“No fue preciso pedir permiso a la naturaleza para proseguir viaje fuera del sendero trazado. Ella nos invitó. Y de su mano pronto hallamos nuevos acantilados, desiertos salados, cráteres desconocidos. Y claro está, nuevas especies. Buscar el fin del mundo supuso encontrar un nuevo comienzo” No lo digo yo, lo dijo Charles Darwin. En las continuas relaciones entre el hombre y su entorno natural, en algunas artes, como el séptimo, salvo algunas excepciones, hace un tiempo que se abandonó cualquier pretensión de singularidad. No hablo ya de una perspectiva original.
Uno de los tópicos más contradictorios en el moderno cine americano se refiere al injusto tratamiento del campo, de los pueblos, del mundo agrario y rural. De los bosques y lo silvestre. En definitiva, de la naturaleza en su más amplia extensión. En el cine europeo no es que sea distinto, pero al menos se aporta una visión más naturalista y veraz, incluso reconocible. Véase como excepción “la cueva de los sueños olvidados” de Werner Herzog, tal vez una de las películas más estimulantes del año pasado. Si se afirma que en el moderno cine Usa el tratamiento es pobre y a la vez contradictorio es por dos razones. El mundo rural, lo que ellos mismos denominanla América profunda solo parece tener dos versiones posibles. Y por desgracia ambas están directamente relacionadas con la ciudad y las grandes metrópolis. Escasea una percepción autónoma. Es la eterna cuestión de los polos opuestos.
Uno de los tópicos más contradictorios en el moderno cine americano se refiere al injusto tratamiento del campo, de los pueblos, del mundo agrario y rural. De los bosques y lo silvestre. En definitiva, de la naturaleza en su más amplia extensión. En el cine europeo no es que sea distinto, pero al menos se aporta una visión más naturalista y veraz, incluso reconocible. Véase como excepción “la cueva de los sueños olvidados” de Werner Herzog, tal vez una de las películas más estimulantes del año pasado. Si se afirma que en el moderno cine Usa el tratamiento es pobre y a la vez contradictorio es por dos razones. El mundo rural, lo que ellos mismos denominan
La primera visión es aquella que contempla la ciudad como ejemplo de lo confortable, seguro y sobre todo controlable por el ser humano. Y existen infinidad de películas en las que una vez los protagonistas se alejan de la ciudad y entran en medios rurales o bosques, las cosas se complican. Es verdad que los directores suelen aprovechar en los primeros minutos para mostrar hermosos paisajes vírgenes, pero que nadie se fíe. Al final, el campo se convierte en una ratonera sin salida. Y la naturaleza una amenaza. Pronto los móviles dejan de funcionar, la electricidad no va, el coche deja tirados a los protagonistas… Y de ahí a la angustia y el terror hay un paso. El precioso entorno natural, pronto se convertirá en un enemigo feroz cuando arrecien las tormentas. Y las cabañas terminan siendo la premonición de sonidos extraños en dolby stereo, crepitar de cosas en la oscuridad y alimañas varias. ¿Tiene esto una explicación? Por supuesto.
En todas esas películas, desde “Deliverance” hasta “Jeepers Creepers” pasando por las sucesivas “matanzas de Texas”, “the descent” “Eden lake” o incluso la reciente “The cabin in the Woods” se da una visión de la naturaleza muy relacionada con lo atávico. Con el primitivismo ancestral, con la ausencia de evolución. El paisaje humano con el que se suelen encontrar los turistas urbanitas suele ser progresivamente inquietante y muy poco digno de confianza. Es como si la ciudad fuese el refugio de un inmenso páramo salvaje y sin civilizar. Lugares al parecer propicios para ser habitados sólo por lunáticos, esquizofrénicos y descerebrados de todo pelaje. El mensaje reaccionario está a la vuelta de la esquina. Estas películas suelen tener un toque moralizante: los vicios y errores en la gran ciudad cometidos por el hombre moderno y el desafío y menosprecio a la naturaleza se terminan pagando caro. Es la venganza implacable de la ley natural.
