Uno de los debates más curiosos que se están produciendo en el ámbito musical procede del matrimonio que han formado el legendario Lou Reed y el grupo Metállica (vale, para no ser injustos y no hacerlos de menos digamos que también tienen su particular leyenda). Juntos y no sé si revueltos han editado un cd que está dando mucho que hablar. ¿Son compatibles los mundos musicales de la banda trash heavy con el del heredero más díscolo de
Vámonos al cine. Aquí otro curioso maridaje está haciendo furor. El de la escritora y dramaturga Yasmina Reza y el director Roman Polanski. Ambos se han puesto manos a la obra y han adaptado para el cine el texto teatral de la francesa “carnage”, por estos lares “Un Dios Salvaje”. Polanski lo ha dirigido y lo protagonizan actores de mucho nombre dentro del escaparate actual. La cinta se exhibió en el festival de Venecia, donde por lo visto llamó mucho la atención, y ahora llega a España donde está recibiendo numerosos elogios. Incluso se habla de ella y sus intérpretes como futuribles premiados en esa gala que afortunadamente para todos los aficionados vuelve a presentar Billy Cristal.
Yo que me pregunto tantas cosas, algunas sin sentido aparente, no sé como no se me había ocurrido esta: ¿Puede uno llegar a experimentar en el cine sensaciones idénticas a las que se recogen en la trama de un film pero inversamente proporcionales a lo que se pretende con este? Igual la pregunta es un tanto retorcida y pluscuamperfecta, pero trataré de explicarlo por el camino. Al final a lo mejor se entiende algo.
No es lo mismo entrar a ver un film de un desconocido con actores que no conoces y de cuyo guionista jamás has oido hablar que enfrentarse a esta película. Estamos hablando de Polanski, sobre el que aun se conserva un estupendo buen sabor de boca tras el visionado de “el escritor”. El autor de “Repulsión” “Chinatown” o “La semilla del diablo” por citar solo tres. Es más, incluso cuando uno está a punto de comprar la entrada el subconsciente le traiciona y está a punto de decir, no “déme para la sala 4” o para “un dios salvaje” sino “déme dos entradas para la última de Polanski” .Y luego está el maridaje con la siempre controvertida e irónica Yasmina Reza, la misma que en una entrevista a propósitio de su obra “Arte” manifestaba que había que reivindicar con fuerza el término “frivolidad”. Declaraciones que, dicho sea de paso, uno nunca sabe que porcentaje tienen de provocación.
Así las cosas, la visión de esta película viene un tanto marcada por lo que sabemos y hemos visto de los artífices. La cuestión, como decía al comienzo, es si el maridaje entre el quimérico inquilino y la francesa de rompe y rasga cuaja. No voy a demorarlo más, esto es una chapuza pseudo intelectual y con pretensiones que sobrepasa con creces el ridículo más espantoso. Solo faltan las risas enlatadas. Si, como en las telecomedias que protagoniza Charlie Sheen. Un cúmulo de tópicos insufribles sobre la sociedad burguesa, la inmadurez de los adultos y las convenciones sociales con vuelta de tuerca a la caverna más cutre que produce auténtico sonrojo.
“Creo que voy a vomitar” dice Kate Winslet. Yo también, se lo aseguro. El cúmulo de lugares comunes, arquetipos sin desarrollar y fáciles chistes sin gracia alguna se suceden en lo que pretende ser un ácido retrato de la sociedad contemporanea que se queda en un sobado manual a lo readers digest absolutamente indigesto. Y encima tan previsible como un chupa chups, y eso que pretende sumarse a la teoría del caos, lo que le viene muy grande a esta tontería.
La historia es conocida. Para solucionar una incidente nimio, se reunen dos parejas adultas que de entrada conservan a la fuerza ciertos modales y exquisiteces formales, para luego ir perdiéndolas paulatinamente hasta llegar al patetismo. Lo curioso es que eso nunca tendría por que afectar al film, que degenera en una película bochornosa y de tercera regional. Y es que este rollito light muy propio de la muy moderna Yasmina Reza poco tiene que ver con el turbio y en ocasiones sórdido mundo de Polanski. Y ahí está el problema. La francesa, que nos cree tontitos, pretende darnos una clase intensiva de sociología. Cree estar descubriéndonos con cada frase un nuevo continente, con réplicas siempre con segundas intenciones en lo que ella cree que es una disección aguda del matrimonio, la paternidad, la pareja, el rol de la mujer y no se cuantas cosas más. Como no se profundiza en absolutamente nada y se reitera una única situación hasta la nausea, lo que queda es un episodio elitista y para enteradillos de las famosas matrimoniadas que emite tv. Todo muy cultureta y muy cool. Pero el resultado no pasa la prueba del algodón. Solo hay que poner en casa los primeros cinco minutos de “¿Quién teme a Virginia Wolf?” para dejar esta fantochada a la altura del betún y ponerla en evidencia.
