Los fabricantes de eslóganes azucarados barnizados de optimismo, de mensajes prefabricados y empaquetados con celofán, debieran ser un tanto cuidadosos cuando los confeccionan y los lanzan a la calle. Todo depende de cómo ande el contador del límite de la paciencia. Teniendo en cuenta que para mucha gente el piloto de la reserva se encendió hace ya mucho, conviene ser prudentes e hilar fino. Por ejemplo, veamos qué sucede con la luz al final del túnel, ese mantra que nos repiten últimamente de forma insistente. Pues, puestos a buscar imágenes icónicas habrá quien lo asocie a la tierna luz de “Ghost”, al final mesiánico de “Viven”. O a “la zona muerta" de Cronenberg. A Charlton Heston separando las aguas. O al milagro de Dreyer en “Ordet”. Depende de gustos.
Habrá quien se acuerde de “El tren del infierno” de Konchalovsky (y Kurosawa). Aunque ganas dan de asociarlo a “Malditos bastardos”. No obstante, para qué complicarse la vida cuando el tema tiene su propia película. Y nada menos que protagonizada por Sylvester Stallone. Algunos films sin proponérselo se convierten en involuntarias metáforas del momento. Una de ellas, “Pánico en el túnel”, en la que sucedían varias cosas, y pocas buenas.
Como nadie nos ha explicado nunca las dimensiones reales del túnel de marras, en mitad de trayecto se producía un deep impact descomunal. Un embotellamiento brutal de consecuencias funestas, con todo el mundo amontonado y pisoteado, atascado sin remedio, abandonado a su suerte, como en la vida real. El objetivo de Stallone, que se conocía las cañerías, era precisamente encontrar la luz al final del túnel en mitad de la espantosa catástrofe. Lo malo de “Pánico en el túnel” es que al final sólo ven la luz Stallone y unos pocos elegidos. Mal asunto.
Resulta curiosa esa pobre metáfora de que estamos en un túnel. Los que la idearon debieron pensar que visualizaremos un túnel muy corto. Y sobretodo que estamos a oscuras, cuando luz es lo que sobra. Tal vez por eso, puestos a buscar símiles prefiero el desierto, más amplio y con mucha luz. Dice Rafael Argullol que la travesía del desierto está llena de trampas y espejismos burlones. De imágenes que conducen a falsos oasis. Nos hallamos ante un inmenso callejón del gato repleto de espejos deformantes que sólo sirven para hacer que la inagotable sed queme la garganta del caminante.
En la inmensidad salada del desierto, sudorosos, agotados, al límite, como en la sensacional “Camino a la libertad” de Peter Weir, la fantasía en un porvenir mejor sólo tiene un inconveniente, la sospecha de que la luz nos engañe y se trate sólo de eso, una fantasía. Por eso toda travesía del desierto tiene una durísima faceta física y otra aun más dura: la existencial, cargada de preguntas.
El cine actual lo ha visualizado de diferentes maneras. Está la frontal y directa de Ken Loach en “En un mundo libre” o las peripecias de Guillaume Canet en “Una vida mejor”, películas que diagnostican los problemas con desigual fortuna.
Un aficionado a Shakespeare podría afirmar que tras lo más crudo del crudo invierno siempre llega el sueño de una noche de verano. Para eso es necesario tener capacidad de asimilación, Y según M. Night Shyamalan en “La joven del agua” el hombre hace tiempo que dejó de escuchar y se dedicó a conquistar y a luchar. Teniendo en cuenta que estamos en mitad de un desierto vital, nada como este título que remite al hombre y al agua, y que se presenta como un cuento con tremendas cargas de profundidad.
Paul Giamatti, traumatizado por una tragedia familiar, vive aislado del mundo en una urbanización conviertida en una mezcla de razas, clases y tipos. Es un ejemplo de lo que Tzvetan Teodorov describe como el hombre desplazado en un mundo sin demasiado sentido del rumbo. Tras terminar su jornada de trabajo como hombre de mantenimiento pone la radio. Y lo que escucha le pone en contacto con el apocalypse now versión siglo XXI: “Hoy aquí no todos se han pasado el día preparándose para la guerra. En las misas dominicales los capellanes han alentado a las tropas. Y los marines han tenido un momento para la oración en una misa que será la última antes de combatir”.
