viernes, 12 de julio de 2013

LA SEDUCCION DEL MAL


Deconstrucción. Partamos de una cotidiana estampa familiar. De la imagen serena de un ama de casa leyendo el periódico mientras desayuna con su marido. ¿Cuánto tardará Alfred Hitchcock en poner en tela de juicio a la dama? ¿Cuánto en sembrar dudas sobre la institución familiar? ¿Qué tiempo le llevará crear en el espectador una sensación de hipocresía y falsas apariencias en la pareja? Nada mejor que poner el cronómetro en marcha. Exactamente 48 segundos. Y ya nada es lo que parece. Pasado un minuto ya sabemos que la mujer es infiel, que el marido lo sabe y que no se va a quedar de brazos cruzados. Pero, cuidado, su refinamiento no le permite planear una vulgar venganza pasional fruto de los celos.
Aquí no hierve la sangre ni se pierden las formas. El cornudo caballero, con frialdad matemática, simplemente aprovecha la coyuntura que se le pone en bandeja para sanear sus míseras finanzas y perder de vista a una mujer con la que se casó por interés. Según se insinúa ella también. Lo que le llamó la atención es que era un atlético y apuesto tenista. Ahora, pasado el primer fulgor y el atractivo de la fama, se refugia en brazos de algo mucho más chic: y que mejor que un elegante y bronceado norteamericano que escribe cartas. Para su encuentro, la dama se viste de rojo pasión y juega a mostrarse como una víctima atrapada en un matrimonio en el que el yanqui hace las veces de Lancelot que cabalga al rescate.


Muchos momentos iconográficos posee la filmografía de Alfred Hitchcock. Son tan conocidos que resultaría obvio enumerarlos. Esta película cuenta con uno de ellos, el tour de force con Grace Kelly alargando el brazo para alcanzar las tijeras. Suerte de la que no dispuso Marion Crane en “Psicosis”. El de la foto superior no figura entre ellos. Corresponde a Ray Milland en “Crimen Perfecto”. Y sin embargo, ejemplifica perfectamente uno de los ejes de su cine: asomar al espectador al inexplicable deleite que produce el mal.
Ray Milland, tras elaborar lo que considera un plan infalible, maquiavélico y sin fisuras, se sienta con comodidad a saborear el instante. Delitándose orgulloso de su propia perversidad. Y Hitchcock, profundo conocedor de la naturaleza humana, nos convierte en testigos privilegiados del momento. Nos invita con su cámara a compartir el atractivo de lo malsano, la peculiar faceta artística de un minucioso puzzle en el que el ejercicio y la práctica del mal se ejercen sin cortapisas, ya que se cree que los actos no tendrán consecuencias


El gozo de Ray Milland llega a extremos psicológicamente retorcidos y de un atractivo solo entendible desde la posición del que contempla el crimen como un arte refinado. Solo así se puede explicar como el esposo cornudo invita a una copa a quien le roba a su esposa y como después insiste a propósito en que ambos vayan solos a cenar. Existe una mirada sibilina e indescifrable cuando los despide con una excusa que va más allá de lo anecdótico.
Cierto es que su ausencia le viene bien para rematar la detallista cocción de alta cocina de su “crimen perfecto”. Para ello Hitchcock se sirve de un modelo utilizado en otros films. El de la relación masculina disfrazada de falsa camaradería, con un punto fuerte y otro más débil.Ello trae al recuerdo otras cintas del autor, básicamente las que se contienen en “La soga” y “Extraños en un tren”. En ambas existe también un individuo confuso que se ve dominado por el maquiavelismo y el atractivo de otro más inteligente y seductor. Y ello hasta el punto de considerar que merece la pena brindar por ser tan astutos de burlar no ya la ley, sino la inteligencia mundana, incluidos los agentes del orden.