Pero existe otra versión, en gran parte contrapuesta a la anterior, aunque igualmente reduccionista e injusta. Es aquella en la que el mismo urbanita en crisis, maltratado por la gran ciudad y sus chanchullos varios, ha de volver (de mala gana) al pueblo en el que creció. Ya saben “Sweet home Alabama” y similares. Aquí el mundo rural es un plácido lugar repleto de presuntos paletos y gente con una guasa peculiar que aun conservan sus costumbres y ritos ancestrales. Su instituto, su equipo de béisbol o rugby, sus platos típicos, sus vecinos chismosos pero simpáticos y su fiesta local, con las cervezas de toda la vida y el baile de rigor. Todas esas comedias también tienen un tono moralizante. El (o la) egoísta ejecutivo de ciudad redescubrirá a la luz del barbecho de su odiado pueblo todos los valores que había olvidado. Recibirá algún sabio consejo de algún personaje pintoresco, se reconciliará y hará migas con los que creía unos retrasados y para colmo casi siempre hay premio. No falla. Por allí está esperando el novio de la adolescencia o un apuesto soltero para redondear el círculo vicioso (nada que ver con Dorothy Parker). Sandra Bullock, Amy Adams, Renée Zellweger y compañía han pasado por el trance-fórmula... Y todas se quedan encantadas a vivir en el granero de los valores eternos de
La pregunta sobre la que se pretende indagar, es si cabe la posibilidad de dotar de cierta personalidad a una película encuadrada en este segundo formato. Que, aun partiendo del tópico, sea capaz de interesar, que diga cosas, que emocione y permita reflexionar. Y todo ello metido en esa caja de zapatos codificada. Pues moderadamente, pero sí. En la interesante película que va a ser objeto de análisis se dan cita muchos de esos clichés: chico que huye de la ciudad al campo, vecinos que te ofrecen pasteles a la puerta, vecinita adolescente que sale con el capitán del equipo de rugby, gente que da consejos, fiesta en el instituto, paseos con perro, moralejas varias. Y sin embargo, estamos ante una película que merece mucho la pena.
Vamos con las presentaciones. El chico se llama Carter Webb (Adam Brody). Atribulado y confuso aspirante a escritor, en la primera escena la recibe en la frente cuando le deja plantado su novia. Intentando poner remedio y tal vez siguiendo los sabios consejos de Walt Whitman “quien pretenda caminar una milla sin amor se dirige a su propio funeral envuelto en su propia mortaja” decide cambiar de aires y visitar el pueblo de su abuela, que vive sola. Resulta fácil empatizar rápidamente con este joven que parece moverse en el territorio favorito de Cameron Crowe. Un refugiado del corazón, golpeado y con la rodilla en tierra pero dispuesto a salir adelante con una honestidad de la que ya no se lleva.
Su lucidez, su franqueza, su aparente tranquilidad, su manera humanista de afrontar la vida y sus reveses sin aspavientos definitivamente conquistan. Existe en Carter,personaje reflexivo, un continuo interrogante interior sobre los enigmas del ser humano. Y aunque de entrada no está para juergas parece acogerse a la cita clásica recogida por Rafael Argullol:”Prefiramos, por encima de todo el don de la jovialidad: el de los hombres que todavía retienen al niño que fueron, el de los que conocen sin haber perdido la ilusión del conocimiento, el de los que han gozado sabiendo que el goce es inagotable, el de los que han sufrido con la voluntad de vencer al sufrimiento. Los joviales poseen la fuerza única para disparar dardos luminosos contra la oscuridad”.
Su lucidez, su franqueza, su aparente tranquilidad, su manera humanista de afrontar la vida y sus reveses sin aspavientos definitivamente conquistan. Existe en Carter,personaje reflexivo, un continuo interrogante interior sobre los enigmas del ser humano. Y aunque de entrada no está para juergas parece acogerse a la cita clásica recogida por Rafael Argullol:”Prefiramos, por encima de todo el don de la jovialidad: el de los hombres que todavía retienen al niño que fueron, el de los que conocen sin haber perdido la ilusión del conocimiento, el de los que han gozado sabiendo que el goce es inagotable, el de los que han sufrido con la voluntad de vencer al sufrimiento. Los joviales poseen la fuerza única para disparar dardos luminosos contra la oscuridad”.
Lo curioso del caso para Carter, es que si creía que iba a descansar, se equivocó de pueblo, ya que los problemas se multiplican “In the land of women”, título de la película. “Entre mujeres” en castellano.
