viernes, 28 de octubre de 2011

ENIGMAS DE OTRO MUNDO



















“Innecesario y aburrido remake de un clásico del cine fantástico”. “Decepcionante revisitación que suple el ingenio de su glorioso predecesor con un festival de efectos especiales”. “film sin alma, aparatoso, estridente y que basa su presunto gancho en unos efectos especiales que se convierten en protagonistas de una sosa y mareante función”. “film gratuito, ostentoso, un carrusel de sustos gore a mayor gloria del público adolescente ávido de escenas fuertes”. “Una muestra más de que la falta de ideas en el Hollywood moderno lleva a intentar inútiles y descabellados proyectos que en nada mejoran el original”. Podría seguir, pero que nadie se equivoque. Son extractos de algunas de las críticas que recibió “La cosa” (the thing, 1982) con motivo de su estreno. El fracaso fue rotundo y sin paliativos. Y no vale aducir que por aquellas fechas la gente llenaba los cines y hacía colas para ver otra versión del extraterrestre (ET) y que eso perjudicó su carrera comercial. No sirve por que el que nos ocupa se estrenó mes y medio antes en España y para cuando el otro llegó pidiendo volver “a mi caaasa” , esta cinta ya había desaparecido de los cines. Lo que si sirve es para por fin aclarar algunas cosas. Aquello que en el año 1982 no cuadraba, ahora cobra sentido en 2011, cuando se estrena un remake disfrazado de precuela del film de Carpenter. A la versión 2011, se le ha recibido también de uñas, ya antes de su estreno. Y después ha recibido calificativos que van desde el desdén hasta la injuria y que no son muy distintos a los que recibió el film de John Carpenter.
















La mitología cinéfila tiene estas cosas. Hay quien se ha enfadado muchísimo, como si se estuviese gestando un remake de “Apocalypse Now” protagonizado por Justin Timberlake. O uno de “Taxi driver” protagonizado por Justin Bieber. Tocar un film de culto para generaciones de aficionados se ha convertido en una herejía. Vamos a ser sinceros, incluso yo mismo torcí el gesto un tanto airado cuando me enteré del asunto. Por eso las críticas que he conservado durante décadas, y que jamás entendí, ahora cobran sentido. Respondían a la misma indignación que todo aficionado amante del cine de Howard Hawks y concretamente de “el enigma de otro mundo” versión 1951, debió sentir cuando supo del estreno de una película sobre el mismo tema y que venía realizada por lo que entonces era un joven y prometedor realizador. Tocar el nombre Hawks y el Niby, ahí es nada Cualquier película hubiera desagradado y hasta indignado, de la misma forma que indignó el “psicosis” de Gus Van Sant mucho antes de proyectarse en pantalla alguna.
Es una cuestión visceral que puede llegar a comprenderse en el aficionado, pero que me parece imperdonable en el analista. Sobre todo por que todos los que despreciaron con saña la película de 1982 olvidan algo esencial: “La cosa” de John Carpenter en ningún caso es un remake del film de Niby y Hawks, sino una aproximación libre al texto literario que le sirvió de base, Who goes there? obra de John W Campbell Jr, y sino veamos: “una mano de siete tentáculos se convirtió de pronto en una masa de mutilada carne que rezumaba un licor amarillo verdoso. El ser se lanzó sobre uno de ellos y el hombre descargó el hacha sobre lo que parecía ser, sin serlo, una extraña cabeza. Se oyó un terrible crujido y aquella carne hecha jirones y desgarrada se levantó nuevamente, desafiante, mientras una sombra de destructora amenaza penetró en el cuerpo de todos los hombres, aterrados”. Esos y otros muchos fueron los retos de Carpenter, y los resolvió entregando una obra descomunal que ahora es de nuevo revisitada en 2011 por otro director, en este caso novel, Matthijs Van Heijningen.
