En realidad, lo que se pone en práctica es un acto subversivo que trata de colocar al hombre a la altura de su potencial creador y por encima de toda ética y moral subyacente. Ray Milland en su sillón, contemplando su obra se regodea considerándose un Dios. Es el ser supra inteligente de Nietzche, capaz de burlarse de su destino y manejar a los hombres como a marionetas en un tablero de ajedrez. Y eso, como diría el personaje, bien merece una copa.
Para colmo, el desarrollo le llevará a confirmar sus sospechas bañadas de ego. Si el plan falla, el demiurgo es capaz de reorganizarlo y trazar nuevas rutas. Cosa que hace hasta en tres ocasiones de forma que sus propósitos se lleven a efecto. Y todo ello lo plasma Hitchcock con una soltura impecable. No se priva de accionar su implacable mecanismo de relojería a la vez que disecciona a esa sociedad de suaves maneras y atroces comportamientos, de sonrisas, cortesías y amables virtudes públicas, en contraste con el abismo interior que esconde la hipocresía burguesa. Y todo ello al ritmo calculado que impone un delicioso run for cover sin descanso.



No obstante, las cosas como son. Ciertamente,esta no es precisamente una de las películas más reputadas del autor. Todo lo contrario. Es más, cuando Truffaut le preguntó por “Crimen perfecto” en su libro-entrevista, el mago del suspense se encogió de hombros y manifestó que “no tenía gran cosa que decir”. No importa, ya que Claude Chabrol, en su defensa numantina de todas y cada una de las obras del británico, llegó a negar al propio Htchcock cuando el británico afirmaba que muchas de sus películas eran simplemente fruto de una técnica impecable. Y que de la misma forma que Ford era un cineasta “que hacía películas del oeste” él las hacía de suspense. Y que en muchas ocasiones no había que buscar mayores trascendencias, ni místicas, ni metafísicas.
Fue entonces cuando Chabrol, en su condición de abogado defensor, llegó a decir aquello tan rotundo de “Hitchcock miente, nos vuelve a engañar”. Lo que equivalía a proclamarlo una vez más como un maestro.
Es entendible que dentro de su obra esta pieza pueda parecer menor. Aunque el calificativo menor no conjugue para nada con Hitchcock. En “Crimen perfecto” desarrolla un juego metalingüístico de gran interés en torno a la realidad y la ficción. Partiendo del hecho de que el amante (Robert Cummings) es escritor de novela negra, se pone sobre el tapete la idea de fabricar una ficción que parezca real para salvar la vida de Margot (Grace Kelly). E inventa una aparentemente descabellada historia que curiosamente coincide con lo que realmente sucedió. A lo que habría que añadir. Sí, pero en la ficción fílmica. Relatado por el amante desesperado resulta como dice Ray Milland: “Absurdo. Si lo cuento así, parecerá el desesperado intento del esposo por salvar a su mujer y nadie lo creerá”. Incluso al inspector el relato in extremis le parece inverosímil y ridículo.
Sin embargo, el espectador sabe que no es así. Como dispone de toda la información, sabe que esa versión aparentemente descabellada es la correcta. Y lo sabe ya que se lo acaba de tragar con avidez y sin pestañear.Lo cual demuestra una vez más la maestría del director para llevarnos de la mano por terrenos tan atractivos que hacen posible que hasta lo más descabellado sea racionalmente creible y cierto. Una vez más somos víctimas del maestro que vuelve a engatusar al público con una maniobra que afecta a la propia esencia del lenguaje cinematográfico.


Ahora ya sabemos que las realidades paralelas y los pliegues entre realidad y ficción se inventaron mucho antes que en "Origen", el film de Christhoper Nolan. Por eso resulta tremendamente irónico y malévolo que la película comience y termine como un film de propaganda en el que las fuerzas de Scotland Yard siempre vencen y hacen cumplir la ley. Esa es una de las esencias del film. Una muy aguda reflexión sobre la creación cinematográfica. Se diría que el audaz director está detrás susurrando con su habitual picardía: “¿Scotland Yard? sí que vencen, pero sólo en las películas, no lo olviden”.
Podría aventurarse por tanto, que toda la labor de sabueso del severo y dígido innspector incorporado por John Williams, no deja deja de estar teñida de cierta ironía sobre el rigor y la eficacia policial. Similar a la que protagonizaba Michael Caine figurando ser un tópico y aguerrido inspector en "La huella" el formidable film de Mankiewcz. Cinta en la que derrotaba en su terreno a otro demiurgo del crimen, Laurence Olivier, y posteriormente se quitaba la máscara de un personaje impostado y prefabricado. Como aquí, pura ficción fílmica.


