Ya saben lo que decía Norma Desmond en “Sunset Boulevard”, muy altiva ella: “mis películas siguen siendo grandes, es el cine el que ha empequeñecido”. Podría resultar fácil darle la razón, viendo lo que circula hoy por ahí. Pero no conviene ser tan drásticos. Apliquémoslo a un director, a uno grande. Y ya puestos, venga, al más grande. John Ford. A ver qué resulta. Como todo el mundo sabe, dado que se había convertido ya en una tradición, el rodaje de su última película “Siete mujeres” lo comenzó John Ford de muy malas pulgas. Ya se sabe también lo que decía con cierta guasa cuando estaba de buen humor “lo peor de mi profesión es mi profesión”. Pues imagínensele de malas. Andaba muy cabreado por muchas razones, como de costumbre. El estudio le medio convenció para que contase con Sue Lyon en un papel secundario, que acababa de triunfar con “Lolita”. Pero a él no le hacía mucha gracia la idea. Para colmo la actriz protagonista con la que ya se había comenzado el rodaje, Patricia Neal, tuvo no se que contratiempo, debió abandonar el film y hubo que empezar prácticamente todo de cero. Había que buscar otra actriz un poco como a contrareloj. Hizo pruebas a muchas, algunas de renombre, pero ninguna le gustaba. Nuevo y monumental cabreo. Y ya se sabe que cuando Ford se enfadaba era de verdad. No valían bromas y había que coger distancia, a pesar de la edad.
Con la que terminó contratando muy a regañadientes (Anne Bancroft) la cosa comenzó como no podía ser de otra manera: a encontronazo limpio. Durante el rodaje, y sobre todo al comienzo Ford no paraba de corregirle y de hacer gestos ostentosos de desaprobación. Había que repetir tomas varias veces “por culpa de la nueva” y eso lo odiaba. Y para dirigirse a ella lo hacía de forma peculiar y le decía “a ver duquesa…”. Y no era por ningún tratamiento de rango aristocrático. Era una indirecta muy directa que la actriz terminó captando. Invocar al “Duke” y su espíritu dio como resultado uno de los personajes más complejos y completos de toda la filmografía fordiana, que ya es decir. Pasado el diluvio, Anne Bancroft recordaba la experiencia en “siete mujeres” como una de las más intensas de toda su carrera profesional.
Un personaje por cierto, un tanto olvidado. O relegado a un segundo plano. Es cierto que el cine de John Ford ha dado lugar a toda una serie de personajes míticos que forman parte de la memoria colectiva. Auténticos seres con alma propia que perviven de generación en generación. Se puede comenzar y seguir hasta el infinito y más allá. El cine de este hombre no se agota nunca. Sin embargo, uno de los que debiera figurar en lugares de honor, compartiendo trono con Ramsom Stodard, Ethan Edwards, Sean Thorton, Kate Danaher, Tom Joad, el general Sherman o los incontenibles Doc Boone y Michaleen Flynn es la doctora Cartrwight, aunténtico pilar de la cinematografía del irlandés del parche. Emprendemos pues un nuevo episodio de las un tanto olvidadas operaciones rescate.
Abordar este personaje supone entrar en tres apartados. La mujer en el cine de Ford, “siete mujeres” en el contexto de su cine y en el del año en que se realizó, y el del propio personaje y lo que este significa. Vamos allá.
Cuando se piensa en la prototípica mujer fordiana la mente se va inequívocamente hacia Maureen O´Hara. O hacia mujeres como la protagonista de “La taberna del irlandes” o hasta Dorothy Lamour en “Huracán sobre la isla”. Es lógico. Pero en primer lugar y ante todo Maureen. Ella encarnó perfectamente esos rasgos de mujer emprendedora, apasionada, soñadora y muy fuerte que tanto le gustaban a Ford. Eso no quiere decir que no hubiera otros tipos como iremos viendo. De hecho, se podría hacer también un jugoso estudio sobre la figura de la madre en el cine de Ford que arrojaría resultados apasionantes. Hoy toca la matasanos.