El aparentemente plácido e idílico complejo residencial, entendido como simbólico resumen del mundo, no puede esconder el páramo existencial en el que viven sus habitantes, casi recluidos en sus respectivas colmenas. La irrupción de una sirena, un ente fantástico con un mensaje que dejar a los hombres tras descifrar una serie de elementos cabalísticos, marca hasta que punto el grado de desesperanza y frustración existencial lleva al ser humano a aferrarse a lo más insólito.
En "la joven del agua" Shyamalan construye un hermoso, complejo y emotivo puzzle cuya excelente premisa inicial para poder participar es la irresistible tentación de lo utópico. Olvidando todo prejuicio. Aunando la melancolía con la sensualidad y una extrema belleza visual, la partida en la que el destino del hombre está en juego comienza. Y para ello no hay que abandonar la tierra media ni recorrer inhóspitos parajes, ni iniciar una larguísima aventura plagada de misterios. En un poderoso alarde minimalista y de contenido metafórico sublime Shyamalan nos dice que todas las respuestas están en nuestro propio barrio, en los detalles más minúsculos y en las personas en principio más triviales con las que nos cruzamos cada día. Nuestro vecino puede y debe ser nuestro mejor aliado.
La misión de la sirena (la dama Narf) es encontrar a un escritor al que debe transmitir un mensaje. Algo que los enemigos externos en forma de bestia salvaje que acecha en el jardín camuflado entre las plantas no pueden permitir. Si el simbolismo permite aunar todas las amenazas exteriores en un solo ente feroz, esa misma idea le permite al director realizar un suculento y extraordinario viaje sin salir del edificio, en busca del escritor. Uno de los elementos más atractivos y deliciosos de la fábula es el hecho de que ningún personaje sabe realmente cual es su papel en la historia, ni tan siquiera si es fundamental en ella o no.
Ello nos permite conocer a toda una variedad de posibles aspirantes que configuran una tipología muy rica y variada. Desde el aficionado a los crucigramas que juega con su hijo, hasta un grupo de vagos fumadores de marihuana que se dedican a no hacer nada, pasando por la única que conoce parte del cuento: una estudiante japonesa amiga de las discotecas.
Por casualidad salta la liebre. Un vecino está escribiendo un libro sobre la relación entre culturas. El primer cruce de miradas entre el escritor y la dama Narf está rodado con tal precisión y detalle que asombra. Y entonces Shyamalan filma con extrema delicadeza ese momento mágico con tintes mesiánicos en el que se transmite el mensaje. El misterio mitológico de toda fábula: “Un niño en el medio oeste de esta tierra crecerá en un hogar en el que estará tu libro. Crecerá con esas ideas. Se convertirá en un gran orador y tu libro será la semilla de muchas de sus ideas. Será la semilla del cambio”.
Por supuesto, el joven escritor, tiene sus dudas y sus objeciones. Él no es nadie aún y pueden pasar décadas antes de que su libro pueda prender en la conciencia de alguien. Pero sobre todo le alarman dos cuestiones: “muchas de las cosas que he escrito en el libro creo que a la gente no le van a gustar”. Y una segunda de carácter personal. ¿Por qué no querría conocerme esa persona? ¿Voy a morir?. El espectador también está en todo su derecho de manifestar sus dudas, sobretodo tras todo lo acontecido con el nuevo mesías laico, presidente y premio nóbel de la paz. Sin embargo, el film sabe muy bien resguardarse de ese posible ataque pues sus intenciones son otras.
Shyamalan termina por redondear un film notable y de gran fuerza lírica en el que casi de modo subversivo, a través de una fábula, apela al poder de las letras como fuente de conocimiento humano. Pero no se queda ahí. Más que en un mensaje mesiánico y redentor, está interesado en interpelar a cada ciudadano como parte activa en un proceso colectivo de ética antropológica que conduzca a la reforma social. Además hace un llamamiento formidable y revolucionario al concepto de comunidad unida, de polis solidaria, en la que cada uno de sus miembros construyen ellos mismos su propio futuro aunando fuerzas y capacidades. Y todo ello otorgando un papel decisivo a los elementos naturales como catalizadores: agua, viento y lluvia se integran en el relato como un personaje más.
En realidad, estamos ante el reverso de “El bosque”. En esta un grupo de individuos hartos de los vicios de la sociedad se retiraba del mundanal ruido, replegándose sobre sí mismos para sobrevivir en armonía. En “La joven del agua” se adopta la misma premisa (un mundo en descomposición) para apostar por el mensaje inverso. Mucho más humanista, positivo y expansivo, en el que los humanos unidos luchan por un porvenir conjunto mejor de carácter universal. Con una particularidad esencial: No importa que se equivoquen en la elección de los roles que cada uno debe de ocupar en su particular polis. Todos unidos recompondrán el puzzle mal diseñado para completar la historia.
