viernes, 27 de abril de 2012

NORMA SHEARER: ENIGMAS Y CODIGOS












Para bien y para mal en este caso el zapping tiene la culpa. Para bien porque me permitió ver casi completo un documental sobre la vida y milagros de las más antiguas glorias femeninas de Hollywood. Para mal puesto que al no verlo entero no puedo decir ni siquiera el título, ni quienes son sus autores. Se centró en los años 20 y 30. Muy glamuroso y nostálgico. Por él desfilaron muchas de las que son. Pero no estuvieron todas. Algunas han pasado casi al olvido y solo se les mencionó de pasada o se sacó una rápida foto. No importa. Esos olvidos serán subsanados aquí en sucesivas entregas. Esta es la primera. Como se trata de un experimento procede ponerle nombre, como se hace cuando se descubre un satélite nuevo o cuando se avecina una tormenta tropical. Vamos pues con lo que vamos a llamar “El curioso caso Norma Shearer. Ascenso y caída de una estrella”. Queda un poco solemne y pomposo, me consta. Para quien se pueda preguntar qué enigmas encierra esta mujer, los iremos viendo.


Norma Shearer, canadiense de nacimiento, llegó a Hollywood en los años 20 y tuvo una carrera de altibajos hasta su final en los años 40. Lo curioso del caso es que depende de a que fuente acudamos su relevancia varía y mucho. Cualquier biografía que se consulte sobre el periodo o sobre la actriz (y hay varias) marcan tres momentos en su carrera. El primero comprendería los comienzos en el ámbito del cine mudo. El segundo viene marcado por dos datos cruciales. Su fichaje por Metro Goldwin Mayer en 1924, y su matrimonio con el productor Irving Thalberg en 1927. A partir de ahí y hasta la muerte de Thalberg en 1937 se concentra su periodo más fructífero, que incluye incluso la concesión del oscar por “la divorciada” en 1930. El tercer acto lo forma su posterior declive hasta su desaparición de las pantallas en los años 40. Todo ello sobre el papel, ya que las cosas son más difusas.
El presunto misterio se produce ya que no queda muy claro si su despegue y consagración como estrella absoluta coincide con el fichaje con MGM y su matrimonio con Thalberg o pese a ello. Y por el hecho de que sus cintas más famosas hoy salieron a la luz una vez muerto su marido. Analicemos el contexto. Por una parte es bien conocida la férrea disciplina que Louis B. Mayer imprimía en el estudio. Auténtica mano de hierro a la hora de forjar cada proyecto. A eso se une que como jefe de producción contrata a Irving Thalberg, el cual merece un párrafo propio. La influencia de Thalberg en la forma de hacer películas transforma de tal modo el medio cinematográfico que sus aportaciones aún se reconocen en la actualidad con un premio anual que lleva su nombre como contribución a la producción cinematográfica.



Thalberg, denominado el “wonder boy” de Hollywood da un giro definitivo a la figura del productor que controla todo el proceso de una película. Desde la elección del guionista y director hasta los últimos detalles de la promoción. Por supuesto también participa de forma activa en la elección del reparto e incluso en decisiones sobre el presupuesto y en el propio set. Es decir, Thalberg se convierte en el hombre ideal que necesita Louis B Mayer para el control absoluto de cada película.
Teniendo en cuenta además su fama de fabricante de estrellas, todo parece cuadrar. Y es fácil caer en la tentación de pensar que Norma Shearer fue un producto prefabricado y lanzado al estrellato por Thalberg y Meyer. Y se puede creer que los días gloriosos de la actriz coinciden con ese periodo y finalizan justamente con la prematura muerte de Thalberg.


No obstante, en contra de esa tesis hay argumentos de peso. El primero la indiscutible y soberbia calidad tanto dramática como cómica de Norma Shearer, la cual no necesitaba padrinos que avalasen su excelencia. El segundo, su importancia y popularidad en el denominado periodo pre code. Al respecto, su consideración de gran figura en el Festival pre code que se celebra cada año en San Francisco es indudable. A ello se añade el furibundo libro “The girls” de Diana Maclellan y sobre todo las aportaciones del controvertido libro “Complicated women” de Mick LaSalle. La antítesis del documental nostálgico, glamouroso y etéreo que ví hace unas semanas. La obra de Mick Lasalle se ha convertido en  referencia de toda una corriente que dio paso a un documental del mismo título  narrado por Jane Fonda. En el documental se describe con aportaciones e imágenes impagables lo que se considera el mayor apogeo de reivindicación y autoafirmación femenina de toda la historia del cine. Justo antes de la implantación obligatoria en 1934 del Código Hays. Es lo que se conoce como la etapa pre code, pues aunque el código nació en 1930, no dejaba de ser un catálogo de intenciones que se vulneraban una y otra vez, dentro y fuera de la pantalla. La denominada “Legión de la Decencia” creada al efecto impulsó su obligatoriedad. La legión, estaba también muy preocupada por lo que ocurría en la calle. Había que dar respuesta a muchas preguntas ¿Por qué las actrices escandalizan con su comportamiento frívolo los hogares puritanos? ¿Mató Jean Harlow a su marido? ¿Como era posible que una menor como Loretta Young se fugase con un actor mucho mayor para escándalo general? ¿Era la bisexualidad norma entre las actrices? En definitiva ¿Era Hollywood una nueva Sodoma o era Babilonia resucitada? .