La doctora Cartrwight llega en 1935 a una misión religiosa en China en circunstancias bastante convulsas y adversas. Las revueltas entre chinos y mongoles y el posible asedio de saqueadores y bandidos a la misión son el telón de fondo. Pero en esta pieza de cámara, Ford enfrenta a la doctora con otras adversidades digamos internas. Un mundo cerrado, opresivo, jerárquico y de ambigua moral soterrada. Su llegada a la misión es espectacular y toda una declaración de principios. A caballo, con personalidad, energía y portando el característico sombrero de cowboy. Y sin prisas. Aun así, es recibida con recelo ya que, lástima, se esperaba a un hombre. Una vez ella entre y se cierre el portón de la misión la cámara no volverá a salir de ese espacio cargado de atmosfera tenebrosa. Es la última frontera convertida en el último refugio y una vuelta de tuerca, perversamente curiosa. La última versión fordiana del clásico fuerte del oeste. Solo que aquí no está Victor Maclaglen poniendo orden, cantando y echando un trago al frente de la guarnición. Las cosas están más para un réquiem que para un brindis. Menos para la recien llegada.
Muy pronto la doctora con su comportamiento libre, abierto y desinhibido choca con las estrictas normas del lugar que marca una rígida y reprimida Margaret Leighton con mano de hierro. En realidad, muy poco para nuestra heroína, que es una mujer que ha trabajado en los peores lugares, y lo que es más, piensa lo que dice y dice lo que piensa con total franqueza. Dirigiéndose al pastor, único hombre de la misión le espeta con sarcasmo e ironía y para escándalo general “Bueno, bueno ¿y que tal se las arregla el único gallo del gallinero dentro de este corral?” Y todo mientras enciende un cigarrillo tras otro, cosa prohibida en la misión. Su pragmatismo es demoledor: “¿el amor? Bueno, estuvo bien mientras duró” dice tras echar un trago. Y es entonces cuando Ford comienza a desarrollar su demoledor discurso moral sobre la ética y el sacrificio. El rezo ante las adversidades frente a la acción, el compromiso activo, solidario y carente de monsergas.
Frente a la moral castradora y aparentemente bienpensante que reina en la misión, represora en el fondo, esta doctora librepensadora comienza mal ya que olvida que hay que bendecir la mesa y se pone a comer sin más. Tarjeta amarilla. Y para colmo bebe, es un tanto mal hablada y no para de encender cigarrillos. Con uno en la mano, tras expulsar el humo y sin alterarse lo más mínimo se pronuncia para que no queden dudas: “hermana, yo no he venido aquí a realizar ninguna labor evangelizadora, he venido a practicar la medicina”. Esta mujer introduce un soplo, una bocanada de auténtico aire fresco en un clima enrarecido y viciado, repleto de inconfesables secretos que es difícil ocultar. Y no se corta a la hora de denunciar los métodos dictatoriales de la institución. Todo ello tiene su efecto en el grupo. Y en un momento de debilidad es por fin la rectora del centro quien se confiesa llorando a ella, invirtiéndose los papeles: “he tratado de suplir lo que me falta buscando a Dios con todas mis fuerzas. Pero no me basta, no es suficiente” dice la directora del centro confesando una inclinación carnal que le cuesta reprimir hacia una novicia. Ahí queda eso.
Esta hermosa pieza telúrica y de franco nihilismo supone un gran paso adelante, arriesgado y muy significativo en el conjunto de la obra de Ford, quien a esas alturas parecía habérnoslo contado todo. Aunque bien es cierto que el fondo es muy coherente con el pesimismo sobre el que ya había dejado buenas muestras en su disertación sobre la muerte del western tanto en Liberty Valance como en “el último combate”. Aquí la épica gloriosa es sustituida por un lirismo extremo, ascético, de marcados contornos oscuros y muy íntima observación.
