viernes, 18 de noviembre de 2011

LA DUDA METODICA
















En ocasiones uno pierde el tiempo haciéndose test sin utilidad de ningún tipo. Alguna dosis de lúdico masoquismo debe haber, ya que en la medida de lo posible uno trata de huir de todo tipo de encuestas ajenas. El caso es que sin venir a cuento me encuentro interrogándome a mi mismo en un hipotético casting sobre cuales serían los dos o tres personajes vivos del panorama cinematográfico actual con los que me tomaría un café y mantendría a ser posible una larga conversación. Intimo y personal como decía la película. Como las reglas las pongo yo, han de ser de ahora mismo, no valen las viejas glorias retiradas y como para dar un poco de picante al asunto dispongo exactamente de tres minutos de reloj para elegir al personaje. No voy a engañar a nadie ni a hacer trampas. Este es el relato auténtico de lo sucedido durante esos tres minutos.
Como hombre tópico, poco original y con la luz corta puesta, he de decir que a toda velocidad la testosterona se dispara y empiezan a aparecer mujeres de todo tipo y condición. Ya puestos, me digo, no nos vamos a privar de nada y me voy a dar el capricho de dejar volar la imaginación a su libre albedrío. Sorprendentemente, la primera en hacer acto de presencia, que nadie me pregunte la razón, es Gong Li. Y me veo poniendo cara de tonto mientras le pregunto avergonzado que pasó con Zhang Yimou, y como fue la experiencia corrupción en Miami. O sea que pierdo el tiempo haciendo de reportero malo. El asunto no da mucho más de si. Cibyll Shepherd: Con ella la charla empezaría mal, mas o menos así. A ver, ¿como es posible que hayas terminado haciendo de lesbiana que persigue a veinteañeras en una serie de tv?.Tras ella toman cuerpo Toni Colette y Katherine Keener. La cita sería, digo yo, para preguntarles si les gusta hacer más de guapas o si se cabrean cuando las ponen de feas. Pero no se dejen embaucar. Si surgen es por el puro placer de tenerlas delante. No me sorprende, aunque seguro me faltaría conversación, al igual que con Sophie Marceau o Emily Blunt, ante las que me quedaría literalmente off. Pero sigamos. Hay que ser rápidos que el reloj corre.




















Se me ocurre que con quien si habría tema y largo sería con Joely Richardson, con la que puedo hablar de ella, de su padre, de su madre, de su abuelo, de su tia Lynn, de su cuñado, pero ¡lástima! me vengo abajo cuando me acuerdo del fatal desenlace de su pobre hermana. Mejor no. Dentro de la avalancha de nombres que llegan a borbotones me doy cuenta que no debo perder ni un minuto con las mas jovencitas tipo Michelle Monahan o Amanda Seyfried a las que seguro no les gusta ni el café ni la tertulia. Y aunque pueda resultar jugoso, no se lo que daría de si la cosa con otras tipo María Bello, Olivia Williams, Amy Adams, Naomi Watts, Rachel Weisz, Asia Argento o Cecile de France. Creo que no tardaría mucho en ponerme en evidencia y me mandarían pronto a paseo y con viento fresco. ¿Franka Potente? ¿Y de que hablamos?¿de lo mucho que corría en una película y de cómo se ha estancado su carrera ahora? Busquemos bien, por favor, que ya he perdido más de minuto y medio.
Joan Allen, Annette Bening, Valeria Bruni-Tedeschi o Hillary Swank no me parecen nada mal, pero resulta que en el colmo de la poca originalidad y como el rayo me llega otra idea facilona de patio de colegio: las hermanas Deschanel. Y ya me veo de forma estúpidamente compulsiva haciendo de limpia parabrisas, mirando a derecha e izquierda continuamente para ver quien es más guapa de las dos. Como la cosa me marea sigo buscando. Carrie Anne Moss, Deborah Kara-Unger o Famke Jensen me imponen, creo que me dan miedo y que me van a propinar una soberana paliza en cualquier momento. Me pasa lo mismo con Nick Nolte o Sean Penn. Hay que ir con cuidado. Es entonces cuando de forma potente aparecen en escena Lena Endre, Melissa Leo y Emmanuelle Seigner, tampoco se por que. O si, no nos engañemos. Lo mismo que Vera Farmiga en su versión “up in the air”, aunque viendo como acaba con Clooney, mejor seguimos. Voy de sorpresa en sorpresa, y esto sepone cada vez más dificil ya que de ahí salto nada menos que a Tilda Swinton, Lena Olin, Laura Morente, Laura Linney, Laura Pausini (ahí va, que no, que esa es cantante, fuera, fuera),Karin Viard, Jenna Elfman y Marie Louise Parker, esta última supongo que para que me cuente como va lo suyo con las hierbas (weeds), por que otra razón no veo. Tengo un subconsciente un tanto raro por cuanto de ahí me desplazo hasta gente como Ellen Barkin, Rosario Dawson, Debra Messing y ¿Joely Fisher? ¿Natasha hendstridge? No digamos sandeces. Puestos a hablar de Debras, igual mejor Debra Winger, digo yo. O Emma Thompson. Y si no Barbara Hershey en su versión “eternamente amigas” (beaches en inglés). Angélica Huston podría hablarme de su padre, los rodajes y ese paseo por el amor y la muerte con Jack. El caso es que muevo mucho la baraja, demasiado, pero no me decido y el segundero continua su marcha...
