Todo ello sin perder en ningún momento la magia que desprende la narración de una fábula cargada de elementos fantasiosos y oníricos de gran belleza. El gran acierto de Shyamalan es conjugar de forma poderosa, elegante y muy lírica, la narrativa popular de raíz oral y el valor de lo atávico con un contundente alegato político de gran alcance en una propuesta en la que tampoco están excluidos elementos del trhiller, el fantástico y un finísimo sentido del humor.
Para ello, y en una última pirueta realmente fantástica, se hace una invitación sin renunciar a la razón, a incorporar a nuestro bagaje todo lo relativo a un estado próximo al propio de la infancia, ese momento en el que todo es posible. En el que el vecino adopta las formas del super-héroe sin traje, y la anciana de curandera milagrosa. Y en la que la resolución de todos los enigmas como no podía ser de otra manera, no está en manos de ningún presunto intelectual, sino de un niño. En ese retorno de los adultos a cierta inocencia en la que todo es posible, sólo el prepotente e implacable crítico de cine que cree saberlo todo es el único que está de más.
Una película de semejante belleza hipnótica, con interpretaciones sobresalientes, punteada por imágenes impagables y por un sentido de la narrativa absolutamente ensoñador, de gran potencia emocional y ética, sin embargo no caló. Ni siquiera ayudó su banda sonora delicada y arrolladora y su contundencia en el mensaje. “La joven del agua” llevó a su director al fracaso comercial y artístico y a un descrédito casi absoluto entre el público. Hoy su nombre es casi veneno para la taquilla. Su película comienza diciendo que hubo un momento en que los humanos dejaron de escuchar. Aunque, ojo, también dice que los críticos muchas veces se equivocan.
Pues, sí, hace tiempo que los humanos dejamos de escuchar. Y ese mensaje solidario y de conjunto es algo que podría dr un maravilloso resultado para salir de la crisis: en vez de un emprendedor, cooperativas de emprendedores de pueblos enteros, que aprovechan lo que la naturaleza les da y lo transforman. Volver al origen y transformarlo en riqueza, con el esfuerzo común.
ResponderEliminarPuede que haya sido un fracaso de taquilla pero como idea de futuro no tiene precio.
No la he visto pero doy mucho crédito a tus palabras, quizás porque eres de los pocos que escribes de cine para escribir de la vida. Hay cineastas que caen en desgracia y este pudiera ser el caso. Personalmente, siempre encuentro en su cine un motivo que justifique la película. Abrazos
ResponderEliminarPues no la recuerdo suficientemente bien como para hablar demasiado en profundidad sobre ella, la vi cuando se estrenó en cine, pero he de admitir que fue la primera película del director que me decepcionó. Yo no recuerdo capas ni puzzles si no más bien una simpleza que me echó para atrás. No me pareció malísima ni mucho menos. Aceptable diría. Pero esperaba más. No he visto las dos última películas del director. A ver si recupera el rumbo. Al menos, guste o no La joven del agua era personal. Y como dices, innegablemente hermosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
No he visto esta película ni jamás había oído de ella. Pero tu texto y tu forma de describirla y de plasmar lo que piensas y sientes acerca del mundo en que vivimos me pueden, Víctor, amén del título. No me extraña en lo más mínimo que haya sido un fracaso comercial una película como esta, que reseñas con tantas implicancias, sutilezas, sensatez y verdad. Te mereces un premio a la crítica cinematográfica, pero apuesto lo que no tengo a que no te lo van a dar. Por eso para mí vales oro, amigo, y por eso te sigo, aunque lo que llega a las pantallas argentinas en este momento tan pobre cultural y moralmente hablando por el que está atravesando mi país sea pura basura comercial, y por eso opté por dejar de ver películas hace un tiempo ya.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y mis más vehementes felicitaciones por tu reseña.
