Preguntarse quien es la más grande no es cuestión que tenga facil respuesta. Hay nombres que rápidamente acuden a la mente de todos. Otros tardan más en salir, aun cuando los logros de ciertas actrices las debieran colocar en lugar preferente. La gente aficionada a las listas de los mejores de esto y aquello diría seguramente 30 nombres antes que el suyo. Y no es que esas 25 o 30 no lo merezcan. Ocurre que en determinados casos la memoria nos juega malas pasadas y aunque por supuesto son todas las que están, en ocasiones no están todas las que son. En la memoria cinematográfica, debiera ocupar un lugar muy destacado Dominique Sanda, actriz descomunal, belleza indescriptible, musa de los grandes directores europeos con la cual el tiempo no ha sido especialmente generoso. Pertenece a esa galería de seres indescifrables poseedores de una particular genialidad pero que van paso a paso camino del olvido y que aquí estamos repasando. Rescatar su memoria resulta tan urgente como necesario.
De ella destaca ante todo su precocidad. A los 17 años iniciaba su carrera en 1969, nada menos que con un Robert Bresson basado en Dostoyevsky, “une femme douce”. Irrumpe como una auténtica fuerza de la naturaleza que explota al año siguiente con Bertolucci en “el Conformista”, adaptando a Alberto Moravia, donde compone un personaje aparentemente frío pero sensualmente arrollador, film en el que comparte explosivo protagonismo con Jean-Louis Tringtiñant y la también volcánica Stefanía Sandrelli, memorable tango incluido, el cual ha pasado a la historia del cine como momento cinéfilo cumbre.
Estamos en 1970, y ese mismo año vuelve a componer otro personaje magnético bajo las ordenes de Vittorio de Sica en “el jardin de los finzi-Contini”, película que obtuvo el oscar al mejor film extranjero.
Si alguien piensa que ahí está la cumbre de su carrera, se equivoca. Su salto a los Usa le lleva a realizar dos films excelentes. “el hombre de Mackintosh” de John Huston en el año 72, junto a Paul Newman, y una versión apreciable de “el lobo estepario” de Herman Hesse junto a Max von Sydow en el 73.
En esos momentos, la década de los 70, se convierte por derecho propio en musa indiscutible del cine europeo, momento en el que tiene la oportunidad de trabajar con los grandes autores de la década. Repetirá con Bertolucci en “Novecento” y situada ya en la cumbre termina participando con el auténtico maestro del cine de autor italiano, Luchino Visconti en “Confidencias”. Ese mismo año 1976 recibirá el premio de interpretación femenina del festival de Cannes por su trabajo en “la herencia Ferramonti” de Mauro Bolognini.
Son todas estas películas europeas, films de época que muestran la decadencia y el desmoronamiento moral de occidente. En todas ellas rebosa elegancia, porte y una presencia deslumbrante. Su belleza incuestionable, dotada de cierta ambiguedad y su rostro tan cristalino como cargado de misterio, unido a su aire de sueño masculino evanescente viene siempre acompañado de ligeros y latentes toques de capacidad de seducción que poco a poco se van deslizando hacia el erotismo light propio de la época. De ello se aprovechó Liliana Cavani en “mas alla del bien y del mal” o Jacques Demy en “una habitación en la ciudad” ya en el 82. Esa tendencia progresiva muy propia de la década que la mueve hacia el trasfondo más provocador y erótico se convertirá en su tumba. Es sin duda lo que le lleva una y otra vez a encasillarse en un tipo de mujer inalcanzable y deseada que compuso en films como “les ailes de la colombe” junto a Isabelle Huppert o “la indiscretión”. Pese a todo aun realiza films sutiles e interesantes como “le voyage en douce” un aténtico mano a mano con Geraldine Chaplin dirigido por Michel Deville.
No obstante los años ochenta y principios de los noventa vienen marcados por un cambio de rumbo fruto del cine que se practicaba entonces y se centra en apariciones de prestigio en series de tv. Un tanto asqueada de su encasillamiento se instala en Sudamérica donde realiza algun film meritorio como “el viaje” de Fernando Solanas o “yo la peor de todas” de María Luisa Bemberg, entre otros.