Ante "the thing" en su versión de 2011, pueden adoptarse dos posturas. La primera, Olvidarse de él como ha hecho mucha gente. Total, todo lo que puede ofrecer esta historia lo podemos extraer tanto del estupendo clásico de 1951 como de la visión de 1982. La segunda opción es aventurarse y ver que ofrece en realidad esta nueva entrega. Tras mucho pensarlo, pasé de la primera a la segunda opción. Confieso que entré a ver el film de 2011 con la intención de valorarlo por si mismo y olvidarme de lo que ya conocía. Pero ello resulta imposible, el film de Heininjen no te deja. Sobre todo por que se plantea como una precuela que teóricamente narra lo sucedido en la base noruega de forma que pueda conectarse un film con otro en cuanto a los sucesos, y que finaliza justo donde comienza el de Carpenter. En realidad, aunque ello es así, la precuela es en el fondo un remake sin disimulo alguno. Es más, se busca de forma insistente y obsesiva la identificación con el film anterior, olvidándose, eso si, del de 1951, el cual desde aquí recomiendo. Esta operación, que puede parecer suicida, cuenta sin embargo con varios alicientes. El primero, que se reproduce de forma muy fiel y fidedigna todo el aparato escénico y de diseño de producción hasta el más mínimo detalle. Quien recuerde la visita a la estación noruega en el film de Carpenter, se encontrará aquí con una reproducción exacta de todas las estancias y pasillos y con una fotografía francamente conseguida que calca el mismo tono cromático, tanto en exteriores como en interiores. La sensación ambiental de haber vuelto al lugar de los hechos es practicamente exacta, incluida la estancia donde se guarda el bloque de hielo.
El ritmo narrativo, sobre todo en su primera media hora, busca también esos medios tiempos y tiempos muertos del film anterior. Y el diseño de algunos personajes es también deudor del film previo. Se nota que existe un respeto casi reverencial hacia el film de Carpenter. Incluso podría decirse que lejos de buscar autonomía propia, el film de 2011 intenta hacer con el de 1982 lo que el propio ente extraterrestre, capaz de copiar exactamente las células de cualquier ser vivo. Aquí se trataría de asimilar celuloide. Y es cierto que por momentos se consigue cierta atmósfera semejante a la anterior, y que la devoción y el respeto por la obra previa son no solo evidentes, si no extremos, lo que provoca que no se haga trizas ni se machaque el antecedente, tal y como sucedió con “la niebla”.














Es curioso, por cuanto estamos ante una operación de mímesis de similares características a la llevada a cabo hace unos meses con el cine ochentero en “Super 8”, solo que con una diferencia que beneficia al film de Abrams. Es mucho más facil escanear y devolver a la vida el espíritu de films entretenidos y joviales como “exploradores” o “los goonies”, que resucitar la atmósfera de una compleja obra maestra con mayúsculas. Y ese es el auténtico talón de aquiles de “la cosa” versión 2011. Pretende medirse con un auténtico monstruo cinematográfico. Una obra cumbre donde se dan la mano forma y fondo de manera modélica. Carpenter es un narrador a la manera clásica, y dota de una inigualable textura a su relato que lo convierten en un elegante pasaporte hacia el horror nihilista difícil de imitar.
Por lo pronto, el film de 2011 nace con un espectador que posee mucha información sobre el tema. Todo lo contrario que el de 1982, cuyas primeras fascinantes imágenes provocan una insólita extrañeza. Un desasosiego e incertidumbre producto de una situación irracional, inexplicable, de la que solo surgen interrogantes inquietantes, infinitas preguntas sin respuesta que descolocan a los protagonistas y al espectador. Un lugar en el que en principio no pasa nada, se convierte paulatinamente  en un foco de sombríos y fatales presagios que estallarán de forma aberrante,atroz y voraz. Y ello es narrado por Carpenter con mano maestra y sobre la base de una premisa que llevará hasta sus últimas consecuencias. El piloto Mcready juega una partida de ajedrez contra un ordenador y al perder arroja su whisky sobre él destrozándolo. Auténtica metáfora de la película. El ser humano inteligente se enfrentará también a lo largo de todo el film a algo que lo supera con creces, intentará vencer con inteligencia, pero de forma determinista y oscura el film se encamina hacia un oscuro pozo sin fondo en una batalla perdida. Hacia la nada más escalofriante. Es la derrota del hombre, individualmente y como grupo. Y al final solo queda la autodestrucción, la aniquilación total.

