Mucho antes de que Simone de Beauvoir escribiera “el segundo sexo” y muchísimo antes de que Evelyn Sullerot disertase sobre “El hecho femenino” y la liberación de la mujer, Jane Fonda y Mick Lasalle nos describen un Hollywood años 20 y 30 irrecuperable en la plasmación de una mujer liberada, sin ataduras, inteligente, independiente y que afronta sus decisiones tomando la iniciativa en todos los ámbitos, incluido por supuesto el sexual. Capitaneaban el equipo entre otras, Jean Harlow, Loretta Young, Fay Wray, Kay Francis, Claudette Colbert, Kate Hepburn, Miriam Hopkins, Janet Gaynor o Joan Crawford. No obstante, el documental de Lassalle afirma que si había dos reinas absolutas del periodo esas eran Greta Garbo y aunque hoy parezca imposible Norma Shearer. Una convertida para siempre en mito más allá de la historia y otra que pasó al más absoluto de los olvidos antes de ser víctima del destino y masacrada como actriz, como ahora veremos.




Al parecer (uno por desgracia no ha visto todos los films) de todas ellas Norma Shearer fue tal vez la que primero y con mayor atrevimiento llevó hasta sus últimas consecuencias ese ejercicio supremo de libertad y afirmación femenina. Si bien en principio encarnó a la típica joven dulce y virginal, pronto eso pasó a mejor vida. Los tiempos de “El príncipe estudiante” de Lubistch dieron paso a obras mucho más atrevidas y contundentes como “La llama eterna” o “vidas íntimas” ambas bajo la dirección de Sidney Franklin. O caso de “Besos al pasar” “La divorciada” o “Alma libre” de Clarence Brown. Según “Complicated women” en esa época antes de la promulgación del código, Norma Shearer no solo se muestra desinhibida  y seductora, también aparece como ejemplo de mujer adúltera y lujuriosa, sin prejuicios ni ataduras morales o sexuales. El documental la sitúa como bandera de un movimiento conjunto en el que la mujer es absolutamente dueña de su destino, elige al amante que desea o despacha sin contemplaciones al marido que no le satisface. Un concepto de mujer absolutamente valiente y sin tapujos tanto en el ámbito profesional como en el personal. Mujeres independientes que presumen de soltería y deciden sobre su maternidad fuera de la pareja, e incluso optan por la prostitución como estilo de vida.


El dilema se produce por cuánto una de las dos versiones no puede ser posible. O bien Norma Shearer fue un típico producto de estudio manejado por su marido Irving Thalberg, o bien una mujer absolutamente liberada y ambiciosa que abanderaba una posición absolutamente libre en el tratamiento y significación de la mujer. Las dos opciones son imposibles. Sobre todo por que no se debe olvidar el papel de los guionistas, que también durante el periodo pre code escribían esas historias que obviamente, no nacían por generación espontánea. No es descartable que ello pudiera formar parte de criterios puramente comerciales de gran rentabilidad económica, y que el código trató de evitar.
No obstante en todo este cóctel hay que tener muy en cuenta la propia idiosincrasia represiva y mercantilista del estudio, con Mayer y Thalberg a la cabeza, que controlaban absolutamente todo, incluido el largo de cada vestido. Ninguna decisión  se tomaba sin su supervisión. A lo que se suma que curiosamente el máximo reconocimiento artístico de la Shearer coincide con la desaparición de Thalberg, cuando realiza “María Antonieta” con Tyrone Power, y sobre todo “the Women” (Mujeres) junto a Joan Crawford y Rosalind Russell, dirigidas por George Cukor.



Este último film resultaría letal para su imagen, ya que aceptó incorporar un papel radicalmente inverso a los anteriores. Justamente el de sufridora y amante esposa. No hay que olvidar que Norma Shearer fue la primera actriz en el punto de mira de la liga de la decencia. No obstante la mayor humillación artística estaba por llegar. Ella, que había sido considerada gran estrella de los 30 en el estudio Metro, una auténtica diosa de la pantalla, se ve sometida a la cruda realidad de verse incluida como una más en la interminable lista de aspirantes para hacerse con el papel de Scarlett en “Lo que el viento se llevó”. Sacando casta pronunció aquella frase mítica “¿Escarlata? Bah! no me gusta ese papel, lo veo muy poco interesante. A mi, a quien me gustaría interpretar es a Rhett Butler”. Dicen que se retiró abatida por su depresión y por las continuas peleas con el estudio tras morir su marido.  


Aun así el dilema está servido. Las tesis que mitifican de modo romántico el periodo pre code lo glorifican como ejemplo de cierta libre moral imperante en el Hollywood de los años 30 hasta la llegada del código. No obstante, no creo que se pueda tomar como un movimiento consciente per se. Aunque Lassalle lo afirma rotundamente y abunda en datos. Además él posee una prueba irrefutable: el testimonio vivo de esas películas está ahí. El film pre code por excelencia, el considerado más escandaloso pudiera ser “Baby Face” en el que se insinúa una relación incestuosa de Barbara Stanwick con su padre antes de emprender una carrera hasta lo más alto a base de utilizar sexualmente a los hombres. Curiosamente, para los defensores del cine pre code, el fin del periodo queda perfectamente plasmado en “Rebeca”. Joan Fontaine representaría a la nueva mujer virtuosa mientras Rebeca supondría una recreación fantasmal y superada de la mujer pre code, amoral, libertina, bulliciosa y ambigua sexualmente, cuyo retrato perece entre las llamas.


