Hay escenas y frases que quedan grabadas a fuego en la memoria. Al comienzo de “Érase una vez en America” y tras varios saltos temporales, un anciano Robert de Niro visita de nuevo el barrio de su adolescencia. Inundado de melancolía no puede evitar entrar en el restaurante de Fat Moe, ese en el que pasó los mejores años de su juventud, entre pillerías y amores para siempre. Pocos saben que cuando usaba el baño lo hacía para espiar a la chica de sus sueños mientras en el almacén ensayaba pasos de baile. Ya anciano se sienta en el mismo bar y le sirven una copa. Y sin querer el pasado hace acto de presencia de forma natural. Se cuela por cada imagen, está en cada cuadro, incluso en el suelo que pisan. También se mete rápidamente en la conversación. “Se conoce a los ganadores en la línea de salida. A los ganadores y a los perdedores ¿Quién hubiera apostado por ti?” dice Noodles (Robert de Niro) dirigiéndose con melancólica ironía a Fat Moe. “Yo lo hubiera apostado todo por ti” le contesta el otro. “Y lo hubieras perdido todo” remata con desolada amargura el personaje de Robert de Niro. La soledad del corredor de fondo y la línea de salida. Los carros de fuego y los corredores de “Gallípoli” de Peter Weir. La extraordinaria novela de Javier García Sanchez “El Alpez D`Huez”, en la que un ciclista al límite se enfrenta a si mismo, a la montaña y a sus competidores. O ese otro monumento literario titulado “Las ilusiones perdidas”. Imágenes que se agolpan.
Viene a cuento lo de la línea de salida por cuanto esa frase tiene su miga. Es más, en ocasiones podría decirse que independientemente de las capacidades y cualidades propias no todo el mundo parte al soltar amarras en condiciones de igualdad. Lo mismo se podría decir de algunas películas, aunque tengan muchos puntos en común. Ni de sus protagonistas. Unos viven la gloria antes, durante y después del estreno, mientras otros malviven con la etiqueta de raritos. Aun cuando repito, algunos podrían darse la mano y correr aventuras surreales de la mano de sus chicas. En esta revisitación de la infancia, tres niños han pasado por la pantalla con desigual fortuna. Tres películas con más similitudes de lo que parece han visitado los cines a diferente velocidad.
El primer niño, conocido de todos, se llama Hugo Cabret. Y tiene tres padrinos (no confundir con la película de Ford). El primero es Scorsese, tal vez el cineasta moderno más admirado por la cinefilia del último cuarto de siglo. El segundo es Paris, entorno cinéfilo en el que se desarrolla la película, que pretende tener un genuino sabor francés. El tercero es el propio cine. Se ha repetido hasta la saciedad que este film es un acto de declaración de amor al cine por parte de su autor. Y que está repleto de magia, fantasía y emoción. El éxito de “Hugo” ha sido rotundo, pero claro, dan ganas de añadir que con esos padrinos, así cualquiera, la verdad. Hugo es un solitario niño huérfano que vive en una estación, y que para encajar las piezas que le faltan a su rompecabezas anímico contará con la ayuda de una chica, con el gran Meliés y la magia del cine, ahí es nada. Como en todo cuento ensoñador hay un malvado gendarme que le hace la vida imposible y le amenaza con los servicios sociales y con enviarle a un orfanato. Y una llave que abre ciertos misterios. Y hasta una vendedora de flores. Todo muy bonito, sea dicho sin ironía alguna.
El segundo niño es algo menos conocido, se llama Sam Zakowsky. Es otro crío inadaptado y también huérfano. Acaba de desertar de su campamento de scouts caqui por que tiene un plan elaborado minuciosamente según las normas de todo explorador scout que se precie. Se ha citado en mitad de un descampado con una chica de nombre Suzi a la que ha visto vestida de cuervo en una obra de teatro. Juntos buscan su particular Shangri-la, que para el caso está situado en una playa dónde puedes poner en el tocadiscos a Francoise Hardy y bailar sin que te molesten. La película se titula “Moonrise Kingdom”. Veamos a sus padrinos. El alternativo director Wes Anderson, el festival de Cannes y ya dentro de la cinta, el jefe Scout que interpreta Edward Norton, Frances Macdormand y el sheriff local que parodia Bruce Willis. Como en la anterior también hay super malvado. Malvada en este caso. Premio: sí, es la encargada de servicios sociales que interpreta Tilda Swinton con cara de mala bruja.
