miércoles, 13 de julio de 2011

DOS VIAJES CON DESTINO EN YUMA





















No, no vamos a hablar de aquel estupendo “Yuma” donde trabajó nuestra superstar Sara Montiel haciendo de india. Otra vez será. Vamos con ese periódico repaso al remake como fenómeno que venimos realizando. Aunque si, en esta ocasión le va a tocar turno al western. En 1957 y 2007 respectivamente se llevaron a la pantalla dos versiones de la novela de Elmore Leonard “3:10 to yuma”, o lo que por aquí conocemos como “el tren de las 3:10”. La primera es obra de Delmer Daves, la segunda de James Mangold y fueron realizadas ambas al amparo de dos majors. El tema permite analizar no solo los dos films en concreto, sino además el contexto en el que fueron realizados y su posición real dentro del género.
Si a uno le preguntan cinematográficamente por 1957 rápidamente vienen dos cosas a la mente. Es el año de dos muertes muy significativas: Por un lado la de Humphrey Bogart, mito clásico por excelencia, y por otro el del anuncio del próximo cierre de RKO, nada menos que el estudio que produjo “Ciudadano Kane”. Estamos pues ante una etapa de tránsito en la que el cine clásico de los estudios no ha muerto aun, pero donde empiezan a verse indicios de que estamos ante el germen de una mutación en la forma de concebirse esto del celuloide.


Así, aunque se siguen produciendo notables clásicos en glorioso blanco y negro como “testigo de cargo” o en color (“tu y yo”) Hollywood empieza a decantarse por las superproducciones de gran aparato en pantalla grande y technicolor. Son los tiempos en los que triunfan titulos como “la vuelta al mundo en ochenta días”,  “los diez mandamientos” “gigante”  o “el puente sobre el río Kwai”. Esto coloca al film de Delmer Daves como una producción modesta en la órbita de los westerns psicológicos estilo “solo ante el peligro” o “el último tren de Gun Hill”. Un proyecto que en su concepción mira de reojo al pasado. Hay que pensar que la competencia de la tv hace que Hollywood se comience a plantear films a lo grande, con super estrellas, decorados inmensos y multitud de extras: “Ben Hur” está a la vuelta de la esquina, y no tardará en llegar “horizontes de grandeza”.
En cuanto a la versión de 2007, constituye una pieza aislada, una rara avis que en España tardó más de año y medio en estrenarse debido a esa constante muerte y resurrección del western que llevamos padeciendo los últimos años. Ya saben que hay quien entiende que el western murió cuando Tom Doniphon disparó a Liberty Valance. Luego hemos conocido su deterioro con sabor a spaghetti y diferentes y sucesivas reapiraciones que están en la mente de todos y siempre bajo el sempiterno epígrafe del western crepuscular.


 Aun así hay buenos ejemplos modernos, pero eso si muy aislados y sin conexión alguna, pues poco o nada tienen que ver títulos como “open range” o “Gerónimo, an american Legend” por citar dos cintas excelentes y por cierto, bastante menospreciadas. Cabría por tanto preguntarse si el género como tal existe o no hoy en día por el mero hecho de que de vez en cuando aparezca “una del oeste”. Para no ir muy lejos: Ahora se nos anuncia un proyecto descaradamente alucinante y desvergonzado “cowboys & aliens” operación inclasificable sobre la cual no quiero ni pensar que opinarían Ford, Mann, Hawks o el mismo Peckinpah.
Pero volvamos a los films, que nos dan las 3 y 10 divagando. Mucho se ha hablado sobre comienzos estelares en la historia del cine. Pues bien, me atrevo a decir que la versión de “el tren de las 3:10” dirigida en 1957 por Daves posee uno de los más líricos y hermosos que uno puede contemplar en pantalla. Sobre un terreno agreste y plano, semidesértico, aparece minúscula por la zona izquierda superior del encuadre una diligencia, la cual describirá suavemente una hermosa elipsis en forma de curva hasta acercarse en un magistral plano secuencia hasta nosotros cruzando la pantalla. Si tuviera que elegir en uno de esos concursos tan de moda una imagen o secuencia que definiera en un solo plano lo que es el western clásico sin duda sería esta.


