viernes, 22 de julio de 2011

SALVEMOS A LAS ARDILLAS


No me voy a engañar a mi mismo ni tampoco a los posibles lectores. Si, yo también veo bodrios. Y no sirven excusas. Antes de comprar la entrada mi pareja, con bastante sentido común, me dio el oportuno aviso ¿esa? ¿seguro?. A la salida, y cuando aun no habíamos abandonado la sala me volvió a advertir. “Por favor, no pierdas el tiempo hablando de este lamentable subproducto en el blog”. Bueno, pues ya ven el caso que hago. Así me va. Aun así he de admitir que la verdad es que tenía intención de obedecer y obviar la chapucera experiencia, dejarlo pasar. Desde luego, siempre resulta mucho más interesante, más fino, yo que se, dedicarle un comentario a, por ejemplo “La reina de África” o “El cuarto mandamiento”. Son opciones infalibles. Pero resulta que yo lo que he visto esta semana es “Bad teacher”. Y ahora ya no sirve de nada poner el grito en el cielo, hacer aspavientos y rasgarse las vestiduras.
Lo grave del asunto es que uno ya se teme el desaguisado previamente y lo que entiendo no se puede hacer después es callar e intentar justificar el error argumentando que un par de días después se vio en dvd cualquier clásico imperecedero. Eso ya no vale, la fea mancha está ahí y cualquier parche que se desee poner intentando salvar el escollo definitivamente no sirve. La cuestión es porqué no se ignoró antes, cuando aun se estaba a tiempo.


Y uno se pregunta si en realidad practica el autoengaño más de lo que parece. Porque siendo sinceros y ya que estamos en plan confesión, recuerdo que también vi “noche y día” y ya puestos “salt”. Entonces, que pasa, ¿es que a mi en el fondo y sin admitirlo lo que sucede es que me ponen Cameron Diaz y Angelina?. Cuando no estoy en estado rem y soy consciente de mis actos juraría que no, pero la cruda realidad es que pagué por verlas. Al salir de “Bad Teacher” y en plena alucinación (si no no se explica) me encuentro a mi mismo comentando que me gustaría tener una conversación con Diaz para que cambie de representante y reoriente su carrera hacia el lado dramático, el que apuntó en “un domingo cualquiera” o “cosas que diría con solo mirarla”. Como si esta chica tuviese remedio.


Aunque, la verdad, si se desea, todo se puede zanjar diciendo que una mala tarde (película) la tiene cualquiera. De modo que aquí me encuentro, dispuesto a hablar del último grito de la comedia americana. No es ninguna broma. Una de las reflexiones que rondan tras el visionado de este artefacto es si verdaderamente estamos ante el último grito, pero en el sentido más peyorativo, que para el caso sería estertor. Esto es, si estamos asistiendo de forma inconsciente al acta de defunción del género. Uno puede optar por la solución facil, pensar que es simplemente una mala cinta y que ya vendrán otras mejores. Pero es que de esto último no estoy muy seguro. Y a ello no ayuda una sala prácticamente llena. No me extrañaría nada el parto de “bad teacher 2”. A las pruebas me remito ¿o es que no ha habido un resacón 2?.
  

Destacar el esquematismo y la falta de luces de esta película es perder el tiempo. El concepto de puesta en escena, de ritmo, algo esencial en el género es algo que a sus responsables les debe resultar un concepto alien. Por cierto Lawrence Kasdan, el día que le prestaste a tu hijo Jake una cámara para pasar el rato la hiciste buena. Se supone que toda esta generación de hijos de cineastas se han pasado la vida viendo cine. Pues les aseguro que lo disimulan muy bien.¿no habrá visto este hombre “semilla de maldad” de Richard Brooks? Apuesto a que no. Aquí la progresión cómica, la calculada distribución de los gags y el dibujo de personajes que provoquen la diversión son mera ciencia ficción.
Ahora bien, como cada uno va por libre y se busca la vida, algo si me llama la atención de este film, y es precisamente como algunos personajes secundarios están a punto de salvar la película. Lo que oyen. Como ya saben, esto es un preparado, un vehículo absoluto para el lucimiento de Cameron Diaz, a la que le han prefabricado una presunta versión gamberra de aquellas “mentes peligrosas” que protagonizaba Michelle Pfeiffer.


En teoría su personaje políticamente incorrecto, mal hablado, fumeta, cuya preocupación máxima es ponerse un par de tetas a costa del instituto y pegar un buen braguetazo, debiera ser un bombón para una comediante como es debido. Pero estamos ante una partitura en la que se están tocando (y mal) las mismas penosas notas de siempre, reincidiendo en el esquema de aquel otro engendro titulado “la cosa más dulce”. Y por cierto, con el mismo mensaje final ultraconservador. Aquí en el cuadrilátero tenemos a un lado a Diaz y un pijo profesor al que pone rostro inerte Justin Timberlake, y en la otra esquina dos antagonistas que ¡sorpresa! se llevan el gato al agua y se convierten en dos roba escenas natos. Por un lado el pasota profesor de gimnasia que incorpora Jason Segel. Y por otro la relamida y marisabidilla señorita rotenmeyer cuyo papel corre a cargo de Lucy Punch (quien trabajó con Woody Allen en “conocerás al hombre de tus sueños” haciendo pareja con Anthony Hopkins). Aquí es la señorita Amy Ardilla, conocida por su constante peloteo al director, por ser una chivata consumada y porque cuando pierde los papeles hace gestos involuntarios con la boca similares a los de una ardilla (sic).