El tercer niño ha tenido muchísima menos suerte. Ignorado absolutamente por el público y machacado sin piedad por la crítica, con este no ha existido compasión cinéfila ni camaradería indie. Su nombre es Oskar Schell, protagonista de “extremely loud & incredibly close” (“Tan fuerte, tan cerca”). Como los anteriores (a estas alturas ya no se asustarán) queda huérfano de padre, en este caso tras los atentados del 11 de septiembre a las torres gemelas. Y como los otros dos también se embarca en una misión al más puro estilo Huckleberry Finn en pleno siglo XXI. Solo que esta vez por las calles de Nueva York. Curiosamente también encuentra una llave que supuestamente abrirá la caja de Pandora que guarda cierto secreto. Y también tendrá quien le ayude a su manera en su camino. Nada menos que Max Von Sydow. Aunque sus padrinos oficiales son Sandra Bullock y Tom Hanks, uno de los motivos reales del escarnio público con este film.
Los tres niños (tres refugiados del corazón) se encuentran en una encrucijada moral y de supervivencia que hace pensar de inmediato en Oliver Twist, en Tom Sawyer y como no en Jim Hawkins. En ese puente levadizo que lleva a abandonar definitivamente la infancia para penetrar en las brumosas estancias de la siempre desconcertante adolescencia, paraíso inhabitado, infierno de colores dantescos, madreselva inhóspita. Los tres son capitanes intrépidos que abordan misiones que en principio les superan. Y el espectador se adentra en tres mundos abstractos, tres recreaciones de la infancia con todos sus sinsabores, su magia, sus tinieblas y su lado oscuro.
Podría decirse de modo facilón que estamos ante tres enfoques sobre un mismo tema. El propio de un autor consagrado que rinde pleitesía a su amado oficio con técnicas ultramodernas (“Hugo”). El del cineasta con marcadas connotaciones asociadas al cine independiente y con sabor ocre, pop y vintage (“Moonrise Kingdom”) y la apuesta puramente comercial que se arrulla en los brazos del maltrecho star system buscando conmover (“tan fuerte, tan cerca”).
No suelen ser las cosas tan sencillas. No se comparte aquí esa tesis de que la cinta de Scorsese es una rotunda obra maestra. En absoluto. Es un film apreciable, con una historia tierna y emotiva. Y sobre todo con un aparato escenográfico y una carpintería sobresaliente. Decorados, ambientación, banda sonora, fotografía, interpretaciones. Todo ello de gran nivel. Pero Scorsese a estas alturas del cinematógrafo, no consigue engañar(me) con ese espectacular y virtuoso plano secuencia que abre la película. Innecesario para más señas. Si bien hay referencias de ley y episodios emotivos muy bien resueltos, otros no lo están tanto. Y todo el tramo dedicado a Meliés promete mucho más de lo que finalmente termina ofreciendo. Y esa magia que Scorsese busca desesperadamente brota con fuerza pero de forma intermitente. Tal vez confabularse para conjurar los orígenes del cine a través de la última tecnología (con apelación constante al pasado y al futuro) termine convirtiéndose en un ejercicio de prestidigitación atractivo, pero excesivamente complejo como ecuación. Es el resultado de agitar y mezclar a Dickens y el 3D digital. Luego, una buena película, sí, pero hasta ahí. El calificativo de obra maestra se concede hoy con demasiada alegría y este no es el caso. Sobre todo si se piensa en otros ejemplos en la ciudad de la luz protagonizados por niños que recibían cuatrocientos golpes sin sobredosis de diseño de producción.
Por su parte, la peripecia minimalista, surrealista y decididamente subversiva de Wes Anderson, provoca una sensación inversa. Sin tanto aparato escénico, sin tan espectacular escenografía, y con un sentido del humor siempre chocante y frontal, consigue elevar las dosis de imaginación, aventura y fantasía a cotas verdaderamente altas. No obstante, “Moonrise Kingdom” es un film menos caótico y delirante de lo que aparenta. Al contrario, es como el anterior, un ejercicio muy medido y estudiado para provocar esa aparente sensación de desaliño de colores vintage. Se palpa esa voluntad retro muy propia del cinéfilo indie que disfruta con Belle & Sebastian o Natalie Merchant. Aunque su propósito de convertirse en una especie de utopía cinéfila indie cuaja. Y su humor e ironía a contracorriente funciona.
Por tanto, con renglones aparentemente torcidos y al son del caos la poesía aparece y cierto sentido de la magia retro también. La aventura caqui termina por calar construyendo un universo en plena efervescencia y de tonos agradablemente naif. Tonos que no evitan que el espectador intuya el lado más sombrío y oscuro de la adolescencia al hilo de una aventura que tiene mucho de maravillosa ensoñación.