Cuando se van a cumplir dos minutos me doy cuenta que la cita puede servir para poner a gente en su sitio y despacharme a gusto. ¿Pero se puede saber que haces anunciando cosméticos? Esto vale para Jane Fonda, Isabella Rosellini (que pensarían sus padres), Andie Macdowell, Halle Berry y hasta para Penélope. O sea que le dices que si a Pantene (por que tu lo vales) y no a Lars von Trier. Que me lo explique. Anne Heche, donde anda usted metida que no la veo el pelo. Sandrita Bullock, ¿dejarás de poner algún día cara de payasete?. Señora o señorita Lopez, Jennifer ¿no le avergüenza un poco que de usted solo se hable de su culo? ¿En cuanto lo había asegurado, dice?. Angelina y Richard Gere, me aburren soberanamente vuestros marketings publicitarios de ayuda humanitaria. Señores Robert De Niro  Al Pacino y Gerard Depardieu ¿pueden hacer el favor de dejar de insultarse a si mismos?. Nicolas Cage, ¿por que no te operas? Ah que ya lo has hecho, vaya. Catherine Deneuve, te has pasado siete pueblos con el botox. Señores Roland Emmerich y Michael Bay. Stop, Stop, Stop. Yo con estos no me tomo un café. Me acabo de dar cuenta. La cuestión no es soltar fáciles rapapolvos, eso no me reporta nada en el fondo.
No lo entiendo, cualquiera en su sano juicio ya se hubiese acordado de inmediato de la Bellucci por ejemplo, o de Julianne Moore o Sharon Stone, o bien de Nicole, Cotillard, Sarandon, Scarlett, Blanchet, Binoche, Cameron, Zeta-Jones y compañía. Y por supuesto hubiera reparado en santa Meryl Streep, Helen Mirren, Julie Cristhie, Judy Dench o Stefanía Sandrelli. Pero no ha sido el caso hasta ahora, las cosas como son, aunque aun dispongo de tiempo. Si admito y no se si entonar un enorme mea culpa por haber pensado un instante y por otras obvias razones en Maria Grazia Cuccinotta y Lucy Lawless, lo cual considero imperdonable existiendo Kate Winslet, por favor. O la Pfeiffer, Robin Wright, Carole Bouquet o Isabelle Huppert por poner un caso. Centrémonos. No se me aparecen de momento españolas, supongo que por que con Leonor Watling ya tuve un encuentro casual y real en una librería, lo mismo que con Naijwa Nimri en plena cafetería de un curso de verano. Tampoco de entrada aparecen caballeros. Y ahí es cuando me voy dando cuenta de lo corto de miras que estoy siendo. Se trataba de un café con un personaje vivo del cine actual. Y por fin reparo (me queda menos de un minuto) en que lo de las mujeres atractivas está bien, pero es muy, pero que muy facilón. Y luego son todos y todas unos ególatras caprichosos. A lo que hay que añadir que yo no soy nada mitómano. Ya lo tengo. Por eso no dejo de hacer circunloquios y todos los intentos fracasan sin remedio.