Ese fatum puramente nihilista impregna los poros de cada fotograma y del protagonista, quien pese a tener inequívocos aromas de western, posee  una carga introspectiva y reflexiva de héroe a disgusto muy particular, sabedor, casi desde el comienzo, de que la batalla está perdida. La razón irá dando paso sin tregua y sin pausa a las sombras más oscuras y siniestras en la base nevada de la Antártida. Y pese a que se suelen valorar las espectaculares apariciones del ente sin forma, que liberan una tensión acumulada, o el tenso suspense de la prueba de la sangre, siempre he considerado que el verdadero valor de “la cosa” está en su progresivo, obsesivo e inalterable camino hacia la nada más abstacta, abyecta y atroz. Y muchos de sus valores están en su poder de sugerencia, que lleva a ideas cada vez más aberrantes sobre el destino que espera a los personajes. Es por ello que sus momentos más terroríficos están en aparentes y sugestivos tiempos muertos. En este sentido, la visita al campamento noruego es ejemplar. Carpenter nos muestra muy despacio y con suaves travellings el devastado escenario y los restos de algo que no se comprende, pero que se adivina enigmático, brutal, inenarrable. Otro tanto ocurre con el descubrimiento de la inmensa  nave espacial en medio del hielo, de gran hermosura visual, pero que da a los protagonistas la verdadera dimensión de que se están enfrentando a algo muy superior. O la inquietante autopsia de un ente indescriptible. O el pavoroso visionado de un vídeo recogido en la base noruega. O el abatimiento de Blair ante el ordenador al comprobar los datos que este arroja sobre el alienígena. O la desolación de Mcready hablando solo y dejando su fúnebre y tétrico testamento de lo ocurrido en un magnetófono, siendo plenamente consciente de que nadie va a sobrevivir. Todo ello sobre la base de un score fúnebre, escalofriante de Ennio Morricone y narrado con una elegancia y sentido del ritmo asombroso.














Y es ahí, entre plano y plano donde asoman los aromas de Lovecraft y las montañas de la locura, donde se da cita el infierno de Dante, donde aparecen tintes que recuerdan a Joseph Conrad y el corazón de las tinieblas,o de Edgar Allan Poe, sin perder de vista ciertos ecos de William Burroughs y del Nietzche más desaforado, el de Ecce Homo. Carpenter confiesa haber tenido muy en cuenta a Delacroix y su cuadro “la barca de Dante" también conocido como "Dante y Virgilio en los infiernos” así como todas sus versiones pictóricas como “la balsa de la medusa” de Gericault. Y es que el director se emplea a fondo a la hora de plasmar su visión del averno, del infierno más dantesco. Como si a la tierra hubiera llegado la versión más aberrante y perversa del mal, justo a un lugar inhóspito donde residen curiosamente doce hombres que conocerán de primera mano el apocalipsis en primera persona. Esta película no descarta tampoco una lectura bíblica. Como si asistieramos a una versión laica y nihilista de "el nombre de la rosa" con la estación antártica haciendo las veces de monasterio en el que flota una suerte de inquisición en la que se sospecha y se condena preventivamente al diferente, al distinto. La guerra fría de desconfianza que se apodera del grupo y hiela aún más las paredes del campamento es una de las bazas que retrata la visión carpenteriana de la naturaleza humana, siempre un paso más allá de Hobbes
Por tanto, no estamos solo ante un extraordinario film fantástico, con ciertos aromas de western clásico combinado con insertos del whodonit de Agatha Christie. Estamos ante una obra de profunda raigambre filosófica donde el determinismo de raíz nihilista vence al ser racional y que incluso permite lecturas diversas al amparo de una muy lúcida visión de la paranoia humana, la cual para colmo está expuesta con un pulso narrativo maestro. Su capacidad de sugerencia es tal que hasta Oliver Stone afirma que vio este film un par de veces antes de acometer “JFK”, cinta que también trata de un héroe enfrentado a un monstruo inabarcable de múltiples cabezas.















Obvia decir que los responsables de la versión de 2011 no alcanzan esas cimas, aunque estoy seguro que son conscientes de ello. No basta con fotocopiar el clima y ciertas soluciones visuales. Su visión, sin ser despreciable ni arrojar una mala película, está más a ras de suelo. Un terror en la Antártida que funciona como mecanismo narrativo pero que ciertamente se queda a cierta distancia de la obra cumbre que es el film de Carpenter.
De entrada, el ente digitalizado da mucho menos pavor, desde luego. Aun así, la idea de introducir a una paleontóloga mujer como private eye del relato, con el buen hacer de Mary Elizabeth Winstead, parece una solución acertada. Sobre todo para marcar cierta distancias con Kurt Russell en 1982, al que pese a todo aquí se homenajea a través del personaje del piloto. Y puede decirse que se consigue, aunque con menos fuerza que en el oiriginal, suspender la incredulidad del espectador cuando este personaje desaparece y vuelve a aparecer y sembrar las dudas en el equipo. Al igual que se palpa cierto pulso narrativo.
