Fer
Paradela. Esa es exactamente la idea. Tal vez fracasó en taquilla debido a que pueda parecer un tanto naif esa idea. Aunque estoy contigo, no lo es. Es de una fuerza tremenda. Y luego está el hecho de que se publicitó como un film fantástico con emociones fuertes. Y las emociones son muy fuertes, pero de otro tipo. Un abrazo
ResponderEliminarJose Luis. Muchas gracias.Se agradece la confianza, más teniendo en cuenta que el fracaso en taquilla fue sonoro. Y sí que se intenta hablar también de la vida. El buen cine en realidad no hace otra cosa. Un abrazo
ResponderEliminarDavid Amorós. Te diré que en mi caso estamos ante una película que gana en cada visión. La primera vez que la ví me gustó pero me quedé un tanto extrañado. No entré al juego que propone. La segunda me gustó mucho más, hasta tal punto que he ido a por una tercera en la que me parece muy buena película. Y muy emotiva. Coincidimos en lo visual. Un abrazo
ResponderEliminarMaría Paz. Te agradezco mucho tus palabras, pero te diré tres cosas. La primera que esta misma película hace un comentario muy jugoso respecto de los críticos. La segunda que yo no puedo merecer ni recibir premio alguno pues solo soy un aficionado, nada más. Y la tercera que nunca se sabe, igual la ves y opninas de forma diferente.
ResponderEliminarDe todas formas muchísimas gracias por tus palabras que desde luego,sirven de aliento. El título de la película es "lady in the water", no sé como la titularían por Argentina. Te lo comento por si te apeteciese verla. Un abrazo
No la he visto, ví The village que como propuesta no me desagradó, esas gentes aisladas del mundo exterior por ceder a sus temores(fundados en muchos casos) pero como una secta. Las propuestas de Shyamalan son siempre oníricas y hay que dejarse llevar. Otra cosa es no conseguir entrar en la historia.
ResponderEliminarParece que tú has necesitado tres visionados para apreciarla en todo su valor.
Sinceramente te digo que tu entusiasmo y el completo análisis que sueles hacer excede, a veces , a la propia película (tambien ocurre en caso contrario) pero me encanta leerte. Ya digo que no he visto La joven del agua asi que no puedo ir más allá de tu texto, excelente of course
No sé si estamos en un tunel pero sí parece que el cielo fuera caernos encima (aquí gris oscuro casi negro).
Un abrazo
Abril. Bueno por aquí también. Pero no es que lo parezca es que lleva todo el día cayéndose, osea sin parar de llover.
ResponderEliminarTal vez no me expresé bien. No es que "haya necesitado". Las tres veces me ha gustado. Si no fuese así no hubiese llegado a una tercera visión. Ocurre que la primera pidió una segunda y la tercera cayó por si sola. Siempre tenía la sensación de que no la había acabado de ver y que tenía que volver a verla. Y esa sensación siempre la he considerado muy buena señal.
Exactas son las matemáticas. Y yo fuí de letras, por tanto...aunque no es un tema que me preocupe especialmente.
Me basta y me sobra si disfrutaste de la lectura. Gracias por pasar. Un abrazo
Dicen los físicos, que estamos mucho más preparados para sobrevivir, que para percibir... lo que se hace evidente en cualquier circunstancia o lugar.
ResponderEliminarPero una vez a salvo la especie, (en principio...) parece que haya 'atisbos' de esa percepción del 'otro' que Huntington o Teodorov, enfocan de forma tan dispar... aunque en el fondo, ambos tengan las mismas dudas de la capacidad de comprensión que podamos tener de dicha cuestión.
Lo único cierto, y de nuevo me apoyo en un principio de la la física para afirmarlo...entangled que lo que viene a decir es que todo está conectado, aún a años luz de distancia espacial, mucho más de lo percibimos, sino es a través de la intuición... y eso, es algo que abordan todas las películas que nos traes, de forma bella y efectiva aunque nos cueste creerlo.
Por lo demás, me resultaría difícil escoger, pero no habiendo visto Shyamalan (aún) me quedo con La joven del agua y el Bosque... ambas, aunque por diferentes motivos, me impresionaron muy favorablemente en su día.
Y dado que la wiki, acostumbra a ser muy oscura explicando fenómenos de física que afectan a la conciencia, traduzco :
*es posible generar un par de partículas en un único proceso cuántico, de forma que queden *entrelazadas*, esto es, una medición de un parámetro realizada sobre una de ellas, alteraría de forma instantánea el valor de ese parámetro en la otra partícula. Esta relación entre dos partículas así entrelazadas ("entangled") persiste independientemente del *tiempo* transcurrido o de la *distancia* entre ambas partículas. Es, desde ese punto de vista, un vínculo *indestructible* y *eterno*.
Y perdona por la posible disgresión, pero la verdad, es que tanto tu entrada, como las películas que nos traes, me han resultado especialmente inspiradoras, Víctor.
No la he visto, pero me has abierto las ganas. Nada más que por ser un fracaso comercial a mí ya me interesa, aparte de por el resto de cualidades que señalas de la película.