Frente a quienes opinan que “Siete mujeres” no termina de “parecer” una obra de Ford, remarcar que aquí están presentes muchas de sus constantes. El papel de la doctora y la dialéctica que se establece frente a las rígidas normas de la misión, recuerda mucho al que se produce entre los personajes de Ava Gardner y Grace Kelly en “Mogambo”. Es más, la doctora Cartrwight que incorpora maravillosamente Anne Bancroft es una heredera directa de la señorita Kelly que hizo Ava. Esta también actuaba con mucha sorna frente al aparente puritanismo de Grace Kelly. Y si vamos más atrás, esa misma dialéctica, curioso, también aparecía (aunque en otro registro) en “la diligencia” entre Dallas y la esposa embarazada del teniente. Solo que Ford durante todos esos años ha evolucionado. Dallas se acobardaba y se avergonzaba, miss Kelly menos aunque se sentía atropellada sentimentalmente. Pero a la doctora ya no la para nada ni nadie. Ni un bestia mongol de dos metros y ciento cincuenta kilos. Ella se encarga. Y todo sobre la base de su propio código moral, basado en un aplastante y práctico sentido común muy humanista y muy arraigado. Una conciencia muy asentada, muy propia de quien ha vivido mucho y que la lleva lejos del papel solitario del cowboy y camino del compromiso por y para con los demás.
El tratamiento del factor religioso está por tanto muy presente. Y se acentúa cuando llegan los momentos extremadamente duros del sacrificio. Cuando sea necesario arremangarse ella (la impía) será la primera en hacerlo,justo cuando comienzan a entrar las vías de agua y el Titanic (la misión) se vaya a pique por momentos. La diferencia está en que aquí Ford va más lejos que nunca a la hora de poner en escena el pago de un altísimo precio para salvar almas y vidas. Ya no estamos ante una noción de sacrificio como la que mostró en “Tres padrinos”, ni en la muy querida por él “el delator”. Aquí Ford sobrepasa todas las barreras y nos entrega un tercer acto memorable en el que la doctora se entrega en cuerpo y alma y lo da todo absolutamente por todos, olvidándose de si misma, eso si, cigarrillo en mano. Se da un paso más a la hora de mostrar la idea de entrega del perdedor en favor de la comunidad, algo que parecía imposible después de conocer a Tom Doniphon (personaje con el que existen ciertas analogías). Pero se consigue. Aunque hay una gran diferencia. Doniphon tiene quien le coloque una flor de cactus y llore en su funeral. La doctora, pues ya saben, prefiere despedirse a lo grande tomándose un buen trago… Estamos ante una visión y ante una misión de un carácter moral radical y sin concesiones. Una lección humana sin aspavientos y absolutamente contundente. Tal vez por eso resulta aun más demoledora.
La película fue un fracaso. Anne Bancroft ni siquiera obtuvo mención alguna por su espléndido trabajo, aunque eso no importe mucho. Ese año fue el de Liz Taylor y su Virginia Wolf. Estamos en 1966, y el cine estaba cambiando, por desgracia para mal. Inmersos en plena Nouvelle Vague y en el free cinema en Europa y con un cine americano que se despedía para siempre del formato clásico. O se reformulaban sus claves. Eran los tiempos de “En el calor de la noche” de “Bonnie & Clyde”, de “Blow up” de Antonioni, de “Alfie” o de presuntas obritas de última moda como “un hombre y una mujer” de Lelouch. Ya saben, con su musiquilla dabadabada.
Algunos se atrevieron a llegar hasta la infamia. Vamos como que el viejo Ford había perdido el punch, y con él el tren de los nuevos tiempos. Pues nada de eso. El viejo no chocheaba. Simplemente como siempre iba a otra onda, la suya, y siempre por delante. El nunca se apuntó a la última temporada otoño-invierno, sencillamente porque es intemporal. Y nos entregó otra obra maestra. Este año pasado algunos reputados especialistas han alucinado con un film titulado “De dioses y hombres” que no sirve ni para descalzar a este film emotivo y complejo como pocos. Tampoco le llega a la altura Zang Yimou con esa estimable cinta que pudiera estar conectada con esta titulada “la linterna roja”. Y es que es muy difícil alcanzar al maestro. Juzgue ahora cada cual si, para el caso de este genio, la frase de Norma Desmond, camino del endiosamiento y la demencia sirve o no. Que me parece que si.