Otra idea muy extendida es esa que considera que el código cortó de raíz la aparición de ese tipo de mujer libre, sofisticada y ambigua en la pantalla, y sin embargo si permitió otros tipos que apostaban por mujeres más oscuras y tenebrosas, en las que el rol femenino varía hacia una visión de la mujer como encarnación del mal y del pecado. Caso de la Barbara Stanwick de “Perdición” o “Stella Dallas” la Bette Davis de “la loba” o Gloria Grahame en “Deseos humanos” por citar solo algunos ejemplos. Sin embargo, esa idea de que el código fulminó de un plumazo toda imagen de mujer independiente, inteligente y liberada no es absolutamente cierta. Greta Garbo o Marlene Dietrich ya encarnaron el mal hecho carne antes del código.
Pero para salir de dudas definitivamente solo hay que echar un vistazo a films posteriores al código. Basta ver a Bette Davis en “Jezabel”. Ver a la misma Barbara Stanwick en cintas como “Bola de fuego” o acercarnos a Lauren Bacall en “Tener y no tener”, a Rosalind Rusell en la primera versión de “The front page” o ver a Carole Lombard en “Matrimonio original”. Mujeres de fuerte personalidad, erotismo, sensualidad e independencia. Curiosamente y para desgracia de los defensores del cine pre code el papel de mujer hecha a si misma que con mayor fuerza ha pasado a la historia del cine es Scarlett O`Hara, film de 1939.


Es difícil concluir con rotundidad sobre si en el Hollywood clásico el modelo femenino es más independiente, libre, ambiguo y amoral en los años 20 y 30 que en los 40. Pero lo que si es rotundo y no admite duda es que lo era mucho más que en el presente. Para ello solo hay que echar un vistazo a la actual versión de “the women” protagonizada por Meg Ryan y Annette Bening y darse cuenta de lo que se ha retrocedido. No solo es que ya no dirija Cukor y que comparar ambas películas resulte ocioso. Es que ahora nos encontramos con ricas mujeres paseando trapitos que exhiben su independencia y liberación exclusivamente económica, aunque no paren de parlotear sobre sexo y hombres. En lo demás acusan un conservadurismo trasnochado y galopante. El mismo que destilan supuestas cintas rompedoras sobre la condición femenina, caso (por citar una) de la tramposa “la cosa más dulce”, que pese a su supuesta modernidad termina como no, con clásica boda por todo lo alto. Por no entrar en supuestas mujeres desesperadas que practican sexo en Nueva York. Habría que acudir a los márgenes del cine independiente para vislumbrar algo en otro sentido.



Lo que si resulta evidente en el caso de Norma Shearer, es que no conservó su estatus de Diva total como si hicieron Greta Garbo, Marlene Dietrich o Carole Lombard. Y eso es algo que se debía reparar en la medida de lo posible. Estamos ante una actriz descomunal y con un magnetismo único. Atractiva, seductora, y sofisticada. Y sobre eso no hay misterio alguno que resolver.
Muchas han sido las fuentes de inspiración para este texto, incluido el documental de Lassalle. No obstante, por la excelente traducción realizada, uno no puede dejar de recomendar fervientemente la fenomenal introducción al libro cortesía de la que aun hoy sigue siendo como el María Moliner, la página de las páginas. De visita y consulta obligada.  Dejo aquí mismo el enlace.                         


Esta entrada contiene fotos de Norma Shearer, Jean Harlow con Clark Gable, Barbara Stanwick, Kay Francis, Greta Garbo, Carole Lombard, Norma Shearer, Loretta Young con Clark Gable en "La llamada de la selva" y Lauren Bacall. Aquí dejo el documental "complicated women" de Lasalle para quien quiera visionarlo. Lástima que no pueda aportar el visto recientemente en tv. La comparación resultaría muy jugosa por cuanto ambos describen unos años 30 completamente distintos.
          

35 comentarios:

  1. No la conocía de nada, confiesa la uve entristecida....

    Es una bellísima mujer, la tercera foto me encanta.

    Eso del código cortó la imagen de una mujer autónoma, liberada... algo muy diferente a la mujer fatal por otro lado...

    Y fíjate que cosa, intento ver su relación con la época y no me acaba de encajar. Justo cuando empieza la recuperación económica con el New Deal se pone en marcha la censura... no parece lógico.

    En fin, gran entrada... no tenía idea de todo este proceso.