Cambio de planes. Para un reposado café sobre cine y otras hierbas igual se saca mucho más jugo en una larga conversación con Oliver Stone (que me explique lo de JFK otra vez) o Polanski, con Sussanne Bier( que me explique que le han parecido los comentarios que le dedica Lars Von Trier) o John Boorman (que me explique lo que quiera). De Kenneth Branagh podría extraer petroleo. Y ya puestos  de John Williams, Alexandre Desplat o Thomas Newman, o el matrimonio Frank Marshall y Kathleen Kennedy. O conocer todos los pormenores del guionista de la mano de Lawrence Kasdan o Robert Benton. No les cuento nada si me pongo con Bertrand Tavernier u Olivier Assayas. Ahí si que hay materia.
El auténtico jugo está detrás de la cámara. Janusz Kaminski o John toll darían un juego tremendo. Y Michael Mann. Pero no voy a pensar en Woody ni por un momento no sea que sea un tío soso o tenga mal día y me lleve el chasco. Preferiría un cara a cara Diane Keaton Mia Farrow y contemplar expectante que sucede. El tiempo se agota. Robert Redford me podría explicar todo el asunto Sundance y es un señor que piensa mucho y bien. ¿Kusturica tal vez? ¿James Foley? ¿Lynch? ¿Cronemberg? ¿Paul Thomas Anderson? ¿Kim Ki duk? ¿Clint? Tic, tac, tic, tac. ¿John Milius? ¿Wenders? Me tomo un vaso de agua. Si he de elegir un español, no tengo duda, Elías Querejeta, y si me ponen contra la espada y la pared y he de elegir solo uno, con el que tendría una extensa conversación total sobre la vida, el cine, la política, el arte, la música y cuanto surgiera, por fin lo empiezo a tener claro. Si fuese norteamericano, Cameron Crowe, venga con Frances Mcdormand o sin ella. Si fuese sudamericano Adolfo Aristarain, aunque solo hablase él, que sería lo más probable. De oriente con Chen Kaige, y de las antípodas con Peter Weir o Vincent Ward. El tiempo se ha agotado y aquí estoy, sigo instalado en la duda metódica y sin haber tomado una decisión en firme. Aunque parezca mentira acabo de perder al solitario y me quedo sin café, soy un inútil. Estoy fuera de tiempo. Por último, iba a decir, si fuese europeo, creo que saborearía la compañía, el buen rollo y los conocimientos de uno que es casi como de casa, Nanni Moretti. Esa hubiese sido la elección. Y pasaría mucho de la sudafricana Charlize Theron, aunque me cueste un poco escribirlo.

















