Retomamos aquí el experimento iniciado hace algunas semanas en relación a actores y actrices cuyo camino no ha sido precisamente un camino de rosas, y que lejos de labrarse una carrera potente y perdurable, describen una trayectoria profesional que presenta demasiadas curvas, esas que hacen que progresivamente vayas cayendo en el olvido, aun cuando ese no pareciera ser su destino. La filmografía de Elisabeth Shue es paradigmática al respecto. Y hay que decir que oportunidades no le han faltado. Es cierto que algunos la menospreciaron injustamente en sus inicios por ser el rostro de la cadena de hamburguesas Burger King, y otros, los que más la admiran, prefieren no hacer mención a sus primeros títulos debido a que chirrían demasiado. Ahora bien, no todo el mundo tiene la oportunidad de colarse en auténticos taquillazos en sus comienzos profesionales a mediados de los ochenta. El problema es que todos recordamos esas películas por múltiples razones, pero todas ellas ajenas a su intervención. Es el caso de “karate Kid” o la segunda y tercera parte de “Regreso al Futuro”. A lo largo de los ochenta interpretó demasiadas veces a “la chica de la película” en el más peyorativo sentido del término. El caso más evidente lo encontramos en “cocktel” un auténtico bodrio a mayor gloria de Tom Cruise.
Pero después todo cambió. Tiendo a pensar que debió de cambiar de representante, o que ella misma se dio cuenta de que por ese camino tenía los días contados. El caso es que de buenas a primeras nos la encontramos en “the underneath” de Steven Soderbergh, estimable film noir a recuperar, y que le sirve de lanzamiento para realizar al año siguiente, 1995 “leaving las Vegas” y alcanzar el reconocimiento internacional. De pronto el mundo entero descubre que Elisabeth Shue no solo es una cara guapa sino que sabe actuar, y es capaz de manejarse con soltura en papeles dramáticos. No soy precisamente un fan del film de Mike Figgis, pero hay que reconocer que Shue está notable en su amargo retrato del desarraigo. Es su momento más álgido y por tanto le llueven las propuestas, por lo que se mete en proyectos de interés, caso de “el efecto dominó” o “Palmetto”, pero que curiosamente no dan buenos resultados en taquilla.
La situación se invierte, ahora trabaja con directores de prestigio (Koepp, Schlondorf) y su labor es reconocida, pero desaparece del panorama mediático. Y la alta vanidad de los actores es conocida. Solo así puede explicarse que se embarque, justo cuando está en su momento profesional más alto en un despropósito comercial destinado exclusivamente a escalar en la taquilla como “El santo”, una flojísima película de acción y gran presupuesto, fiasco sin paliativos, donde tal vez lo único que se salve es ella.
El varapalo es de órdago, y toca de nuevo reconstruir su imagen fílmica. Y Para ello no basta con meterse en un papel secundario, que no llega a los diez minutos en “desmontando a Harry”, buscando la coartada de ser una chica Allen, ni participar en un horroroso film de terror acompañando a un Robert de Niro en horas bajas, caso de “el escondite”. El caso es que se ha pasado la última década deambulando por films intrascendentes y desperdiciando su talento, caso de “Dreamer” junto a Kurt Russell. Solo hay una excepción, y es su soberbia interpretación en “el hombre sin sombra” de Paul Verhoeven, donde, tal vez en una de sus mejores composiciones recupera un vigor dramático encomiable. Porque por si no ha quedado claro, conste que Eisabeth Shue demuestra en varias películas no solo ser una belleza, sino convertirse en una actriz estupenda, una mujer cuya experiencia y sus muchas películas le han ido otorgado progresivamente una presencia en pantalla donde demuestra ser poseedora de muy variados recursos dramáticos. Por eso es una auténtica pena que repasar su carrera resulte, salvo contadas excepciones, un auténtico camino de espinas, que como no, termina derivando en la tv, en una serie titulada “Gossip Girl”, la cual no voy a comentar ya que jamás la he visto, o participando en un telefilm cuyo título ya hace temblar:”Hamlet 2” .