El motor de la cinta son las relaciones humanas. Y Carter tendrá la responsabilidad y el privilegio de tratar intensamente con cuatro generaciones muy distintas de mujer. Vamos de menor a mayor. Una niña de diez años, Page (Mackenzie Vega), extraordinariamente sensitiva, inteligente y práctica, que cuando se entera de que su madre padece cáncer de mama, se pasa días enteros en Internet y en la biblioteca del pueblo informándose hasta el último detalle. Su hermana adolescente de 17 años (Kristen Stewart) aparentemente resuelta y contracultural, que tras su fachada de continuo enfado con el mundo esconde multitud de complejos y miedos que pronto salen a la luz. La madre de las dos anteriores (Meg Ryan) que cree haber perdido definitivamente su salud, el timón de su casa y el cariño de su familia. Y por último la abuela de Carter (Olimpia Dukakys) jovial y excentrica anciana irreverente que, no obstante, sabe muy bien de lo que habla y lo que le espera. Se podría añadir una quinta, la novia que acaba de dejarlo (Elena Anaya) que está muy presente en sus pensamientos.
En ese panorama azul oscuro casi negro, Carter descubrirá pronto que todo el mundo que le rodea necesita tanta o más ayuda que él. Y que de un modo u otro, toda la tropa esta en un mismo barco que no tiene por qué zozobrar. Hay personas que solo necesitan estar para ayudar. El director, Jonathan Kasdan, sigue los pasos de otro personaje muy similar en una película de su padre, “Mumford” en la que un extraño con problemas llegaba a un pueblo y con tacto y sabiendo escuchar resolvía los problemas de sus vecinos.
Carter opera en igual sentido: “Una de las cosas de las que más me enorgullezco es saber escuchar” dice. Y de forma natural, lo que podía ser un catálogo de tópicos se convierte en una experiencia emotiva y de gran sensibilidad. El film trabaja en diversas direcciones tomando a Carter como eje de todo un entramado sentimental en el que, como es un buen tipo y excelente persona, se implica a fondo. Misión: ayudar a todos con sumo tacto. Su espíritu de camaradería es genuino y auténtico. Según su ideario “La vida es inesperadamente cruel y caótica y nunca responde como lo habías previsto. Y refugiarse en el miedo no es la solución”. Aplicando esa máxima, llega hasta a olvidarse un tanto de si mismo en su sincero afán por mejorar la salud emocional del barrio. Incluso se permite ciertas renuncias.
Si esta película no es una más se debe a varias razones, pero en primer lugar a una atenta mirada a cada personaje, que aunque partan de clichés, se elevan, laten y cobran vida propia, como en los mejores Kasdan. La segunda razón es que sus problemas, sus dudas y sus equivocaciones resultan muy reconocibles y cercanos, y sus alegrías y sus penurias están muy bien captadas e interpretadas. Sí, por Meg Ryan y Kristen Stewart también. La tercera es que comedia y drama, como en la vida, casan como un guante. La cuarta es que el director ha heredado lo mejor de su padre, narra con elegancia y pasión y sabe sacar excelente partido a pequeños momentos sublimes, como ese en el que la hija pequeña, valiéndose de una treta, convence a su madre para que le diga la verdad sobre el verdadero alcance de su enfermedad, realmente impresionante y muy emotivo. Y quinto, debido a que toda la película respira como un soplo de aire fresco, acompañada por un puñado de canciones excelentes y contagiosas (genial el momento footting).
Y cuando eso sucede y la química y la emoción brota, uno se olvida de si la película transcurre en la ciudad o en el pueblo, ya que por una vez queda demostrado que el problema no son los tópicos, sino el tratamiento que reciben. Y aquí estamos ante personas de carne y hueso con problemas reales. Y las incógnitas que nunca se despejan están no en los polos, sino en ocasiones en el barrio de la abuela. Bien pensado, igual es que Carter ni siquiera se mudó al campo, se fue in the land of women, a territorio femenino, dónde los sentimientos y las convicciones son las cartas que se han de poner encima de la mesa para seguir adelante. Y sobre eso señores Darwin, Livingstone, Amundsen y Scott queda aún mucho por explorar.
Pues sí, la he visto y me gustó. Creo que has diseccionado muy bien la historia. Estoy de acuerdo con eso que dices, no son los "los tópicos" es el tramiento que les des. La comedia, el melodrama, el cine negro o el wester tienen sus propios códigos pero funcionan siempre y cuando el guión sea inteligente y los actores estén a la altura de él.