Con ese espíritu de sana camaradería marca del italiano voy a ver su última película “Habemus Papam” que es en el fondo de lo que va a tratar esto. Si, ya se que la introducción ha quedado muy larga. En esta cinta Moretti tiene que lidiar una vez más con una cuestión que le trae de cabeza desde hace tiempo y que se ha convertido en un auténtico engorro. Me explico. Moretti es a día de hoy de cara al aficionado y en parte por culpa suya y de muchos de sus films un auténtico personaje. No es Antoine Doinel ni Woody pero el espectador tiene una imagen muy fijada en la retina respecto de este intelectual de izquierdas, pelín neurótico, reflexivo y poseedor de una ironía y un sentido del humor muy particulares. Le hemos visto viajar en vespa, ir al médico, ironizar sobre la política y la sociedad contemporáneas, hablar consigo mismo. En fin, por verle, le hemos visto hasta perder un hijo en pantalla y lo hemos sufrido con él. Todo ello convierte cada nuevo estreno del italiano en un encuentro con el personaje Moretti, que por otro lado, no sabemos cuanto posee de autobiográfico. Y eso se ha ido convirtiendo hasta en una exigencia del aficionado que espera reencontrarse con el artista y sus neuras.
















Semejante situación coloca al director en una tesitura que le lleva o bien a contar sus historias autónomas que no siempre y necesariamente tienen que ver con el personaje que él mismo ha creado, o bien a dar contento a la parroquia proporcionando otra ración de si mismo. En “Habemus Papam” se queda en un término medio intentando cuadrar una ecuación imposible. Decide contar la historia que le interesa, pero incorpora de forma secundaria y tangencial a su personaje. Y ahí está la dificultad. Encajar su personaje-tipo en cada discurso y cada trama no siempre es fácil, y en este caso el espectador me parece que quiere y pide más Moretti y menos Papa, aunque esté interpretado de forma sublime por Michel Piccoli.
De hecho, todas las opiniones de amigos y crónicas que he tenido oportunidad de leer afirman que lo mejor del film está en su primera media hora, cuando el personaje Moretti, camuflado esta vez de psicoanalista ateo, intenta desbloquear la mente vaticana del papa recien elegido que ha sufrido una crisis de ansiedad en el momento de dar el saludo papal ante la multitud en Roma. Y es cierto que esa primera media hora está deliciosamente narrada. Para los que esperaban que el agnóstico italiano fuese a disparar con munición de alto calibre y a cañonazos, se equivocan. Moretti, utiliza en esta ocasión aparente bala de fogueo, pero que hiere mortalmente. Convierte el Vaticano en un instituto adolescente que más que elegir al nuevo pontífice parece que está eligiendo al delegado de curso. Huye de las intrigas de palacio e infantiliza a toda la curia. Muchos son los prelados que lejos de ambicionar el poder huyen del pontificado como de la peste. Curioso. La aparición de Moretti es sencillamente espectacular, con ese caos calmo tan peculiar suyo, con ese aire distraído pero a la vez observador. Sus primeras indagaciones en suelo sagrado son irónicas y muy surreales, y su lengua permanece, como no, tan afilada como de costumbre.
















Y uno no puede evitar acordarse de “El discurso del rey”, donde se plantea un tema muy similar. Surge entonces la pregunta. ¿Por qué aquella fue un rotundo éxito de crítica y público y esta ha pasado desapercibida? Muy sencillo, la cinta británica es un film muy conservador en su mensaje que vuelve a narrarnos el sempiterno temita del triunfo de la voluntad pese a las dificultades, sean estas del tipo que sean. “Habemus papam” cuenta de forma mucho más abierta y amarga una historia donde el hombre se cuestiona a si mismo en cuanto ser racional. Y se interroga a solas sobre el sentido último de la trascendencia y lo sagrado. La película pronto abandona a Moretti y sus graciosas disquisiciones, para entrar en lo que verdaderamente importa, esto es, lo que Kant tantas veces se preguntó: La necesidad o no de tener un fundamento divino para nuestros actos y nuestra existencia. Kant sustituye los mandamientos divinos y la jerarquía religiosa por una indagación racional del hombre sobre su existencia y sus patrones éticos. Y a esa meditación racional y mística dedica Michel Piccoli la segunda parte de la película, La cual resulta menos divertida, cierto, pero mucho más profunda. El director parece haber leído a Unamuno y su San Manuel Bueno Martir.

















Moretti, además, se permite el sueño de todo agnóstico de izquierdas. Saca al Papa a la calle, lo viste de paisano y le hace tropezar con el común de lo diario. Lo mete en el metro y hasta se permite conversar con viandantes anónimos e ir al teatro. Pero ojo, todo ello no se hace como hábil ridiculización o burla fácil, si no que forma parte de un proceso de indagación, de introspección puramente racional, ética y filosófica, donde el sumo pontífice se olvida paulatinamente de la jerárquica y rígida norma eclesiástica y racionaliza y reflexiona sobre todo cuanto ve y el papel que se le pide representar. Por supuesto llega a sus propias conclusiones, que por cierto, nada tienen que ver con la apoteosis última de “El discurso del rey”, sino que nos lleva a un final que sobremanera para todo fiel creyente católico supone un mazazo sin paliativos. El director, en un gesto de honestidad, sabe colocarse en la postura del creyente auténtico que pierde a su guía espiritual en la tierra, y lo que ello supone de quedar a la intemperie. Y lo hace con un majestuoso y escalofriante plano de desolación de una plaza de San Pedro abarrotada que no deja indiferente.