Lo que viene después es sencillamente majestuoso. La diligencia ha de detenerse al topar con unas cabezas de ganado. Tras el polvo levantado por la manada se encuentra estratégicamente situada a caballo la banda de forajidos de Ben Wade (Glenn Ford). Los jinetes aparecen como figuras fantasmales al despejarse la polvareda, y sin decir palabra, los miembros de la diligencia entienden la situación y levantan sus manos en señal de rendición. El uso de la economía expresiva a través de potentes composiciones horizontales y miradas penetrantes convierten el atraco en una pieza cinematográficamente modélica. Estamos ante el género en estado puro, ahí donde los mitos aparecen en su propia esencia.
Algo que James Mangold en 2007 no puede permitirse. Ya lo intentó en “Copland”, pero los códigos del western han sido en las últimas décadas tan manoseados y pisoteados con subproductos del tipo “bandidas” con Penelope Cruz, que recuperar el esplendor de antaño no es tarea facil. Mangold lo sabe, de ahí que opte por una solución inteligente, recuperar la mitología propia del género cuanto se pueda por la vía de la ensoñación. El primer plano de la versión 2007 nos muestra al hijo del granjero leyendo a hurtadillas en la cama un tebeo sobre forajidos de leyenda. La secuencia no tiene desperdicio, por cuanto ya se nos avisa en ese plano que aunque en pleno far west, estamos en un estadio posterior al momento en que se forjaron sus supuestos mitos, un periodo tardio en el que ya se añora con nostalgia los viejos tiempos del clásico héroe del oeste con mayusculas que resolvería rápidamente los (sus) problemas. Lo que no sabe todavía el muchacho es que no tardará en toparse de bruces con esa herencia mitológica del western, aunque la aparición sea doble y esté a uno y otro lado de la ley.


Aunque ambas películas parecen tratar la misma trama, la custodia del forajido por un granjero en apuros hasta subirlo en el tren que lo conducirá a la prisión de Yuma, ambos son muy distintos. La versión de Delmer Daves se centra en el estudio psicológico de personajes a los que encierra en un hotel en el que se dirimirán cuestiones morales en el divan del colchón. Dan Evans (Van Heflin), es un granjero orgulloso que tiene la mala suerte de vivir lejos del rio y reza por que llueva, y su abnegación causa la admiración de su mujer y sus hijos. Para él, los doscientos dolares que le pagan por el trabajo se convertirán al final en cuestión menor. Ante lo suicida de su misión exclama:” debo hacerlo. El borracho del pueblo dio su vida porque creyó que las personas deben vivir unidas, con honradez y pacíficamente”.
En la versión 2007 las cosas no son tan fáciles. El mismo Dan Evans pero más complejo (Christian Bale), es un antiguo soldado que en la guerra de secesión quedó mutilado y perdió parte de una pierna. Al contrario que el anterior vive junto al arroyo del que quiere ser desalojado por la vía rápida por el terrateniente de la zona. Ante su desesperación al serle quemado el granero manifiesta: “es una lástima que los médicos no me cortaran la pierna entera, ahora se pagan las pensiones por libra de carne amputada”.


Y sus hijos no solo no le admiran, sino que desconfían de su valor y determinación: Dan Evans: “William, si alguna vez estuvieras en mi lugar” a lo que responde el hijo cortándole en seco y con desprecio: “yo jamás estaré en tu lugar”. Las diferencias son evidentes en la escena de la cena en la que en la versión 1957, los hijos del granjero se enorgullecen de la puntería y valor de su padre, mientras que en la de 2007, se avergüenzan del mismo y admiran sin reservas al personaje que encarna Russell Crowe, ya que por fin tienen cara a cara, y en su propia cocina, a la leyenda que tanto se ha leido en los comics. La evolución en la relación padre-hijo se convertirá no obstante en uno de los grandes temas de la película en su versión Mangold, pues el hijo se unirá al padre en su ariiesgada misión más allá de la recompensa, cuestión que no sucede en la versión de 1957. Por cierto que tampoco está de más citar la otra relación padre-hijo entre el forajido y su lugarteniente Charlie Prince, incorporado estupendamente en 1957 por Richard Jaeckel y en 2007 por un Ben Foster muy inspirado a la hora de encarnar a la maldad en estado puro, un tipo del cual se puede esperar cualquier cosa.