ResponderEliminarNo sé cómo te las apañas, Vívtor, pero siempre consigues hipnotizarrme con tu prosa. Tus glosas cinematográficas son pequeños tratados morales que me interesan muchísimo. Hilas fino, muy fino, y enfocas esas filigranas emocionales y humanas que a mí tanto me apasionan.
Un abrazo.
M. Night Shyamalan es un buen narrador de historias, de cuentos fantásticos, que si los visionas atentamente dicen más cosas de las que creemos. Por eso sus películas son ricas y se realizan descubrimientos en cada nuevo visionado.
ResponderEliminarA mí también me gusta LA JOVEN DEL AGUA y me resultó extremadamente interesante EL INCIDENTE (lo último que he visto del realizador).
Me ha encantado como siempre viajar por tus reflexiones y mirada sobre LA JOVEN DEL AGUA. Y has dado con la clave:
"Y según M. Night Shyamalan en “La joven del agua” el hombre hace tiempo que dejó de escuchar y se dedicó a conquistar y a luchar. Teniendo en cuenta que estamos en mitad de un desierto vital, nada como este título que remite al hombre y al agua, y que se presenta como un cuento con tremendas cargas de profundidad".
Así que nos dejas las claves para sumergirnos en el agua y escuchar.
Besos
Hildy
No me importa confesar mi ignorancia sobre M. Night Shyamalan, no he visto nada de él.
ResponderEliminarLeyéndote como hablas de la película y de la vida en paralelo, me interesa esta La joven del agua.
El viernes me invitaron, en Barcelona, a hablar del túnel, perdón, de la crisis. La propuesta era hablar en positivo de ella (estoy pensando en publicarlo en el blog) y entre otras cosas decía, y me parece que va al hilo de la película que comentas, Solo de nosotros depende que encontremos la lluvia que haga renacer otra mirada y otra forma de afrontar la crisis que la codicia y avaricia nos ha impuesto como inevitable. Cuestionar las relaciones de poder, ser hipersensibles frente a la autoridad, defender con uñas y dientes la libertad, poner en marcha antes que nada una revolución interior sin la que ningún cambio es posible. Incitar a construir o reconstruir una concepción moral y natural de la sociedad, la libre opción y la libertad de juicio.
Y me quedo aquí que es de mala educación alargarse, pero me has llevado con tus palabras a esa intervención.
Estupenda incitación a ver la película.
Un abrazo!!
Víctor, he de confesarte que la vi hace tiempo y me impresionó muchísimo.
ResponderEliminarLa vi poética, dulce y los actores me encantaron.
Me ha gustado mucho, tu tratamiento: incita a verla.
Quizás la revise. Gracias amigo. Un abrazo, Anna
Cristalook. Pues no siendo ningún experto en física, algo de eso hay, de comunión de partículas que estando dispersas hay que poner en común. De unir diferentes fuerzas que están ahí agazapadas.
ResponderEliminarPuedes explayarte cuanto quieras. Shyamalan es el director de las películas. Un placer tu visita y muchas gracias
Isabel. Ya me gustaría a mi hipnotizar con mi prosa...pero gracias de todos modos. El mérito es de la película, yo solo opino. Aunque estoy de acuerdo en que la película entrelaza muy bien diferentes filigranas. Un abrazo.
ResponderEliminarHildy. Estoy de acuerdo contigo. No soy delos que piensan que dió el pelotazo con el sexto sentido y luego casi todo es un bluff. Para nada. Tiene cosasmuy interesantes. Incluso algunas de las que la gente se ríe por ahí ya quisieran otros. Esa forma única de filmar, dando a cada plano una densidad no abunda. Un abrazo.
ResponderEliminarLaura. Pues lo has captado exactamente igual que yo. El párrafo tuyo lo comparto aunque seamos idealistas y utópicos, da igual. Gracias por insertarlo
ResponderEliminarAhora bien, entiendo que no veas muccho las de este director ya que algunas tienen su toque fantástico´con gotas de terror. Te advierto que esta también.
La película a través de un cuento o fábula inventada habla de la vida, de nosotros, de todos. Por eso creo que merece la pena rescatarla del olvido. Un abrazo.
Anna Genovés. Muchas gracias. Me parece que hemos experimentado lo mismo. Y de eso se trata, de mover a la curiosidad por verla. Creo que el viaje merece la pena. Y repetir también. Un abrazo.