ResponderEliminarUn abrazo
P.D. ¡Qué bonitas e idílicas fotos las del principio ! Nos introducen en el tema. Parece dificil que algo turbio suceda en esos parajes pero...
Realmente , todo el mundo necesita ser escuchado: en mis tiempos jóvnes, teníamos al cura; ahora al psicólogo.
ResponderEliminarY, sinceramente, es preferible pagar.
Me han entrado unas ganas terribles de verla,además de por tu buena crítica-me fío mucho de ti-por Meg,que es una de mis actrices favoritas y siempre,siempre me gusta su interpretación por mala que sea la película.
ResponderEliminarMe ha gustado también el tratamiento especial
que das a esta temática entre la naturaleza y la vorágine urbanística en constante contraposición en casi todas las pelis, sobre todo por esas maravillosas citas que introduces a la perfección y al hilo de lo comentado.
Una vez más, me dejas pegada a tus letras y repito:
Tengo que verla.
:)
Besos.
Me encanta la capacidad que tienes de sacarle juego a un filme pequeño y comercial que a priori no parece interesante, pero visto lo que escribes uno se replantea ello. No me gusta Kasdan, padre, pero estoy por darle alguna oportunidad revisando a fondo su filmografía, una referencia que no me funciona. Y Kristen Steward es una actriz que donde le veo ya me crea ciertas dudas. Suena bien el filme a pesar de ello y todo se debe a tu análisis y esa introducción general. Hablando de volver al pueblo te recomiendo -si no la ha visto- young adult, es una magnífica película pero cruel y ahí no ves el típico lugar feliz sino el verdadero choque descarnado de la ciudad contra el pueblo, no en lo rural, pero si en cuanto a la visión que emparenta esas diferencias entre la (gran) ciudad y lo que no lo es, y que juega al uso. Un abrazo.
ResponderEliminarMe reitero: necesitamos que reflexiones sobre todos los asuntos y lo escribas en tu blog :)
ResponderEliminarLas ventajas de vivir más cerca de la naturaleza, de alejarse de la artificiosidad de las ciudades donde cada persona va a lo suyo, alejándose de los demás, con sus problemas y alegrías. No conocía esta película en la que cada personaje tiene un lado oscuro y claro: el cáncer, la vejez, el miedo y los complejos, el abandono pero en el fondo, todas y también él, el chico protagonista, siguen creyendo en que las cosas y situaciones pueden cambiar. Este podría ser otro mensaje que guarda la película: hay que creer que nuestros problemas pueden mejorar o aún más, solucionar. Gracias por este post :))
Un fuerte abrazo
Abril. Estoy completamente de acuerdo. El arquetipo bien trabajado y con alma da excelente resultado. En ocasiones mucho mejor que todos aquellos que van de neo modernos y originales y al final no dicen nada. Y eso vale para cualquier género, es así...
ResponderEliminarEl apunte final es muy certero, en ocasiones parece imposible que en estampas así pueda suceder nada extraño, y como bien apuntas...Un abrazo.
Paradela. Si que es importante darcon alguien que escuche. Pero por fortuna para ti, creo que en tu caso que hay mucha gente que lo hace, y sin necesidad de acudir a profesionales ni pagar un euro...Un abrazo
ResponderEliminarMarinel. Gracias. Creo sinceramente que te puede gustar. Meg Ryan no es protagonista absoluta en este caso, pero dentro del puzzle ocupa un lugar especial, y que afecta a toda la trama. A por ella y que la disfrutes. Un abrazo
ResponderEliminarMario. Gracias. Ya sabes que soy aficionado a ir al rescate de cintas que en apariencia son menores pero que terminan ofreciendo mucho. Kasdan padre tiene películas que me gustan mucho y otras no tanto. Laúltima no la he visto. Y gracias por la recomendación. Me gustó la película de Charlize Theron, más alláde que salga ella. Un abrazo.
ResponderEliminarEsilleviana. Muchas gracias. Menuda responsabilidad sobre mis hombros, no creo que de para tanto. Me lees con buenos ojos. De todas formas, irán saliendo cosas.
ResponderEliminarPara no haber visto la película creo que has captado bien por dónde va. En realidad lo bueno es que no hay una moraleja explícita. Tal vez que la vida es un interrogante continuo, una sucesión ininterrumpida de sinsabores y buenos momentos, y que nada como otra persona amiga para solventar los primeros y disfrutar de los segundos. Un abrazo.