Buena entrada (y más cosas en tu mail).
ResponderEliminarEspectacular texto sobre el cine de Ford y sobre esta película en concreto.
ResponderEliminarHe visto mucho cine de Ford hace años y después de leerte me parece que debería empezar a revisarlo para verlo desde mi edad actual y tras ver mucho cine.
Si tenía la impresión de que Ford muestra una mujer independiente, con pensamiento propio y luchadora... Tu comentario lo confirma de manera clara.
Hay películas que aparecen en momentos "inadecuados" y ésta parece ser una de ellas..., luego con el paso del tiempo todo se recoloca en su sitio.
Tendré que verla, pero tengo una lista inmensa de películas por ver.......... eso me pasa por seguir tantos blogs de cine, que no era mi intención inicial cuando entré en esta aventura virtual. Me habéis arrastrado... jajaja
Muy buen post, Víctor.
Un abrazo!!
Las mujeres de Ford,fueron siempre mujeres capaces,individualistas, fuertes...
ResponderEliminarCasi podría aplicarse sutilmente el término de feministas.
Mujeres sin empaques,estereotipadas en la debilidad y conformismo propio de la mujer de aquella época.
Por eso me gustaban tanto sus películas,qué quieres qué te diga!
Y eso que las vi muchos años más tarde!!!
Y tampoco es que yo sea partícipe de ningún extremo-machismo o feminismo-pero siempre me resultó grato encontrar cine antiguo con ese toque firme de realce en la personalidad de la mujer.
Anne,lamentablemente es una gran desconocida,siendo como fue una gran actriz con películas maravillosas, de las que casi se recuerdan más sus partenaires masculinos.Pasó casi desapercibida para gran parte del público,pero no para la academia.
Pongo por ejemplo La afamada película que todos hemos visto de El Milagro de Ana Sullivan o El Graduado con Dustin Hoffman. En ésta última casi todos recordamos más al actor que a la actriz que sencillamente hizo una interpretación genial.
Son actrices del momento cuya carrera es un cúmulo de premios a su gran labor y sin embargo, acaban sutilmente olvidadas.
Perdona la extensión,¿sí?
Besos.
Estupenda entrada sobre una película que ciertamente tuvo poca repercusión en su estreno a pesar de ser, como dices, buena muestra del espléndido cine fordiano y más específicamente oportunidad de contemplar su especialísima forma de admirar a la mujer.
ResponderEliminarResulta curioso, porque la Bancroft forzosamente ha de ser recordada -como mujer madura de dominante lascivia- por miles de cinéfilos ya veteranos a causa de una escena rodada apenas un año más tarde, ya ves, y su recuerdo como Dra. Cartwright se produce, quizás, gracias a un pase televisivo posterior, sin ruido mediático.
Lo único malo de haber visto películas como ésta de hoy, es que permanecen en la memoria ancladas, incluso como bagaje inconsciente, y luego, al ver según qué cosas, te saben a poco....
Un abrazo.
Bueno V, te he leído con atención y con intención de aprender de tus conocimientos sobre Ford, que por desgracia para mí, son muy superiores a los míos. Sin ir más lejos no he visto la película que comentas. Es obvuio que me encanta John Ford, pero quizás he visto solo la mitad de su filmografía. Y sé que es un crimen y que debiera dejar de ver algunas mierdas de hoy en día y recuperar joyas clásicas que aún no he visto. Estoy intentando poner remnedio a ello últimamente. Un placer tu post. Un abrazo.
ResponderEliminarNunca vi esta película, tampoco El Graduado, pero sí tengo la impresión de Bancroft como una mujer con mucha personalidad, con un atractivo diferente a los de su época.
ResponderEliminarAhora que hablas en su papel aquí me entra mucha curiosidad, me llevo de tus palabras y hasta logro imaginarla.
La que sí ví muy jovencilla fue La diligencia que me impactó mucho (¡vaya, y no la nombré en aquel resumen de cine que hice...!)..¡jo, esa gente encerrados en 2x2! traqueteos, indios, polvo, Monument Valley, diáologs concisos y brillantes...
