Si uno le dedica cinco minutos de su vida a reflexionar, entre zapping y zapping, en que mundo vive, o más concretamente la cultura que le ha tocado vivir, las conclusiones pueden ser pavorosas. A no ser, eso si, que se aporten cual nutrientes notables dosis de sentido del humor, en cuyo caso se pueden sacar conclusiones muy divertidas. Culturalmente, reconozcámoslo, estamos inmersos, salvo contadas excepciones, en un ininterrumpido periodo de rebajas, un continuo saldo todo a cien o semana de la moda. Los libros, la música, las exposiciones y el teatro viven a dos tipos de ritmo: El primero, el que marcan el desinterés general y la dictadura del mercado y las grandes superficies, donde un libro dura lo que dura la última moda vaquera. Y luego hay otra cultura que se pretende alternativa, bastante autocomplaciente, y cuyo carácter aislado, esporádico y presuntamente minoritario es cada vez menor. Alguien, algun listo supongo, descubrió hace tiempo que lo alternativo también vende, y por ello se ha fabricado en torno a ello toda una mercadotecnia con códigos muy definidos y no muy distintos a los de la cultura de masas. Por tanto, si se desean leer novedades uno debe optar entre las comerciales sagas “milenium” o “crepusculo” por un lado o el último Houllebecq por otro, este último convencido contracultural, pero en el fondo tan comercial como aquellos.
En el ámbito del cine pasa un poco lo mismo. O bien nos rendimos a las comedias- de-Jenniffer-Aniston, o la última invasión a la tierra palomitas en mano, o bien nos engañamos a nosotros mismos creyendo que existe otro cine y nos vamos a ver la última producción indie salida de los festivales de Sundance o Toronto, o un film exótico de algún pais oriental, que queda muy bien en las tertulias de café.
Para salir de este desolado páramo hay opciones. La primera y más rentable: Pasar de lo contemporaneo. Leo solo clásicos, veo exclusivamente teatro clásico y visito museos antiguos, escucho solo ópera y música clásica y por supuesto solo consumo cine clásico. Es una alternativa que no falla, pero a mi juicio insuficiente. De hecho se puede combinar con una segunda opción, buscando entre las ruinas de hoy con espíritu de pionero las excepciones que confirman la regla, que las hay.
Asi, uno tiene la oportunidad de descubrir entre el escombro discos fantásticos como el último de Keren Ann o de la banda de Seattle Fleet foxes. Se puede leer a Philip Roth o A Juan Gabriel Vasquez, se puede admirar al Cirque du soleil, o descubrir gemas cinematográficas como “two lovers”, una de las grandes películas del pasado ejercicio.
Ahora bien esa busqueda, en mi opinión debe carecer de prejuicios. Si uno los tiene jamás se asomará a ver “encontrarás dragones” el último film de Roland Joffé. A mi juicio una propuesta tan insólita como casi suicida en los tiempos que corren, y que se ha saldado con un resultado comercial muy flojo y la mayor indiferencia crítica que yo recuerdo en años.
Conste que estamos ante un film absolutamente desubicado. No es un comercial producto multisala repleto de acción. Tampoco es una comedia al servicio de la star de turno, ni un film de género que permita soltar adrenalina. No estamos ante “transformers” ni el último Adam Sandler. Pero ojo, que ahora viene lo bueno, ya que tampoco comulga con los patrones del cine independiente al uso, ese que se ovaciona en los festivales de medio mundo. Ni aborda el compromiso social de Ken Loach, ni la mirada ausente de Manoel de Oliveira, ni la deshumanización de Haneke.
La cosa se pone peor, ya que encima se nos vende como la vida de un religioso en tiempos de la guerra civil española. Y si hoy por hoy la vida de los santos no están de moda, resulta que el religioso no es cualquiera, sino Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, lo que, al menos en España genera la huida inmediata de la mitad de la parroquia.