Y aunque Moretti parezca adoptar en otros aspectos una posición light propia de algunos intelectuales y pseudo filósofos,  de esos que dan recetas de todo a cien para que “entendamos” en dos lecciones cuestiones sobre ética y filosofía, su discurso en realidad es más profundo. Está por tanto muy lejos de libros como “el filósofo en zapatillas” de Nicholas Fearn, y mucho más cerca de “Hablemos de Dios”  ensayo epistolar a cuatro manos en el que Amelia Valcarcel y Victoria Camps, dos agnósticas, se interrogan sobre la ética del laicismo, el peso de la religión y su pervivencia actual y la conciencia crítica de la reflexión laica, en un libro a tumba abierta donde lo mismo se cita a Habermass que a San Agustin, a Shoppenhauer y San Pablo indagando desde la reflexión en el fenómeno religioso y confrontándolo a la moral individual y la ética laica.













Lástima que Moretti no termine de profundizar en el fenómeno religioso al estilo de cintas como “de dioses y hombres” y prefiera cargar mucho más las tintas en el peso que el poder comporta en determinadas instituciones. Y luego ahonda en cuestiones muy suyas, como tratar de meter aunque sea con calzador el espíritu deportivo dentro de un sistema anquilosado, y disparar también contra los psicoanalistas y su barata presunción. No todos los chistes funcionan y hay altibajos, pero Piccoli, en el fondo rememora una constante en Moretti: La reflexión constante y el cuestionamiento como norma, algo que ya se daba cita en otros films suyos, uno de los cuales se titula miren por donde “la misa ha terminado”. Pues eso.     

21 comentarios:

  1. Muy interesantes las dos rutas que toma tu escrito, espero no alargarme tanto que provoca tu redacción, de cenar con alguien confieso que elegiría primero a Charlize Theron, su belleza es impresionante y más además sabiendo que tiene talento, después Portman, Lawrence, Bassinger, Marceau, Bellucci, Swinton, Weisz, Watts, Heighl/Aniston (placeres culposos), Jolie, Maggie Gyllenhaal, Binoche, Kidman, Bullock/Emma Stone/Messing (con quienes me reíra mucho), Keener me encanta y siento que debería tener más notoriedad, Huppert sería un lujo intelectual (estaría entre mis prioridades), Swank me aburre confieso, Seyfried por esa sensualidad y entrega que desborda y por que siento que tiene mucho futuro si escoge bien, con los caballeros serían grandes diálogos con Allen/Lynch (con mucha paciencia ante el desbordado ego y la rareza), Eastwood (entrañable), Stone (JFK también me plantea mucha curiosidad), Wenders, Hanake (genio), Tarantino (entretenido y audaz), Redford (coincido con preguntar por Sundance), De Niro, Pacino, Norton, Tosar, Darín, Trier, la lista es interminable en ambos géneros..., y sobre la última cinta de Moretti, considero que los valores deben arraigar en el hombre con la misma consciencia que temen el juicio de Dios los creyentes, atar responsabilidades a ese grado de convicción de la fe. Sobre Moretti espero que no caiga en el rídiculo de la burla vulgar y sea más propio de la ironía de la comedia inteligente que puede hacer reír y provocar reflexión. En ello creo en la apertura del arte. Y disculpa usar tanto espacio que uno se deja llevar. Un abrazo.

    Mario.

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  2. Ese repaso a la velocidad del rayo ( que no me lo creo mire usté )por tooodo el elenco de mujeres en activo, mayormente guapas a rabiar y/o con mucho que contar al menos de los rodajes que te has marcado me ha hecho sonreir y admirarte un poco más..:-)
    Yo no sabria con quién quedarme de ellas o de ellos que para charlar valen ambos sexos, digo yo si ese es el caso.
    Lo más dificil seria ajustar agendas..jeje
    Y de lo que querias hablar en realidad pues ¡ que ya no necesito ir a ver la peli, que me lo has contado ( a mí y todos los que pasarán por aqui de un momento a otro )de maravilla. Lo que he leido por ahí se aproxima a la conclusión a las que has llegado asi que me ahorro una entrada y me compro un libro.