Las uvas de la ira, Centauros del desierto, Pasión de los fuertes, Corazones indomables...
Mejor no sigo, un abrazo, siempre es un placer visitarte y aprender de todo lo que sabes y lo bien que nos lo cuentas.
Por fin salió la madre del cordero.Yo que tanto escribo sobre la memoria y leyendo este estupendo artículo se me antoja que mi memoria flaquea más de lo debido.Hoy me ha venido la mar de bien viajar por tu sala oscura que no es tan oscura sino iluminada.Ay,Anne Bancroft,me enamoré de ella hasta en El graduado.Pero ¿qué tenían aquellas actrices que envejecían tan bien? Incluso la Norma Desmond está atractiva,iluminda,fenomenal cuando hace una parodia de Champlin.Yo me decía que ojalá me secuestrara la Desmond.Ay,Anne Bancroft,amigo,Anne Bancroft,claro hombre,zoquete de mí.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho hoy con tu ejemplar texto.
Un abrazo,amigo.
Nunca están demás los rescates, hay muchas cintas reivindicables u otras solo personales, me pasa con muchas que he sentido que son maravillosas, que otros no lo vean así es parte de la libertad. Ford me gusta, el western es una debilidad además. Bancroft tiene su recorrido, no tan guapa pero igual deseable, no tan vistosa y aún así muy valorable. Un abrazo.
ResponderEliminarMe declaro una ignorante supina del cine de Ford, también una admiradora de este blog y de su dueño.
ResponderEliminarMe gusta que nos reivindiques una película que pasó sin pena ni gloria por la historia del cine. También que a Ford le atrajeran los personajes femeninos fuertes e independientes. Le daremos una oportunidad a la peli!
Un abrazo!
Víctor, hoy estoy bien contenta. Por fin puedo leerte diciendo: sí, esta película la he visto. Y como la he visto (dos veces, la última hace un par de años) aplaudo tu reseña con fundamento y poso.
ResponderEliminarEs una película con garra, llena de emociones intensas, con una Anne Bancroft soberbia en su interpretación, una comunidad aletargada y repipi... ¿Sabes? También me acordé de "Mogambo", la mujer fuerte y sin inhibiciones interpretada por Ava Gardner y la doctora interpretada por Anne Bancroft. ¿Te das cuentas que en ambas películas las chicas fuertes son morenas y de formas generosas y contundentes y las reprimidas y modosas son rubias y más rectilíneas? Este Ford huraño y malas pulgas... Apostaba el maestro por lo fuerte, está claro, sin azúcares almibarados.
Me sonrío, porque no soy partidaria de los prejuicios y quizá he incurrido en uno de ellos en el párrafo anterior, que no refiero a mi manera de pensar sino al director de cine del que hablamos. Es probable que usara esas tipologías como metáforas, pero, sea como fuere, con Jhon Ford me descubro y dejo la crítica basada en aspectos externos de fisonomía aparte; sólo me interno en su mundo lleno de fascinación para mí, en su modo genial de presentarnos las relaciones humanas, las tensiones sociales y hasta las rencillas de puertas para adentro en un matrimonio, pareja o familia.
Un abrazo bien "chillao" (en mi tierra, los abrazos "chillaos" que dan los niños son lo más de lo más).
No tengo perdón, esta es de las que aun tengo pendiente de ver :-S
ResponderEliminarDavid. Pues muchísimas gracias. También por lo del mail. Justo a tiempo además.Un saludo.
ResponderEliminarLaura, eres muy amable. Es una película muy recomendable y lo de las listas de libros,películas,museos, viajes pendientes no me hables...A ti esta doctora te gustaría de inmediato. Un abrazo.
ResponderEliminarMarinel. Extiendete cuanto te plazca, faltaría más. No se si Ford entraba en esas diatribas sobre feminismo y machismo. El plasmaba un lienzo a su manera y creo que estaba incluso por encima de cualquier etiqueta.