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  2. Una entrada genial amigo mio, muy jugosa.
    curiosamente el avance tecnólogico y la incorporación de la mujer al mundo laboral no ha ido unido a esa "liberación femenina" que tanto se alaba y proclama.
    Los años 20..uhm..por algo se llamaron los "locos" años 20, luego vino la guerra, las mujeres ocupando los puestos en las fábricas las hermosas y "picantes" pin-up para luego volver a sus casitas bien cercadas a cuidar a sus niños, maridos y perros...el cine, mejor dicho las actrices/actores siempre han ido por delante en eso de la conducta más atrevida y trasgresora por eso las "mamás" no querian que sus niñas fueran artistas, por eso y por el machismo..¡cuántos directores-productores se han llevado a sus camas a toda actriz incipiente que queria un papelito..Marilyn sin ir más lejos..y así hasta el infinito y más allá..luego están las grandes divas que parecian hacer "lo que las daba la gana" no sé..no lo tengo tan claro..luego venia la caida y el olvido
    Además una cosa es el cine, los guiones y otra la vida misma, en el cine a la femme fatale siempre la mataban ( Rebecca muere ahogada, la "buena" es la que se queda con el chico )...aunque a veces se confundan.Barbara Stanwyck en la deliciosa Bola de fuego tiene que "redimirse" y casarse con el buen profesor, pero en Perdición..
    De todos modos, tienes razón ésto va hacia adelante y hacia atrás.
    Peor es ver a las glamorosas chicas de Sex in the City, profesionales ellas suspirando por casarse o llevarse al tio de turno a su cama como si eso fuera "lo único"..bueno ¡ que se le va a hacer ! Tambien los gays se quieren casar, es decir que no lo critico..lo digo como que al fin y al cabo todo el mundo es convencional si le dejan.
    Lo mejor es conocer la historia y poder escoger cómo quieres vivir sin que te resulte imposible y por supuesto seguir disfrutando de buen cine y buenos críticos jeje
    ¡gracias por el video y los enlaces 1 Los veré en otro momento con más tiempo.

    Un abrazo :-)

    ResponderEliminar
  3. P.D. Y La Maria Moliner que has citado..efectivamente es lo más bonito que has publicado hasta ahora ( sin quitarte ningún mérito). A ella acudimos emocionados y por qué negarlo con alguna lagrimita.

    ResponderEliminar
  4. Una genialidad de entrada,donde nos das un paseo maravilloso por esa época dorada de una mujer que se abría paso a golpes de escenas.
    Mujeres de talla inimitable y sin embargo anhelando ser imitadas por un número ingente de amas de casa enclaustradas en esa cárcel de ideologías retrogradas con altibajos a lo largo de la historia cinematográfica que no hacía sino refractar la realidad,amortigüándola un algo e incluso tergiversándola.
    Las grandes divas del cine de esos tiempos en blanco y negro,no dejaban traslucir del todo lo que se vivía en la sociedad,les estaba vetado salirse de la directriz del fatal desenlace para la libertaria,la reaccionaria y siempre más bella o de belleza despampanante.
    Los finales eran para las amas de casa dulces,responsables de sus maridos e hijos mientras que la otra quedaba como icono de un deseo reprimido,lícito y mostrado a los cuatro vientos.
    El cine va dando vuelcos para bien y para mal respecto al papel de las mujeres. Han ido sufriendo cambios graduales en las historias del cine,sin que hayan destacado-en mi humilde opinión-como lo hicieron aquellas bellísimas mujeres de entonces.
    Norma es la que más desconocida me resulta y es tiene un rostro divino.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Laura. En ese caso,si no la conocías,este texto ya ha servido para algo. Curiosamente lo que se debaté es eso, si el dódigo cortó de raiz ese tipo de mujer descrita en el documental.
    Personalmente creo que no. Al menos no de forma tan radical como se explica en el documental que puedes ver al final. Por eso aporto ejemplos de la era posterior al código en donde pervive no solo la mujer fatal, sino lamujer independiente,sensual y sofisticada. Escarlata por ejemplo es posterior al código.
    Muy interesante Lo referente al new deal. En ocasiones la política social va por un lado y la moral estricta por otro. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu posteo me hizo acordar a la disyuntiva argentina sobre Eva ( Duarte ) Perón ( la hizo Perón o ella tenía mérito propio ). Convengamos que desde la Biblia en adelante, la mujer es estereotipada de algunas pocas formas. Los códigos morales son antiguos. Cuando se pasa mucho tiempo viendo películas se pierde la perspectiva de lo real, tanto lo que antecedió a los films y sus épocas, como a lo contemporáneo a ellos. Para dilucidar el tema habría que estar a tono con la realidad del estudio pero no perder de vista que una película es un todo, extracto de varias realidades y Norma sin dudas aportaría lo suyo. La imagen liberada, independiente, sofisticada, etc. también termina siendo un estereotipo codificado. Porque si no respondes a esas formas; los "liberados, sofisticados e independientes" lo que hacen es señalar, discriminar, reprimir. Coincido con que, con el tiempo se empezó a asimilar a las mujeres a comportamientos masculinos ( en forma masiva y global porque hace poco vi la soviética "El 41" y, a su modo reflejaba esto. Habrá tantas!! ). No sé si los peores comportamientos masculino. A mí no me gustan pero mujeres guerreras ha habido antes de la década del '90 del siglo XX. No se puede obviar que las películas, dentro de los medios de comunicación son modélicas e inculcan ejemplos y conductas. Por eso desde distintos ámbitos se las controla, manipula, codifica, etc. Desde ya el tipo de actores responden a estereotipos. De carácter, belleza, etc. Por eso en general, que una mujer u hombre "feos", repulsivos, no a lo Belmondo o la Davis ejerzan estos roles es inverosímil. Se dan pero son "de culto"

      Eliminar
  6. Yo si la conocía (a Norma, digo; es que he leído la primera línea de Laura Uve), pero dudo que haya visto alguna película suya, y si la he visto, no la recuerdo. Me faltan muchas películas por ver del Hollywood Clásico.
    Buena entrada, y gracias por meter el documental, que lo voy a ver con ganas esta tarde.
    Sobre la entrada...buuuuffff... esto es muy complicado, y la caída de Norma Shearer puede ser debida a muchos motivos, de la misma forma que... vamos, que casi te podría decir lo mismo que le dije a Anro en ese enlace de su blog que has metido, aunque el texto fuera una traducción de la introducción (y fíjate que el autor original para contar lo mismo que tú, escribió un texto bastante más breve; te salva que incluyas el documental; y sí, esto es un tirón de orejas). Tienes allí mi comentario.
    Un saludito y buen fin de semana!