Solo los prejuicios pueden explicar el hecho de que Roland Joffe se encuentre con la morrocotuda sorpresa de que no puede rodar el film en España y se tenga que ir a Argentina por cuanto en los castings españoles muchos actores y sobre todo técnicos de todo tipo rehusaban participar en el mismo al conocer el tema que trataba. Este ataque de conciencia lo sufren los mismos, supongo, que aplauden la interpretación de Hitler en “el hundimiento” y llenan los cines para ver “el último rey de Escocia” biografía de Idi Amin Dada, oscar incluido, por citar dos ejemplos. En mi opinión ver “encontrarás dragones” es simple cuestión de curiosidad y de no dejarse tentar por las etiquetas que se colocan a cada producto para adentrarse en una propuesta absolutamente a contracorriente, fuera de toda moda y que sin ser un film redondo posee un interés innegable y muy superior a la media.
Ante todo es un film adulto, que piensa por si mismo e invita a pensar. Plantea una dicotomía entre dos caminos paralelos, el de la fe y el de la razón, personificados en dos amigos de la infancia, Escrivá, que se enfundará la sotana, y Manolo, que rechazará los hábitos y empuñará las armas componiendo uno de los personajes más ricos, complejos y contradictorios que se hayan visto en tiempo. Un hombre confuso que abrazará sin saber muy bien como el ideal fascista para infiltrarse como espía en el bando republicano para traicionarlo, pero ante cuyo entusiasta espíritu libre y solidario queda seducido.
Manolo (Wes Bentley) parece en principio un personaje salido de “las afinidades electivas” de Goethe, donde el individuo, tal y como afirmaba Max Weber, tiene plena capacidad de elección consciente y responsable de sus actos, orientando su vida según su propio criterio y asumiendo responsabilidades morales. Pero a su vez Manolo tiene su talón de Aquiles en ese acusado peso moral que le corroe hasta el fin de sus días. Se diría en este aspecto que es un tipo propio de “la metafísica de las costumbres” de Kant, el cual plantea que “todo hombre racional se siente observado, amenazado y sometido a respeto por un juez interior inherente a su ser”. Pretender huir de él remueve la conciencia, lo que provoca que aparezcan y encuentres dragones interiores que turban y trastocan la existencia, razón por la cual su historia de amor está abocada al fracaso.
El juego de paralelos resulta interesante por cuanto la película plantea el cobijo espiritual que siempre encuentra el hombre de fe, que siempre encontrará asidero en sus propios mandamientos, frente a las tormentas interiores de quien carece de brújula espiritual y solo se tiene a si mismo para gobernarse.
Por tanto, quede claro que esto no es una biografía de Escrivá, personaje secundario, ni una película más sobre la guerra civil, sino un denso y hondo relato donde interesa mucho más la dialéctica entre opuestos, tal y como sucedía en “la misión” y “creadores de sombra”. Para ello nada mejor que encuadrar el drama en un conflicto bélico. Se nota que Roland Joffe no solo ha leido a los citados y seguramente a otros muchos, sino también a Karl Mannheim que en su obra “Utopía” expone que “solo en un mundo en rebelión el conflicto intelectual puede ir tan lejos que los antagonistas no solo intenten aniquilar las creencias del oponente sino también los fundamentos intelectuales sobre las que descansan”.
Es en esa dialéctica entre fe, razón, sentimiento y utopía donde se mueve este film que para colmo posee dos batallas en las trincheras excelentemente rodadas, y una progresión dramática encomiable. Y Escrivá es un personaje no exento de matices, tanto en su relación con lo sagrado como en su forma de contemplar y hasta comprender las acciones enemigas. Aun así no es el padre Gabriel en “la Misión ”. Aquel moría junto a los suyos, mientras aquí el sacerdote, más pragmático, huye por las montañas ante lo que se avecina.
