miércoles, 20 de julio de 2011

EL AUTENTICO CREPUSCULO


Si alguien piensa que vamos a hablar de la adolescente saga de marras que vaya cambiando cuanto antes de canal.  Tampoco  abordaremos el de los dioses que sabiamente maquinó Billy Wilder en aquel memorable boulevard. En otra ocasión será. Hoy tratamos de un crepúsculo vital, consciente, irrefrenable y con mayúsculas. Vamos pues a lo que hoy toca. Un Paul Newman cansado, escéptico y sentado en la oficina de una comisaría, a punto de ser interrogado como sospechoso de un asesinato, nos susurra con voz en off de forma pausada “me llamo Harry Ross, y esta ha sido mi vida. He sido primero policía, luego detective privado y por último un borracho, aunque entre medio también he sido marido y padre. Muchos en mis circunstancias pensarían que para mi el mundo ha perdido su atractivo, pero se equivocarían”. De esta forma se define a si mismo en “al caer el sol” (twilight) un replanteamiento contundente y sin nostalgia de las fórmulas de cine negro realizado en 1998. Tres años antes el mismo Paul Newman encarnaba a otro tipo pícaro, perdedor pero superviviente nato en “ni un pelo de tonto” (nobody’s fool).”forjamos nuestras propias cadenas” dice Donald Sullivan (Sully para los amigos) al comienzo. Si el anterior se movía sin disimulo en los terrenos turbios del noir, este lo hace en el marco del costumbrismo a la americana.
En principio ambos films, así como su omnipresente personaje central nada tendrían que ver, salvo su principal protagonista, pero no es así. Ambas películas están dirigidas por Robert Benton, producidas por Scott Rudin y Arlene Donovan y lo que es más importante, basadas en sendas novelas de Richard Russo, el cual colabora con Benton en la redacción del guión en ambos casos. Ello nos lleva a la conclusión de que se trata de proyectos personales muy pensados fruto de un interés muy particular de dos amigos, Newman y Benton, en la obra de Richard Russo a la hora de ser trasladada a la pantalla.


Robert Benton, a quien siempre se ha considerado más dotado para el giuón que para la dirección ya había tratado ambos géneros con anterioridad, el noir en títulos como “bajo sospecha” con Roy Scheider y Meryl Streep y el más social y costumbrista en esa obra curiosa sobre los pioneros en tiempos de la depresión que es “en un lugar del corazón” (places in the heart) que le supuso un oscar a Sally Field.
Para solventarlo ya de un plumazo: en las dos Paul Newman realiza dos composiciones magistrales, y uno que se ha criado con el Newman clásico, no termina de tener muy claro si este fenómeno de la naturaleza resulta como los buenos vinos, cada año mejor que el anterior. Hasta tal punto es así que no concibo estas películas sin su imponente presencia.


Afrontar puro cine negro en 1998 sin caer en el revisionismo de cartón piedra no era tarea facil, aunque te favorezca que el año anterior sea el de la realización de “L.A Confidential”. Tampoco estaba de moda el cine costumbrista y rural. Ello convierte a ambos films en dos puntales aislados dentro de la cinematografía contemporanea. Pero ahora viene lo bueno, aunque a primera vista no lo parezca, su estructura y su alma es similar hasta parecer casi uno gemelo del otro, o al menos manejar y trabajar similares elementos dramáticos. Existe una tendencia a la unidad dramática que tiene que provenir por fuerza de la pluma de Richard Russo, pues aunque en apariencia dispares, se plantean cuestiones y temáticas semejantes.
Veamos. Ante todo, ambos son una estupenda tesis sobre el tránsito a la vejez y sus circunstancias y como afrontarla con mayor o menor dignidad. También sobre gente que tuvo un pasado más o menos glorioso y que ahora vive su particular crepúsculo, esa cuesta abajo inevitable a la que todos llegaremos de una forma u otra, y sino peor. Sully en “Nobody’s fool” es un chapuzas para todo que afronta con sarcasmo y soberano sentido del humor su etapa otoñal. Aunque mantiene una lengua procaz, sabe que su tiempo ha pasado. Esas miradas furtivas a Melanie Griffith como diciendo ¡si te hubiese conocido veinte años antes! Lo dicen todo. Harry Ross en “twilight” se encuentra en similar tesitura, es otro chapuzas que lo mismo arregla una lavadora que resuelve (si puede) un chantaje, afrontando con habil sarcasmo no exento de melancolía ese periodo crepuscular. Aun así ambos están dispuestos para la frase ingeniosa y preparados para disparar un último cartucho que sepa hacer sonreir a una mujer, y sino veasé esa maravillosa relación cargada de matices con la teniente que incorpora Stockard Chaning.