Por tanto, con renglones aparentemente torcidos y al son del caos la poesía aparece y cierto sentido de la magia retro también. La aventura caqui termina por calar construyendo un universo en plena efervescencia y de tonos agradablemente naif. Tonos que no evitan que el espectador intuya el lado más sombrío y oscuro de la adolescencia al hilo de una aventura que tiene mucho de maravillosa ensoñación.
Para terminar, hacía tiempo que no veía como se masacraba sin piedad una película como ha sucedido con “Tan fuerte, tan cerca”. Se le acusa de lacrimógena y ternurista, de ser sentimentalmente pornográfica, una pura bazofia con trampa. He llegado a leer que es la peor película no de este año, sino en muchos años. Sin ser una obra magnífica (que no lo es) no se comparte este ensañamiento. Basta comparar con los estrenos habituales de cada semana, tantos y tantos films insulsos que reciben las tres o cuatro estrellas de turno y que al parecer, son apreciables cintas. Se produce un efecto boomerang. Y del mismo modo que “Hugo” o “Moonrise Kingdom” son consideradas obras de arte supremo, “tan fuerte, tan cerca” es al parecer un bodrio infumable. Se constata que resulta sencillo alabar sin medida al autor consagrado o al cineasta independiente de última generación. Y por lo que se ve, más fácil aún es atacar al aparente film comercial, sobretodo si en él aparecen Sandra Bullock y Tom Hanks. Y mucho más fácil rendirse ante cuentos bienintencionados que ante la cruda realidad. Mejor soñar que reflexionar, o dormir un sueño plácido en vez de pensar en voz alta e interrogarse sobre la más sórdida actualidad.
En la feria de las vanidades del actual cine solo para sentir y disfrutar (palomita en mano) sin extraer conclusión ni pensamiento alguno, la reflexión que provoca heridas no tiene cabida. Es mejor despachar el asunto con un cero patatero. Stephen Daldry, director de “Tan fuerte tan cerca” y autor de las excelentes “Las horas” y “The reader” no escoge precisamente el camino más fácil. Su chaval protagonista no es tan entrañable y adorable como Hugo ni tan extrañamente güay como Sam Zakowsky. Oscar Schell es un crío cargante, parlanchín y un tanto irritante. Muy real, tanto que me recuerda a un vecino. Y su peripecia no es nada infantil (esto no es “verano del 42”, ni tampoco "verano azul" ) Aquí laten escondidos tonos existencialistas y cercanos al cruel abismo del ser y la nada, que diría Nietzche.
Y claro está, eso mola menos. No hay más que observar la cara del niño. Muchas sugerencias definen el sinsentido de nuestro tiempo. La aventura ya no es ningún bonito cuento, sino que adopta formas crueles y oníricas, como en la vida. Y el antihéroe se enfrenta a peligros que recuerdan a los que uno se encuentra a la salida del cine. Su miedo a la gran ciudad y sus monstruos de verdad son demasiado auténticos, pese a que existan pasajes edulcorados. Todo es menos atractivo pero más reconocible. Aunque no estemos ante la mirada de los Dardenne en “Rossetta” ni la de Halstrom en “Mi vida como un perro”. De hecho es cierto que estamos ante una cinta irregular, pero muy bien filmada e interpretada y con una banda sonora de Alexandre Desplat de envergadura. Lo más curioso de todo: Que Oscar Schell vive experiencias similares a los otros dos, pero incluso más extremas. Si no hubiese sido oficialmente declarado un apestado público, los tres podrían haberse asociado y convertirse en los nuevos mosqueteros.
Pues yo me apunto a verla, a sentirla en sus diferencias,a exonerarla de alguna manera de tanto peso derramado sobre ella.
ResponderEliminarO tal vez me ponga del lado de quienes la crucifican sin piedad,cosa que dudo, pues pocos films me parecen crucificables, ya que el hecho de realizarlos, para mí supone un valioso hecho inalcanzable para muchos.
Por lo que leo de tu entrada, me resulta sumamente apetecible,sobre todo, porque jamás he entendido la rotundidad de las críticas respecto a muchas películas, además de porque siempre tengo mis propias expectativas y puntos de vista cuando las veo.
Besos.
Tres miradas bien distintas, si señor.
ResponderEliminarLo primero, es lo primero y comparto absolutamente el alegre termino que utilizan muchos para decir tan panchos que es una obra maestra. Para que una obra perdure y madure necesita tiempo. En muchas ocasiones lo que nos parecía tan magistral, luego se ha quedado en algo simple o correcto.
"Hugo" no es una obra maestra, en absoluto, incluso queda muy lejos. A mi me gusta bastante, incluso en su momento me deje llevar por la euforia de su historia. La he vuelto a ver recientemente y se me ha caído un poco. Por ejemplo no soporto ni al policía ni a Melies.