ResponderEliminarEs curioso V, llegaba a pedirte disculpas porque aun no he podido ( y no sé si podré decirte que aunque me entendiste toodo al revés jajaja es una delicia leerte decírmelo... mil gracias por tu comentario y toodo lo demás:)) ahora que te leo aquí, saliendo de este túnel inicial del que como tú, no me creo que esa luz esté tan cerquita como nos venden y por eso te aseguro que aunque me reconozca idiota, ni me gusta serlo, ni tengo intención de acomodarme en la idiotez por mucho que deseen algunos convencernos que se vive mejor ahí ... después nos hablas de una de las preciosidades preciosa más ingiriese que haya visto en los últimos tiempos en el cine... y podría decirte a todo lo que has escrito sobre La Joven del Agua, de Sahyamalan AMÉN y terminaba antes, pero me es imposible decir en corto, lo mágico que me resultó disfrutar de una peli al más puro estilo de los cuentos...
ResponderEliminarDe hecho creo que es un cuento, pero sin el abuso de glucosa que suele hacer que no se les tome en serio y es curioso, porque estoy convencida que si al contrario de como decidió este genio de la cinematografía que es Shayamalan, en lugar de en un escenario real, minimalista y poco glamouroso, hubiera desplegado toda la magia de esta película en medio de una puesta en escena al más puro estilo Hollywootiense, ahora estaríamos hablando del taquillazo del siglo porque pocas películas tan bellas como esta... ¿sabes qué? a mi, justo por no haber caído en lo facilón aun me gusta más...ya me enamoró con el sexto sentido, aunque allí quizá lo comercial pudiera sobre lo mágico, pero aquel niño triste, como esta preciosa ninfa de agua tienen tantísima fuerza en la mirada es quizá eso lo que contagia a todo lo demás de un aura especial...
Donde la cámara filma secuencias antológicas, algunas como la que mencionas, sublime, donde cada cosa está en su sitio, donde los personajes que están fuera de plano se reflejadan en las expresiones de otros actores enfocados en ese momento, donde por si fuera poco todo eso se envuelve con el delicioso celofán de la música de J. Newton Howrd otro gradísimo mago...que esta vez te regalo para compensarte por lo que no pude decirte allí. No sabes cómo me hubiera gustado “debatir” jaja contigo en mi blog...
Perdóname por favor y... ten paciencia conmigo, en cuanto consiga tener más tiempo y menos rollo jajaja... ¡¡lo volveremos a hacer!! si aun te quedan ganas de soportarme... me parece que haré segunda parte, si es así... te espero...¡¡ojalá llegues prontito!! así será más fácil que te llegue yo ¿vale?:))
Muchos besos V y muy feliz semana.
No sé si contarlo, me voy a atrever.
ResponderEliminarCon esa película ,la primera vez y también la segunda, tuve la sensación de vivir dentro de la historia.
Una cosa algo estrambótica, pero que tiene su sentido porque hay una escena de la peli que es idéntica a un sueño recurrente que tengo. Así que no puedo ser objetiva, la película forma parten de mi vida y su mensaje, por llamarlo de algún modo, propone un cambio de modelo de percibir el mundo: una visión trascendente de la existencia, alejada del dualismo; todo está en conexión, entenderlo es vivir de otra manera.
En fin, no puedo más que agradecer que hayas escrito esta entrada.
Un abrazo
María. Todo un detalle el enlace a la banda sonora de James Newton Howard, que le da a la película un sabor verdaderamente especial. Gran banda sonora para una gran película. Hoy coincidimos incluso en que el hecho de reducir la trama a ese escenario único en vez de sacarla a pasear pueda influir.
ResponderEliminarA mi como idea me encanta por todo lo que implica en cuanto al fondo de la historia y sus simbolismos.
Aunque yo me inclino por la idea de que esa apuesta por mirar las cosas con los ojos de la infancia puede descolocar a más de un espectador. No tengo la respuesta en cualquier caso.
Por lo demás, no te preocupes por la respuesta al comentario. Si no llega no pasa nada. Más o menos lo has explicado aquí. No solo se te soporta sino que se agradece mucho la visita. Faltaría más.. Un abrazo
Amaltea. Gracias por compartir algo tan personal. Me alegro mucho de que te hayas atrevido. Te entiendo ya que es una de esas películas en las que si se entra uno se zambulle y siente que comparte el mismo destino de todos los protagonistas. Cosa que por otra parte creo absolutamente.