Aunque muy interesante, no es este un film completamente redondo. Su apuesta por la reconciliación como resolución de todos los conflictos es ciertamente discutible. Aun así sus mayores defectos se encuentran en la articulación de los saltos temporales, que en ocasiones ralentizan la agilidad de la narración, y en el desarrollo de los personajes en tiempo presente, que resulta insuficiente. De cualquier forma estamos ante un film a recuperar por cualquier aficionado al cine y al pensamiento, perfecto para un cine forum, pero claro me parece que esas antiguas costumbres ya no se llevan.
Hola V, sin duda una crítica muy elaborada, culta y excelente, a lo que ya nos tienes acostumbtados. Dos cuestiones. En primer lugar, como sabes, justo en el post de la película de la semana de hace un día hablaba de la mediocridad en el cine indie actual que con menos presupuesto sigue respondiendo a unos cánones que dentro de su modestia le reporten el mayor público posible y sobretodo, beneficios. Sin embargo no veo el panorama actual tanoscuro como tu, cierto es que hay que investigar e ir abriendo campos, pero sí creo que hay un cine indepebndendiente americano apetecible, mucho asiático que merece la pena, alguna que otra producción de la gran industria interesante y cine europeo e incluso español de calidad. ¿Es la minoría?: sí. ¿Cada vez nos intentan vender más gato por liebre?: también. ¿Hay cada día más un tipo de público presuntamente intelectual que no hace más que no tener criterio y ver al autor de moda, sea éste o no, bueno,en realidad?: cada día más, y dan mucha rabia. De ahí a que no se pueda encontrar buen cine, pues creo que no, aunque cada vez haya que mirar más a festivales o a cine por la red.
ResponderEliminarEn cuanto a la película, soy de los que me echaba para atrás porque oí que era una especie de hagiografía de Escrivà de Balaguer, con inversiones muy impostantes del mismo Opus Dei y que quieres que te diga, pues no me apetecía nada. Pero según tu no tiene nada de hagiografía, sino que más bien es compleja en sus caracterizaciones, así que quizás me lo replantee. Perdona por la extensión. Un saludo.
Leyéndote se ve que te ha emocionado la película y quieres que la vea más gente, es obvio que el fondo del Opus Dei no vende, a nadie le importa su reinvindicación ni su ensalzamiento, la gente ha optado por darle la espalda a esa facción religiosa. Es eso, por más que la película sea arte a lo grande según te leo y el tipo sea el símbolo del ideal o de lo que tu aprecias en una persona, simplemente se le da la espalda porque no se quiere ver la celebración del Opus Dei. También está en duda su calidad, recuerda que es tu apreciación no una ley. Por cierto hablas de prejuicios y te pones en el lado cómodo del asunto si me perdonas la franqueza, o sea criticar lo que la mayoría ama y creerlo por ello terrible, quiero decir que "Ben Hur" por ejemplo es una maravilla de película, muy premiada, alabada por crítica y público, y así hay infinidad de ejemplos, no algo por raro o minoritario es ya de por sí genial, eso es a veces un capricho, objeto de querer ser original que solo es ser incomprensible o raro o arbitrario o tonto, no significa nada. Evitemos los estereotipos y descubramos las cosas por uno mismo. Por cierto es un escrito polémico y bastante racional, y a pesar de discrepar de tus planteamientos los respeto además se trata de compartir pensamientos que así nos enriquecemos todos con educación y siempre en tono de amistad. También me expandí. Un abrazo. Mario.
ResponderEliminarDavid. Yo también considero que ningún tipo de cine, incluido el independiente, tiene pasaporte de calidad y que afortunadamente, hay saludables excpciones en el panorama actual, y si se busca alguna se encuentra, desde luego. Creo que queda claro en el comentario. Lo que me ha molestado en este caso es el absoluto menosprecio a priori que ha sufrido esta película y por razones que nada tienen que ver con el cine. Por cierto,reitero, aun siendo interesante la película no es redonda.Un saludo.
ResponderEliminarMario. Para que quede claro, ni me interesa Escrivá ni mucho menos el Opus Dei. Y entiendo que defender esta película no supone defenderlos a ellos. En absoluto. Una película sobre un personaje puede ser buena, mala o regular, segun criterios estrictamente conematográficos, independientemente de la simpatía o antipatía que despierte el sujeto.