    ¡Qué bien se lee por aqui y eso que..breve no eres..!
    Un placer. Un saludo afectuoso tambien:-)

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  3. ¡Impresionante! Me he divertido como una condenada y es que ese juego de coger y descartar actrices, actores (qué carcajada he pegado con Araristrain), directores y demás fauna del celuloide, es sublime. Con un par de pinceladas, nos los muestras en sus defectos y virtudes.

    En fin... Yo, como soy chica (eufemismo para evitar el término "señora"), si no pienso y me dejo llevar por el arrebato, me voy con George donde me proponga. Si se trata de hablar largo y tendido, lo haría con Bernardo Bertolucci o Isabel Coixet. En un primer momento, pensé en Woody, pero lo descarté por ser un "neuras", posiblemente poco apto para la conversación y sólo dotado para el monólogo.

    Un abrazo agradecido por el buen rato que me has hecho pasar.

    P.S.- Por cierto, me encanta cómo escribes, cómo nos llevas de la mano, cómo planteas, ligas y resuelves. ¡Chapeau!

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  4. Jajajaja........ V y Mario....... hablando de mujeres........ hmmm...... vaya vaya... con una buena cobertura intelectual......... jajajaja

    En fin, no desplegaré yo mi selección de figuras masculinas porque esto no acabaría en toda la noche y no es el caso. Pero que humanos os veo con esta selección de guapísimas en primera instancia.

    La película no me he animado a verla (deje solo a mi pareja hace un par de fines de semana cuando fue a verla)... y te diré V que fui de las que afirmó allá donde fue que "El discurso del rey" no me entusiasmó y, efectivamente, la vi conservadora en exceso.

    No sé si me animaré a verla, tu reseña indica que merece la pena...... hmmmm....... veremos.

    Un abrazo!!

    PDT: buena entrada y divertida...

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  5. Pues V, yo me voy a cenar con la Watling, pero paso de cenar spaguettis en casa no sea que me venga con el delantal que lucía en la película de Álex de la Iglesia y me muero de un infarto. Me iría a cenar con ella porque la admiro como persona, actriz uy cantante, claro, y quien no se lo crea, él sabrá porqué...
    A mí me gustó mucho más de lo que esperaba "HAbemmus papam" porque no suelo comulgar con las comedias de Moretti (sí, y mucho, con "La habitación del hijo"). He leído tu crítica entera y me parece de mucho interés tu idea de la inclusión del "personaje" Moretti un poco con calzador y de la crítica mordaz pero sutil al estamento eclesiástico. A mí me parece que bajo esa obvia crítica (no tan cruel como era de esperar) y ese tratado filósofico no sobre la pérdida de fe sino sobre el miedo a la responsabilidad, emerge un trato humano, casi cercano a la comprensión y a la dulzura sobre alguno de los personajes, que me sorprende y me desarma. Es cierto que tiene altibajos, pero yo, como tu, la considero muy recomendable. Un abrazo.

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  6. De nuevo por tu casa, disfrutando de las cosas que nos dejas. Gracias por compartir.

    Saludos y buena mañana de domingo.

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  7. Me dejas pelín confundido, porque en mi simplicidad no acabo de decidirme si es que tratas de ocultar tu desazón anímica y electoral mediante una buena crítica de la película de Moretti que deberé ver sin falta, o si es que quieres disimular los aciertos de tu análisis cinematográfico mediante un jueguecito en el que haces trampa, porque elegir entre tantas llevaría, efectivamente, mucho más de tres minutos, amigo, que uno no es Paris.

    Un abrazo.

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  8. Mario. Soy tan corto de miras que me conformo con un café cuando posría haberlo planteado como una cena por todo lo alto. La cuestión era pensar rápido a ver que salía, aunque he de reconocer que me pasé de los tres minutos un pelín.
    Una cena con Haneke no se por que derroteros podría discurrir ni como podría terminar. El señor es de los que da ruedas de prensa muy escuetas y me impone. No se que decirte, pero sería un tanto sinisestro.
    Moretti podría haber ridiculizado o atacado al estamento religioso mostrando conjuras vaticanas y ambiciones de poder. Escoge otro camino más dificil, creo.