ResponderEliminarHombre,yo si creo que se recuerda a la Sra. Robinson, sobre todo por el tema musical.Aunque es verdad que Hoffman se consagró ahí. Después su carrera ha tenido altibajos, altos como "paso decisivo" y bajos,como la secuela de "ser o no ser". Finalmente terminó haciendo secundarios: "Sunchaser" de Cimino,por ejemplo,o "donde reside el amor" donde siempre estaba bien.Hasta hizo de senadora en aquella película con Demi Moore "la teniente O'neil".
Este papel merecía ser recordado. Para eso estamos. Un saludo.
Josep. No sabes cuan de acuerdo estoy con tu último párrafo. Ves cosas que hoy palidecen a su lado.
ResponderEliminarEs verdad que la película en su momento no triunfó. Eran aquellos tiempos en los que llamaban a Ford ´fascista y decían que su cine era rancio y retrógrado. El tiempo pone acadacual en su sitio. Pero pese a todo esta cinta aun sigue un tanto oculta dentro de la carrera del irlandés. Si preguntas a cualquiera que tediga 12 películas de Ford, esta no saldría seguro. Y tal vez lo merezca.Un saludo
David. No es mala idea alternar lo nuevo,lo clásico,los festivales, los documentales. Ver un poco de todo sin prejuicios como tu haces. Siempre nos faltan películas por ver. Es imposible abarcarlo todo. Yo ya me he rendido en ese tema. Gracias por tus palabras. Un saludo
ResponderEliminarVirgi. No se por que creo que a ti especialmente esta película,por su profundidad y por su delicadeza te encantará. Además ya veo que no eres una desconocida del amigo Ford. Esa lista que hiciste no hay que tocarla. Ya da a entender que hay otras muchas que te han influido. Si tepones a hacer la lista completa sería máslargo que una entrada mía (ja ja).
ResponderEliminarDe eso se trata un poco, de rescatar del olvido una peli que merece la pena. Un saludo.
Amigo Machuca, esa era la cuestión. Si uno se pone a decir personajes inolvidables del cine de Ford, salen 20 antes que este.Es más en ocasiones este ni sale. Y había que reparar ese hecho ¿no crees?. Ahora bien, yo prefiero que me atienda esta doctora cuando me ponga malo a vivir secuestrado por la Desmond. Eso me parece droga dura. Un saludo.
ResponderEliminarMario. La reivindicación de esta película se hace necesaria por que no es tan nombrada como otras que casi no necesitan presentación. Valorar a Anne Bancroft en esta película me parecería hasta injusto. Es un diez sobre diez. Me parece asombroso su trabajo. ¡Quiero cambiarme de médicoo! Un saludo
ResponderEliminarDona Invisible.No sabes cuanto te envidio. El primer visionado de las obras de este hombrees siempre el mejor.Luego el día que quieras salir de esa ignorancia tuya te lo pasarás en grande.Ford trató toda una tipología de personajes, pero desde luego la mujer independiente y con agallas le gustaba especialmente.Un abrazo.
ResponderEliminarIsabel. Pues entonces yo estoy contento de que estés contenta. Me alegro de coincidir y de que también la disfrutases. Ves, la has visto dos veces, y seguro no teimportaróia dentro de un tiempo verla una tercera. Por algo será ¿no te parece?.
ResponderEliminarEl paralelismo con el papel de Ava yo lo veo evidente. Las veo a las dos tomandose algo juntas.Sobre lo de las morenas y lasrubias frígidas...No se, por que hay tantas mujeres, incluso pelirojas en el cine de Ford, que no sabría que decirte. Un saludo.
Meg. No pasa nada,eso tiene facil solución. Y lo mejor es que vas a pasarte un par de horas sensacionales.Un saludo
ResponderEliminarLlego tardisimo por aqui..¡ y veo que abordas un tema interesantisimo ! paso en otro momento y leo más detenidamente, no solo tu reseña que ya es.. sino tooodos los comentarios jugosos.