Estos dos personajes, se meriendan literalmente a la superstar Diaz y al guaperas Timberlake sin mucho esfuerzo, quedando aquellos en una situación vergonzante. Y aunque tengamos que soportar esa bochornosa escena del lavado de coches en la que Cameron manguera en mano se supone nos debe poner a mil (sin conseguirlo), las estrellas pierden el combate por ko. Normal, los otros no son estrellas pero son actores, y a parte de tener las líneas de diálogo más chisposas, se nota que se encuentran dentro del género como en el salón de su casa. Saben donde se han metido y cumplen con su papel sin problemas. Les aseguro que Amy Ardilla con su comicidad cercana al slapstick y el caustico profesor evitan con sus ácidas réplicas que el descalabro sea aun mayor.
Aunque no conviene volver a engañarse. Esto no deja de ser el enésimo ejemplo de que el género atraviesa momentos de profunda crisis que los espectadores no debiéramos avalar bajo ningún concepto. Uno no puede sino reivindicar a gritos un concurso de guionistas mínimamente decentes que ponga fin a tanta ñoñería adolescente salpicada de chistes escatológicos y (o) sexuales, que parece ser que venden. El resultado final no puede ser otro que el olvido o tirar de la cadena y dejar que todo el mejunje se vaya por el desagüe más cercano. A los que perdimos dos horas de nuestro escaso tiempo se nos debiera de indemnizar de alguna forma. Aunque ahora que lo pienso, no creo que la demanda prosperase, pues nadie me mandó ver esto, fui voluntariamente.         



13 comentarios:

  1. Bueno, bueno, compa V, tampoco te atormentes. Si no ves de éstas, ¿cómo vas a poder apreciar con fundamento y propiedad los excelsos valores de las otras, de las buenas de verdad? Tomátelo así, que es mejor. Al fin y al cabo, hay que verlas todas (o, al menos, intentarlo).

    Lo de ésta, parece claro, daba poco margen a la sorpresa: es un producto con todas sus cartas marcadas (hasta los comodines), y lo cachondo es que como arrasa en taquilla, igual que un montón de productos de su mismo jaez (y que, como tú bien señalas, son inexplicablemente jaleados por cierto sector de la crítica aparentemente más "sesuda"...), se propicia que la veta no se agote, más bien al contrario, más y más de lo mismo. El público (la taquilla) manda. Y así nos va...

    Un abrazo y buen fin de semana.

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  2. Bueno V, no te preocupes tanto, ja,ja, la verdad es que la peli tenía pinta de pésima, pero yo creo que a veces nos apetece ver algo de este estilo, aunque a los diez minutos nos arrepintamos. Condición humana, supongo. A mí la Díaz (no he visto Noche y dia ni la mayoría de las últimas) revolucionó todas mis hormonas adoelscentes cuando fui al cine a ver "La máscara", pero pronto fue sustituída en mi ranking erótico-festivo por otras. Y como actriz, jamás me ha gustado, así que ahora simplemente está ahí (para mí, sus mejor pelsi es Algo pasa con Mry y la de Stone como decías). En fin, si te sirve de consuelo, me he reído con el post y por lo tanto, creo que merecía la pena escribirlo (y no tengo ninguna intención de contradecir a tu pareja :) Un abrazo

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  3. Decir que me ha causado gracia algunos pasajes de lo escrito, eso de buscarle representante y el hecho de ver bodrios, yo también lo hago, no que busque ver malas películas sino que quiero visionar algo ligero para relajarme, normalmente no coloco esas películas en mi bitácora, son solo válvula de escape, pero algunas veces me ha traído sorpresas, como me paso con el americano que terminó gustándome mucho. Yo también admito que quedé fascinado con esa bella rubia que salía en la Máscara, realmente hermosa Diaz por ese entonces, nunca más la he vuelto a ver tan linda. Y lo mismo me pasó con Rennée Zellwegger en "Me, myself and Irene", quedé enamorado de su belleza en esa película pero luego como que se puso menos atractiva, aunque claro Zellwegger rápido dio el salto y de bella acompañante demostró que era toda una actriz, en cambio Diaz no lo es, es efímera y lo peor cada vez menos guapa. Un abrazo.

    Mario.

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  4. JAJAJAJA... no le des vueltas... son debilidades, puede que por Cameron Díaz o puede que por necesidad de ver algo que no nos obligue a pensar. Lo malo es que, como bien dices, al poco rato ya se ha arrepentido una de hacerlo, pero no pasa nada y la entrada que has hecho es estupenda, con un humor fino que me ha encantado (eso sí, en lo que queda del 2011, hazle caso a tu pareja cuando te advierta).