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  9. Abril, te agradezco mucho tus palabras y sobre todo el aviso. Tienes toda la razón, destripo el final, y creo que no es la primera vez que lo hago. Lo lamento. De todas formas la opción de un buen libro me parece excelente y muy acertada. Me sumo a eso.
    En realidad el repaso es a mi mismo. El experimento lo hice de verdad, para ser exactos en una sala de espera de urgencias de un hospital mientras realizaban una prueba médica un tanto delicada a un familiar. Necesitaba no pensar. Luego se me ocurrió incluirlo aquí. Confieso que me pasé de los tres minutos un pelín. Pero para mi la sorpresa es que empezasen a salir mujeres atractivas sin ton ni son y no hubiese llegado mucho antes a personajes más sesudos.
    La velocidad tiene cosas muy curiosas, como que ya puestos olvides a la mujeres que más te gustan (Jennifer Connelly) u otras que para mi tienen un atractivo muy curioso (Jeanine Garófalo). Un saludo.

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  10. Isabel. Me alegro de que, a pesar de la extensión, te haya resultado ameno.Eres muy amable. Aquí demuestro un poco lo cenutrio que soy, pero en fin...
    No se que tal me irían a mi las cosas con Isabel Coixet. Tengo con ella una relación de amor-odio inexplicable. Aunque creo que sería buena conversadora. Otro tanto me pasa con Bertolucci con el que las discrepancias artísticas son más de una y más de dos, aunque esopuede darjuego al encuentro.
    Sobre Clooney no digo nada,esta claro que este hombre tiene abducido a casi todo el planeta femenino, y sobre eso poco se puede hacer. Ahora Tus amigas te envidiarían de por vida. Un saludo.

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  11. Que pasa Laura, Mario y yo estamos hasta dispuestos a elaborar una tesis sobre la mujer y sus distintas formas de caida de melena si hace falta. Pues claro que somos humanos, ya te digo.
    Me alegro que hayas disfrutado del texto. Lo que no entiendo es por que pasaste del asunto. Tu eres curiosa por naturaleza curiosa,al menos eso creo. Un saludo.

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  12. David. Yo me encontré casualmente en una librería con Leonor Watling y no perdí la oportunidad de abordarla y charlar con ella cinco minutos. Lo primero que me llamó la atención de ella es que es mucho más alta de lo que pensaba. Y su voz. Fue muy amabley cordial. Es de esas personas que no se dan importancia alguna y te tutean sin problemas. Te entiendo por que resulta un auténtico encanto.
    Respecto de Moretti y su film, tus comentarios son muy acertados, es cierto que la responsabilidad del cargo es uno delos temas que se tocan. Un saludo.

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  13. La sonrisa de Hiperión. Pues encantado de recibir tu visita cuantas veces tengas a bien. Gracias por tus palabras. Un saludo.

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  14. Josep. Lo hice en realidad, me remito a lo que le cuento a Abril para no repetirme. Es verdad que me pasé de los tres minutos, pero también es verdad que lo digo en el propio texto.
    Pero te diré una cosa. Como tu de simple tienes muy poco(es un elogio)si que admito que un poco me has pillado. Igual resulta que uno se lo pasa mejor con estos jueguecitos que decidiendo donde va a meter las papeleta, cuestión más seria y que puede resultar frustrante en coasiones. Un saludo.

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  15. Te confieso que a mí me gustan los textos largos,sobre todo si están bien escritos y son profundos y reflexivos.Pocos he encontrado en la red a excepción de este espacio.
    No he visto la película y poco puedo comentar,pero tu texto me incita a ello,porque es bueno muy bueno.También tienes su nivel los comentaristas.
    Un cordial saludo.