Pero las semejanzas no terminan ahí. Ambos personajes viven ligados por estrechos lazos a un matrimonio con problemas en una situación de ambigua y mutua dependencia. Sully con respecto al matrimonio formado por Melanie Griffith y Bruce Willis, ambos en permanente crisis por su irresponsabilidad y sus infidelidades. Su relación amistosa a tres les permite jugar partidas de cartas, robarse maquinaria y demandarse sin perder la complicidad y el buen rollo. Newman: “no pienso volver a trabajar para ti hasta que no me pagues lo que me debes” Willis:“no te debo nada, ni siquiera tienes contrato”. Newman: “es que tu no contratas si no es sin contrato”. Willis: “y es que tu joder, con contrato no trabajas”.
Harry Ross vive al amparo de un matrimonio también crepuscular. Una antigua   estrella de cine a la que se le agota su capacidad de seducción (Susan Sarandon) y un productor de cine enfermo (Gene Hackman) con los que mantiene semejante relación de camaradería forjada por los años y los secretos que los unen. Este último, Hackman, muy guasón le espeta con ironía “Harry, olvídalo, mi mujer hoy no se va a acostar contigo, sube a jugar una partida de cartas”.

               
Las similitudes van más allá. Ambos protagonistas llevan el lastre de su particular herida física, a parte de las otras, las que se intuyen. Sully cojea fruto de una caida de un andamio trabajando sin contrato y sobre Harry Ross planea la idea de que en uno de sus “trabajos” para el matrimonio, recibe de rebote un disparo en salva sea la parte. Ello tiene particular incidencia en la configuración y el ego de dos héroes no ya viejos, sino cansados y heridos, a los que solo el recurso al salvavidas del humor cáustico sirve de consuelo y cauterizante. Ello arroja ciertas dosis de melancolía sobre las dos películas, pero incide más en el antiguo detective, que aunque debe volver a sus lides, la película se encarga de dejar claro que “estamos en otros tiempos” muy distintos a los de Sam Spade o los del propio Harper, interpretado por el mismo Newman.
A ellos se unen personajes en descomposición, como el abogado cojo en “ni un pelo de tonto” o casi todo el plantel en “al caer el sol”.
Si alguno piensa que las similitudes acaban aquí se equivoca. Nuestros particulares quijotes, tienen sus referentes en dos entrañables ayudantes que rozan lo borderline y que aportan un punto cómico a ambas películas, Son dos ingenuos que no se enteran, que admiran al protagonista, le siguen, le obedecen y hasta le veneran como si el mito perviviese aun.


Y ambos films tienen su particular visión sobre la institución familiar, bastante escéptica por cierto. Es más, da la sensación de que tanto Sully como Harry Ross, fracasados en sus respectivos proyectos de familia, han construido un modelo familiar alternativo formado por amigos variopintos, entrañables borrachos y ancianas que no cobran el alquiler (magnífica Jessica Tandy en su última película). Es más, el personaje de la hija del matrimonio en “twilight”  se encarga de recordar a Harry su situación: “oye Harry, te comportas como si fueses de la familia, pero no es así, no eres más que un empleado”. Ambos son aparentemente humillados constantemente. A Sully el personaje del contratista que incorpora Bruce Willis le suelta tras perder el juicio por indemnización por lesión en la pierna “no te preocupes, America es un gran pais, solo aquí permitirían a un cojo y un lisiado como vosotros entrar en un tribunal y poder hablar con un juez” en alusión a la extraña pareja que forma con el abogado impedido.
No obstante, aunque ambos protagonistas estén mermados, sean mayores y atraviesen su particular ocaso crepuscular, no son, tal y como dice el título de uno de los films ni un pelo de tontos. Acumulan mucha sabiduría, experiencia y sentido común, y mueven sus cartas con mayor habilidad de la que parece. Por cierto la baraja es uno de los leit motivs de ambos films. Y Robert Benton se maneja con gran soltura en ambos géneros dando como resultado dos films notables y muy dignos, con guiones trabajados y personalidad propia. De esos que cada vez es más raro ver y que desde luego convendría abundaran más de lo que lo hacen. Absolutamente recomendables, juntos o por separado.       