Ahora regresa de nuevo de la mano del “enfant terrible” del cine fantástico y de terror, Alexandre Aja, en una nueva versión de Piraña, aprovechando el formato 3D. La cuesrtión es que estamos en 2011. Imagino que durante el rodaje habrá tenido tiempo de reflexionar, y se habrá reido irónica y maliciosamente. La razón, ella interpreta a la experimentada sheriff local, y ahora son otras jovencitas guapitas de cara las que enseñan palmito y se prestan a repetir el papel de chica de la peli, ese que tanto practicó ella en sus inicios. Para colmo las de hoy encima terminaran siendo devoradas por las pirañas, auténtica metáfora, ya que seguramente pronto también se las comera otro monstruo más feroz y nada compasivo con la mediocridad, el cine.
Comparto plenamente todo lo que escribiste, me gusto bastante esta secci´n de tu blog. Shue es un rostro lindo de ver, una de las actrices más guapas de los últimos años, y no logro entender porque tampoco logró destacar mayormente en ese sentido. Actoralmente, como indicas, en papeles a demostrado un buen nivel (El hombre sin sombra, El efecto dómino, hasta en El Santo brilla en momentos), pero tampoco sobresalió mucho en Hollywood por su belleza, siempre mantuvo un perfil bajo. Ese estatus más silencioso quizás también haya ayudado a que no destacara mayormente en su carrera. Ojala le llegue algun papel que le brinde un segundo aire, como sucedió con Diane Lane y su magnífica labor en "Infidelidad".
ResponderEliminarSaludos!
Elizabeth Shue me parece tremenda belleza y lo que más me gusta de ella es que destila ternura natural sin esfuerzo, en "Leaving Las Vegas" hace de prostituta y aunque aborda perfectamente el papel ni se le nota la apariencia vulgar propia de esas mujeres porque son de las que uno se puede enamorar tontamente, por eso rápidamente encajó con Hollywood en esos papeles de chica linda que solo acompaña, sin embargo se le puede catalogar de una buena interprete a pesar de haber trabajado en muchas películas comerciales, además es muy sensusl, en "Palmetto" tiene una escena con Woody Harrelson impactante. En "El Santo" vuelve a capturar la atención con su dulzura pero ya se vislumbra su caída en películas intrascendentes casi nulas, lo que vino después fue desaparecer lentamente de la pantalla grande, lo cual es una pena porque se pierde un talento que además tiene un rostro bonito. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Christian. En realidad, su etapa de rubia guapa es la menos interesante. Lo curioso es que al contrario de otras actices, su caso es singular pues mejora notablemente como actriz como los buenos vinos, a cada año y con cada arruga, pero no saca partido de ello.Un saludo
ResponderEliminarMario. He titulado caso abierto, precisamente porque creo que su carrera aun no ha acabado. Cualidades le sobran y tiempo para demostrarlas también.Saludos
Es una lástima ese descenso a la mediocridad de Elisabeth Shue, porque es una mujer bellísima y una buena actriz, pero cierto es que se lo ha ganado a pulso. La película de Aja, no la sacará de la mediocridad en la que está instalada, sino que tal vez, la acomodará más en ella. Una auténtica lástima. Esperemos su sorpresiva resurrección antes de que deba encargarse de ello el bueno de Tarantino. Un saludo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Aunque el remaque de Piraña se prevé llenará las salas de amantes de emociones fuertes, no creo que sirva para su rehabilitación como actriz, aunque si que es cierto que su nombre volvera a sonar en una película presumiblemente taquillera, colocandola de nuevo en el mercado.
ResponderEliminarde alguna forma sea como sea piraña la relanzo, y ella merece ser reconocida, obvio le quita el perfil de actriz de nivel, pero regresa de apoco al exito;)
ResponderEliminarQue el Santo es un bodrio dices? Pues lo será para ti. A mi me parece un peliculónn. Hay que ver la de chorradas que decís los que sabéis de cine.
ResponderEliminar