En conjunto podría afirmarse que, pese a que los personajes estén menos trabajados, y la amplitud de miras  sea menor, esta nueva versión 2011 es en si mismo un film aceptable y curioso. Ahora bien, no todo el mundo narra como Carpenter, y las muchas deudas asumidas con el anterior film son muy evidentes. Y ni que decir tiene que esto nada tiene que ver con la propuesta de Howard Hawks y Niby, la cual daría por si sola para un artículo, razón de que no se incluya aquí. Habría que ver si esta gente, tan estudiosa del film de los 80, ha visto el de 1951, o ha leido el relato de Campbell. Podríamos llevarnos alguna sorpresa. Concluyendo, que estas operaciones de escaneado reflejan algo que ya se comentó y valoró respecto de “super 8”. Allí se hacía una pregunta retórica que ahora se repite ¿Es que el señor Van Heininjen no tiene nada propio y personal que contar?. En esas estábamos hace unos meses, y en las mismas seguimos ahora.    



30 comentarios:

  1. He sabido por amigos que efectivamente es tal como lo presentas y explicas.
    Se han hecho en ciertos multicines ( la cosa es atraer a la gente al cine )sesiones dobles con las dos películas y la mayoria de los fans de Carpenter han salido decepcionados y siguen prefiriendo la del 82 con distancia.
    Es curioso lo que ocurre con muchos films en su dia fueron denostados y ninguneados para luego convertirse en obras de culto.
    Por eso yo me decanto por el cine clásico en mi blog ( sin dejar de ver cine actual, lo que es un atrevimiento a veces )pensando que el tiempo como el buen vino juega a su favor.
    Tendria que revisar la del 51.

    Tus criticas son tan completas e interesantes que solo por eso ya vale la pena darle un repaso a la cartelera.

    Saludos Victor :-)

    P.D. ¡ Feliz puente si es que le disfrutas !

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  2. Nunca la ví, pero leyéndote me vino a la imagen La carretera. Había leído la novela (me chifla C. McCarthy) y me pareció que la adaptación al cine estaba muy bien. Cosa que me ha pasado poco, pues pocas veces me gustan las películas de novelas que me hayan interesado previamente.
    Un abrazo, es un lujo leerte, se aprende mucho.

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  3. Consigues despertar mi interés por volver a ver la película de Carpenter, que recuerdo vagamente y (tal vez de manera equivocada) muy próxima al “Alien” de Ridley Scott. Nada me sería tan grato después de leer tu magnífica reseña que encontrármela esta noche en algún canal. Eso sí, esta otra de 2011 nunca me tendrá como espectador. No creo en las añagazas de las precuelas, secuelas o entrecuelas del siglo XXI, meras coartadas para hacer una exhibición de tecnología digital. Los cineastas de los ochenta tenían una nueva manera de contar una misma historia, de añadirle lecturas distintas, y ahí están sus obras; hoy este otro tipo de películas tienen en su mayoría la factura de un tráiler de dos horas, porque lo que esconden es una nueva manera más vertiginosa de vender una misma historia. Desde luego, me quedo con la de Carpenter.Saludos.

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  4. Como siempre es un lujo leerte, me gusta esa comparación que haces con las pinturas, decir que no sabía que había una obra anterior a la de Carpenter, cuando leí que las críticas del inicio eran para la de 1982 me has dejado knock out. Realmente me disgustan un poco los remakes, siento que son innecesarios habiendo obras maestras detrás o peor aún que son hechos para "americanizar" una historia, pero como has demostrado hay excepciones, lo de Carpenter es la prueba o la de los Coen, y rescato lo que has mencionado, que se basan en la obra literaria y no en la película. Un abrazo.

    Mario.

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  5. Vi la película de Carpenter y me gustó. Esta nueva versión, tras la crítica que nos ofreces, creo que no iré a verla.

    Como de costumbre, me encantan todas esas referencias literarias que efectúas y, aquí también, las pictóricas. Está claro que tienes una cabeza muy bien amueblada y una sólida base cultural.

    Un abrazo.