Alfred Hitchcock, no solo se permite jugar con los conceptos de realidad y ficción, sino que lo hace sin renunciar ni al suspense ni a la malévola ironía. Por cada fotograma respiran gotas de su habitual veneno narrativo. Es cierto que dejó que el inspector ganara la partida jugando a ser más suspicaz que su oponente. Pero que quede constancia. La victoria final, apretada y por los pelos, de Scotland Yard sobre el artista del crimen no encierra para el director, por mucho que lo aparente, ninguna lección moral sobre el triunfo del bien sobre el mal. Y si mucha ironía y segundas lecturas. Lo cual no priva al espectador de contemplar un agudo combate entre el inspector y el maquinador repleto de astucia, sofisticación y geniales vueltas de tuerca. El maquiavélico protagonista gana enteros cuando debe enfrentarse por fin a alguien de su altura intelectual.



Para Hitchcock, no obstante,  el mal en sus variadas formas no se detiene jamás. Y su intención no es dar una lección al mal, sino disfrutar con él. La ambigüedad y el refinamiento malsano llevan al director a deleitarse más con la excitación que puede llegar a producir al protagonista el chantaje a la propia esposa, siempre bajo las apariencias de un gentleman. O como esta se permite lujos como tomar un aperitivo con marido y amante como si tal cosa.
Y es que a Grace Kelly, el director le prepara un auténtico vía crucis como castigo por sus alegres aventuras e infidelidades. Aquí habría que volver sobre la eterna cuestión, tan debatida, sobre si Hitchcock era o no un moralista misógino que disfrutaba viendo arder en la hoguera a sus actrices. Cuestión que no pienso resolver hoy. Otra cosa es su indiscutible excelencia como cineasta, también en películas menos reconocidas como esta. Y es que el británico maneja los juegos de llaves fílmicas mucho mejor que su protagonista.
En 1998, Andrew Davis, con más presupuesto y muchos más escenarios volvió sobre el tema en “Un crimen perfecto”. Ello podría servir para constatar una vez más el saqueo continuo de los clásicos. Para evidenciar cómo se narraba ayer y como se hace hoy. Y cómo palidece el star system de hoy en relación al de ayer, por mucho que la película la protagonicen Michael Douglas, Viggo Mortensen y Gwynett Paltrow. A esta última, Hitchcock le hubiera sacado muchísimo más partido en ese papel.
Pero los problemas son otros, comenzando por el guión. En realidad son tantos que se resumen en uno. Vuelvo a tomar el cronómetro. En este caso para medir durante cuanto tiempo me aburro. Resultado: 107 minutos. Termino con una frase que no es de Hitchcock, es de Wilder. La auténtica medida de una buena o mala película la marca el aburrimiento.        

27 comentarios:

  1. ¡Buenas! :-)
    ¡Qué sabio el maestro Wilder y qué verbo tiene usté..! No solo estoy de acuerdo es que es tal que así.
    Solo una pega le pondria a la clásica de Mr. Hitch, la belleza "fria" y esplendorosa de Grace resalta demasiado para ser una "pobre" mujer con la que el cínico Ray Milland se casa "solo" por dinero..y el amante..uff no me gusta nada..¿no habia hombres/actores más atractivos para meterse en el papel? Quizás ésto que digo es una absoluta frivolidad porque en todo lo demás, ninguna queja. El inspector John Williams(nada que ver con el compositor) es tan "british" que no puede ser más..y si Scoland Yard no triunfa no será por elegancia..¡vaya clase que tiene el individuo !.
    En resumen una película de las que han pasado la prueba, sino del algodón, sí del tiempo. El título en inglés me gusta más
    " Dial M for Murder",¡ bonito juego de palabras! intraducible al parecer.
    Una vez más, quedo a sus pies Mr. V

    Un beso de vuelta a casa

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  2. La atracción del mal es universal, creo yo. Buen análisis de lo que es realidad y ficción en esta peli de Hitchcock y de lo que representa el personaje de Milland, muy maquiavélico, por supuesto. Me gusta todo lo que comentas, muy interesante y lleno de sentido, incluso lo de la posible misoginia del director que hace castigar a algunas de sus protagonistas. Un hecho moral que comenté en su momento acerca de una peli de terror: Cujo. A la prota la someten a un calvario, junto a su hijo que es lo más querido para ella, por su infidelidad. Es una teoría no del todo descabellada. Tu blog tiene una pinta estupenda, V. Más vale haber entrado tarde que nunca. Un saludo.