    ResponderEliminar
  7. Abril. Muchas gracias. Es verdad, por algo será lo de los locos años 20. No se si existe un movimiento pendular o no. Pero si creo que los estudios consideraban a la mujer como un potencial tremendo de cara a construir historias potentes y seducir al espectador. De ahí tal vez esos guiones tan retorcidos y avanzados qwue puedes ver en el documental. Y sin embargo, lo que me llama la atención es que los estudios eran represores y controladores por un lado, pero por otro pasaron olímpicamente del código cuando este todavía no era obligatorio.
    La explicación que el documental da sobre Norma y como saltó por encima de su marido, no se...Thalberg era mucho Thalberg y lo controlaban todo. Me pasa como a ti, no termino de tenerlo claro.
    Desde luego ahora las cosas son distintas. Si ves el documental "complicated women" y después yo que se "como perder a un chico en diez días" o lo que tu apuntas de sex in the city (que apenas he visto un capítulo o dos) ves que ahora todo es muy light.
    De acuerdo en lo de la buena compañía, el buen cine, y añado gente que lo dibuje tan bien para volverlo a disfrutar.

    PD: Esta entrada tiene una deuda muy grande con ese enlace. Se puede ver incluso en los comentarios allí. Pero la casualidad ha querido que por fin haya visto los documentales y pudiera hablar con mayor criterio.Antes no procedía.
    No citar esa maravillosa entrada hubiese sido delito. Existe IMDB, Wikipedia y muchas otras cosas. Pero nada como Babilonia. Siempre encuentro una excusa para volver. Y siempre es un placer. Es como revisar los grandes clásicos. Se muy bien lo que significa para ti. No añado más. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Marinel. Muchas gracias.El debate se centra sobre si estamos hablando realmente de mujeres de talla inimitable como tu apuntas, y como hace el documental, y si eso entra en contradicción con el ferreo control de los estudios, en este caso MGM. O si en realidad ellos mismos lo auspiciaban fabricando divas. Esa es la cuestión que no tengo resuelta. La tesis del documental es atractiva pero queda un tanto desmontada por que tras la obligatoriedad del código elpapel de la mujer liberada en el cine no varió tanto como se pretende. Otro ejemplo "la fiera de mi niña" es post code. Un abarzo

    ResponderEliminar
  9. David. Gracias.Que sepas que al hacer la entrada también he tenido en cuenta tu comentario. Por eso he puesto la foto de Loretta y el padre de su hija.
    Vale,la entrada es muy larga. Pero la traducción era de la introducción. El libro es mucho más largo.Y el documental también. A demás lo que más me interesaba era contrastar el tipo de mujer antes y después del código. Para eso Norma es perfecta. Yo tampoco las he visto todas pero "the women" y "María Antonieta" si. Y creo que "la divorciada" también, aunque hace muchísimo y tengo un recuerdo muy vago. Las otras no. Que disfrutes del documental. Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Vaya... qué detalle lo de Loretta y Clark. Es que esa historia es tremenda, ¿no? Jo! Lo lees y no das crédito.
    El documental le había dicho de verlo a mi mujer ahora, pero como tenía que salir... Supongo que me gustará mucho.
    Me has tenido un rato revisando viejas entradas de Anro (jo! se le echa mucho de menos)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. David. La historia es muy fuerte. Pero de eso va la entrada. Eran mujeres muy liberadas según el documental, pero "la llamada de la selva" mira de que año es, y ahí es cuando tuvieron el lío. Y ella lo ocultó por mil motivos. Al parecer, según he ido buscando Norma se reía mucho cuando la llamaban fulana y golfa mientras estuvo casda con Thalberg. Pero luego se lo hicieron pagar bien con el casting para Escarlata. Parece ser que no pensaban ni contratarla. Yo no me trago al cien por cien la tesis del documental, aunque es muy bonito. Se hace hasta corto.
    David, yo es que sigo entrando muy a menudo en Babilonia. Pero me pasa como a ti. Se lo acabo de decir a Abril.Ahí están sus entradas, para mi como volver a ver los mejores clásicos. Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. Tienes toda la razón del mundo.
    En todo.
    Nadie se acuerda de Norma Shearer porque a los que podrían no les interesa sacarla a colación. La metieron en la lista de los olvidos, con todas aquellas actrices cuarentonas que un día refulgieron sin necesidad de pareja masculina.
    Sólo dejan alguna, para que no se note mucho.

    Y luego aparece alguien como tú, Víctor, clamando no tan sólo por la bellísima Norma dotada de inteligencia y carácter, sino también porque, efectivamente, la mujer ha ido perdiendo puntos conforme ha ido avanzando el siglo XX y ya en este XXI que vivimos el retroceso es más que evidente.

