinero del aumento y el que te hayan ofrecido a ti cómprate un par de cojones”.
ResponderEliminarMenuda frase... jajaja... me encanta.
No he visto la película pero la apunto. Las actrices me gustan (especialmente Huppert) y el director más.
Me gusta esa trama: social y privada que seguro componen una trama interesante.
También me ha encantado los tres modelos de mujer que el director compone a través de sus películas, muy interesante tu descripción.
En fin, veremos si la puedo ver... ya sabes que en cine voy como un caracol achacoso.
Besos!!
Laura. La verdad es que el guión le regala a la juez tres o cuatro réplicas jugosas. En otras ocasiones se limita a sonreir maliciosamente cuando en los interrogatorios tratan de envolverla con términos financieros que no cuelan.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado el análisis de la evoluvión. De eso va esta entrada. De como Chabrol ve la evolución del rol femenino en el último siglo, utilizando a una misma actriz.
Ese ritmo de caracol es el que llevo yo con los libros...Un abrazo.
Aunque sea una juez de ficción, cuántas así nos harían falta para acabar con tanto mamarracho suelto. Imagino a Isabelle Huppert en el papel; seguro que lo borda. Es una actriz que me gusta.
ResponderEliminarPor cierto, he gozado con esa toma de justicia fílmica, ya que en la realidad...
Un abrazo, Víctor.
Pues la verdad, compa V, es que, teniendo en cuenta que me gustan tanto el cine de Chabrol como Isabelle Huppert, debería procurar haber visto más material tanto del uno como de la otra, pero se va haciendo, poco a poco, lo que buenamente se va pudiendo. Curiosamente, ‘Borrachera de poder’ sí la he visto y, aunque me gustó, el personaje de la Huppert me parecía un tanto forzado –demasiado sobrado, vaya…-, un poco caricaturesco (tú mismo lo apuntas también, y creo que es un apunte acertado). A la Huppert la descubrí en ‘Un asunto de mujeres’ (la ví en un antiguo cine-club, en V.O., y, aunque la tengo en DVD, no he vuelto a verla), y ya me dejó impresionado su presencia física, su gelidez y la distancia que marca: da un poco de yu-yu… Para rematar, y como otra casualidad, el sábado ví una peli de Chabrol, con Stephane Audran de protagonista, ‘Les biches’ (‘Las ciervas’): no me gustó, excesivamente morosa en su desarrollo y con un envejecimiento en su aspecto visual más que acusado (eso sí, está bien rematada, todo hay que decirlo). Y corto ya el batiburrillo, que voy enganchando, enganchando, y no es plan…
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buena semana.
He leído tus comentarios y lamento repetirme. Te explico, he comenzado a leer tu post, que sabes siempre me resultan interesantes y formativos y tras ver y leer algo de la protagonista de hoy (I.H.), he dudado en qué película he visto a esta actriz. He buscado por la red y efectivamente, es la protagonista de La pianista, del controvertido director M. Haneke. Sinceramente, me sorprendió mucho la película y la propia actriz. Y hoy, leo tus palabras, por tanto, gracias. He buscado algunas otras películas, como por ejemplo Amour, en la que es la tercera en discordia entre sus padres.
ResponderEliminarInteresante visión y explicación del duro, agotador y despiadado mundo de los jueces, aunque algunos se los pasen en fines de semana caribeños...
un abrazo V.
:)
Isabel. Pues aunque da mucha caña no creas, que Chabrol no se priva de dotar a su jueza de su lado oscuro. El título ya apunta el riesgo de creerse uno un superhéroe sin piedad con los malvados. Pero lo mejor es su faceta personal y privada en la que también manda y de que forma. Su marido es un pelele en sus manos. Mejor no cuento más por si un día la ves. Ahora bien, esta no se va de picnic como otros, trabaja sin descanso y sobre todo no se vende. De la realidad en fin... Un abrazo.
ResponderEliminarManuel. Estoy muy de acuerdo. La película tal y como apunto no es redonda. Tiene sus fallos. Es verdad que ella está un poco (o un mucho) sobrada, de ahí el título de la cinta. Pena me da el marido. Incluso los financieros, algunos son patéticos y de manual. Pero creo que es a propósito, para ridiculizar más la cuestión.
ResponderEliminarNo es "las ciervas" el mejor Chabrol, ni la mejor colaboración Audran-Chabrol, coincido contigo. Su trama hoy ya no produce escándalo alguno. Mucho mejor "la mujer infiel" por ejemplo. Más corrosiva y potente.
En francés estas cintas ganan mucho. Stephan Audran e Isabelle Huppert en ese idioma tan sensual son una bomba de relojería. Un abrazo
Esilleviana. Me produces una sana envidia tremenda. Si no has visto aun "la puerta del cielo" uno de sus más maravillosos trabajos y película descomunal, anótala.
ResponderEliminarIsabelle tiene una carrera extensísima. Tiene películas fascinantes. La de Haneke una de ellas. Yo en realidad me centro solo en sus trabajos con Chabrol,pero por supuesto tiene muchísimo más.Y ademásno para. Este año pasado estrenó "villa amalia" y "perdida en Africa" dos cosas muy distintas.
Como eresamante de la literatura tal vez disfrutases de la adaptación de Madame Bovary.
"Amour" acaba de ganar el festival de Cannes. Se la espera como una de las películas del año. Un abrazo.