    Saludos!!

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  5. Déjate estar, Víctor, de atender a razones: tampoco nadie se iba a creer que tú te escapas de algún bodrio.

    Así que deja a la pareja que diga lo que quiera y tú a lo tuyo: además de entretenernos con una buena reseña, escarmentamos en cabeza ajena; dicho de otro modo, acabas de prestar un servicio público: otra que me ahorro de sufrir cuando llegue a mi pueblo, porque esta es de las que llegan siempre....

    Te has olvidado de Los Angeles de Charlie... ;-)

    Un abrazo.

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  6. Manuel, cuanta razón tienes respecto de las cartas marcadas, y fotocopiadas, añadiría yo. Y efectivamente, ya he leido alguna cosa en no recuerdo que periódico tildando a esta cinta de comedia simpática. Eso es lo realmente grave y así nos va. Un saludo.

    David. Pues si no es por los secundarios te digo que no se que hubiera hecho.¡Como está la comedia! Y la sala llena. Es preocupante, ya que no descarto una segunda parte. Al menos si te has reido un rato con mis divagaciones de algo ha servido escribir sobre esto. ¿Cameron Diaz? pues no se, es cierto que llegada cierta edad no se ha dedicado a la comedia dulzona tipo Meg Ryan, Jennifer Lopez o Zeta Jones. Se ha tirado al monte por el lado gamberro (very bad things y otras) y eso para mi la coloca en un escalón insuficiente pero superor a las anteriores. Aquí patina, pero aun así, sigo esperando ese papel dramático que la redima. Como ves soy un iluso. Un saludo

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  7. Laura.¿será verdad? ¿me gusta Cameron? Menudo dilema. Seguiré dándole vueltas. La cuestión no es ver una peli mala,todos lo hemos hecho, sino que debí afrontarlo con más cachondeo y sentido del humor, hubiera disfrutado más, sin duda.La que se sienta a mi lado,ante casos como este se troncha de risa del presunto crítico y aplica un sentido común aplastante a estas cosas. Seguiré tu consejo. Un saludo.

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  8. Josep. Pues te diré que no había reparado en lo del servicio público, pero mira, si te sirve de aviso como navegante por el mundo del cine, estupendo. No solo no me escapo de ver chapuzas, es que resulta una misión cada vez más complicada evitarlo.
    Por cierto, por supuesto que he olvidado los angeles esos de no se donde. Hay que preservar cuanto se pueda la salud mental...Un saludo.

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  9. Mario. No me olvido de ti. Gracias por tus palabras.Al final va a resultar más graciosa la crítica que la película. A mi tb Renee Zellewger me pareció estupenda cuando la conocí en "Jerry Maguire", pero luego empezó a a hacer el patoso a raiz de Bridget Jones y en fin... La he recuperado a medias en "expediente 39" film de terror. Un saludo

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  10. Hola, V. Pues no la he visto (ni ganas). Si te digo la verdad, a mí no me importa ver estas si caen algún día por la tele o qué sé yo, me las deja alguien...pero al precio que está el cine, si es posible, procuro evitarlas dentro de lo posible (bueno, dentro de más allá de lo posible).
    Dos cosas.
    1) He estado fuera y tenía conexión limitada y lenta. No había visto tus comentarios. No te he respondido, pero en el último, decirte que no te has extendido para nada... y que gracias por hacerlos. Te amenazo con responderte si sigues revisando viejas entradas, pero yo no tengo mucho tiempo para ponerme con las viejas tuyas.
    2) Tienes un mail en mi perfil. Si puedes, mándame un mail para que te comente una bobadita.
    Un saludo.

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  11. Lo comprendo, es que tienes toda la razón, ya la pillarás por tv, que es su sitio natural. Respecto de lo demás tomo nota de la amenaza y del resto. Un saludo

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  12. Aclaro, antes que nada, que soy "futuro docente" y no "futura", eh! Al menos, éso espero.
    Bueno, mi opinión de la película ya la has leído, no me queda nada más que agregar que sí, efectivamente los secundarios son los que más se lucen (mencioné yo a Phillis Smith) y los protagónicos muestran una cara bonita. Cameron Diaz y Justin Timberlake son una pareja bonita, y para mí sí trabajan bien (el papel que deben hacer lo cumplen), pero no son destacados.

    En cuanto a la visita voluntaria al cine, creo que nos pasa a casi todos. De alguna forma, la película tiene algo que atrae. En mi caso, fue la grosería: soy el primero que la consume, pero el primero que la critica. Luego, sí, esos dos protagonistas que me encantan. Así que no hay demanda que podamos hacer, aunque podemos mejorar el gusto para otra ocasión, o no?

    Saludos.

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  13. Rodrigo. En mi opinión esta elícula solo se puede disfrutar si adopta una actitud verbenera y gamberra a tono con las gansadas que nos proponen. Y es cierto, consumimos y luego criticamos, c'est la vie. Un saludo

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