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  6. Siento no haberla visto para poder hacer alguna referencia sobre ella,pero tras tu crítica,me apetece ver las dos e incluso las tres y así tener visiones distintas para compararlas.
    Pero me temo que de momento estoy en el lapsus cinematográfico infantil...
    ¡Me las sé y veo todas!
    Ayssss
    Besos.

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  7. Creo que hay cierta tendencia demasiado apasionada y nada objetiva a oponerse sistemáticamente a remakes, precuelas y continuaciones de filmes que consideramos más o menos "sagrados", y esto no nos permite juzgar con equidad todas estas nuevas versiones. Es algo que me parece injusto y que comentaba en mi propio blog: http://castilloruthwen.blogspot.com/2011_08_01_archive.html.
    He visto todas las versiones de La Cosa, la primera en La Clave a finales de los 70, la de Carpenter de estreno en el 82, y esta última ahora mismo, y me parece que es un buen remake, muy parecido al anterior. Pero bueno, un remake es un eso, una nueva versión. Siempre es difícil estar a la altura del original o antecesor, mucho menos por encima, más aún que la gente llegue a admitir tal cosa si sucediera...

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  8. Vi la de Carpenter, pero como dice Juan me has despertado el interés por volverla a ver. Incluso le daré una oportunidad a la actual para comparar.

    Tus comentarios siempre extraordinarios porque aportas una visión que no siempre es la habitual.

    Un abrazo!!

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  9. Estoy con Laura en destacar la enorme calidad de tu post y contigo en reivindicar la obra maestra que realizó Carpenter. Pude ver The Thing 2011 en Sitges, festival que clausuraba, pero terminé por no hacerlo (más por cansancio que otra cosa, aunque mi interés era relativo). He visto la versión de Hawks del el 51 y no he leído el relato. Aunque ambas son buenas, prefiero la de Carpenter, aunque compararlas es absurdo porque son dos universos diferentes. Solo añadir que el cine de género suele ser vapuleado por la crítica cuando es de justicia y cuando no, demostrando su absoluta inutilidad (sino recordad Blade Runner, Alien, El Resplandor, La Cosa como citas, y algunas otras) así que nada que me sorprenda. Supongo que al final, por curiosidad, terminaré viendom esta nueva versión cuya falta de pretensiones (según dices, en comparación), dice mucho del cine actual. Un abrazo.

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  10. Debo ser de los escasos espectadores que en sus respectivos estrenos salió más contento con La Cosa que con el cabezudo patoso. Mucho después vi la película del 51.

    Me ha gustado leer tus emociones referidas al 82 y también esas críticas que, francamente, no recordaba.

    Este experimento de 2011, si se me pone al alcance, iré a verlo seguramente, y lo que me encantaría es lo que comenta Abril: una sesión doble con la del 82: sería estupendo poder verla de nuevo en pantalla grande.

    Un abrazo.

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  11. Magnífico repaso,amigo.Soy un incondicional del género de ciencia ficción (pero literario)y conozco muy bien el relato ¿Quién hay ahí? de John W.Campbell,Jr.Y también la película titulada El enigma de otro mundo.Carpenter realizó,no un remake,sino otra versión más moderna y con efectos especiales de la época y nada rimbombante.Excelente y todavía moderna,en cinemascope y con unos medios impresionantes.Y ahora ¿un remake? ¡Qué falta le hace? La falta de ideas y de imaginación por parte de los guionistas,directores y productores no tiene paragón.Eso sí,también sale mal librado Carpenter cuando realizó El pueblo de los malditos,basada en la novela de excelente escritor británico de ciencia ficción John Windham y que en 1960 se realizó una excelente película de Wolf Rilla.La de Carpenter es inferior.
    Me repito;un excelente post muy documentado y aleccionador.

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  12. Abril. No descarto que cuando salga la edición en dvd, se venda en un pack con las dos películas. El mercado es así.
    La versión del 51 está muy bien,me parece una película notable, y la camaradería propia de Hawks está tan presente que seguro te gustará.
    Igual algunos nos dedicamos menos al cine clásico por que hay gente que lo cuenta y lo pinta estupendamente, y con eso basta. Un saludo.

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  13. Virgi. Para mi esta película,me refiero a la del 82, aun teniendo una personalidad genuina y propia, es una continua fuente inagotable de referencias. Por cierto, he olvidado a Hobbes. Y claro que los personajes de la Carretera están muy bien traidos aquí, por supuesto. La adaptación de Macarthy es estupenda, tienes razón, y eso que la novela , excelente, no es facil de llevar al cine. Un abrazo.