No se crean, podría terminar perfectamente aquí, pero desafortunadamente, queda lo peor. Por ejemplo, un tratamiento fílmico del espacio escénico paupérrimo. Filmar en un único apartamento podría haber dado lugar a un ejercicio de estilo interesante. No le voy a pedir a Polanski que alcance las cimas del maestro Hitchcook en “La soga”. Tampoco le voy a exigir el tour de force de Mankiewicz en “
Pero incluso ahí falla. Para redondear el fiasco, atentos al despropósito de los actores, cuyos personajes no son tales, sino que cada uno es un mero arquetipo de una idea preconcebida en la preclara mente de Yasmina Reza. Juzgue el lector. Kate Winslet, es la asesora financiera sin vida privada, y salvo en los primeros minutos, no termina en ningún momento de dar con su personaje, mal diseñado por cierto. Jodie Foster naufraga en un texto imposible cargado de millones de tópicos sobre lo políticamente correcto. Es ama de casa pero, cuidado, está escribiendo una tesis sobre una tribu africana (¡hay que fastidiarse!) y en su casa no se fuma. John C.Reilly, representante del mundo obrero, aparenta ser bonachón y conciliador, en todo momento es presentado de forma nauseabunda como menos inteligente que el resto, y por tanto, pronto saca un primitivismo de pacotilla ¿propio de la clase obrera, Yazmina?. Pero la peor parte se la lleva Crhistoph Waltz y su delirante y cínico abogado, el cual ha de cargar con una trama paralela vía movil sobre corporaciones corruptas y medicamentos caducados absolutamente paupérrima, decadente, y mil veces vista (me refiero a la trama, por supuesto). Y es que pese a su título esta es una película poco salvaje y si muy domesticada.
Es entonces cuando vuelvo a la pregunta rara esa que me hacía más arriba. Y la respuesta es si. Sí que se pueden seguir los sentimientos que despierta la trama pese a que uno aborrezca todo este mejunje. Y si al principio uno comienza el visionado esperanzado y con ánimo, poco a poco me voy irritando paulatinamente con lo que se me ofrece, hasta llegar al cabreo absoluto ante el despropósito vergonzante y exhibicionista de los últimos diez minutos. La escena que marca el punto de no retorno es esa en la que el tramposo abogado coge el teléfono para hablar con la madre del otro haciéndose pasar por su médico. Justo ahí me doy cuenta de que esto es, definitivamente, una auténtica tomadura de pelo sin solución. La película dura 79 minutos y se hace larga. Ahora lo entiendo. Quizá le sobren 75. O quizás no debió meterse Polanski en semejante abrevadero y al menos yo me habría ahorrado mi tiempo, que no es que sobre.
Todo esto sirve al menos para sacar tres conclusiones. La primera, que hasta un gran director puede firmar un soberano gatillazo y hacer un borrón. No pasa nada. Al fin y al cabo tampoco sería la primera vez. Algo parecido pensará Lou Reed respecto de lo suyo. La segunda, que Yasmina Reza no es Jean Claude Carriere, por poner un caso. Y la tercera y última, es más honda y compleja. Si este texto es representativo de la más aguda intelectualidad del siglo XXI y propio de un análisis profundo de la cultura que vivimos, agárrense que vienen curvas. Y no es que con intelectuales así demos la razón a la tesis del film y vayamos camino del salvajismo propio de Golding y “El señor de las moscas”. Es que vamos camino del insulto a la inteligencia del espectador, en mayor grado incluso que cualquier película taquillera que solo busca entretener. Por cierto,se me olvidaba,con propuestas como esta, también vamos camino del sopor.
Uff..pues vaya un chasco ! y ¡ yo que pensaba verla éste fin de semana ! Me has dejado hecha polvo..:-(
ResponderEliminarLo de Virginia Wolf ya lo veia venir pero esperaba más de Polanski..bueno pues ahora ¿ qué ?¿ me fio de tí y paso? o ¿me arriesgo a ver que saco yo en conclusión ?
No sé si te dije que fuí a ver La deuda y me encantó, es decir que ahí coincidimos totalmente.
El árbol de la vida aún no la he visto porque tengo dudas existenciales..:-P
Ya te diré por tanto si me arriesgo o no.
De todas formas tus reseñas nunca defraudan. Se leen de un tirón.