Me apunto esta película para verla y dejo a medias un texto tan prometedor para completarlo después del visionado. Un saludo!
ResponderEliminarLa hija del acomodador. Cuando gustes. No es mala idea ver antes y leer después. Creo que os puede gustar tanto a ti como ojo, al acomodador. Un abrazo
ResponderEliminar... Me descubres una película y un director. Y acompañas su presentación de una reflexión muy pero que muy interesante y jugosa que me ha hecho pensar y pensar en películas.
ResponderEliminar¿De esa segunda opción que planteas, y que se salgan del cliché, te parece que entrarían VÍAS CRUZADAS de Thomas McCarthy y Beatiful girls de Ted Demme?
La verdad es que planteas un interesante punto de partida: relaciones entre el hombre y su entorno natural que creo que está lleno de interesantes caminos y viajes. Y con una evolución en el cine USA de lo más llamativo.
Porque hubo un tiempo en que la ciudad era la amenaza... como nos hacen ver las hermosas escenas de AMANECER. Y en otro en que la naturaleza es el único sitio donde escapar de una vorágine urbana insana y recuperar algo parecido a la espiritualidad, recuerdo a Sirk y Sólo el cielo lo sabe...
Y otro terreno a indagar es la relación entre el hombre y su entorno natural en ese género americano por excelencia EL WESTERN y nos podemos ir a los crepusculares en los que la presencia de la ciudad ya es evidente y sus choques con la vida natural también. Y surgen películas tan curiosas como EL JINETE ELÉCTRICO...
En fin, como siempre das en la diana, y aportas textos que generan debate, reflexión y ansías de ahondar y ahondar en ellos.
Besos
Hildy
Amigo, Víctor. Lo primero bien hallado, pues, se te echaba de menos tus generosas reflexiones, recomendaciones y sutilidades. Lo segundo, comparto al 100% ese concepto entre la inmersión de lo rural y lo urbanita desde la vieja Europa a la península utopía, USA. Pueden sonar a tópicos, pero son muy validos. “Serious Moonlight” 2009 —no la he visto— pero atisbo, que la aprovechas, perfectamente, como hilo conductor de esta propuesta de ese viaje por las relaciones cercanas, maritales y familiares. En esa América rural, burguesa y sana se ven sitios idílicos donde hay vida. Tengo una amiga—el tiempo de la universidad— que vive en un condado del estado de New Hampshire, que nos carteamos (mails) de vez en cuando y tiene una vida muy parecida a la de la protagonista del film—profesionalmente—se casó con un millonario de familia judía y me dijo: gracias por tus consejos. Cuando le dije, acabarás casada con un tipo repleto de billetes. Y todavía, se ríe un montón cuando me lo recuerda. Me apunto el film y como siempre, un placer darse una vuelta por tu sala. Un abrazo
ResponderEliminarHildy.Efectivamente, tienes mucha razón. Y no creas que no barajé la posibilidad de plantaer como han cambiado las cosas en ese terreno. Desde "la pradera sin ley" hasta el film de Pollack que tu mencionas. Pero la entrada quedaba larguísima. El ejemplo de "amanecer" esmuy oportuno.
ResponderEliminarLa idea es ver como se han simpolificado las cosas hasta un extremo excesivo. Hay por ahí una película con Tim Allen que se va a vivir a un pueblo amish que es de verguenza ajena. Y otra con Sarah Jessica parker "que fue delos morgan" igual.Por no hablar de las estampitas de los viajes a Europa o "come, reza,ama".
Esta estámuy por encima de todo eso.
Sobre si estamos en el mismo ambiente que en "Beautiful girls", puess solo en parte. La de ted Demme tiene más marcha y mala uva, esta sin descartar el humor soterrado, tiende más a la melancolía y a salir de ella. Está más cerca de "elizabethtown". Va por ahí.
Dio en mi diana. A ver si da en la tuya y la disfrutas. Gracias y un abrazo.
J.C Alonso. Gracias. Pues sí,por aquí andamos. Una de las cosas que no oculta esta película es que esa américa rural y de pueblos hermosos esconde una trastienda anímica tan compleja como en cualquier otro lugar.