De "Moonrise Kingdom" me parece una estupenda muestra de la inventiva de su realizador. Un tipo que hace un cine diferente no apto para todos los gustos. En esta ocasión ha realizado su película más comercial sin renunciar ni un ápice a su originalidad.
La de Daldry, pues no la he visto. Reconozco que con las críticas tan negativas que he leído he dado prioridad a otras cintas. Supongo que la veré y espero no estar influenciado por dichas opiniones.
Un saludo
Marinel. Me parece perfecto que conserves siempre tu punto de vista, tu visión personal. Yo simplemete doy la mía,pero aquí no sesienta cátedra alguna.
ResponderEliminarHe deconfesar que en ocasiones soy rotundo y muy crítico cuando creo que corresponde, pero ello no deja de ser una opnión personal que otro espectador no tiene porque compartir.
En este caso, me ha parecido muy exagerado el tratamiento que han recibido las tres películas. Dos por exceso de almibar y la otra por defecto. Un abrazo.
C Noodles. Bienvenido. Te aseguro que el comienzo no ha sido premeditado, pero me alegra que comparezcas por aquí justo el día que cito a ese personaje en concreto.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Se adjudican cinco estrellas y el calificativo deobra maestra a demasiadas películas, y con una alegría tremenda. Ya me gustaría ami que fuese cierto. Efectivamente, el tiempo suele poner las cosas en su sitio. Comparto lo de "Hugo" que solo he visto una vez.
La disfruté, y también la de Anderson, me parecen cintas intersantes pero que no alcanzan la cima que se les adjudica.
Cuando me dejaron una copia de la Daldry, me puse a verla como quien va al cadalso. Y llegué ala conclusión de que sin ser una maravilla del séptimo arte, no merece el castigo a que ha sido sometida. Cada semana se estrenan dos o tres películas peores que son aceptadas sin problemas. Me pareció que había que contarlo. Saludos.
Sin haber visto ninguna, aunque tengo a mano dos de ellas, sospecho que me gustará más la que tenga los pies más próximos al suelo. ¿Qué le voy a hacer? Soy así de caprichoso y me gusta que las películas, como los libros, hablen de la vida y sus pequeñas circunstancias. Dudo que pueda existir algo más emocionante. Y para eso veo cine, para eso leo, para eso vivo... tal vez... para emocionarme. Abrazos, amigo
ResponderEliminarPero qué texto más bueno.El título me hace pensar en esa obra maestra de Fernando Savater donde hace un fenomenal repaso a las lecturas de infancia,pero buen,esto es otra historia. No hay nada más difícil que tocar ese tema en el cine porque ha dado muchísimas ñoñerías por el malentendido del susodicho tema.Fenomenal repaso,amigo.Ayer precisamente vi esa película que toca la infancia truncada:El imperio del sol y Juegos prohibidos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,fenómeno.
Como siempre, grandes análisis Victor ;)
ResponderEliminarAun no he visto Monrise Kindong, por lo que no puedo hacer referencia del film, pero de Hugo y Tan fuerte tan cerca sí, por lo que te doy mi opinión.
De Hugo, recuerdo que fui de los primeros que la llené de alabanzas, porque realmente me encantó, y no como cualquier película que te gusta, recuerdo que por esos entonces estaba The Artist y ambas buscaban rendir tributo al séptimo arte, y mientras The Artist nos exponia una historia bonita y entretenida al estilo añejo, Scorsese se decantaba por presentarnos los orígenes del cine en forma de aventura, y dime adulto con alma de niño porque la película me pareció sobresaliente; y no solo por su mensaje (que al contrario que a ti consiguió "enmarañarme") si no por todo lo estético que bien has dicho es de 10.
Por su parte Tan fuerte tan cerca es muy parecida a Hugo, incluso ambos tienen una llave! jeje. A esta ultima yo tambien defendí un poco de las criticas tan mordaces que recibió en su estreno (y qué bueno ver que estás casi en esa misma linea :D), a mí me gustó, aunque admito que es lacrimógena y algo manipuladora, pero es un tema dificil de abordar que se lo trabaja de manera notable con un guión aceptable y una banda sonora sobresaliente.
A veces se ha soportado películas más "lloronas".
En fin, un gusto como siempre leerte V
Un abrazo.
Yo me alegro de estar de acuerdo contigo. Con todas las aclamaciones con las que venía "Hugo" y todos los honores que le rindió la crítica y la industria, no me terminó de conformar. Tal vez esperaba algo más deslumbrante además de lo visual. Creo, igual que tú, que el sello pesa más que lo que la película deja.