Saludos :-)
Yo, si me permites, aconsejaría a abril en paris que se arriesgue, primero porque las decisiones las debe tomar uno mismo y segundo porque la diversidad de opiniones sobre el film (y muchas más a favor) hacen que quizás, su pùnto de vista sea incierto. Yo, como sabes, creo que la película sí merece la pena. Estoy de acuerdo contigo en lo del espacio escénico, que ya apuntaba en mi reseña, pero no comparto la absoluta rajada sobre el film. A mí me parece que el guión tiene fallos y que quizás la inconsistencia, aunque buscada, es uno de ellos, ya que termina por dar una sensación de poca profundidad al conjunto. Pero creo que quizás tampoco lo pretende. Ni pretende ser el manual del intelectual moderno. Creo que básicamente es una comedia, ácida pero que por encima de todo pretende divertir. No creo que haya que buscarle un especial contundencia o agresividad porque sea de Polanski. A fin y al cabo creo que es una obra menor y que con ella se divierte. Y déjame decir que me encanta tanto Christoph Waltz como su personaje, obviamente una caricatura de un tipo de persona según mi modo de ver, no un estudio realista sobre ella. En fin, según mi opinión merece la pena. Por supuesto, estás en todo tu derecho de sentirte decepcionado e indignado, faltaría más. Diría algo de tu crítica excesivamente agresiva, pero lo cierto es que yo a veces también soy muy cruel cuando algo me indigna, así que adelante. Eso sí, conste mi discrepancia. Un abrazo.
ResponderEliminarVayaaaa........ V....... deduzco que el maridaje Reed-Metállica no te ha gustado ¿no? No es el tipo de música que más me gusta en la actualidad y no la he oído, pero me inspira curiosidad y la voy a buscar.
ResponderEliminarYa he dicho en varios blogs que he visto la obra en el teatro hace relativamente poco (Maribel Verdú y Aitana Sánchez Gijón...). La obra, como dice David la entendí como comedia ácida y me gustó. Si tiene más pretensiones, ya no digamos ser representativa de la intelectualidad del siglo XXI... que acaba de empezar, pues rien de rien...
¿Puede influir en el tema del espacio escénico el haber sido concebida como obra de teatro?
En fín....... no pensaba verla de momento porque la tengo muy fresca del teatro... pero algún día me animaré......... de momento sigo empeñada en ver Melancolia y no la ponen aquí.... grrrrrr...... No recuerdo si la has comentado...
Un beso!
Abril. No te dejes influenciar por críticao comentario alguno. Si tu intención era verla, ahora mismo lamento no haber dejado este texto para la semana que viene. Por lo tanto no cambies de planes en absoluto. Sucede que yo fui con mucha ilusión, Ya que me habían hablado muy bien del montaje teatral con Aitana Sanchez Gijon Y Maribel Verdu. Y además por que "el escritor" me parece una película notable.
ResponderEliminarQue yo saliese indignado,y mucho, espero que no te influya. La mayoría no opina como yo, en Venecia se llevó aplausos unánimes y la mayoría de lascríticas que he leido dicen que es ácida, divertida y profunda. Que la disfrutes. Un saludo
Leo sin querer palabras de los comentarios porque he bajado rápido y me quedo con que no te ha gustado, pero no quiero saber ni porqué, pues le tengo ganas y prefiero llegar "virgen" frente a la pantalla.
ResponderEliminarAsí que lo dejamos para otro momento... ;->
Un abrazo.
David. Ya sabes que a mi la discrepancia me parece muy sana. Ahora bien, leyendo entre líneas creo que tampoco discrepamos demasiado. Veo que te parece una película menor,con pasajes inconsistentes, veo que el trazado del personaje de Waltz te parece una caricatura y que el tratamiento del espacio es insuficiente. Luego no estamos tan en desacuerdo. ¿Que pese a todo te has divertido? Me alegro. Yo no. Por último, no se si mi crítica es o no una rajada,mira, ahora que lo dices,igual peco de los mismos defectos que el film, no lo se, aunque lo que si tengo claro es que me sigue pareciendo una matrimoniada cool y clasista. Un saludo.
ResponderEliminarLaura. Lo que han hecho Reed y Metallica solo puede convencer a los que no conocen toda la trtayectoria de Reed, y por supuesto a los fans de Metallica,ya que es aquel el que se pliega al estilo del grupo. Supongo que Lou Reed se lo ha tomado como juego o experimento sin más. No o olvidemos que es un explorador nato.