ResponderEliminarSaludos
Yo también llego tarde, pero no por ello dejo de apreciar esta fantástica entrada sobre John Ford, que me suscita especial interés por el tema femenino. Creo que abrirá a muchos los ojos acerca de la complejidad con la que mostró su figura, más allá de madres 'aglutinadoras' que siempre tienen un plato extra para el visitante de turno.
ResponderEliminarUn saludo y que no dejes de escribir cosas tan interesantes.
" Quiero hacer una historia sobre mujeres" Y si que sabia eligir sí. :-) Por lo que recuerdo ( tendria que revisarla) y lo que tu cuentas muy rebien, es una obra provocativa, ella (Bancroft)y la pelicula.. lo que demuestra que EL hacia lo que le daba la gana y era más versátil de lo que creian y que no solo hacia westerns.
ResponderEliminarHe leido que Bancroft (esa gran actriz casi desconocida menos por su pierna )dijo que aquello que la Dra. Cartwright "combatia junto a esas mujeres en la misión era el exceso de yin y la falta de yang de su situación " demostrando un humor bastante sarcástico.
Tienes razón y tus estupendos comentaristas tambien ;-)..después del cine de Ford..el desierto de Arizona.
Ese listón inalcanzable.
Me uno a la valoración, estupenda reseña.
Un abrazo.
No había escuchado la frase, pero me gusta. Si uno no se valora así mismo y lo que hace ¿quién lo hará? al fin y al cabo uno vive con lo que uno piensa (y debe vivir como piensa) y la industria, para bien y para mal, es otra cosa.
ResponderEliminarComo no he visto la peli (pecado mortal, lo sé, pero hay tanto cine que ver), como casi siempre, no puedo opinar, juzgar etc, pero a parte de Ford hay otros genios en el cine americano. Cine de otra época, de acuerdo, pero buen cine.
En cualquier caso, resulta refrescante ver pelis antiguas en el que el rol de la mujer no es el de siempre, sobre todo si el director es un hombre.
Y como me gusta Anne Bancroft, casi tanto como la Hepburg (Katherine) o la Keaton, no me queda otra opción ya que ver la peli y comentarla más adelante (en el post de otra peli que no venga a cuento, aunque sea).
Un lujo leerte siempre Víctor.
Abril. Nunca es tarde para llegar a Ford.Desde luego que pese a su edad siguió haciendo lo que quiso. Medescubro ante lainterpretación de Bancroft.Muy agudo lo que comentas que dijo. Esta películanunca ha sidoconsiderada una delascumbres de Ford. Aun así, comparada con lo que nos topamos hoy por ahí,pues que te voy a contar. Mejor no pensarlo. Muy amable Abril.¿oye, estamos muy comedidos y corteses ultimamente no? Habrá que poner remedio a eso ja ja. Un saludo
ResponderEliminarla hija del acomodador. Bueno,María José, ya sabes que tus visitas me llenan de gozo.Y si tu dices que el texto está bien,pues no hay más que hablar. Muchísimas gracias. Merapetecía hablardeeste film medio olvidado y dela mujer fordiana.Que sepas que te sigo.Y por supuesto que por aquí seguiremos dando un poco la lata. Un saludo.
ResponderEliminarSue. Si tegusta Anne Bancroft a parte de estupenda y guapa borda elpapeldemujer independiente,firme y a la vez solidaria. Creo que puede gustarte. No haberla visto no es un pecado mortal.Además tiene remedio. Y es verdad,todos debieramos ser consecuentes y vivir conforme pensamos y sentimos. El placer es mutuo.
ResponderEliminarAnne Bancroft una actriz, como suele decirse, completa. Asì como interpretaba un drama, te interpretaba una comedia increíble. Su marido Mel Brooks sabía sacarle más que partido a una actriz como ella. De Ford vi películas pero hace tanto, que tendría que volver a verlas. Un beso
ResponderEliminarFiorella. Su marido supo extraer su faceta más cómica, es verdad. Esta interpretación es menos conocida que otras,y sin embargo borda el papel de mujer independiente y con arrestos. La película merece mucho la pena,y no solo por ella. Un abrazo
ResponderEliminarNo hará ni dos semanas que me la topé ya mediada en vaya saber cuál de las muchas cadenas de TV, pero en una copia infame, que no respetaba el formato original y perdía película por los costados. Me irritó, no la vi. Y la tengo tan olvidada... Bien hecho en rescatarla. A Ford le parecía “fabulosa”, según le dijo a Bogdanovich, pero tal y como la recordaba haber rodado. Nunca la vio, no quiso saber qué podían haber hecho los productores con ella.