Por otra parte, cada film es fruto de su época. El de 1957 es clásico, directo, conciso y relajado en las formas. El de 2007 es más expansivo, ruidoso y bascula constantemente entre lo crepuscular y los guiños clásicos. Y consciente de las posibilidades del guión James Mangold convierte el itinerario hasta llegar al hotel en un sinfín de aventuras, donde el viaje (una de las claves del western) tiene mucha mayor importancia haciendo un buen uso del formato panorámico y de la distribución de los personajes dentro del encuadre. Se suceden muchos más acontecimientos y se trabaja de forma noble la caracterización de la relación paternofilial aludida, así como el carácter traumático de la personalidad del forajido, el cual también tiene sus heridas y su propio código ético. Un tipo observador que cita la biblia y dibuja como pasatiempo. Esto es algo crucial, pues el Ben Wade versión 2007 reconoce a una persona íntegra y también con heridas internas como Dan Evans en cuanto trata con él dos palabras: “me gusta tu lado oscuro” le dice con sorna.


Donde ambos films varían es en el final, que en atención a quienes no hayan visto los films no voy a desvelar. Simplemente que el de 1957 resulta correcto pero no especialmente creible, mientras que el de 2007 resulta audaz, modélico, sorprendente y de una contundencia dramática sin paliativos. Un desenlace en el que convergen todas los temas tratados de forma notable, lo que termina por conferir al film un aire elegíaco y trágico.
No hay porque elegir entre uno y otro. El film de 1957 permite disfrutar de un clásico con un Glenn Ford pletórico y un Delmer Daves especialmente dotado para la narración compacta y la descripción psicológica de los tipos, sean estos principales o secundarios. La versión Mangold es vibrante, compleja y muy digna, saca de paseo a los personajes por la pradera y monta un espectáculo generoso visualmente y tan válido para la reflexión como para el entretenimiento. Una muestra de que el western no está ni mucho menos en estado comatoso, aunque tardemos un tiempo en ver otro de este calibre.

19 comentarios:

  1. Hola V, como bien dices el género western vive en la actualidad de las excepciones, algo parecido a lo que le ocurre al cine musical, ya que ambos probablemente no puedan en la actualidad competir con otros géneros. El western es fruto de una época en que los americanos necesitaban buscar en sus orígens y el musical fue el máximo espectáculo antaño (hoy día sería el cine de efectos digitales y acción y catástrofes que seguramente de aquí a unos años también será minoritario). He visto la versión reciente pero no la clásica (como me suele pasar, inculto de mí) aunque tras leer tu entuasiasmo, sobretodo con el plano inicial y la posterior escena me han entrado ganas de verla y la anoto (el problema es que la libreta de anotaciones es enorme y nunca se sabe cual caerá). La de 2007 me gustó bastante, sin tener con que comparar y tampoco sin entusiasmarme. Y he estado pensando pero no recuerdo el final. Le preguntaré a mi mujer, que tien más buena memoria. Un gusto reencontrarme con tu interesante sección. Un abrazo.

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  2. El western era uno de mis géneros favoritos de niña, no sé bien los motivos. Mi hermano era un fan absoluto del western y siempre jugaba con fuertes y indios y vaqueros. A mimadre le encantaba y le encanta el género.

    Creo recordar, aunque sin detalles precisos, la película del 57. No he visto la del 2007 y parece que merece la pena.

    Me gusta Glenn Ford (su papel en Gilda es inolvidable) y también me encandila Russell Crowe.

    Las diferencias entre los dos westerns vienen marcadas por la época y, supongo, que por los gustos del público (o de la propia industria del cine).

    Me ha gustado mucho el paralelismo que has planteado entre las dos películas.

    Un abrazo!