ResponderEliminarA mi me hablaron muy bien de la obra de teatro, que no he visto. Y si Laura,la adaptación cinematográfica está cargada de pretensiones de todo tipo, es es lo que más me molesta.Si hubiesen hecho una comedia sin más, hubiese tragado,pero no, aquí pretenden analizar, diseccionar y arreglar el mundo en una habitación, ese es el problema. Un saludo.
Josep. Me parece una sabia decisión. Uno siempre tiene ese dilema, ¿me leo los comentarios y reseñas que andan por ahí o no?. Yo pienso como tu, aunque luego casi siempre pico y termino leyendo. Ya me contarás tu opinión. Un saludo
ResponderEliminarVaya lata que le has dado al film, y pues no puedo opinar dado a que no he visto la pelicula todavia, pero no creo que salga defraudado como tu. En fin.
ResponderEliminarSaludos.
Ahora que mencionas El señor de las moscas,recuerdo que hace poco que un intelectualillo dijo que los niños eran unos salvajes.Craso error. Los niños se convierten en salvajes en el mismo momento que empiezan a organizarse como los adultos, es decir,como sus padres.Lo que has escrito en tu estupendo texto me parece muy interesante y da para mucho,me temo.El conflicto o, los problemas familiares,tanto en el cine como en la literatura tuvo su baja en los ochenta cuando películas como Atracción fatal y todos sus derivados se pusieron al alza. Polanski dejó de hacer cine hace ya mucho tiempo.Y lo que digo está apoyado en su fallida Lunas de hiel (1992)en plena resaca ochentera de mujeres fatales y folladoras en detrimento de sus esposas muy trabajadoras y convencionales.Un recurso facilón,desde luego.Chinatown sí fue una gran película,no sólo de detectives,sino también como marco de reflexión.Menudo John Huston abuelo padre.Es curioso también lo que les sucedió a otros directores de cuyo comienzo ya vaticinaban una gran promesa,como Peter Bogdanovich y su obra maestra;La última sesión,verdadero conflicto generacional,y,fue decayendo hasta su desaparición.Sidney Pollack le sucedió lo mismo cuando se dejó llevar por las nuevas tendencias mediocres que tú comentas.Incluso Woody Allen,gran observador de las nuevas familias y sus lacras contemporáneas ha caído en la autosuficiencia.La verdadera lacra de todo este cine al que te refieres es motivada por la falta de conocimiento cinematográfico,tanto por parte de los directores y productores,como por el público que sólo conoce y va a ver lo nuevo,sin tener ni idea lo que ha hecho el cine clásico respecto a este tema.Películas incluso mudas que les dan un millón de vueltas a éstas,como Y el mundo marcha (1928)de King Vidor o, Soledad,del mismo año de Paul Fejos.¿Quién recuerda hoy a Leo McCarey? La prueba de que son actuales es porque el cine no ha avanzado en lo esencial.
ResponderEliminarComo puedes ver,tu magnífico post ha conseguido que me explaye más de lo debido.
Un abrazo,amigo.
Unlucky. Wellcome and thank you for your words. Supongo que entiendes el idioma,lo que me lleva a sentir una sensación muy especial al saber que alguien se ha tomado la molestia de leer esto desde La India, y valorarlo.Muchísimas gracias de nuevo. This page is your home.
ResponderEliminarYo debo decir que pienso como tú al decir la última de Polanski, que el director se ha ganado un espacio merecido con su cine y uno lo respeta mucho, a mí me agrada bastante reconozco, pero en cuanto a apreciar algo uno debe ser siempre franco respetando la divergencia y dando oportunidad al diálogo, no porque es quien hay que aceptarlo todo, me ha pasado que me han decepcionado muchos directores célebres en ciertas películas. Que uno intente hacer algo intelectual y crea que la frivolidad merece más espacio es una contradicción de pensamiento o en todo caso sería cuestión de otro enfoque o sea la búsqueda de la simplificación de una idea que mantenga fondo más no la vulgaridad de lo efímero o anodino sino pues como dicen que se dedique a hacer comedias ramplonas francamente abiertas y se acabó, no hay confusión ni nada ni se nos presenta ninguna expectativa, sin embargo todos quieren mucho más como artistas al final y ahí está el problema, la usurpación del máximo mérito. Cierto que para hacer cine o arte no hay reglas, se mezclan formas pero queda el mensaje de fondo o lo que predomina, la clara intención que manifiesta en sus ideas. No te gustó y es respetable, espero verla y sacar mis conclusiones, no miento y espero disfrutarla además de que tu escrito me ha producido mayor curiosidad. Abrazos.
ResponderEliminarMario.