ResponderEliminarYo aprecio mucho ese digamos género cinematográfico que refleja el choque entre dos formas de entender el servicio a los demás: desde posiciones regladas y estrictas (fundamentalmente religiosas) y desde una actitud más desinhibida, sin que la abnegación quede en entredicho ni en uno ni en otro caso.
Me gusta Bancroft, pero tengo idealizada a Patricia Neal desde que la vi romper a golpes el mármol de una chimenea para forzar la llegada de Gary Cooper a su dormitorio.
Y bueno, creo yo que no es tanto que el cine se haya quedado pequeño, es que se ha hecho rápido, puro quickly, y ya se sabe lo que ocurre con lo rápido (pongamos el sexo rápido, por ejemplo): que tal vez te desahogue de una forma primaria, pero no deja la más mínima huella.
Un saludo.
Juan. Pues hiciste bien parandote ahí. Esta película es para saborearla de principio a fin y en una copia como es debido. La película plantea ese choque entre esas dos formas de entender la entrega. Una más canónica y otra que aplica el máspuro sentido común sin preguntarse ni hacerse preguntas sobre su fin último.
ResponderEliminarA mi también megusta Ptricia Neal, faltaría más. Pero te aseguro que una vez ves a Bancroft, notas que el papel se le ajusta como un guante. Está soberbia. Y Ford algo tendría que ver, seguro. Y utilicé esa frase por que no hace mucho le di un repaso a la película de Wilder y me venía de perlas. Un saludo
En la correspondencia que mantuve con Tag Gallagher para traducir al castellano su libro sobre John Ford, me dijo que no tenía una película de Ford favorita, pero también que en un seminario de nueve días sobre el cine de Ford que acababa de dar en Berlín (corría 2006) y en el que había mostrado a los alumnos dos películas de Ford al día, había reservado para la última jornada "Caravana de paz" y "Siete mujeres", en ese orden. En su opinión, son películas cuya perfección y profundidad sólo se pueden apreciar después de haber visto mucho cine de Ford. Por mi parte, pienso que esto es cierto sobre todo en el caso de "Caravana de paz" y que la maestría de "Siete mujeres" es apreciable desde la primera visión, aunque, claro, el carácter de culminación de toda una obra sólo es apreciable para quien conozca esa obra a fondo.
ResponderEliminarSobre "copias de '7 mujeres' como es debido", ¿alguien tendría la amabilidad de informarme de si la que acaba de salir en DVD (en "Los imprescindibles" de El Corte Inglés) tiene buena calidad de imagen? Sí que parece que respeta el formato original, pero, por las imágenes que he visto en la televisión o en Internet, no sé decir con certeza si también a este respecto es una copia "como es debido".
(En cuanto a la calidad de Ford como director de actrices, Gallagher pone siempre el ejemplo de Grace Kelly en "Mogambo" y de Sue Lyon en "Siete mujeres": según él, nunca estuvieron más espléndidas.)
Bienvenido Francisco. Muy honrado me sientopor tu visita. Efectivamente consta que pese a todas las reticencias quer hubo, esta era una película muy especial para Ford. De eso no hay duda. Es un film con una carga de profundidad notable.También estoy de acuerdo en que interpretar el papel de reprimida no es nada facil,y tanto Grace como Sue lo hacen de maravilla.
ResponderEliminarTe diré que la copia que acaba de salir es digamos aceptable. Sobre todo si se compara con la que yo tenía previamente que era ciertamente deficiente.Ahora mismo es que no dispongo de otra cosa mejor.No se si a través dela red podrán conseguirse otras cosas de mejor calidad.Pero es que yo como no bajo películas...Un auténtico placer que espero se repita.Un saludo.