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  3. Hola, V. Dices que no hay por qué elegir, pero yo lo haré sin problemas. Me quedo con el original sin dudarlo. Es más, acabo de revisitar varios westerns de Delmer Daves y la verdad es que tiene unas cuantas obras maestras (entre ellas este 3:10 to Yuma).
    Un par de cosas... Algunos amigos opinan parecido a ti; que los dos están muy bien; que son diferentes (sin duda), pero cada cual tiene sus cosas, etc...
    Para mí, el "remake" es bastante-bastante malo... y más si lo comparas con la obra original (y aviso! primero vi el remake y no me convenció, pero al ver el original me quedé asombrado).
    "a la leyenda que tanto se ha leido en los comics"... No, en los comics, no. Era otra cosa. Pero eso es una puntualización sobre tu texto.
    Sobre la peli. No soporto al personaje de Russell Crowe. No soporto al cine actual en el que todo tiene que ser MÁS... "No. No puede con tres tíos. Debe matar a cincuenta".
    El final de la de Daves es lógico ("no quiero deber nada a nadie; usted me salvó la vida) y hermoso (empieza a llover)...el de la película de Mangold... No, no me lo tragué. Hasta me pareció ridículo (ya no jugamos con un bandido cabrón pero "legal" como Ford; ahora tenemos a alguien por encima de todo que...bueno, no vamos a contar el final...pero ese silbido con el caballo).
    En fin... Que una me parece un peliculón...la otra, una tontería. Cuando vas viendo cómo Russell Crowe se va cargando a los ayudantes piensas que en los viejos westerns le hubieran pegado ya un tiro. En esas pelis tenían la "decencia" de que a los ayudantes se los cargaran los de la banda del malo. Pero como Crowe tiene que ser la estrella y su personaje "todo lo puede".
    Una última cosa: "El borracho del pueblo dio su vida porque creyó que las personas deben vivir unidas, con honradez y pacíficamente”.
    No sé si dice eso en la versión doblada, pero en la original no recuerdo que se refiriera a su compañero como borracho. Le ponía nombre. Es por eso también, que la escena en la que acaban con él, y el motivo por el que Van Heflin decide continuar, me ponen la carne de gallina. Una película me parece creíble y me llega, la otra me parece exagerada y se aleja. Pero es cuestión de gustos (no te lo tomes como una crítica al tuyo, por supuesto..es sólo mi opinión, y ya te digo que algunos de mis amigos están más contigo que conmigo)
    Un saludo.

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  4. He visto la versión con Crowe y Bale, la cual me encantó, muy ágil e intrépida, esa mezcla de hombre que roza la bondad y la maldad sin decidirse del todo aunque aún siendo un maleante Wade tiene respeto y admiración por las cualidades de su escolta a la cárcel, al final su compinche termina siendo el tipo terrible. La película clásica espero verla en algún momento, no dudo que sea maravillosa. Un abrazo.

    Mario.

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  5. David. Un amigo mio dice que el género a caballo no tiene razón de ser, ya que ahora el western está camuflado pues los vaqueros van en coche. ¿Es harry el sucio un western?. Pues no se, ya que hoy lo de los géneros está tan difuso que uno ya no sabe. Te recomiendo absolutamente el film clásico.Es curioso como mucha gente termina viendo primero el remake y luego el original.Aunque no en este caso, en ocasiones tb me ha pasado. Un saludo.

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  6. Laura. Todos hemos jugado a defender el fuerte con verdadero disfrute. Si eres aficionada al género, los dos films, aunque muy distintos, te gustarán. La época marca como bien dices. Pero si te gustan Glenn Ford y Russell Crowe, no hay más que hablar. Un saludo