ResponderEliminarComparto absolutamente tu reflexión, por eso este texto lleva precisamente el título que lleva. Y el agradecimiento es mío. Ver que hay gente a quien le llega de esa forma tan intensa supone precisamente eso, que hay temas universales en los que todos estamos concerbnidos, conectados. Un abrazo
Esa proclamada, ad nauseam, luz al final del túnel, ese mantra, como dices, repetido por quienes nunca pusieron un pie en el túnel del pánico, cada vez se parece más a aquel otro que decía que en España empieza a amanecer. Me pregunto en qué andarán mentidos hoy aquellos tipos que en el 2002 se pasaban los lunes al sol. No guardo gran recuerdo ni de “La joven del agua” ni de “El bosque”, pero te aseguro que tu texto me ha provocado unas enormes ganas de volver a hincarle el diente a la primera. De Shyamalan sigo prefiriendo “El protegido”, que es mi película favorita de superhéroes: la fantasía como de verdad me gusta es dentro de unos mínimos límites creíbles; debe ser mi educación dentro del realismo mágico. Un abrazo.
ResponderEliminarJuan Herrezuelo. Efectivamente, ad nauseam, tanto que terminan aburriendo y haciendo desconfiar a un personal ya de por si curado de espantos varios.
ResponderEliminarVeo que no son de tu agrado estas películas. A mi me encantan, pero bienvenida sea la discrepancia y la nota discordante. Gran película me parece también "el protegido". Y esto, es verdad, tiene una relación lejana con el realismo mágico, sobretodo con el que se cultiva tanto en latinoamérica. Un abrazo
Me da rabia que se me pasen tus entradas, pero cuanto me alegro cuando al fin llego, porque si muchas no las he visto-películas digo-, me las apunto y las veo-que lista, ¿eh?-y si las he visto, nada mejor que leerte para aunar tu visión a la mía y despejar posibles incógnitas que hubiesen prendido en mí.
ResponderEliminarAsí que es un placer múltiple pasar por aquí, y hoy, me has dejado enganchadísima a esta joven del agua que he de ver sí o sí.
Me ha fascinado el tema, su tratamiento, su musicalidad aún sin escuchar bandas sonoras y demás. En fin, que me has entusiasmado con tu entusiasmo.
Una lástima que el mundo hay ensordecido a lo hermoso, que su vértigo le impida ver más allá de este acá que no es desierto, sino un conglomerado de sentimientos cada vez más lejos de la humanidad.
Siento mucho que el director haya tejido con maestría su, en cierto modo, muerte cinematográfica.
Yo la veré, puedes estar seguro.
Besos y mis disculpas por llegar siempre tarde!
:)
Siempre te digo que me maravilla tu manera de ahondar en las películas que muchas veces he visto, y que no he sabido captar la riqueza que tu describes tan bien. Me aportas muchas opciones nuevas y acabo volviendo a verlas de nuevo con tus valiosos datos aportados.
ResponderEliminarAdemás, siempre descubro alguna nueva película interesante. Todo un lujo, Victor.
Marinel. Pues no ha de darte rabia ya que no se te ha pasado. Siempre se llega a tiempo. Yo no lo digo amenudo,pero soy aficionado a entradas antiguas, incluso de hace un año.No importa.
ResponderEliminarLa bandfa sonora la tienes en el comentario que gentilmente ha realizado María. Ha puesto un enlace directo.
Y por lo demás muchas gracias.Espero que disfrutes tanto de la película (o más) que del texto. Un abrazo
Maripaz. Muchas gracias por tus palabras. Solo espero que si llegas averla no te produzca una decepción. Creo que no. La película lo vale. Un abrazo.
ResponderEliminarPues mira que esta peli sí que me gustaría verla y voy a intentarlo de alguna manera. No sé que me has transmitido, V., pero me llega esta historia.
ResponderEliminarAprendo mucho con tus entradas y en este caso, voy mas allá, algo se desprende y se me acerca. De él sólo he visto la archifamosa Sexto sentido, que me gustó mucho más que otras de esta clase.
Un abrazo, que sepas que estás en mis favoritos de los favoritos :) :) :)
Vi el trailer y además me gusta Paul Giamati, así que desde el principio me dio buena espina. Solo me faltaba tu análisis para decidirme del todo.
ResponderEliminarComo siempre, un gusto leerte.
Un abrazo.
Virgi. Muchas gracias por tus palabras. Pues eso hace la película, transmitir. Espero que la disfrutes si tienes ocasión. Un abrazo.