ResponderEliminarEl protagonista cree que cambiando de aires y respirando aire puro solucionará sus problemas. Y lo que se encuentra es un panorama casi idéntico, solo que en otro marco. Y eso hace que sus nuevos vecinos dejen de ser unos extraños muy pronto, pues sus problemas no son muy distintos de los suyos.
Me alegra coincidir y se agradece la visita. Un abrazo.
Yo soy de pueblo y es cierto todo lo que cuentas. Existen una serie de tópicos cinematográficos respecto al mundo rural que pocos títulos han conseguido o han pretendido esquivar. La ciudad es muchas veces un escenario neutro mientras que el pueblo determina con frecuencia el ritmo y desarrollo de la historia.
ResponderEliminarLa peli no la he visto.
En fin, una reflexión brillante, amigo Victor.
Abrazos
Me ha gustado mucho esa primera introducción sobre el conjunto de tópicos que las películas en lo que se refiere a habitantes de pueblo y de ciudad. Además estoy muy de acuerdo. HAs sido muy irónico pero es que es verdad. Siempre además está ese amor infantil que recuerda a la protagonista de lo que huyó y que termina por enamorarla/o. Veo que en este caso salvas, aunque sea con matices: La película ni la he visto ni tenía ninguna intención. Tras tu rescate, de los que tanto te gustan, la verdad es que no lo descarto, sobretodo si me cruzo con ella. Y es que me gustan algunas de las películas del Kasdan padre y no tenía ni idea que está era del hijo, así que ni que sea para empezar a seguirle la pista, lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto que en el cine se suele dar una imagen de la naturaleza distorsionada, malévola o peligrosa, y yo pienso que esto sucede porque los seres humanos cada vez nos alejamos más de este entorno natural, que precisamente por desconocido nos asusta;de todas maneras los más temibles asesinos se desenvuelven por las ciudades, y los peligros más inimaginables andan por la urbe, y no por los idílicos paisajes que nos ofrece la naturaleza. Tu análisis de este concepto en el cine me ha parecido muy original, y preciosa la cita de Rafael Argullol, que comparto totalmente.
ResponderEliminarRespecto a "Entre mujeres", la verdad es que no me gustó especialmente,pero tampoco me disgustó: no está mal; no logré encontrar en ella esa esencia que tu captaste, y me hubiese gustado hacerlo; tal vez Meg Ryan tenga algo que ver en esto, y siento decirlo,pero nunca me ha gustado su manera de trabajar.
Eso sí :tu entrada me ha parecido maravillosa.Un abrazo.
Nunca había reflexionado en lo que dices del injusto tratamiento del campo en el cine USA.
ResponderEliminarY es cierto, suele aparecer para inquietarnos o verlo con simpleza.
Recuerdo "Días del cielo", pero aunque sucede en un campocampocampo, no es representativa de una comunidad.
Si el chico sabe escuchar seguro será un buen aglutinante en el pueblo, tiene carisma entonces y podrá ver que los entresijos de la vida son iguales en la ciudad que en el campo y muchas veces aquí, pueden ser muy crueles.
No te digo que la veré, las circunstancias familiares no me son propicias, pero sí te aseguro que voy aumentando la lista pendiente con tus estupendas entradas.
Un abrazo grande.
José Luis. Yo también, de esos que eran preciosos y ahora se han visto invadidos por adosados. Hay excepciones pero en general nos colocan algunos tópicos...Se nota que los guionistas han pisado poco el mundo rural,y que trabajan en el piso 15 de algún rascacielos. Lo que no está mal, pero claro...Gracias y un abrazo.
ResponderEliminarDavid Amorós. Es que salvo alguna excepción esos viajes a la toscana y esos come, reza, ama, pues en fin...por no hablar de el cine de viajecito de los típicos turistas al monte de fin de semana. Veo que hoy coincidimos. La película es una de esas pequeñas cintas que, desde luego, merece el rescate. Su modestia juega mucho a su favor.Un saludo.
ResponderEliminarSqSmaravillosa. Desde luego la participación de Meg Ryan puede condicionar la película. Desde que le quitó el novio a Jacqueline Bissett en "Ricas y famosas", acumula admiradores y detractores a parters iguales. No soy tampoco un gran seguidor de las típicas comedias "de Meg Ryan". Sucede que en este caso ella no es la protagonista. Igual me gustó más que a ti debido a que me centré más en la experiencia vital del chico a cuatro bandas, que en Meg, que es solo una de las patas del banco.