Siempre me ha atraído de una forma especial mdme. Isabelle, de hecho creo que de joven estaba enamorado de ella :-) es de las pocas actrices que me tiran a la hora de ver una película, aunque su argumento no valga un duro.... y tiene tantas, y tan buenas. En La puerta del cielo da gloria verla, pero me pasa lo mismo en Coup de Torchon o White material, y lo mismo me da si la dirige Assayas, Chabrol o Haneke. Simplemente su atractivo me puede. Me acabo de dar cuenta que he hecho casi una declaración de amor, aprovecho ahora que mi esposa no ronda por aquí...
ResponderEliminarSaludos
Roy
Roy Bean. Además, y no me equivoco,Charmant Killmant y tu sois compañeros de profesión. O sea Jueces muy peculiares y un tanto sui géneris. Y ahora que la gran Lilly Langtry no nos escucha, es verdad. Tiene un atractivo muy peculiar que le vence a uno. No conviene caer en sus redes, o si. En una ocasión la vi de lejos, a unos 25 metros en el festival de San Sebastian. Y posee una clase arrebatadora. Esa forma de caminar...En fin mejor no sigo. Bienvenido y un abrazo.
ResponderEliminarEn primer lugar: bravo por ese concepto de “mirada pelirroja”. Una descripción absolutamente precisa. Lamentablemente, no he visto ninguna película de Huppert. Ya he tenido ocasión de confesarte mis muy escasas incursiones en el cine francés, y sé bien que, aunque no sea oro todo lo reluce en las apreciaciones de la crítica más exquisita, me habré perdido más de una película que me removería por dentro. Me cuesta adaptarme a otro ritmo, a otros silencios, a otra gestualidad y al tipo de expresividad facial que se concentra por completo en los ojos. He tratado inútilmente de localizar la versión de Chabrol de M. Bovary, porque intuyo que logra el exacto grado de intensidad que necesita la historia de Flaubert, una intensidad que no logró ni el americano Minnelli ni el británico que la hizo para la BBC. Por lo demás, me sonroja virtualmente no poder aportar mucho más cuando se trata de cine europeo. Un abrazo.
ResponderEliminarJuan. Muchas gracias. El término surgió sin demasiada dificultad, simplemente se me ocurrió que le venía bien.
ResponderEliminarPor lo demás, no te preocupes. Yo no he visto infinidad de películas de infinidad de paises. Es imposible. Pero esa es una de las razones de que atize muy duro cuando hoy en día tenga la sensación de ir al cine a perder dos horas de mi tiempo.
La versión de Bovary de Chabrol en mi opinión tampoco está totalmente lograda. Es una película correcta y bien hecha,pero dar con la complejidad de la novela no es tarea facil. De todos modos el intento está ahí.
Y aunque no la hayas visto en su carrera en Europa, sI no has visto "la puerta del cielo" de Michael Cimino, te tropezaráscon una obra portentosa en la que ella está sublime.Un abrazo.
La vi en "La pianista" y me pareció inquietante, ahora ya sé por qué, estudió filosofía :) eso da una mirada penetrante. A parte de ser francesa, claro.
ResponderEliminarSiento debilidad por el cine francés, aunque como sabes no entiendo de cine, sobre todo por los temas que tratan y la complejidad de sus personajes. A veces pueden resultar algo snobs, pero creo que eso lo veo porque soy estoy un poco intoxicada del catetismo español. A ver si me desintoxico.
Un saludo.
No te he leído con serenidad, así que volveré, pero esta mujer me gusta mucho, la recuerdo en varias, la del chocolate, la pianista (¡papelón que se pega!)...me apunto esa de la borrachera, nunca la había oído.
ResponderEliminarBesos, vuelvo.
Sue. ¿y quien entiende de cine? Pues todos un poco y nadie en particular. Por lo tanto,vayamos con la francesa. Es verdad. Debe resultar dificil para una que ha estudiado filosofía y otras hierbas hacer de semianalfabeta y primaria sin educación. Es muy inquietante en ocasiones. Es el tipo de mujer que en la vida real me desconcertaría. Aunque toda prevención se vendría abajo en cuanto sonriera y dijese tres cositas en francés. Tremendo lo de la Pianista. No se lo que dice el catecismo sobre los galos, pero puede que en ocasiones sean pelín snobs. Aun así me encanta Francia y sus francesas.Un abrazo.
ResponderEliminarVirgi. Ya suponía yo que a ti te gustaría esta jueza cañera que da sopas con onda a financieros y amigos de desviar dinero público.Raro es que Sue no la haya fichado de inmediato para su equipo. Es más, antes que Andrea Fabra ella ya se despacha a gusto con toda esa mafia de especuladores y amigos de los paraísos fiscales.Un abrazo.
ResponderEliminarJajaja... caracol de lecturas/caracol de películas... en fin...
ResponderEliminarDije "catequismo" español, de cateto. Creo que la idiosincrasia del español es ser cateto y desechar lo que viene de fuera, por diferente e incomprensible, sin darle una oportunidad. Afortunadamente no todos somos así y aunque lo llevemos en la "sangre" nos revelamos con uñas y dientes.
ResponderEliminarLos franceses tienen cosas estupendas: el croisant, los temas de sus pelis, ese idioma tan sensual, su capacidad de lucha colectiva y además inventaron el sexo oral. La repanocha vamos.
:)
Sue. Muy oportuna la matización. Y el champagne, y el sacre coeur y el charme, y ¿eurodisney? Mejor esto último lo borro. Saludos
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