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  14. Juan Herrezuelo. Pues olvidé poner una crítica que decía hace 30 años que esa cinta era un sucedáneo de Alien. Para nada. La considero a mayor altura. Esa mezcla de fantástico, western, terror y pensamiento es inigualable. Los que han hecho la versión 2011 lo saben, y conste que no hacen una chapuza, pero hay una diferencia grande entre un esforzado intento fallido y una obra maestra. Un saludo

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  15. Mario. Las críticas del año 82, algunas de firmas muy ilustres, fueron realmente sangrientas. No hubo compasión. El tiempo puso las cosas en su lugar. Esta precuela intenta no manchar el buen nombre de la anterior, pero sin ser una chapuzo, alcanzar los logros de aquella es imposible. Tal vez debió buscar menos mimética y más autonomía y originalidad.Un saludo

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  16. Isabel.¡No me digas esas cosas que me pongo colorado! Desde luego, te entiendo. Yo estuve a punto de hacer lo mismo y pasar, no creas. Cuando me enteré de lo de la nueva versión no daba crédito. Pero al final ha podido el vicio...Un saludo

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  17. Marinel. El cine infantil es tal vez el mejor, antes y ahora. Y es cierto que uno las ve mil veces sin problema. De todos modos esto está en las antípodas.Gracias por pasar, un saludo.

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  18. Lord Ruhtwen. Efectivamente, tienes toda la razón. Me pasé por la página, y coincido con tu planteamiento respecto de los remakes y la predisposición existente en muchos casos. Aun así no se dejarán de hacer. Me hubiese gustado ver ese programa de La Clave, lugar en el que me aficioné al cine, entre otras cosas. Seguro que el debate mereció la pena. Un saludo

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  19. Laura.Me sorprendes. Debiste pasarlo mal, supongo, fatal diría yo. No olvido esa magnífica máxima tuya, no veo las de miedo por que me dan miedo. Gran frase. Gracias por tus palabras, eres muy amable. Un saludo

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  20. David. Efectivamente, la versión del 51 nada tine que ver con la del 82, y compararlas no lleva a nada. Apuntas un tema interesante, el machaque sistemático a cierto cine de género. Estoy de acuerdo. Sobre todo respecto a ciertos géneros que no se por que son considerados menores de entrada. Te diré que yo tampoco pensavba ver esta nueva versión. Es más, cuando colocaste el trailer hace unas semanas, estaba tan cabreado con el asunto que preferí no verlo. Después saqué las críticas antiguas que conservo y eso me hizo cambir de opinón totalmente. No esperes una obra cumbre. Esta versión intenta acoplarse, rescatar el espíritu de Carpenter, su atmósfera, y aunque el film no es malo, se queda a medio camino como no podía ser de otra forma.Saludos

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  21. Josep. A pesar de las pantallas de plasma y demás historias, que razón tienes. No te puedes imaginar cuanto me gustaría volver a ver la versión Carpenter en un cine. Y digo en un cine de verdad, no en un multicine de centro comercial. Además me has pillado. Respecto de esta peli recuerdo muy bien el día completo, lo que hice antes y después, y por supuestoo todas las emociones que me provocó, que fueron muchas.
    Y claro que me parece mejor que la mucho más alabada peli del nostromo. No son comparables, pero si he de quedarme con una no tengo duda, me voy a la antartida. Un saludo

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  22. Francisco Machuca. Gracias por tus palabras, compañero. El relato de Campbell es muy notable, y conociendo un poco a Carpenter, no extraña que ele fascinase. Me gusta que menciones el extraordinariop uso que hace Carpenter del formato cinemascope.Un narrador eminentemente visual que utiliza las formas para dotar de sentido al fondo. Era inevitable que se hiciese el remake, tarde o temprano. A mi el pueblo de los malditos me gusta, no me parece nada gratuita. Windham crea una historia angustiosa ,y aunque el film de Wolf Rilla me parece estupendo, el de Carpenter no me parece nada mal. Tal vez el blanco y negro gane frente al color en este caso.Ahí si te doy la razón.

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  23. Un gran post! Yo recuerdo 'La cosa' como una de las cintas que más impacto me produjo cuando era pequeña. La volví a ver a comienzos de este año y me rindo a sus 'encantos'. Un abrazo!

