Uno de los cauces que permiten analizar el fenómeno cinematográfico con más nitidez es el remake. El análisis comparativo de una obra original y su versión posterior puede arrojar mucha luz a los ojos de la crítica y de ahí que se inaugure en esta página una nueva sección periódica dedicada al estudio del remake. Los honores van a correr a cargo de Robert Aldrich y John Moore, los cuales llevaron a la pantalla respectivamente en 1965 y 2004 “el vuelo del fénix”. En ambas se narra la misma historia sin apenas variaciones, el accidente a raíz de una tormenta de arena de un avión cargero en el desierto y las desventuras sufridas por el nutrido grupo de tripulantes hasta reconstruir el aparato y salir por sus propios medios de tan hostil situación.
Ante todo cabría preguntarse que llevó a uno y otro director a hacerse cargo del proyecto. En el caso de Aldrich, cuadra perfectamente con el tipo de cine que solía practicar. Muchas veces se ha hablado de la frontalidad de su estilo. El tema de la rivalidad y la camaradería casi siempre masculina encuadrada en entornos hostiles, no le eran ajenos. Hay siempre en su mirada recia un abrupto y minucioso estudio del hombre en circustancias adversas y enfrentado tanto a la naturaleza en su aspecto más crudo como a su propia inteligencia para vencer adversidades. El autor de “la venganza de Ulzana”, “Veracruz” o “la banda de los grissom” incorporó al cine una visión donde la violencia primero soterrada y luego explícita se convirtieron en marca de la casa dando lugar a duelos descarnados, caso de “que fue de Baby Jane”. Por tanto colocar a un grupo de doce hombres en una situación progresivamente extrema le sirve a Aldrich de campo abonado para construir una aventura compacta, en un solo decorado, con personajes psicológicamente diferentes, enfrentados y que deben unir fuerzas pese a sus diferencias en una situación desfavorable.
¿y las razones de Moore en el año 2004? Pues seguramente que se lo encargó el estudio, después de los buenos resultados de taquilla de un lamentable film titulado “tras la línea enemiga” en el que, curiosamente, un soldado en plena guerra de los balcanes debe saltar de su caza y buscarse la vida en territorio enemigo a ritmo de videoclip. No se me ocurren otras razones. O más bien si: la galopante carencia de guiones propios en la antigua fábrica de sueños, o el intento de repetir los buenos resultados en taquilla del film precedente.Lo cierto es que lo que si se puede constatar ya desde el comienzo es que los intereses de uno y otro son muy distintos. Por ejemplo, el aterrizaje forzoso y posterior accidente para Aldrich carece de mayor importancia, hasta el punto de que el mismo transcurre ¡durante los títulos de crédito!. Sus objetivos como cineasta comienzan después. Sin embargo, Moore cuatro décadas más tarde, dedica todos sus esfuerzos en montar y planificar una tormenta de arena y un aterrizaje forzoso lo más espectacular posible y en dolby surround. A este lo que realmente le preocupa es colmar las expectativas del público cuanto antes incorporando las dosis de espectáculo pirotécnico que toda película pop-corn debe contener. Y lo que viene después es mas bien para él un incordio, anodino, salvo un par de escenas de puro fuego de artificio.
Aldrich por el contrario, una vez ha aterrizado, compone un complejo estudio de personajes más que interesante ante una misión tan aventurera como vibrante. El piloto con sentimiento de culpa que ignoró, no concediéndole demasiada importancia la tormenta de arena, y que incorpora James Stewart, se merienda literalmente a un irónico aunque esforzado Dennis Quaid, en la versión actual. Pero no queda ahí la cosa. Es que Aldrich cuenta en su reparto con un auténtico dream-team de lujo. Nada menos que Peter Finch, George Kennedy, Richard Attenborough, Ernest Borgnine y Hardy Kruger entre otros. Y ahora viene la obviedad: Los secundarios de ahora mismo, incluido Giovanni Ribisi y el televisivo Hugh Laury (si, el afamado doctor House) no tienen ni de lejos ese nivel. La poca confianza que la versión actual tiene en ellos y en la historia se palpa muy rápido, justo en el momento en que deciden introducir en el reparto a una mujer, Miranda Otto, cuya función es a parte de dar a la cinta un “toque femenino” hacer de aguerrida y contestataria mujer hawksiana con insatisfactorios resultados.
Si el desarrollo dramático está mucho más trabajado en el film original, la resolución progresiva del conflicto también tiene mucha más fuerza. En la versión Aldrich, la inteligencia para salir del trance la pone un reservado y orgulloso pasajero alemán, que no sin objeciones se coloca al mando del grupo, y cuyo origen (el final de la guerra no quedaba lejos) crea numerosos recelos en el resto, incluido el capitan y el piloto, que deben ponerse a su servicio aun cuando descubren que en realidad solo es ingeniero aeronáutico de maquetas de juguete.