ResponderEliminarY lo mismo me sucedió con "Tan fuerte tan cerca". Me pareció una película digna de ser vista, aunque el tema del 11 de septiembre se me hace agotado. Sin embargo, la actuación de este niño es realmente notable, el personaje resulta exasperante porque su rol lo demanda, ya que sufre del síndrome de Asperger, una forma de autismo que muchos críticos sólo conectan con su ingeniosidad, pero que se pone de manifiesto claramente en toda la película, en la interpretación correcta de un tono y ritmo del lenguaje inusual tanto como en sus penosas dificultades sociales, fobias y problemas sensoriales.
Esta película, que tampoco considero brillante, aunque dentro de lo que se ofrece resulta interesante, tiene como tú apuntas el mérito de reflejar con realismo patologías y características típicas de los habitantes de las grandes urbes occidentales.
La madre, Bullock, sufre de una profunda depresión tras la muerte traumática de su esposo, Hanks, y no logra conectar con este hijo tan particular, lo cual le ofrece un motivo para seguir viviendo e intentar superar su mal y llegar a hacer conexión con este hijo. Y su esposo, quien había logrado crear un vínculo con su hijo que hace que el niño pueda convivir, no sin su cuota de dolor, con su patología, es también un ejemplo interesante de un modo muy moderno y urbano de ejercer una paternidad constructiva y nutricia. De allí la desesperada búsqueda del tesoro por parte de este huérfano que le devolverá algo de lo que ha perdido.
En este caso, la obra que me viene a la cabeza es justamente una joya de la Literatura norteamericana: la genial novela sobre el rito de pasaje de la niñez a la adolescencia y la pérdida de la inocencia publicada en 1951 por J.D. Salinger, El cazador oculto o El guardián entre el centeno (The Catcher in the Rye), que te recomiendo especialmente si aún no la has leído.
Su protagonista, hoy un icono de la rebeldía adolescente, Holden Caulfield, no logra conectar con su entorno, vive en su propio mundo de cavilaciones, es expulsado de la preparatoria y sin ninguna conexión con sus padres huye de su hogar y emprende su viaje iniciático nada menos que deambulando por Nueva York para descubrir, asistido por su hermana menor, Phoebe, que la vida es circular, como un carrusel.
Al publicarse, la novela causó gran controversia por su fiel reflejo del lenguaje provocador y soez y por retratar sin tapujos el despertar sexual y la ansiedad adolescentes, es decir fue y sigue siendo una obra "extremadamente fuerte e increíblemente cercana", tal como se traduciría literalmente el título de la película que analizas en inglés. Es considerada por numerosos expertos como una de las novelas más importantes del siglo XX, y es sin dudas una de mis favoritas.
Me queda pendiente "Moonrise Kingdom", e intentaré verla, ya que me interesan las películas que exploran este tipo de temática.
Brillante tu análisis. Como siempre, aprendo y disfruto mucho leyéndote.
Te mando un beso.
¡Ay que no he visto ninguna de ellas ! asi que paso deprisita para que no me condiciones( ya sabes lo que opino sobre la subjetividad).;-P
ResponderEliminarNo sé si veré las tres porque algo sí he leido por ahi, pero no puedo decir que me entusiasmen..aquello de que trabajar con niños o perros..¿no era Hitchcock quien se lamentaba ?
En serio, me gusta lo que se acerque más a la realidad, con sus pros y sus contras pero tampoco me opongo a un poco de fantasia, eso sí, sin ñoñeces..esa las dejamos para navidad.. para las comedias románticas tipo..¿Notting Hill..?(sarcasmo)(jiji) ;-P
Tu texto, impecable.:-D
Un abrazo Victor
Tampoco he visto ninguna de las tres películas que mencionas en este post. Como tampoco entiendo que les sucede a los críticos al demolir y tirar por los suelos la actuación de actores que llevan décadas en ésto del cine, con expresiones tales como: "han quedado para ésto..." o "están encasillados" o "ya solo les quedan estos papeles...". Me molesta que se sientan tan superiores e inalcanzables. Estoy pensando en C. Boyero, contestame: ¿es un buen crítico? porque cuando le escucho hablar en la radio, no me convencen sus aclaraciones.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Jose Luis. Son tres opciones muy distintas que han corrido suerte muy dispar. En mi opinión ninguna de las tres es descarteble. No me gustaría dar esa impresión. Pero si ha existido un consenso unánime respecto de la primera, de la que he llegado a leer maravillas debido a que apela a la magia del cine como motor vital.
ResponderEliminarTienes razón, las dos primeras juegan más con la fantasía, lo que no está mal, la última, despreciada sin compasión, va por donde tu dices, aunque obviamente no es "ladrón de bicicletas". Un abrazo.
