Con frecuencia se recuerda a los grandes del cine detrás de la pantalla, pero sobre todo delante. La mitomanía y la cinefilia se nutre en gran parte de multitud de iconos cinematográficos, no cuento nada nuevo. Sin embargo, no muy a menudo se indaga en el fracaso artístico. Se inaugura por tanto aquí una sección periódica dedicada a toda esa gente que hoy vive en el olvido. Gente que conoció una fama efímera y cuya estrella dejó de brillar, o bien que por unas u otras razones, tal vez mereciéndolo no llegaron nunca ni a probar las mieles del éxito, ni a tener consideración crítica. El objetivo es, por un lado recuperar su memoria, y por otro tratar de comprender las razones de su progresivo descenso creativo hacia el olvido, hasta llegar a su práctica ausencia en las pantallas en la actualidad. Si la opera prima de Steve Zaillian iba “en busca de Bobby Fischer” desaparecido del mapa, aquí realizaremos nuestro particular searching for…
Kelly Mcgillis tuvo a mediados de los ochenta un despegue fulgurante. Participó en la notable “único testigo” de Peter Weir y al año siguiente 1986, en el adrenalínico taquillazo de la temporada “top Gun” de Tony Scott. En ambas desarrollaba muy bien el mismo papel de reprimida sexual que frente al contacto varonil tiene que lidiar una sorda batalla entre sus férreas ideas y sus propios impulsos naturales, ante los que finalmente explota. Actriz de recursos muy físicos y mirada muy limpia, su imponente presencia y su prestancia no dejaron indiferentes a nadie.
La década de los 80 le fue bien. Posteriormente se decantó por un ultra romántico y naif film de autor, “made in Heaven” de Alan Rudolph, fracaso de taquilla, pero volvió a cosechar el éxito con “acusados” de Jonathan Kaplan, film que le valió un oscar a Joidie Foster. Es a partir de un film de intriga y espionaje, con toques también románticos, “la casa de Carroll Street” a finales de los ochenta cuando progresivamente desaparece del panorama. A Ello hay que añadir que, curiosamente todos sus partenaires en esos films siguen hoy en activo: Tom Cruise, Harrison Ford, Val Kilmer, Jodie Foster o Jeff Daniels siguen trabajando a película por año.
Las razones de su progresivo declive se pueden centrar en dos cuestiones. Una profesional, y otras personales. La profesional alude al hecho de que salvo en su arranque, siempre se la consideró una actriz muy apegada a su físico, fría y no precisamente dotada de variados recursos dramáticos, con serios problemas con la comedia, por ejemplo. Gustaba su aspecto, su bello rostro, pero tal vez careciese de la suficiente fuerza dramática, sobre todo porque se aficionó a embarcarse en cintas ambientadas en el pasado, y tal vez los diseños de producción de tarjeta postal no le permitieron desarrollar su potencial físico y sensual. También se han llegado a argumentar soberanas estupideces: se decía, yo lo he leido, que puesto que era muy alta (mide alrededor de 1,80) ello hacía especialmente complicado encontrar galanes a su altura, y por lo tanto papeles jugosos.
Pero hay quien aduce razones personales. De entrada, el asalto a su casa y la múltiple violación de que fue objeto marcaron al parecer su vida de forma severa. Todo ello le lleva a un proceso difícil, alcohol y desintoxicación incluidos, del que al parecer sale finalmente airosa cuando sorprendentemente se declara abiertamente lesbiana. En ese tránsito, como veran, a parte de cuestiones que nada tienen que ver con el cine, realiza alguna película curiosa como “el cazador de gatos” de Abel Ferrara, pero sus intervenciones son cada vez más en papeles secundarios y esporádicos caso de “a primera vista” de Irwin Winkler. El aura y magnetismo que desprendía aunque no habían desaparecido si que nunca volvieron a brillar a la altura de antaño. Incluso llegó a implicarse en productos claramente alimenticios, caso del biopic familiar sobre la vida del jugador de béisbol Babe Rhut “el ídolo”, junto a John Goodman.
No obstante, puesto que su carrera nunca llegó a morir del todo, inesperadamente reaparece. Curiosamente en su madurez, espléndida por cierto, encuentra muy de tarde en tarde acomodo en papeles en principio inesperados y nuevamente hot interpretando en Broadway a la sra. Robinson de “el graduado” o haciendo papeles de lesbiana en el trhiler erótico “el círculo intimo” o la serie “the L word”. Pero no hay que engañarse. El acomodo de la tv marca como para tantos otros su definitivo declive. Son además apariciones puntuales, lejos, muy lejos de la gran actriz que prometía y cuyo recuerdo, si perdura, quedó a mitad de camino de todas partes.
"Acusados" es una excelente película en donde actua de la abogada decidida a ayudar a la muchacha violada (Jodie Foster). Por cierto he visto fotos de ella actualmente y en comparación con Tom Cruise se le ve bastante mayor, pensar que fueron pareja en "Top Gun". Reconozco que no la he visto desde hace tiempo y me costó identificarla, pero ésta sección de tu bitácora me ha parecido estupenda porque me la trajo a la mente, recordar a los actores que estan olvidados cera curiosidad, una que quiero hacer mención es Elizabeth Shue que tiene muy buenas películas e incluso muy populares en su haber y hace un tiempo ha desaparecido se podría decir. Ya no es mainstream. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Mario, comentarte que si te gusta Elizabeth Shue,tendrás oportunidad de verla pronto pues es la protagonista de la nueva película de Alexandre Aja, una nueva versión de Piraña que se ha filmado, como no en tres dimensiones. No obstante irán apareciendo otros rostros desaparecidos de las pantallas.Un saludo.
ResponderEliminarHola, comentar que es una pena que Hollywood tenga este caracter tan indistrial. Por otra parte, señalar que aunque fría, para el papel de Top Gun estaba perfecta. A veces, el verlas de mala leche también desprende erotismo.
ResponderEliminarUn saludo.