11 comentarios:

  1. Hmmm.......... me has pillado en mi punto débil, no debil, flojo, flaco, tenue, blando, frágil,endeble, laso...... PAUL NEWMAN... He visto las dos películas, claro. Me gusta más la primera que la segunda....... pero vamos, no seré yo quien saque una pega.

    Me ha gustado tu análisis, no tenía ni idea de que existían tantos puntos en común, salvo el obvio de la edad. Ya sabes, soy una peliculera irredenta... y me levanto el sombrero ante los cinéfilos que me explicáis porqué me gustan tanto las películas, en este caso, del gran Newman.

    Un saludo.

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  2. Yo recuerdo ver ambas hace bastante tiempo y al igual que a Laura, me gusta más "Al caer el sol" y tampoco sabía nada de su mismo origen literario, ni de la coincidencias de director. Tu análisis detallado denota sentido de la observación y el estudio. Ha sido muy interesante. Un abrazo.

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  3. No he visto ninguna de las dos pero me ha gustado tu descripción de las tramas y las anotaciones sobre sus semejanzas, no es raro encontrar esas similitudes porque como dices comparten director y guionista, es recurrente volver a las ideas que nos movilizan y seguro es lo que sucede con los realizadores. Decir que Paul Newman es un actor fascinante, verlo en su propio ocaso también es parte del ciclo del cine, anoto entonces las cintas y espero verlas en el futuro. Gran análisis. Un abrazo.

    Mario.

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  4. Laura, Newman nunca falla,tienes razón e incluso en los papeles de más adulto como es el caso es una auténtica gozada verle en acción. Imprime a ambas películas un "no se que" que solo los grandes se pueden permitir. Suponía que te gustaría. Un saludo.

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  5. David. A mi me gustan las dos, cada una en su estilo, aunque entiendo que el cine negro tira más. Y ha sido una curiosidad el hecho de que descubra tantas coincidencias temáticas, y alguna otra que me dejo por no extenderme.Me parecen dos películas que recuerdan el cine artesanal der antaño, ese que tanto se hecha en falta hoy en día. En realidad como estas y mejores en los cuarenta las hacían como churros. Hoy son una excepción. Un saludo.

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  6. Mario. Son dos estupendas películas.No te arrepentirás. Esta claro que el universo que se describe interesa de modo personal a los autores, y ello queda plasmado en el resultado. Por lo demás, te diré que ambas tienen dos bandas sonoras magníficas, de Howard Shore y el gran Elmer Berstein, respectivamente. Un saludo

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  7. Habia oido de ambas cintas, pero aun no las he visto, pero seguro pronto lo hare porque ando viendo peliculas de Newman desde su juventud hasta ya su madurez. Vi Camino a Perdicion cuya interpretacion es memorable, este par de films ya caera entonces. Me ha gustado la reseña y sus comparaciones.
    Saludos!

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  8. Daniel. Si estás haciendo un repaso a su filmografía, estas dos cintas de Newman no deberías perdertelas. Son tal vez m,enos conocidas que sus clásicos, pero muy interesantes.No lo lamentarás. Gracias por tus palabras. Un saludo.

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  9. Estoy de vuelta y dando un rápido repaso a las últimas entradas y ¡ zas! me encuentro con ésta que me ha encantado. Enlazas de una manera brillante los dos trabajos de un Newman que se crece con la edad ( sí ello fuera posible aún más )
    Es lo que tú dices, hace suyos los personajes y te crees lo que dice lo que hace..son personajes de carne y hueso..con esa picardia en la mirada que nunca envejece.
    ¡ Qué ganas me dan de ponerme a darles otro repasito !

    Un saludo afectuoso :-)

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  10. Pues muchas gracias Abril. Encantado de tenerte de vuelta. Aunque siendo un poco malicioso te diré que tu opinión no es objetiva: sabido es que eres una convicta y confesa admiradora de Newman en cualquiera de sus facetas y versiones. Una fan fatal que vive prisionera de esos ojos azules. Aun así, y hablando en serio, tienes razón, en ambas está absolutamente magistral.

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