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  7. David. Vayamos por partes. Creo que queda claro en el texto que el film de Daves me parece un magnífico clásico. Yo lo vi antes y me temía lo peor del remake, por eso me sorprendió favorablemente la versión 2007.Ahora bien, no vas a encontrar en mi al purista que considera los clásicos intocables y que no soporta en bloque al cine actual. El cine de hoy tiene muchos males, que te voy a contar, pero no es cuestión de masacrarlo en bloque. El film de Mangold no me parece ninguna tontería. Dibuja al personaje de Dan Evans y su familia con muchos matices, y un panorama en el que la línea entre el bien(la ley) y el mal es mucho más difusa y delgada que en el film clásico, veasé sino al personaje de Peter Fonda, por ejemplo.
    Es cierto que la versión de 2007 es más aparatosa para que luzca el dolby stereo, pero eso no significa que los personajes y la historia estén descuidados.Que prefieras la sobriedad de un magnífico Glenn Ford a un Russell Crowe pelín sobreactuado, lo entiendo y hasta me sumo a ello. Pero pretender en 2007 filmar como los clásicos es imposible. Aun así, Mangold creo respeta el género y no lo mancha como otros , y narra con solvencia.
    En cuanto a la frase, yo he visto la versión castellana de Daves hace bien poco y la del borracho la reproduzco tal cual. En inglés no se como será.
    Pero sobre todo, discrepo amistosamente de tu criterio respecto del final.Si somos rigurosos, y aunque el film es magnífico, el final de 1957 es demasiado de película, y a mi precisamente lo de la lluvia milagrosa en el último instante no creas que me gusta un pelo.
    Y Pese al detalle del a modo de postdata del silbido, que efectivamente sobra, el final de 2007 es mucho más crudo y realista. Piensa solo como acaba Dan Evans en una y otra versión y cual resulta más verosimil. Pero además es que en ese segmento en 2007 confluyen las dos tramas paterno-filiales que son el auténtico eje del film. Por cierto, en mi opinión Mangold se preocupa por dibujar dos tipos de héroe, aunque pueda parecer que da más cancha a Wade. Por cierto, un placer discutir contigo. Un saludo.

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  8. Mario. A mi la versión de 2007 me parece uno de esos ejemplos que se hacen desde el respeto a un género. Sin ser una obra maestra, si que es una cinta a mi juicio de gran interés. La de 1957 es el cine clásico en estado puro, con todo lo que ello significa. Coincido contigo en lo del respeto hacia el ranchero por parte del forajido. Precisamente, debido a que le respeta, se entretiene pagándole y provoca su detención. Un saludo

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  9. En mí tampoco vas a encontrar al que dice que los clásicos son intocables y lo de ahora no vale.
    No sé... A mí el final de la primera me cuadra más. ¿Tiene sentido el final de la segunda? Lo que hace a continuación el personaje de Crowe después que muera Evans? Igual sí como "inesperado" o "qué sé yo...". Pero lo más lógico, sería "ahí te quedas; tú te lo has buscado".
    En mi opinión, la peli empieza bien, pero luego...el mal de muchas pelis de ahora (que es lo que decía antes). Todo tiene que ser el doble no, cincuenta veces lo de antes (es por eso que no soporto en Una historia de violencia que Viggo Mortensen cuando entra en la casa del mafioso de su hermano acabe con todos como si fuera, qué sé yo...ni un supertipo).
    En fin... a mí el final de la original sí me convence... Pero bueno, esto es discutir por discutir.
    Lo de borracho...Espera.
    En los subtítulos dice Alex. I heard Alex's scream... Y aunque luego no aparece borracho en los subtítulos (al menos en los míos)...si que oigo decir the town's drunk...Así que tenías razón.
    Un saludo. Y el placer ha sido mutuo.

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  10. David.Estoy de acuerdo. El cine actual funciona por acumulación.Y que te parece si te digo que tengo un par de amigos que opinan que a "Sin perdon" le sobra más de media hora y que William Munny debió aparecer por el local mucho antes liquidando a todo bicho viviente. Yo no lo comparto, estoy más en tu línea, aunque creo que aquí Crowe tampoco se carga a tantos ¿no?. creo que cuatro si no me equivoco.
    Bueno, menuda salvajada acabo de decir. En fin, un saludo.