Claro que en esta ocasión escribo desde la ira. El análisis cinematografico no puede cerrar las puertas a películas que retratan a personajes que no nos gustan y abrirselas a los que nos gustan. Yo a eso lo llamo ponerse anteojeras intelectuales.Por ejemplo, Iciar Bollain ha realizado una pelicula cargada de buenas intenciones, mensajes solidarios y buen rollo, pero en mi opinión es cinematográficamente esquemática e insuficiente. Roland Joffe Trabaja con un personaje polémico, pero compone una película compleja y abierta al debate. Y me importa poco quien la financie, cuestión que no nos preguntamos nunca de otros films, que a saber de donde vendrán. Un saludo.
Mario, ¿qué te pasa? ¿Por qué atacas? No veo que tiene que ver la pelicula con un tipo de afirmaciones “dar la espalda a esa facción religiosa”.
ResponderEliminarHe visto la película. Esperaba más. Pero aplaudo el esfuerzo, hace pensar y presenta la religión en unos esquemas normales, cosa que es de agradecer. Creo que exige dos visionados.
Alumnos, no veo donde está mi ataque, me dirijo bajo argumentos propios, es lo que yo pienso y porque es el análisis que creo adecuado a ello. Cada quien ha expresado lo que piensa y siempre lo hago con respeto. Mi naturaleza jamás es ofender sino dialogar y más con un amigo como V que es educado y culto. Estoy diciendo porque creo que no llega a la gente la película. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Amigo V, no puedo estar más de acuerdo contigo...Este magnífico post me toca de lleno porque hace dos semanas quería vencer mis reticencias hacia esta peli que comentas y estaba dispuesto a ir y cargar con todas las consecuencias. Sabía que Joffe era una garantía, pero el tema me rechinaba enormemente. Hablando con mi hijo por teléfono le comenté que esa tarde iba al cine a ver la peli sobre Escrivá de Balaguer. Inmediatamente me dijo: "Ni se te ocurra ir a ver ese panfleto opusdeista". Naturalmente le hice caso.
ResponderEliminarTendría que haber vencido mis escrúpulos e ir a verla. Tú me acabas de convencer, pero ya no hay remedio, porque la peli está retirada de cartelera.
Un abrazote.
Vale me habeis convencido, voy a verla !!!
ResponderEliminarsin prejuicios...
En realidad, mi el Opus Dei no me tira nada, pero como tampoco le hacía gracia a Roland Joffé, por eso dijo que era premisa cambiar el guión y presentar la historia cual la había concevido él. Un saludo.
ResponderEliminarAlumnos. Yo también creo que la película trata de profundizar en una dualidad razón-fe, con resultados irregulares pero interesantes.Guste o no es verdad que por motivos ajenos al cine se ha dado la espalda a la película, lo cual es una lástima. Un saludo y bienvenido.
ResponderEliminarMario. El diálogo con educación es siempre bienvenido. Y La discrepancia argumenntada no ofende en absoluto.Saludos.
Anro. Yo creo que esta película viene marcada por su origen y su tema, lo cual me parece inadmisible. A estas alturas debieran estar superadas ciertas cosas.Un mensaje afectuosdo para tu hijo, al cual le puedes comentar que por ejemplo si uno ve "Henry retrato de un asesino" no es un presunto serial killer. Si ve "funny games" no es un desequilibrado secuestrador de familias. Si ve "el padrino" no tiene por que tener contactos con la mafia,y si ves esta película no te conviertes al opus. Gracias y un saludo.
Susan lenox. Todo viene del hecho de que esta película ha sido objeto de una pequeña conspiración de silencio que no es de recibo. Un saludo
ResponderEliminarEmilio. Efectivamente, Joffe reescribió el guión de arriba a abajo para llevarlo a su terreno, lo cual convierte a Escrivá en una mera escusa. Los que vayan pensando que van a ver su biografía se llevarán una sorpresa. Un saludo.