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  16. Francisco Machuca. Los comentaristas son de lujo, tu entre ellos, no me cabe duda. Pese a todo, yo mismo considero que este texto es largo y puede agotar la paciencia de más de uno. Me alegra que no sea tu caso. Se agradecen muy especialmente tus palabras, in vitan a seguir por esta línea. Un saludo

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  17. Un post largísimo que necesitaré comentar en varias partes.
    La primera la de las chicas: pero cuántos nombres conoces chiquillo! Aunque creo que te ha faltado Ellen Page, que es una de mis preferidas. O quizás no y soy yo quien se la ha saltado.
    Yo, si tuviera que elegir a alguien relacionado con el celuloide para mantener una charla o entrevista seguramente elegiría a Woody Allen (para lo cual tendría que mejorar mi inglés), Jeff Bridges, Ellen Page o Jack Lemon (para lo cual tendría que desenterrarle). Quizás también a Vigo Mortensen y Jonhy Deep.
    Y para los postres: Denzel Washington.

    Lo de Nicolas Kage no tiene nombre, se le nota un montón el botox y está feísimo, aunque tampoco es que haya sido muy guapo nunca.Pero eso de mejorar con la edad (como le ha pasado a Sean Conery) ya ni de coña le pasará a él.

    De la peli te hablo otro día que no la he visto...

    Gran post.

    Volveré sobre él.

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  18. Sue (sin diminutivos). Pues muchas gracias. Si que ha salido largo, si. Intentaré comprimir un poco. Yo a Ellen Page, la veo todavía como una chiquilla, de lengua muy, viva eso si.
    Yolo de los postres ni me lo había planteado, me conformaba con un triste café o dos. Luego alguien por ahí ha mencionado que por que no una cena. Pues por que mi imaginación no dio de más.
    Entiendo lo de Woody, aunque no es de los que más me atrae y por una razón: lleva 30 años hablando de si mismo y sabemos demasiado bien quien es, creo.
    Gracias por tus palabras y un saludo.

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  19. Ufff, ya llego,ya.
    Te leí el otro día con la escasez de tiempo pegada a los talones y como no sabía si tendría suficiente con tres minutos,pues...
    Menudo elenco sacaste de debajo de la manga!
    A mí me encantan much@s de las que dices: Michelle Pfeiffer,Meryl Streep o Julia Roberts y actores varios también,como Charles Dance o Simon Baker(que me chifla,jajajaja)y el gran Anthony Hopkins, por ponerte unos ejemplos,pero no quiero hacerte la competencia poniendo más
    :)
    Respecto a ésta película, a mí me parece muy típica de este director capaz de entrometerse soslayadamente a veces y otras abiertamente con todo aquello que le ronde por la cabeza.
    Es cómico y en ocasiones,sorprendentemente tierno,(sorprendente en mí no, desde luego)ver al Papa siendo normal y llegando incluso a sentirse a gusto no siendo la cabeza de la iglesia y codeándose con gente normal y corriente.
    Esa gente para la que "en teoría"trabaja la iglesia que lidera.
    Esa que participa inesperadamente en el disparate propuesto por el psicoanalista.
    Y creo sinceramente que no pretende ridiculizarla,sino más bien la hace retornar a una infancia desposeída en ese ambiente claustrofóbico del Vaticano.
    La acerca a una normalidad que no posee,la hace espontánea,etc,etc
    Película para ver y pensarla,sin duda.
    Besos.

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  20. Marinel. Dentro del experimento, la rápida tentación de estar con una mujer maravillosa,te lleva a otra y aotra sin cesar. En tu caso serían caballeros, lo entiendo, y ahí cada uno tiene sus querencias comoes lógico.
    Comparto lo que dices de la película. Existe cierta tendencia a infantilizar a toda la curia y tratarles como niños en el recreo. Y como Moretti piensa como piensa, cree que puede inculcarles un jovial espíritu deportivo en un descacharrante torneo mndial de voleivol. Surreal eso de Oceanía contra Europa B, por ejemplo.
    Gracias y un saludo.

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  21. La curiosidad es una de mis pocas virtudes... pero he de seleccionar...

    Oye, ahí os quiero ver a los dos con el tema: caída de melena en el cine... jajajaja...

    Un abrazo!!

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