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  11. Uummm... Pues no sé. Te digo lo que antes. Que es cuestión de gustos (ja,ja).
    A mí "Sin Perdón" me encanta. Y ese final me parece genial (recuerdo que la primera vez que la vi estaba convencido de que Clint iba a morir... pero el tiroteo está de puta madre, y como antes has tenido la explicación de los nervios, la sangre fría, etc... Te lo crees (más que por ejemplo la de El fuera de la ley (que me gusta, pero ese final con él a caballo contra todos me parece demasiado)
    Un saludo.

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  12. Perdón por la expresión malsonante. Es por escribir rápido y dejarme llevar por la emoción. El tiroteo está excelentemente planificado y rodado, quería decir.

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  13. Yo no movería un plano de "sin perdón", titoreteo incluido.Coincido contigo al cien por cien y me parece estupenda. Pero la cuestión no iba por ahí. La cuestión es que hay espectadores actuales que están deseando que ese momento explosivo llegue cuanto antes, y que el itinerario previo en parte hasta les sobra. Es por eso que pienso que el espectador actual es en parte responsable de que los films multipliquen su acción por cincuenta, tal y como tu mencionabas. Es lo que se pide y es lo que se da. Cuando algun amigo me dice que considera larga "sin perdon", me dice que sobran minutos y que lo verdaderamente alucinante es ese final "de puta madre", a parte de no haber entendido el film ¿que sucede? Pues que va Walter Hill, adapta Yojimbo y te monta "el último hombre", una cinta en parte lastrada por convertirse en una auténtica ensalada de tiros, que es lo que tu denunciabas.
    Es un tema que me interesa mucho. Siempre me he preguntado, y vamos a tomar un film conocido por todos,"apòcalipse now" por que casi todo el mundo alucina tanto "precisamente" con el pasaje del ataque de los helicopteros en masa con marcha de Wagner. Esos mismos amigos me dicen que es una pena que no dure más y que el personaje de Robert Duvall no salga mucho más.Que que pasada de tio. Y yo me pregunto si eso no es un síntoma de algo más profundo, que tiene que ver con como se relaciona el espectador con la violencia en el cine. No se si se capta por donde voy...Un saludo.

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  14. Se capta.. Y supongo que tiene que ver con un montón de cosas. Influencia primero del ritmo de los videoclips en los ochenta, y casi diría que de los videojuegos desde ya no sé cuándo. Que no tiene por qué estar mal ni para ciertas pelis ni depende cómo se utilice.... Lo que pasa es que ese ritmo al que se ha "acostumbrado" el espectador es lo que provoca que una peli como "Sin perdón" les pueda parecer más o menos lenta excepto cuando llega la chicha.
    Todo esto son generalidades, habría que matizar, es mi opinión y hay cincuenta millones más y no tengo por qué tener razón, por supuesto.
    Un saludo.

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  15. Que buen actor era Glen Ford, lo he visto en tantas películas y siempre cumpliendo. Saludos.

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  16. Yo creo firmemente en que los géneros son vehículos y valen el valor de la historia que cuentas a través de ellos. Tienen razón cuando dicen que los mafiosos son los forajidos de hoy en día, pero la línea que separa a la ley del scheriff es más grande. Hoy no nos movemos por los ideales y postualantados del western clásico, comulgamos más con el subgénero crepuscular.
    Con respecto a las versiones no elegiría, pero puestos a elegir, me quedo con la clásica. Creo que la sensación frenética del contrareloj se pierde en la nueva, aunque la nueva es más ampulosa y en ciertos puntos, más oscura y mejor. Yo elegiría la antigua, porque creo que está un punto por encima, además siempre puedo esgrimir, que la nueva tiene como borrador la antigua, con lo que sabe lo que funciona y lo que no. Un saludo.

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  17. David.No se si tendrás razón o no pero en mi opinión acabas de dar en la diana. El cine contaminado por los videojuegos. Un saludo.

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  18. David C. Glenn Ford es un excelente actor. Y, es verdad, se movía como pez en el agua tanto en el noir como en el western. Saludos.

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  19. Emilio. A mi la clásica me parece un western practicamente impecable. La nueva, teniendo en cuenta los tiempos que vivimos me parece muy digna. Un film notable. Ahora bien, su lenguaje es completamente distinto, es cierto. Un saludo

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