Podría decirse que su talón de Aquiles fue paradójicamente su belleza y erotismo a flor de piel, los cuales como es lógico tenían fecha de caducidad. Aun así, ello no es totalmente cierto. Repasar su filmografía demuestra que no solo era un sensual rostro hermoso, sino que poseía condiciones de actriz de gran altura. Solo así puede explicarse que Louis Malle le dedicara un documental titulado ”close up: Dominique Sanda ou le réve eveillé”. Un estudio minucioso de su enigmática y etérea figura cinematográfica.
Resulta por tanto paradójico e irónico tras haberla visto en demasiados papeles comprometidos, verla y observarla ya en plena madurez interpretar un papel de monja en “los rios de color púrpura”. ¿Demasiado tarde? Tal vez. No obstante no todas pueden presumir de haber trabajado con los directores más artísticos en un momento de plena experimentación tras la muerte del cine clásico. Describirla, intentar analizarla con palabras, dice Malle en su soberbio documental es tarea inútil. Nos limitaremos a hacerle caso.
Magnífico homenaje, si que es una mujer hermosa, de rostro exótico, para ser franco siempre he escuchado de ella pero no la he visto aún actuar, tengo la película "Novecento" y ahí podré ver finalmente a Dominique Sanda, si que ha hecho cintas reconocidas con directores famosos, será motivo para buscarla y disfrutar de su presencia escénica, le seguiré la pista por películas que has nombrado a ver que encuentro. Un abrazo.
ResponderEliminarMario
Me encanta el cine y comparto contigo que D. Sanda es una gran actriz.
ResponderEliminarEstupenda entrada, me quedo por aquí...
Un abrazo.
Pues de nuevo, es una actriz a la que no tengo ubicada. Lo lamento. He visto alguna de las películas que citas, pero hace tiempo y tengo a la actriz diluída en el recuerdo. Me parece genial que reivindiques a una actriz no tan conocida con tanto estusiasmo. en cuanto tenga ocasión, la miraré con ojos más atentos. Un saludo.
ResponderEliminarMario. Si aun no la has visto actuar te envidio la posibilidad que tienes de descubrir a una actriz inmensa de variados registros que no deja indiferente. De paso po9drás disfrutar de algunos films notables.
ResponderEliminarLaura Uve. Siempre agrada recibir noticias de quien escribió el primer comentario en esta página. Bienvenida de nuevo y gracias por el seguimiento que es a su vez correspondido. Un saludo.
David. Si es tal como dices, estoy cubriendo el objetivo de esta sección, osea recuperar intersantes actores hoy desubicados. Ella fue grande en su momento, te lo aseguro...Un saludo.
Dominic Sanda, una mujer muy hermosa, recuerdo
ResponderEliminarEl Jardín de los Fizzi Contini, junto a Helmut
Berger, mágnificos los dos... nos leemos
Un saludo.
Enorme artículo sobre Dominique Sanda, amo a esta mujer. He visto casi todas sus películas, y desde que la ví por primera vez en "Une femme douce" me enamoré de ella. De ahí en adelante, cada vez que la veía en pantalla, era una atracción difícil de explicar.
ResponderEliminarUn pena que su nombre no sea tan conocido dentro del mundo cinematográfico. Pero trabajar en la década de los 70' a las órdenes de directores como Visconti, de Sica, Bertolucci, Bresson, John Huston, Cavani, Bolognini....es sencillamente impresionante.
Una vez más, muchas gracias por escribir este interesante artículo.
Un cordial saludo.
Warrior. Al contrario, agradecerte a ti los elogios. A mi también me parece esplendida, aunque compruebo que, desafortunadamente, no perdura en el recuerdo como otras. De ahí la entrada. Vuelve cuando gustes y un saludo.
ResponderEliminarHola, recuerdo bien cuando me deslumbró por primera vez en Novecento, en el año 1984, restituída ya la democracia en mi país Argentina, ya que antes era imposible disfrutar de determinadas obras o actores en particular. Contaba con 14 años y desde ese momento está en mi lista de preferidas.
ResponderEliminarHoy ella cumple 63 años, desde el hemisferio sur mi mayor afecto en su día.
Un saludo para el creador de tan buen articulo
Alejandro Travo