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  3. Qué cantidad de cosas eres capaz de ver, donde yo no veo nada...

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  4. Excelente análisis Victor. Y ciertamente aunque muchos consideran ésta obra de Hitch entre sus menores cintas (calificativo que puede parecer incluso insultante) yo veo en ella un ejercicio de cine inteligente, suspicaz, de contrastes, de duelo entre la ficción y la realidad, de la moral , del mal. Y quizás Hitchcock nunca plantea más que transmitir una película de suspenso más, o quizás nos engaña, quien sabe, por eso los grandes son tan grandes.

    Un abrazo!

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  5. He leído que Ray Milland se planteó dejar a su mujer, con la que llevaba 30 años casado, cuando conoció a G. Kelly. Interesante visión la que nos ofreces de este director y su trabajo detrás de la cámara, dirigiendo y encauzando la trama de esta película. Siempre aprendiendo en tus post :))

    un abrazo

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  6. Lo que nadie le puede negar a Hitchcock es que hasta en sus películas menos consideradas o menos conocidas se puede escarbar y escabar y realizar análisis apasionantes (entre ellos el tratamiento de la mujer en su cine, efectivamente).

    De manera que aquí analizas de manera brillante su CRIMEN PERFECTO y además planteas una buenísima sesión triple: Crimen perfecto, La soga y Extraños en un tren.

    Es curioso porque efectivamente algunas películas, Hitchcock las valoraba más por su experimentación respecto la técnica cinematográfica o simplemente otras las detestaba... pero siempre sus películas esconden varias capas.

    Otra de las películas mas denostadas de su carrera (por él mismo también) es El proceso Paradine y a mí me resulta totalmente fascinante y llena de lecturas interesantes además de estar muy bien rodada. O tampoco puedo olvidarme de Atormentada... otra película de terror gótico con aires de Rebeca y muy pero que muy interesante.

    En Crimen perfecto además de la imagen icónica del asesino empleando el cable de teléfono para asesinar a una siempre bellísima Grace Kelly y ella luchando por conseguir alcanzar las tijeras (es increíble la cantidad de imágenes cinéfilas que ha generado Hitchcock) da la oportunidad de recordar y recuperar a Ray Milland (aquí magnífico en su rol de esposo malvado... actuación que repetiría más veces), actor al que tengo gran cariño por convertirse en protagonista de amadas screwball comedies o comedia pura (una muestra más de su versatilidad como intérprete). Así propongo otra triple sesión de Ray Milland: UNA CHICA AFORTUNADA, ADELANTE MI AMOR (las dos de Mitchel Leisen) y EL MAYOR Y LA MENOR de Billy Wilder.

    Besos
    Hildy

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  7. Hola, V!
    Interesante disección de "Crimen perfecto". Me ha gustado tu lectura en clave de "realidad/ficción". Un profesor mío solía decir que las buenas películas son las que dejan leerse más allá de la historia que presentan. En estas películas ningún detalle es en vano, nada está puesto porque sí.
    No he visto esta peli, pero sí que vi "La soga" y, tienes razón, la inteligencia peusta al servicio del mal es muy peligrosa. En esto, como en otras cosas además, la realidad supera a la ficción.
    Me gusta el juego de colores con la ropa de ella. Y la obsesión por las rubias de Hitchcock era algo tan evidente que asusta :-)
    Un abrazo!