ResponderEliminarDe todas formas, te agradezco el mensaje. La cita es para que todos nos la inyectemos en vena ya. Un abrazo.
Virgi. Bueno, suele ser así aunque para ser justos digamos que hay excepciones. "en rutas salvajes" por ejemplo, o la maravillosa película de Gutierrez Aragón "la vida que te espera", sobre la que habrá que hablar un día de estos.
ResponderEliminarSí, el chico remueve para bien al barrio entero simplemente escuchando.
Mis mejores deseos en cuanto a la salud familiar se refiere. Un abrazo.
Me gusta Ryan y, además, me fío de tus consejos...
ResponderEliminarDe vez en cuando, viene bien disfrutar del film cotidianos. Ann@
PD- Por cierto, estoy alargando -muxo- la lista de BLOG y te he puesto. La nueva publi, saldrá en una hora aprox. Bss
Al leer tu introducción, me he acordado de la película "Into the wild", del 2007, que no sé si has visto, pero a mí me pareció un tanto esnob, en cuanto explica la historia de un niño pijo que decide irse solo en busca de la felicidad a la naturaleza salvaje, y luego descubre que la felicidad hay que vivirla compartida...
ResponderEliminarGracias por acercarnos esta película, creo que me gustaría verla, sobre todo porque, no dejando atrás el tópico, analiza más allá una situación real. Además, parece que sea un homenaje a las mujeres, desde las diferentes generaciones, cada una con sus problemas. Tienes razón: campo, o ciudad, al final siempre hay valores universales.
Un abrazo!
Quienes hacen ahora las películas son urbanitas de segunda e incluso tercera generación, de los que han crecido aplicando al medio rural y a todo lo que contiene el displicente concepto de “rústico”, de ahí el tratamiento que el campo y los pueblos reciben, y que –con ciertas variantes- siempre tiene al comienzo un andar de puntillas para no pisar una bosta de vaca y al final un gran hermanamiento ecocinematográfico. Será curioso comprobar, cuando tenga ocasión de ver esta película que analizas, de qué manera surge el mérito que apuntas –y yo he aprendido a fiarme plenamente de tu criterio- a partir de unos mimbres tan pero tan trillados –empezando por ese detalle metaliterario de que el afectado sea escritor, lo cual sin duda le ha facilitado al guionista la tarea de caracterizar al protagonista-. Muy acertada tu mención de Cameron Crowe, porque en efecto suena a una de sus historias (y muy bella la cita de Argullol, ajustadísima, como siempre, al texto que nos regalas). Y –repito- si no fuera porque tú hablas de emoción y de verdad al referirte a ella, te aseguro que me dejaría vencer por la enorme pereza que me da ya su reparto. La buscaré. Un abrazo.
ResponderEliminarAnna Genovés. Exacto. Esta es no es una película rupturista que aspire a romper moldes,pero...desde su modestia cotidiana termina hablando y en serio de temas universales. Y para colmo tiene una banda sonora muy buena.
ResponderEliminarTe agradezco el detalle que no sé si merezco. Estaremos atentos. Un abrazo.
Dona Invisible. Tengo que volver a ver la película de Sean Penn, pero cuando la ví me gustó. Esta en principio tiene cierta dosis de glucosa y parece que va a ser una comedia más de Meg. Pero no es así. O al menos yo veo un retrato coral mucho más amplio, y en el que la mujer, tienes razón, en sus diferentes edades, tiene mucho protagonismo. Y los problemas es verdad, se reproducen independientemente del entorno. Un abrazo
ResponderEliminarJuan Herrezuelo. La misma pereza con la que comencé yo mismo a verla. Pensando que era otro producto manufacturado para matar el rato.
ResponderEliminarSin embargo conforme avanzaba la proyección, me daba cuenta de que dentro de su modestia, y precisamente jugando habilmente con los tópicos y superándolos, la película se venía arriba y decía cosas. Al menos para mi así fue. Lo cual no la convierte en obra maestra ni de culto. Pero si en una película más que digna. Un abrazo.
Muy interesante tu reflexión. La película no la he visto, y es verdad que el cine norteamericano tiene un tópico en sus historias rurales.
ResponderEliminarTambién tengo que decir que me gustan mucho. Son bastantes las películas que tratan ese tema y que creo que las historias, ambientación etc, no lo quieren cambiar. Les funciona la fórmula.