ResponderEliminarSue. Gracias. Creo que merece la pena. Espero que te guste. Y conste que es una crítica de la película, no una promoción, aunque pueda parecer lo contrario. Un abrazo
ResponderEliminarDe este director vi Sexto sentido y me gustó, me atrapó. Se que filmó más películas, pero no las vi. Lo que me gusta de tus críticas es que invitan a ver cine con otra mirada. Esa mirada completa, detallista y que rescata puntos interesantes de las mismas, así se trate de una película "floja". Tus críticas, además de constructivas, ilustran, enseñan a gustar un arte, que aunque tiene sus altibajos, siempre tiene algo especial. Un beso.
ResponderEliminarFiorella. Muchas gracias. Es una mirada particular que como ya imaginarás es subjetiva. Igual la ves y no te gusta...pero si al menos he conseguido que te apetezca verla me doy por satisfecho. Un abrazo
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarSomos los administradores del blog Baúl del Castillo. Hace unos días nos concedieron el premio Liebster Award, por lo cual podemos otorgárselo a otros once blogs. Debido a nuestro interés en tus contenidos, hemos decidido que seas uno de ellos. Aunque haya ocasiones en las que las opiniones sean distintas, siempre es bueno ver reseñas diversas sobre películas que compartimos, sobre todo si están escritas con calidad y desde el respeto. Pásate por nuestra entrada para saber más sobre el asunto:
http://bauldelcastillo.blogspot.com.es/2013/11/noticias-proximamente-en-bdc.html#more
Enhorabuena, sigue mejorando y esperamos que te guste este reconocimiento :)
sobretodo --> sobre todo
ResponderEliminarSaludos.
Mariela. B Ortega. Ante todo daros la enhorabuena por el premio que habeis recibido. Tengo que confesar que no os leo con la asiduidad que me gustaría, pero paso de vez en cuando por el baul de vez en cuando.
ResponderEliminarY es cierto, entre los tres habeis montado una página muy completa. Y también es cierto: una de las razones por las que os visito es debido a que vuestras opiniones no suelen coincidir con las mías. En ocasiones sí. Pero en otras son diametralmente opuestas. Personalmente considero ese ejercicio sanísimo. Contemplar otras miradas y perspectivas ajenas a las mías creo que es muy enriquecedor.
Os doy sinceramente las gracias. Aunque personalmente, más que el premio, que para mí no deja de ser algo simbólico, lo que realmente me satisface es saber que me leeis. Muchas gracias.
Sinceramente contemplo el blog como una afición. Sin pretensión de ningún tipo. No tengo por tanto objetivo alguno más allá de satisfacer el placer por escribir sobre cine, conectarlo con otras aficiones como la literatura o el arte y convertir cada entrada en un pequeño viaje, de ahí el título del blog.
No hay nada más. En alguna ocasión me ha preguntado algún comentarista la razón de que no publique o si deseo ser crítico en algún medio.
Ni me lo he planteado. Y seguramente la respuesta sería no. Hago entradas demasiado largas, lo sé. Pero no me importa. Supongo que esa es la razón de que no tenga 600 seguidores. Cuento con ello y lo asumo.
Lo que si garantizo es una visión, una mirada absolutamente personal, aunque aquí no se sienta cátedra alguna.
No me pidais que elija mis tres libros, discos o películas preferidas ya que me resulta un ejercicio imposible. Hoy unas, mañana otras...
Me pasa otro tanto con los blogs...No leo muchos, pero me veo incapaz de premiar a nadie, que es tanto como decir que los tendría que premiar a todos, incluidos vosotros.
Muchas gracias por la mención. Os seguiré leyendo. Soy seguidor vuestro hace tiempo. Un abrazo a los tres.
Anónimo. la expresión citada admite que sea escrita tanto junta como separadamente. Gracias de todos modos.
ResponderEliminar9. sobre todo. ‘Especialmente, principalmente’: «Me encanta la música ligera, sobre todo cuando es lenta» (Nieva Señora [Esp. 1980]). Es locución adverbial y se escribe siempre en dos palabras. No debe confundirse con sobretodo, sustantivo masculino que significa ‘prenda de vestir, larga y con mangas, que se lleva encima de las demás prendas’ y que, en América, se emplea como sinónimo de abrigo: «Albert Camus posa con el cuello del sobretodo levantado para enfrentar el frío parisino» (González Habano [Cuba 1998]).
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Anónimo. Pues muchísimas gracias. Desde luego, no es lo mismo un adverbio que un sustantivo. Y su uso tampoco. Muchas gracias.
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