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  8. Abril. Veo que estas de vuelta. Espero hayas disfrutado del summertime. Gracias por tus palabras. No me parece ninguna frivolidad lo que dices. Lo que ocurre es que no lo comparto del todo. Grace no me parece ninguna pobre mujer aunque lo aparente. En realidad me parece una mosquita muerta con mucho peligro. Primero caza al tenista famoso. Y cuando este se retira se busca otros alicientes. No es Shelley Winters en "un lugar en el sol". Ni mucho menos. Es mas sofisticada y no duda en jugar con fuego.
    Que el amante sea un tanto soso...pues si que lo es.lo mas patetico es que va de salva doncellas en apuros...
    Si que sabia WIlder. Y por lo demas yo a los suyos. Los pies digo. La gata ha engordado dos kg. Normal. Un abrazo

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  9. Javier Simpson. Bievenido. Gracias por tus palabras. No se llega tarde a ninguna pagina. Para nada. Yo soy amigo de revisar viejas entradas cosa q hare contigo tb
    recuerdo muy bien Cujo y el calvario de Dee Wallace metida en el coche. Tendemos a pensar q hay una leccion moral. Aqui la escena en que Grace es condenada parece salida directamente del infierno o camino a el. Tiene un aire pesadillesco. Estaremos en contacto. Un atento saludo y gracias por la visita.

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  10. Paradela. Que no. Que tu ves mucho. De cerca y de lejos. Y que sea asi por muchos años. Curiosamente el miope soy yo.un abrazo.p

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  11. Daniel. Muchas gracias. Precisamente el hecho de ser considerada una obra menor lejos de sus obras maestras es lo que me ha llevado a escribir sobre ella. Y como no lo comparto y creo q el mundo del mestro y sus obsesiones estan muy presentes no la veo menor a nada.
    La reflexion sobre la realidad y la ficcion me parece extraordinaria en la pelicula. Para colmo narrativamente es como un reloj suizo. Np la considero un mero encargo para experimentar con el 3d. En absoluto. Un abrazo.

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  12. Esilleviana. Si solo fuera Ray Milland...ya se sabe que el propip director en fin...y tb se sabe que otros muchos jamas entendieron su escapada principesca a monaco. Todos salimos perdiendo. Hermosisima y gran actriz. O al reves como prefieras. .Un abrazo

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  13. Hildy. La sesion que proppnes me parece extraordinaria. Y me encanta Que reovidiques esa faceta de Ray Milland.
    No se si se debe prestar mucha o poca atencion a las declaraciones de Hitchcock Que mezclaba la pura propaganda de sus films con su acidez innata.
    Prefiero ceñirme a las imagenes. Completamente de acuerdo con el proceso paradine. Curiosamente junto con esta la unica. pelicula de hitch que he comentado. Y por la misma razon. Su aparente olvido o consideracion de film menor. Para nada. Menor la version de1998. Esa si q es minucula.

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  14. Hildy. Se corto. Gracias por tus palabras. Y adelante con tu defensa de la screwball. Lo necesita. Hoy tiene sobredosis de almibar. Un abrazol

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  15. El que ha visto este filme no puede ya quitárselo de encima. Desconozco si eso es fruto únicamente de una técnica perfecta, pero me permito ponerlo en duda. Abrazos

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  16. Dona invisible. Gracias guapa. Desde luego el juego que establece entre realidad y ficcion es a parte de delicioso muy interesante. Y uno de los temas claves del film es ese que apuntas. Colocar al espectador ante un protagonista que usa su inteligencia al servicio del mal que en este caso es su propio interes. Y jugar con el atractivo que ello puede tener para el espectadot. Un
    abrazo.

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  17. Jose luis. Me temo que no, que hay mucho mas que tecnica. Ese es el error que cometieron despues algunos: pensar que a Hitchcock se le puede escanear copiando su tecnica. Y no. Es mision imposible. Un abrazo

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  18. Amigo, Víctor. Nuevamente, vuelves a llevarnos en ese viaje caleidoscópico por la sala de los momentos inolvidables. Ahora te asocias con el inquieto y voyeur Hitch—muy grande—detrás de las faldas rubias, dando órdenes, registrando ingenios y nuevas tramoyas. Deshaciendo y haciendo filmes que son obras de arte. Un tipo envuelto en su neurosis, que Imelda contemplaba y pulía cuando le dejaba medrar. Pero a Hitch, lo que le gustaba era mirar por las rendijas a las rubias más sexys del star system y dejarnos aterrorizados o mordiéndonos la uñas con sus propuestas. Un viaje de buena prosa al corazón y la mente de un cineasta irrepetible. Buen verano y un fuerte abrazo.