Tiene algo de misterioso y nos muestran lugares como anclados en un tiempo invariable que nos producen esa fascinación o temor.
Quien no ha sentido esa sensación cuando estamos en un pueblo o paraje desconocido.
Tengo que ver esta película.
Un abrazo.
Como de costumbre, haces una crítica apasionante (al menos, a mí me apasiona). Analizas con gran profundidad la película y me has abierto las ganas de verla. Tiene bastantes elementos que me parecen atractivos.
ResponderEliminarMe ha gustado especialmente dos cosas de esta entrada: tu reflexión sobre el campo en el cine norteamericano y la cita que nos transcribes de Rafael Argullol, absolutamente sublime y que tan bien acota lo que quieres expresar con ella respecto a la película.
Un placer, Víctor.
P.D.- Vi de nuevo "Sonata de otoño". Me gustó aún más que la primera vez, allá por el 1980, y es que los años hacen que mires las cuestiones familiares con otros ojos.
C Noodles. Se agradece el comentario, agracias. Tal vez debido a que soy de pueblo, pueblo, siento la naturaleza como una extensión de uno mismo, fascinante, si, pero no enemiga. Pero entiendo lo que dices. También hay a quien le aterra, por otros motivos, la ciudad. Igual un día lo tocamos. Un abrazo
ResponderEliminarIsabel. Muchas gracias. Ya me gustaría a mi que la cita de Argullol fuese mía, pero a cada cual lo suyo. Y efectivamente, seutilza debido a que viene bien a lo que se trata. Viendo la película la recordé.
ResponderEliminarEs una película en principio modesta, pero que conforme avanza sabe superar los tópicos y cobrar vida propia. Te puede gustar.
El último cine, salvo excepciones que menciono en algún otro comentario, maltrata y machaca al campo y la naturaleza con tópicos baratos.
Sabía que te gustaría lo de Bergman. No sabes cuanto me alegra no haberme equivocado´al poner libro y película en una misma entrada. No sabes cuanto respiro en estos momentos. Gracias y un abrazo.
No te falta razón, Víctor, al señalar la falta de ambición de los artistas en general y los del séptimo arte en particular en estas calendas que transitamos.
ResponderEliminarTampoco yerra tu análisis relativo a la forma de presentar toda aquella forma de vida que se aleja de la meramente urbana, pero yo creo que ahí hay un condicionante cultural causado por la falta de vivencias de los urbanitas: sólo recordar que casi nadie ha visto una simple gallina como no sea en la tele, el cine, el zoo (maldito sea mil veces) o en nefastas e inenarrables excursiones "al mundo agrario" en las que se acrecienta una mirada sesgada sobre todo el mundo que carece de alumbrado público.
De la película no tenía conocimiento y tampoco que el amigo Lawrence ya pudiera ir al cine a ver películas de su vástago (cómo pasa el tiempo, ayayayay) pero desde luego, leída tu estupenda recensión, tomo debida nota por si se les ocurre, a los distribuidores, que quizás allende las capitales de provincia también hay pantallas de cine. Y si no, la veremos en v.o.s.e. tranquilamente, una vez digitalizada.
Un abrazo.
Josep.Es verdad que muchos conocen a la gallina turuleta, a la gallina caponata, y a espinete.Bueno y lo que pone Pixar. Más allá de eso mucha gente jamás ha visto poner un huevo.
ResponderEliminarLa película no es de estreno, tiene tres o cuatro años, y está ya en formato dvd, que es como yo la he visto.Un abrazo.
¡Ups! Ya te digo: algunas ni se acercan: habrá que ponerse a buscarla, pues. Gracias.
EliminarGracias. Siempre eres muy amable. Un abrazo Víctor.
ResponderEliminar:))
Cierto, estoy de acuerdo contigo, me amparo en la fecha de caducidad, aunque mientras tanto, viajo con él todos los días laborables... jajaja
ResponderEliminargracias por tu comentario, amigo.
un abrazo :)
Me ha encantado una vez más la critica acertada que haces de esta película que ya tengo enormes ganas de ver.
ResponderEliminarY es que los tópicos llevados al límite pueden estropear el más original guión de cualquier película.
Mil gracias por tus valiosa aportaciones.
A ti Maripaz, espero que la disfrutes. Gracias y un abrazo.
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