Con sólo oír "Ladrón de bicicletas" se me pone la carne de gallina. Abrazos
EliminarDaniel. Semuy bien que la película de Scorsese te encanta. No hay más que asomarse a tu página. Has escogido uno de sus fotogramas como motivo. No es que a mi me desagrade, para nada. Pero aunque disfruté con ella y me parece interesante, no creo sea la maravilla que se ha vendido. De todas formas no deja de ser una opinión personal. Te agradezco tus palabras.
ResponderEliminarUna de las razones de hacer esta entrada con estas tres películas es por las múltiples conexiones que tienen, entre ellas la llave. Saludos.
Francisco Machuca. Es que curiosamente estoy leyendo a Savater. No esa fabulosa revisitación dela infancia, sino su última novela. Creo que ha influido para el título, no hay duda. Si los elogios vienen de tu parte, no solo se agradecen sino que me pongo colorado.
ResponderEliminarGuardo como oro en paño el dvd de "El imperio del sol", la cual repaso cada cierto tiempo. Si recuerdas aquel mismo año coincidieron dos películas sobre la infancia truncada,esta y "Esperanza y gloria" de Boorman. Es un tema inagotable. Un abrazo.
Fer. Para esos aspectos me confieso un ingénuo. Un absoluto adolescente que se deja influir por el torrente de referencias que dicen que tal o cual película es una obra maravillosa. Supongo que es por el puro deseo de que se concreten en realidad esos augurios.
ResponderEliminarMe pasó como a ti. Vi "Hugo" con sobredosis de información que decía que era una maravilla y de amigos que me la recomendaban como imprescindible. Y en ocasiones tanto elogio satura. Mejor no saber nada. Me parece una película que debo volver a ver. Creo que tiene una estética deliciosa pero me pasó exactamente igual. Sus deseos de configurarse como obra maestra total y homenaje definitivo al séptimo arte cuajan solo en ocasiones. Me parece más bonita que buena.
Heleido el guardián entre el centeno, y la verdad, creo que tienes mucha razón.A mi no se me ocurrió esa relación. Coincido contigo en las apreciaciones sobre la película de Daldry.No es un film fácil precisamente debido a que sentimentalismos aparte, dibuja patologías propias de la vida tensa en la gran ciudad. Y esa visión reflexiva sobre la orfandad y las difíciles relaciones personales me pareció muy interesante y muy real, pese a que luego existan otros episodios más sensibleros, que no inhabilitan a la película para nada. Y la interpretación del niño está muy bien una vez entiendes que es un niño muy particular.
La que no has visto es absolutamente recomendable. Tal vez la que conjuga eemoción e inteligencia con mayor dosis de personalidad. Gracias por tu generosa implicación en el tema.Se agradece.Un abrazo.
Abril. Me parece una idea excelente. Cada día comparto más eso que en alguna ocasión hemos hablado de que es mejor ir virgen a ver cine. Pienso igual.
ResponderEliminarSe pueden verlas tres y combinar ironía, fantasía, sarcasmo y una mirada a la actualidad. Me extraña que no hayas visto ninguna, aunque bien pensado ciertas diligencias están por encima de cualquier otra cosa.
Y sobre la subjetividad también hemos hablado. Con sarcasmo te diré que por supuesto, somos subjetivos ya que somos sujetos. Y con más sarcasmo todavía (este veraniego) te digo que tengo mis dudas, ya que lo que analizo es ¿un objeto? ja ja.
Cuidadin que a mi de toda esa tropa de películas la que tal vez más me gusta es "Nothing Hill". Bueno también me gusta un poco "Intocable" pero porque sale Audrey Fleurot, como es bien sabido. Pensando estoy en dedicarle una entrada en exclusiva. Un abrazo.
Esilleviana. Esto me pasa por tirar piedras contra mi propio tejado. Me confieso. Soy uno de esos que entienden que cuando hay que dar zapatilla a un libro, una película, un cuadro, o una obra de teatro,se da. Y lo doy con contundencia. Podré equivocarme totalmente, por supuesto,pero cuando lo he considerado, he dado caña y bien.
ResponderEliminarYo entiendo la crítica como necesaria. Y la entiendo desde la reflexión y el rigor. Por supuesto doy mi opinión, que no tiene que coincidir, es absolutamente personal. Pero lo que yo echo en falta es la falta de rigor y de crítica. Ese marasmo plácido en el que todo está bien,todo es pasable, y todas las novelas son agradables lecturas de verano. O muchas películas son agradables comedias para pasar un buen rato.
Lo he dicho alguna vez, si voy por ahí, cierro la página. La crítica debe servir al menos para que la próxima temporada no te sirvan el mismo plato light y descafeinado.