    Pero no se trata únicamente del cine: incluso en la sociedad tenemos la patraña de la igualdad de oportunidades y de la equidad en los cargos públicos para ocultar que, realmente, esa libertad de los años 20 y 30 del siglo pasado ha quedado absolutamente cercenada: las mujeres que antes del C. Hays tomaban la iniciativa sexual ahora se han visto reconvertidas en meros objetos sexuales que cifran su felicidad en parecer más sexys cuya única misión parece ser dar placer a "su hombre".
    El cine, en este caso, sigue las tendencias sociales, mal que pese a muchos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Mi madre nombra a estas actrices y siempre me dice que la Shearer era guapísima y que le encantaba. En su época compraba unas revistas de cine que recuerdo de pequeña, ya ajadas, pero de las que no quería desprenderse.
    Lo que no sabía es lo que dices del "código", el "pre código"...
    La moral americana se refleja en una gran parte de su cine, la gente de mi época se la chupó todita. No sé si atreverme a decir que un punto de inflexión importante fue Thelma y Lousie??? (me encantaría que me dieras tu opinión al respecto, sabes tanto...!) y algunas otras que seguramente no obtuvieron el éxito de ésta. Mucho antes de la que nombro (estaba yo por los 18, creo) me encantó el papel de prostituta de Stella Stevens en "La balada de Cable Hogue" y otras que ahora me costaría recordar.
    Tus entradas son de libro, para subrayar, apuntar, leer con tiempo y tranquilidad.
    ¡Ah, Lauren Bacall me chifla, no me extraña que se conquistara a Bogart!

    Un abrazo.
    Admirado.
    Mucho.

    ResponderEliminar
  14. Josep. Demasiado crédito me concedes. No se si tendré "toda" la razón,pero aun así se agradecen esas palabras. Lo que si es cierto es que pienso como tu, que hay una larga lista del olvido,enorme, y Norma está entre ellas. Las razones las ignoro,pero pueden ir por donde tu apuntas.
    Desde luego cualquier comparación con lo actual resulta tremendo. Lo curioso es que ahora se nos intenta vender un modelo de mujer sofisticada que averguenza si se compara con aquello. Tanto en el cine como en la vida.Tienes toda la razón. Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Virgi. Como entiendo el apego de tu madre a esas revistas irrepetibles. Y que razón tiene. Norma Shearer era un encanto, de una belleza impresionante y muy buena actriz.No fue primera figura por casualidad, pese a terminar casandose con Thalberg.
    Lo que intento analizar aquí es si el código machacó totalmente aquel tipo de mujer en la pantalla o no. Me inclino por que no y lo explico, pese a la rotundidad del documental que puedes ver.
    Aun así la implantación de una moral más puritana afectó a todos los estamentos de una forma u otra.
    La película de Peckimpah con Stella Stevens es fruto de una época más aperturista, sin duda. Se podría poner también el caso de "Klute" en el que Jane Fonda ejerce de prostituta independiente o de "darling" con Julie Christie. Eso es propio de la tímida apertura de los años 60 en la consideración de la mujer.
    Muy distinto meparece lo de "Thelma & Louise" propio ya de otros tiempos. Ese me parece un cine tirando a machista y un tanto reaccionario en el que la mujer se reafirma de la peor manera posible. Haciendo justo lo que cualquier tarugo masculino haría.Coger la pistola,usarla,decir tacos, y comportarse como cualquier macho alfa que se precie, con un par de huevos, y perdón por la expresión. Siempre he creido que es una película que le hace un flaco favor a todo ideal femenino e incluso feminista.
    Ahora se lleva que Angelina Jolie haga papeles de agente secreto repartiendo estopa y cargandose a tropecientos. Si cree que así es moderna y se iguala al hombre, allá ella, puede ser, pero lo hace en lo peor.
    A todos nos encanta Bacall, ponte a la fila. Y conste que no soy ningún libro, solo un aficionado, igual que tu. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. ¡Vaya, pues tendré que verla de nuevo! No la recuerdo, sólo las sensaciones que me dejó. En cuanto a lo del feminismo, habría que hablar un rato...nunca me ha convencido del todo.
    Klute sí que la ví y me gustó muchísimo (influencia de mi hermana mayor, adicta también a Fotogramas), pero la recuerdo aún menos.
    De Angelina no he visto nunca nada, pero de su encantador marido sí que me chifló El club de la lucha.
    Seguimos, gracias por tus aportaciones, un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  17. Me gusta que reivindiques una figura que parece que pasó sin pena ni gloria la criba de la Historia del cine. Quien establece esos cánones y decide qué merece pasar a la posteridad daría pie a otra entrada, ¿verdad?
    No me pasa desapercibida tu sutil crítica a series como "Sexo en Nueva York", que parece hablar de la mujer liberada económicamente en la gran metrópolis actual. Para mí no nos habla de mujeres liberadas sino de un grupo de pijas cuyo último sueño no es otro que el de encontrar a un hombre. Por lo tanto, nada de liberación (aunque te confieso que me tragué la serie de cabo a rabo). Pero más liberadas son estas mujeres de que nos hablas y eso que partimos de una época nada propicia. Parece que también es un tema controvertido si el hecho de casarse con quien se casó supusiera para ella un avance o un retroceso, un impulso o si se pudiera considerar independiente en su carrera. Una historia con mucha "miga" y de la que podemos aprender mucho sobre la época.
    Una selección exquisita de fotos nos has hecho también. Gracias. Nos mimas mucho a tus lectores/as :-)
    Un abrazo desde el corazón de Europa hacia un trocito de sur!