En la versión 2004, Giovanni Ribisi, que incorpora al mismo personaje, ya no es un ario que se hace respetar, sino un tipo esquivo y acomplejado, que juega a hacerse el rarito, extravagante teñido de rubio, y sus razones no obedecen a su inteligencia, sino al capricho de mandar y ser obedecido.
En cuanto al sentido de la puesta en escena y la progresión dramática Aldrich sale ganando por goleada. El film original respira sobriedad y clasicismo de ley, de ese que ya no se estila. John Moore, carece de estilo propio. Influenciado por los múltiples videoclips musicales con los que se formó, se convierte en un director muy inquieto que mueve cual adolescente excesivamente y sin mucho sentido la cámara, supongo que por que piensa que así el film será más llevadero. Se equivoca por completo. Al final, los dos aviones consiguen despegar, solo que en el primer caso palpas el esfuerzo humano a contracorriente, mientras que en el segundo hace ya más de media hora que todo importa un pimiento y el film, acogiéndonos a la metáfora clásica que inspira su título, en ningún caso resurge de sus cenizas.
No he visto el clásico pero los nombres de los actores simplemente ya hablan por la película, el remake del 2004 lo he visto y me pareció entretenido si bien ya casi lo tengo olvidado.
ResponderEliminarLos remakes venden porque se desconocen las versiones originales pero cuando uno los descubre se queda anonadado de la diferencia, muy pocas veces una segunda filmación de la misma historia tiene éxito, generalmente porque son adapataciones de libros más que de filmes porque el dirctor puede sacar su propia interpretación pero por naturaleza algo bien hecho en el arte no se vuelve a repetir en su misma forma. De todas formas nuevas generaciones exigen películas actualizadas y eso es lo que hace Hollywood, no obstante el arte yace en la esencia, en el pasado. Un abrazo.
mario.
Yo de los remakes ya estoy escocido, pero habrá que aguantarlos, porqu Hollywood, tiene el seso seco. La huida paara adelante no es la solución. La MGM en apuros financieros prentende sacar un remake de Robocop. Da igual su calidad, porque el nombre vende. Por eso estoy en contra de los remakes. En el vuelo del Fenix pasa un poco lo que me temía... y no es cuestión de ser mejor o peor, simplemente si no puedes superar algo, es metraje insulso y adicional. Ya verás, acabarán haciendo remake de Casablanca.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por pasarte :)
ResponderEliminarLa verdad es que tienes toda la razón, la crítica de REC la escribí hace mucho tiempo, pero el otro día la hicieron en la tele y la ví, pierde bastante tienes razón.
En cuanto a tu entrada, ví la película hace mucho tiempo, casi ni la recuerdo, pero lo que dice Mario es verdad, el reparto habla por sí solo. Los remakes en general no me gustan mucho, aunque he tenido la suerte de ver algunos que han superado (a mi parecer) las versiones originales, eso sí, tampoco es que sea un género que vea en muchas ocasiones. Una entrada muy buena.
Un saludo.
Mario.La película de Aldrich, merece la pena. Y efectivamente el reparto es uno de sus grandes atractivos.El hecho de que ya apenas recuerdes la versión actual lo dice todo.Es un mero pasatiempo que no molesta, entretiene, pero olvida con facilidad.
ResponderEliminarEmilio. Yo si espero que esta nueva sección tenga su interés y depare sorpresas. Permite ver como es el cine en diferentes momentos y con visiones distintas. Independientemente de cuestiones industriales y económicas, se abordaran remakes que permitan cierto análisis, no bodrios sacacuartos. Saludos
Alis. De eso se trata. No siempre cualquier tiempo pasado fue mejor. Un saludo.
ResponderEliminarCómo dijo un comentario anterior, los nombres ya hablan por la película. El clásico es un filme que deja poso, agobia y aturde, el remake cómo mucho entretiene, simple y llanamente. Me gusta la comparativa.
ResponderEliminarUn saludo.
Bienvenido Emilio. Espero que la sección de de si lo suficiente como para sacar conclusiones jugosas. Un saludo.
ResponderEliminarHola V. Me parece una sección muy interesante, la de analizar remakes, un poco porque es un "género" tan menospreciado, y la mayoría de veces con razón, que no se suele analizar por la crítica, así que me parece una idea atrevida e interesante. Por desgracia, no he visto ninguna de las dos películas que propones y no puedo opinar sobre ellas, aunque estoy segurísimo que estaría de acuerdo en que es mejor la de Aldrich. Ánimos y un abrazo.
ResponderEliminarDavid. En ocasiones el menosprecio ál remake está más que justificado. No obstante, se intentarán evitar los ejemplos mas sangrantes y chuscos para buscar otros más atractivos. Un saludo.
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