¿Boyero? Creo que ha cruzado la línea en la que el personaje ha devorado al texto. Se conoce más al sujeto que su obra y eso no puede ser. Pero bueno, le pasa tb a Vargas Llosa y a tantos otros. El asunto debiera ser al revés, creo. Un abrazo.
Pues respecto a estas tres, sí que no puedo decir nada, porque no he visto ninguna.
ResponderEliminarPero leerte siempre es un goce y sabes por qué? porque eres refrescante y natural.
Me repatean las opiniones que siguen una corriente determinada o que manifiestan posturas poco personales. Y todo eso se nota en tus escritos.
Recuerdo ahora mismo "Remando al viento", no sé la razón del recuerdo, la verdad, pero la cierto es que la ponían del 10 y a mí me pareció casi un bodrio...tal vez ahora si la viera, sería diferente...te lo digo por esa historia de la crítica que parece que se tiene que alabar lo que alaba el cronista de turno.
Bueno, no me lío más.
Besos y abrazos
Desgraciadamente tampoco he visto ninguna de las películas que aquí comentas. Respecto al cine con niños, siempre he pensado que debe ser muy difícil dirigir un buen trabajo cinematográfico con ellos. Una alumna actriz que tuve me comentó que ellos se lo toman como un juego, que actuan de manera natural... Pero sigo pensando que el trabajo de los directores debe de ser crucial para que salga bien.
ResponderEliminarMe gusta tu forma de nadar contracorriente y de no dejarte llevar por las opiniones mainstream, que en este caso son las opiniones "indie" jajaj contradictoriamente: me refiero al tema Tom Hanks-Sandra Bullock. Bueno tengo que admitir que Tom Hanks no me gusta :-) ¿eso me hace indie o mainstream? (es bromaaaa)
Un abrazo!
Yo sólo he visto la de Anderson... que me gustó mucho-mucho, y volveré a ver. Visualmente me pareció preciosa... Anderson tiene un gusto visual increíble... No he visto todas sus pelis, pero las dos anteriores que había visto, sin parecerme tan redondas como esta, me seguían llamando la atención por cómo componía los planos. Y me gusta su estética... No recuerdo qué amigo que es fan suyo me comentó que se inspiraba en los cartoons de Bill Melendez sobre Charlie Brown en campamentos, entre otras cosas. Y algo de eso hay.
ResponderEliminarAsí que no sé las otras dos, pero Moonrise Kingdom me parece una película muy bonita y en la que además la historia funciona igual de bien que las imágenes. Esa frase en la que la niña le dice como que le gustaría ser huérfana y el otro le responde te quiero pero no tienes ni idea de lo que dices me pareció genial. O los breves flashbacks en los que vemos cómo un pobre huérfano-boy scout tiene que convivir con una pandilla de kinkis, etc...
Yo salí encantado del cine...
Virgi. Gracias. En mi caso doy mi opinión y punto. Por eso en ocasiones te he dicho que tampòco me tomes como referencia. Igual lo que a mi me parece fabuloso a ti te aburre soberanamente. Aunque ya me contestate que no había problema, lo recuerdo, pues tu tb tienes tu propio criterio. Mepare muy bien.
ResponderEliminarHace mucho que vi la película de Gonzalo Suarez con aquel jovenzuelo Hugh Grant. Me pareció una película fallida. Lo que recuerdo es como que intentaba desplegar una poesía en imágenes que no siempre estaba conseguida. Y muchas frases grandilocuentes. Y luego como que había pasajes que no estaban nada mal. Tendría que verla de nuevo.La vi hace más de doce o catorce años.
Por lo demás, seguiremos opininado. Aquí los únicos que mereceis alabanzas sois los comentaristas. Un abrazo.
Dona Invisible. Tienes toda la razón, es que en los tiempos que vivimos va a resultar que si en una película aparecen actores comerciales como Tom Hanks o Sandra Bullock no hay ni que perder un minuto más y ya está todo dicho.
ResponderEliminarNo lo comparto. De ambos he visto interpretaciones malas, regulares y buenas, y otro tanto me pasa con sus películas. Ahora selleva mucho más la película que haya triunfado en el ferstival de Sundance o en Toronto. Por sistema.Y eso tampoco. Habrá que ver cada película y luego ya hablamos. Tal vez por eso destaco de estos tres ejemplos el escarnio recibido por la última. Película que claro, no ha visto nadie. No me extraña. Yo mismo empecé a verla con cierta desgana. Hasta que reaccioné y me dije, no señor.