Francisco Machuca. Ante todo, utiliza todo el espacio que consideres oportuno, faltaría más. Estoy de acuerdo contigo en la degradación del cine comercial delos 80,que afectó muy especialmente al trhiller y a la comedia.Esas atracciones fatales y esos ghosts hicieron mucho daño. Polanski me parece un buen director, pero es cierto, tiene una carrera irregular,donde enlos últimos años combina aciertos como "la muerte y la doncella" o "el pianista" con films fallidos como "la novena puerta" por ejemplo.
ResponderEliminarLos casoos que citas de Bogdanovich o Pollack acusan la misma irregularidad, y en ocasiones firman films correctos,pero otra veces naufragan. El caso de Allen me parece en cambio más particular. Va a su aire y nunca sabes si está adocenado o no. Por lo que a mi respecta, (me remito al comentario en esta misma página) contra todo pronóstico su último film parisino me parece extraordinario.
Sin embargo, volviendo a Carnage, no creo que el para mi fracaso artístico de esta cinta provenga de ahí, que puede que algo haya,sino de la consciencia plena de esar realizando un film sofisticado y de amplias miras. La película naufraga en el fango de su propia pretenciosidad. Recorre toda la cinta una petulancia burgesa muy postmoderna digna de mejor causa. Un saludo
Daniel. Lástima que hayas leido elcomentario antes de ver el film. Igual a ti te gusta y saboreas esa fina ironía caustica que todo el mundo veme nos yo. Esperola disfrutes, sinceramente. Un saludo.
ResponderEliminarMario. Es cierto que determinados autores generan ciertas expectativas, y que eso puede redundar en la valoración. Intento que no suceda,pero si he de decir que venía tan bien abalada por su paso en Venecia que, en mi caso la decepción ha sido mayor. No soy yo quien ensalza la figura de Polanski, y la de Reza, que recibió varios premios por esta obra. Es normal esperar algo que desde luego no he encontrado. Un saludo.
ResponderEliminarBueno,bueno...decididamente no iré a verla, ni tan siquiera la tomaré del videoclub o me la bajaré por internet ni nada de nada.
ResponderEliminarSólo de leerte ya me ha entrado una pereza enorme.
Porque la verdad mi tiempo es oro y ya que me tengo que tragar infinidad de infantiles,pues cuando veo una de "mayores" al menos tiene que ser que me atraiga,que me abra el gusanillo ese que tengo dentro tan insaciable por ver buen cine.
Hala, muchas gracias por tu crítica, de la que me fio plenamente.
Besos.
Me fío de tu criterio y, tal y como nos la pintas, no me apetece ir a verla. No es que sea una gran cinéfila, ni voy demasiado al cine; pero, cuando voy, escojo muy bien las pelis, me han de tirar mucho.
ResponderEliminarSon muchos los guiños que haces en esta entrada, y coincido contigo cuando explicas tus porqués. Te capto y me sonrío. Me encanta la actitud inteligente y no pasiva, la postura que no se deja deslumbrar por prejuicios o por nombres consagrados, la libertad de criterio en suma.
Te felicito, Víctor, una vez más te felicito, porque me pareces de los seres más lúcidos que pululan por la red.
Marinel. Tampoco es eso mujer. No dejan de ser apreciaciones personales y muy subjetivas, yo no siento cátedra. Aunque si en realidad dispones de poco tiempo, existen mejores ofertas, sin duda. Un saludo
ResponderEliminarIsabel. Te digo lo mismo. Mi apreciación es totalmente subjetiva y asimismo sometible a crítica o discrepancia. Es verdad que no me dejo deslumbrar por los nombres consagrados.Has acertado. A estas alturas me han dado demasiadas veces gato por liebre. Por lo demás estoy seguro que hay gente,alguna un tanto desalmada, más lucida que yo por ahí pululando.Un saludo
ResponderEliminarPor fin he visto Melancolía y me ha encantado, como siempre me gustará leer tu opinión. Coincido bastante con la de nuestro amigo David Amorós. Así mismo he visto "Un método peligroso" y también me ha gustado... te dejo trabajo si lo aceptas, claro.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Pdt: el exceso de trascendencia no lo soporto, ni en Polansky ni en el tendero de la esquina...
Vale, a sus órdenes. Estos maestros siempre poniendo deberes. Tenía otra cosa muy jugosa entre manos,pero la aparco y me pongo con ello,en realidad ya debiera estar ahí. La de Cronemberg no la he visto aun. Si que he leí en su momento lo del amigo David, que siempre aporta cosas interesantes, aunque en algunas ocasiones discrepemos, cosa que a mi me parece muy bien.
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