    ResponderEliminar
  18. Pobre Ricardo Cortez... y a ver si escucho algún disco de ese instrumento musical latino: marihuana o algo así.

    ResponderEliminar
  19. Hola V. Una entrada espléndida e interesantísima. Me reservo el documental para después del festival porque me interesa mucho. No tengo ubicada a la catriz que analizas pero su historia podría ser la de muchas otras. Me encanta lo de las dos hipótesis y los análisis que haces. Llevo unas semanas viendo bastante cine de los años 30 para ir supliendo poco a poco y con paciencia mi carencia de cine clásico y tu post de hoy me viene como anillo al dedo. Y estoy totalmente de acuerdo en que le cine de Hollywood ha hecho claramente un paso atrás (sino dos o tres) en la independencia y personalidad fuerte de la mujer. Me encanta el ejemplo de la boda. Gracias. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  20. Norma Shearer gozaba de todas esas cualidades que debe tener una diva y es una pena que el tiempo haya sido injusto con ella.
    Una entrada para paladear tranquilamente. Porque me he recreado en ella sin andar con despistes, ya que las maravillosas mujeres que por aquí aparecen eran rostros constantes en mi infancia y juventud (qué de películas vi de esta época). La propia Norma, Bette Davis, Katherine Hepburn, Lauren Bacall..., qué derroche, qué lujo.
    Lo que está claro es que el cine americano lleva impresa la moral de allí y, en un momento dado, cortaron esa moda despendolada de mujeres independientes y magníficas. Las huellas del elefante son enorme y, bajo su pisada, todo queda sepultado.
    Gracias por traerme a la memoria tantas actrices queridas y títulos y directores geniales (Lubitsch, Cukor).
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Virgi.Vuelvo aleer el comentario. Igual tienes razón y me he pasado un poquito con las fugitivas. Me parece muy entretenida, que conste.Es solo que siempre me pareció erroneo que las feministas la usasen como bandera.Valeis mucho más.
    Pero igual soy yo el que tiene que escuchar y aprender mucho de ti.Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  22. David. Engañado, apuñalado, disparado, envenenado,pobre....Eso es un hombre objeto y lo demás son cuentos. Sobre el instrumento, ya sabes que decían que bajo sus efectos a algunos les llegaba la inspiración triplicada. Saludos.

    ResponderEliminar
  23. David Amorós.Muchas gracias.El documental merece mucho la pena, aunque yo sigo sosteniendo que su tesis no se sostiene totalmente si se ven multitud de ejemplos femeninos tras el código. Aun así merece un visionado.A todos nos faltan muchas cosas por ver,no creas. Se han dado pasos hacia atrás, hacia delante y nuevamente hacia atrás. Mira, mientras estoy escribiendo esto veo que anuncian en tv el pase de "27 Vestidos".Creo que con eso está dicho todo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  24. Dona Invisible. Bieeeeeeen. Efectivamente. Completamente de acuerdo en lo de sex in the city, que yo he visto poco. Pero aunque parecen mujeres muy chic, sofisticadas y a la última, siempre me han parecido más carcas y conservadoras que mi abuela. La protagonista se pasa el día bebiendo los vientos por un señor del que estáalparecer muy colgada. Las has definido perfectamente y su objetivo es la superboda.
    El asunto tiene mucha miga. Thalberg lo controlaba todo en el estudio MGM. Pero Norma ya iba lanzada cuando firmó con el estudio. La controversia no resuelta está en que puede pensarse que el estudio manejaba a sus estrellas o pensarse que pese aello la calidad de la actriz sobresalía en guiones mucho más abiertos y ambiguos que los actuales.
    En lo que no coincido con el documentales en que el código machacó totalmente ese tipo de mujer independiente. Solo hay que ver"lo que el viento se llevó".
    Por cierto,tienes razón. Yo siempre digo que vivo al norte del norte, pero bien mirado...Un abrazo a lo que queda del imperio austro-húngaro.Y a ti.

    ResponderEliminar
  25. Isabel. No sabes la sana envidia que me produce que hayas podido disfrutar detodas esas joyas delos años 30 y 40. A mi me faltan algunas.
    Se que la entrada ha quedado larga,pero creo que el asunto lo merecía. Me alegro lo hayas disfrutado.
    Tienes razón.Eran mujeres y películas maravillosas e irrepetibles. Y Norma estuvo en la cúspide. ¿Como no voy a atizar duro las cosas de hoy en día viendo esto?.
    Es verdad que se intentó implantar esa moral puritana en la sociedad,pero como ya digo en la entrada y en otros comentarios,creo que el código no sepultó ese tipo de mujer. Al contrario creo que para fortuna de todos es e tipo de mujer pervivió tras el código. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  26. ja ja te volví a contestar en mi blog...besos besos...

    ResponderEliminar
  27. Es increíble lo que aprendo leyéndote, Víctor. Y todo lo que me haces pensar. Yo no conocía a esta mujer para nada, pero lo que me asombra de ella es esa belleza virgen, sin ningún retoque, nada: ni photoshop, ni botox ni cirugías. Como mujer que adora la buena actuación me sigue intrigando cuán lejos llega la belleza por sobre el talento artístico en el mundo del espectáculo, sobre todo en Hollywood. Tal vez el cine europeo sea algo distinto, sobre todo el inglés.