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  24. Un verdadero honor tenerte por aquí María José. Para mi el impacto también fue brutal, básicamente por que entré al cine casi sin ninguna información de la trama, lo que provocó que el torbellino de sensaciones fuese enorme. Me cautivó absolutamente. Es un film sobre el que a propósito dejo pasar al menos cuatro o cinco años para volverlo ver y poder disfrutar aun más la experiencia. Y no envejece en absoluto, al contrario. Gracias por tu visita y un fuerte abrazo.

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  25. a mi me gustó...hay que verla..igual tenemos que aprender a disfrutar más no?

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  26. Vaya, otra que no he visto. Ni la original ni el remake. Aunque después de leerte se le quedan a una ganas de ver todas las pelis de las que escribes.
    La última que he visto, en casa, ha sido: "Le voyage du ballon rouge" con la maravillosa Juliette Binoche.
    Me gustó tanto que la vi por partes. Aún me queda el final en realidad.
    Como en el teatro, por escenas.

    Seguiré visitándote para tomar ideas de pelis que ver.

    Un saludo.

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  27. Saludos desde Ciudad de México.

    He leído tu artículo ENIGMAS DE OTRO MUNDO y te puedo comentar que me parece excelente toda la revisión que has hecho de éste clásico de Carpenter en el año 82 y tu reseña a la precuela estrenada en Octubre de este año. Lo único que te puedo comentar es que cada quién se queda con su propia opinión y comentario respecto a cada película. A mi en lo personal me tocó ver hace ya casi 30 años el estreno de la versión de Carpenter en gloriosa pantalla cinematográfica y, a lo largo del tiempo, la he llegado a apreciar cada vez que vuelvo a reproducirla, desde que apareció en VHS hasta llegar a la tecnología del Blu ray Disc. Esta por llegar a las salas de aquí la historia que precedieron los hechos narrrados en aquella de 1982 y que, en mi punto de vista personal, fue un gran reto imaginar el como contar esta "precuela" para todos los que se involucraron en este proyecto que ya tenía unos cuantos años planeándose. Desafortunadamente iré a verla con mucha información que ha proporcionado un medio tan vasto como Internet... era inevitable esa curiosidad de saber todo acerca de esta película. Al igual que TODO lo que se ha escrito de ella. Mi reto ahora será despejar 'el disco duro' de todo esto y, como hace treinta años, dejarme sorprender en la oscuridad de una buena sala de cine (y espero que lo suficientemente grande) con esta propuesta que valoro antes que todo por que no es fácil hacer y producir cine de este calibre en la industria hollywoodense en estos tiempos... y no a todos se le puede dar gusto. Eso queda muy claro para mi. Felicidades por tu blog y gracias por compartir tu experiencia cinematográfica acreca de 'La Cosa del Otro Mundo' años 1984 y 2011.

    Saludos.

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  28. ... y solamente quiero decir que DEJEN DE PENSAR, ESCRIBIR Y RESEÑAR que esta historia cinematográfica es un REMAKE por favor!. Precuela es también un término que deseo eliminar de mi diccionario de cinéfilo. Disfruten su película favorita bloggers. ;)

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  29. A mí me gusta mucho más la de Carpenter que la de Hawks, por todo su ambiente infernal que bien describes. La precuela o lo que sea de 2011, bueno, es lo que es una película entretenida comparada con el clásico de 1982. Dirigir es mucho más que contar con dinero y con ordenadores, lo vemos cada dos por tres.Tu crítica me ha parecido muy interesante, pero las referencias culturales a Burroughs, Nietzsche... incluso a Conrad, me parecen conexiones tan difusas y etéreas, que más sirven para lucimiento personal citando a santones que para arrojar comprensión sobre la cinta. Y si John Carpenter quiere parecer refinado hablando de la pintura de Delacroix en relación con una película de monstruos... vale, debilidades humanas, eso no afecta a su buen cine. Saludos.

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  30. Bishop. Te agradezco la lectura y tu comentario. Coincido en la primera parte del mismo. Es verdad, dirigir no es directamente proporcional al dinero de que se dispone. Con todo respeto te diré que discrepo en la segunda parte. Y ello es debido a que pasra mi la cinta del 82 es mucho más que una película de monstruos. De ahí que los referentes literarios o pictóricos no estén de más. Y no creo que eso reste un ápice valor a la película, al contrario, sirven para destacar su grandeza. Gracias y saludos.

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