La cuestión clave, creo, está en no alinearse. No ser ni indie, ni mainstream. La opción más recomendable, creo, es ser un simple espectador y ver de todo sin ningún tipo de complejo publicitario ni etiqueta. Bueno, cada uno puede hacer lo que quiera, of course pero mi apuesta es esa. A lo Juan Nadie. Un abrazo.
David. Estoy contigo, es una auténtica delicia repleta de detalles asombrosos. Es verdad que es muy bonita y entrañable, y su estética y planificación están francamente inspiradas. Pero yo incluso iría más allá. Posee algo no muy común. Personalidad. Y un director que de la nada y con una mirada muy particular construye un mundo propio. Esta película no es maravillosa por ser indie y alternativa. Lo es en si misma sea indie o no. Por su fondo, su forma y por plasmar un universo personal e irresistible.
ResponderEliminarEl montaje de las sucesivas cartas que se mandan hasta quedar en el descampado o la revista a la tropa (por poner dos ejemplos) son una pura maravilla.
En este texto trato de desmontar(creo que con poca fortuna) toda esa historia sobre el cine de autor, el indie y el comercial con tres ejemplos. Solo son etiquetas.
Poco te puedo decir sobre las referencias de comics que me apuntas. Pero coincido, también la volveré a ver, Títulos de crédito incluidos.Un abrazo.
Gracias por contestar :)
ResponderEliminarEntiendo, admiro y comprendo la necesidad de que los críticos analicen al detalle lo que ven, porque de eso se trata, de mejorar y perfeccionar lo que se lleva a cabo, sea en el cine o en cualquier actividad, arte,técnica o industria, pero deberían de asimilar que sus palabras tienen un largo alcance, pudiendo ser demoledoras o salvadoras... ahí está la horquilla .)
un abrazo crítico encantador :)
Esilleviana. En mi opinión los criterios de los críticos tienen muy poco alcance, sobre todo si se compara con el bombardeo publicitario. Casi nadie los lee. Además estoy de acuerdo en que un crítico no es el ágora, ni sienta cátedra. Eso es un error. Si que hay gente, muy pagada de si misma que cree que está descubriendo no se que. Pero no hay que darle tanta importancia. Creo que hay que buscar un término medio. Cualquier espectador tiene su propia opinión. Tu opinión vale tanto como la mía o la del crítico con mayor reputación, de eso no hay duda
ResponderEliminarLo malo es cuando se acepta todo sin un mínimo de reflexión. Por eso estamos donde estamos en tantas facetas artísticas. Un abrazo.
Munekitacate. Muchas gracias por tus palabras, te respondo, un saludo.
ResponderEliminar¡Hola V, ya me estoy paseando por tu blog y disfrutando!
ResponderEliminarSoy Hildy. Y este post va a hacer que me acerque a Tan lejos, tan cerca que en su momento no fui a la sala oscura...
Me has atrapado... A mí me fascina Érase una vez en América y me parece alucinante toda la parte que refleja la infancia y adolescencia de los protagonistas. Tengo dos escenas favoritas de esa parte (bueno tres pero contaría algo importante a nuevos espectadores): cuando uno de los niños, mientras espera, se come un pastel que tenía que entregar de regalo y la lectura del cantar de los cantares de Deborah a Noodles...
Reflejar la infancia en la pantalla blanca no es fácil. Hay otra película que me parece atrapa muy bien el mundo infantil y es Matar a un ruiseñor... ya desde los títulos de crédito con esa caja de donde van surgiendo 'tesoros infantiles'.
Me encantaría enlazarte en mi blog, si te parece bien, en la columna de OTROS APASIONADOS CINÉFILOS
Besos y sigo paseándome por tus salas
Hildy
Pues bienvenida Hildy. Has escogido a uun personaje que siempre he admirado. Rosalind Russell está primorosa, absolutamente genial.
ResponderEliminarLa escena del cantar de los cantares es una auténtica maravilla.
Esta entrada no pretende abarcar la infancia en el cine.Como habrás podido comprobar está motivada por el distinto tratamiento que han recibido las tres criaturas, tanto los niños como las películas que casi han coincidido en las pantallas.
La que te falta es irregular, pero tiene su interés.
No se si soy cinéfilo, pero para enlazar no necesitas pedir permiso. Será un placer. Yo también me pasearé chez Hildy, no lo dudes. Un abrazo.
No estoy descuerdo con tu punto de vista sobre la película TAN FUERTE Y TAN CERCA es una película excelente la cual muestra un niño que esta aferrado a su padre muere tal vez o para mi de la peor forma , el solo intente regresar a los buenos momentos con su padre y a mi me parece una película que muestra que nunca se supera la realidad.....
ResponderEliminarLas otras dos no me las e visto pero espero no tener que comentaqr lo mismo