    Y es por eso que tantas actrices, inclusive las más talentosas, actualmente arruinan toda la naturalidad de sus rostros y sus cuerpos para intentar retener ese ideal de belleza que se utiliza para crear y alimentar el divismo. Sacrifican su expresividad en pos de la imagen, que tampoco resulta realmente bella en definitiva, al menos no para mí.

    Esto les sucede a las mujeres mucho más que a los hombres. Si bien algunos se retocan, una pancita, una frente arrugada o una cabellera entrecana no les impide seguir accediendo a roles que los hacen irresistibles.

    Sé que mi comentario se desvía del foco de tu argumentación, pero se me da mucho por pensar en estas cuestiones.

    Un abrazo y gracias por enseñarme tanto.

    ResponderEliminar
  28. Fer. Desde luego eran mujeres muy hermosas, no cabe duda.Ahora bie, aunque no exista photoshop ni tratamiento de la imagen, si que supongo que las sesiones de fotos eran muy profesionales. Y se las peinaba para que se resaltase ese concepto de divas.
    Pero eso no estaba reñido en ningún caso con la gran clidad interpretativa.Eran no solo bellos rostros,sino también extraordinarias actrices.
    Las actuales si que están demasiado pendientes de corregir defectillos en las fotos y de operarse de aquí y de allá. Lo que han hecho a Nicole Kidman no tiene nombre.
    Y es cierto que estas cuestiones preocupan más a la mujer que al hombre, que dicen que gana y madura con la arruga.
    No está de más el desvío.Y por cierto, aquí aprendemos todos.Un saludo.

    ResponderEliminar
  29. Gracias por tu amable visita y por dejarme tu enlace :)

    Estoy de acuerdo con Marinel, es un post perfecto y muy bien documentado.
    Conocía la biografía que M. Dietrich y descubrí su bisexualidad y la relación que mantuvo en su juventud con G. Garbo pero no imaginaba que ese liberalismo, alejado de todo conservadurismo y tipo de vida la compartieran la mayoría de las actrices de aquella década, los locos años 20. Si te das cuenta después del Crac del 29 llegó la crisis y todo lo que provocó, recortes, suicidios, recesión, austeridad, prohibiciones e inmediatamente llegó la 2ª G. M. y se acabó la posibilidad de mantener ese libre albedrío.

    Me ha parecido un post muy interesante V.

    un saludo

    ResponderEliminar
  30. Esilleviana. Gracias a ti por la visita.Lo de Garbo y Dietrich por separado se intuía y más tarde se supo. Pero lo que ya fue la bomba fue que ambas mantuviesen relación en Europa.En Hollywood apenas se dirigieron la palabra. Había mucha rivalidad.
    Lo curioso del periodo de mayor libertad y modernidad en los guiones es que fue la década de los 30, justo tras el crack. En los 40 se impuso con más claridad la mujer fatal como modelo, sobre todo en el cine negro. Un Saludo.

    ResponderEliminar
  31. Aunque siempre sea malo generalizar, creo que sí, que en el cine norteamericano las mujeres de los 30 ofrecen una imagen mucho más ambigua y liberal que en los cuarenta, desde luego que las de los primeros cuarenta, con un Hollywood volcado en levantar la moral de los soldados en el frente y la de los civiles en casa: de Mae West a la señora Miniver, digamos. Y si parecen más sofisticadas, independientes o amorales que las féminas del cine de hoy (esas “Women” que mencionas, y que no recuerdo haber visto ni en una ni en otra versión) es porque la distancia entre la mujer real y la mujer de la pantalla era infinitamente más acusada en aquella glamurosa e irrepetible década que precedió a la guerra y que coincidió con la Gran Depresión.
    Por lo demás, qué lástima que el cine de aquellos años haya entrado en el terreno de lo invisible: hace un par de semanas volví a ver “Sucedió una noche” y C. Colbert me pareció una grandísima actriz, mucho más natural de lo que recordaba (sobre todo si la comparamos con Garbo).
    Thalberg siempre será para mí el Monroe Starr de “The last Tycoon. Norma Shearer no superó la prueba del tiempo, como tampoco Jean Harlow, por ejemplo, o Irene Dunne.
    (El documental me lo reservo para esta noche; la entrada la he disfrutado enormemente)
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  32. El Hollywood Dorado está plagado de nombres a los que la historia no ha hecho justicia. La nómina sería inmensa, variopinta, insuperable. Artículos como éste rescatan a grandes artistas del olvido y nos refrescan la memoria a los olvidadizos.

    ResponderEliminar
  33. Juan. Las women actuales se pasean por las tiendas de marca, van a la última y parlotean mucho sobre cuestiones aparentemente muy chic, pero en el fondo solo hacen tirar de tarjeta. Por cierto las que quedan, que cada vez son menos.
    Es verdad que Colbert era una delicia, y Shearer ya rondaba los 40 en los 40, y eso unido al fallecimiento de Thalberg fue mortal. El documental merece la pena.Un saludo

    ResponderEliminar
  34. Jose Luis. Totalmente de acuerdo. Periódica y modestamente, poco a poco, iremos sacando de ese olvido a muchas grandes que no merecen vagar por el limbo. Un saludo.

    ResponderEliminar