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  19. El tratamiento que le das a tus textos es muy atractivo porque logaras hacerlo de una forma muy abierta.
    De una parte, porque relacionas varias películas, directores, actores y actrices, con lo que el campo cinéfilo es enorme.
    De otra, porque consigues hablar sin sentar cátedra, haciendo que cada entrada nos deje con el deseo de ver las películas que analizas.
    Aunque no he visto sino unas cuantas de este genio, todas ellas dejan un sabor particular, una mezcla de ironía y suspense, con hasta algo de magia.

    Como siempre, eres refrescante y se te lee con fruición, buscando tiempo para hacerlo con placer.

    Mi aplauso...¿lo oyes?
    Y unos cuantos besos.

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  20. Y aquí jamás me aburro, está claro.
    Coincido con la admiración hacia Hitchcock y también prefiero pasar por alto su misoginia a la vista de sus películas (de este hombre las he visto casi todas y siempre me seduce: es un genio). Eso sí, jamás me hubiera gustado conocerlo en persona. A diferencia de otros, este tipo me desagradaba a nivel personal.
    Un abrazo veraniego, Víctor.

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  21. Empezando por el final, tienes toda la razón, una película que aburre, no es buena película por mucho que sean grandes sus pretensiones.

    Hitchcock, maestro, clásico, y yo diría que algo más porque tiene claro en su cabeza lo que busca con su cine y ese trasfondo que trabaja con tales niveles de complejidad y una apariencia de sencillez es lo que lo hace genial.

    El atractivo del mal, del mal con elegancia, con una base de doble moral (o de triple), con ironía, que mantiene la tensión y te envuelve sin dejarte hasta final (a veces con un puñetazo, sutil, en el estómago)... cine, cine con todas las palabras, de ese que se añora...

    Muy buena reseña Víctor... y un abrazo.

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  22. JC Alonso. Bueno, un tanto caleidoscópico ha salido sí. Gracias. La idea era comentar el original y el remake, pero este último me parece tan decepcionante que lo he despachado en dos líneas. Sobre Hitch, que añadir. Se ha escritop tanmto y existen tantos clichés que me daba cierto corte. Con otras no me atrevo, pero me apetecía reivindicar esta.Un abrazo.

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  23. Virgi. Se escucha la ovación y se agradece muchísimo, faltaría más. Desde luego no se intenta sentar ni cátedra ni nada. Yo aquí largo lo que opino sin otras pretensión. Una alegría que exista quien se lea estos mamotretos hasta el final y hasta le gusten. Mil gracias.
    Si no la has visto no te defraudará. Y si la has visto, puedes repetir y la experiencia volverá aser sensacional. Un abrazo.

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  24. Isabel. Gran alegría me das.Enorme. Te suponía enfrascada en alguna nueva aventura literaria. Gracias, eres un encanto.
    En más de una ocasión he pensado soibre la decepción que puede suponer tomarse un café sion prisas con alguno de estos monstruos. Nunca se sabe. De todas formas a él las mujeres le encantaban. O se pone a tus pies o terminas como Tippi Hedren que sufrió un calvario. Pero te entiendo. Gracias por la visita y un abrazo.

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  25. Laura. Vaya que si se añora...Y desde luego el retorcimiento mefistofélico de algunas películas de este hombre hacen que no se agoten nunca. Es un mal refinado y muy astuto, cargado de dobles intenciones. Y además en un cuadro en el quye todos cargan con detalles que hacen que la amoralidad se de la mano con el buen gusto.
    Gracias Laura. Y sobre la frase te diré que es el origen de que me interesase por la crítica, para intentar responder a la pregunta ¿por qué me aburró?. Un abrazo.

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  26. Siempre me han llamado la atención las películas de hitchcock y su manera de dirigir a los actores. He visto algunas de sus obras sobre todo las mas famosas y clásicas, saludos veraniegos!

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  27. “Última llamada” fue un film que me agradó muchísimo. Tanto actores ―sobre todo Whitaker (con poco llena la pantalla)―, como director lograron un ambiente perturbador que llegó a recordarme “La cabina” con JL López Vázquez dentro. ¡Qué pases buen verano amigo! Anna

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